No pude evitar a mi cuñada
por
Sergimadrid
género
incesto
Tengo 40. Una relación magnifica con mi mujer y desde hace unos meses tengo sexo con su hermanita, dos años mas joven que yo.
Vivimos en una preciosa casita a las afueras de la gran ciudad. Todos hemos disfrutado mucho del jardín, la piscina, las comidas familiares y demás.... Siempre ha habido mucha confianza entre todos y mi casa ha sido el punto de reunión familiar habitual desde hace ya mas de 15 años.
Mi cuñada siempre me gustó físicamente. Ella esta muy bien, se conserva de maravilla y es muy guapa al igual que mi mujer. Debe ser algo genético. Yo disfrutaba de ella de vez en cuando en mis fantasías y pensaba un sin fin de cosas mientras me masturbaba pero nada más. Es la hermana de mi mujer, ni se me pasaba por la cabeza intentar nada.
Siempre después de disfrutar de las comidas familiares yo me recostaba un rato después de comer a descansar en una hamaca mientras los niños jugaban por la piscina y las chicas pasaban las horas de la sobremesa hablando de trapitos, maquillajes, colonias..... De todo un poco.
Hace dos veranos, en una de esas largas sobremesas estaba plácidamente descansando en mi hamaca y con mis gafas de sol comencé a mirar al detalle a mi cuñada que llevaba un bikini muy bonito con muy poca tela. La verdad que esta buenisima a puntito de cumplir los 39. Me quede como absorto mirándola hasta el punto de perder un poco la cordura y sin yo quererlo pero sin poder controlarlo hacerlo de forma muy descarada. Ella termino por darse cuenta de que permanecia inmóvil mirándola y de que mi paquete abultaba mas de lo normal. De repente reaccioné y muerto de vergüenza intente disimular pero ella me miro y sonrió porque sabia lo que estaba pasando.
Lejos de olvidarse de aquel momento, ella se acomodo de tal manera que girando la silla y subiendo un pie sobre la misma quedaba frente a mi dejandome una maravillosa vista de su bikini por debajo de la mesa. De vez en cuando con sus dedos por debajo de la mesa, estiraba su bañador dejandome ver fragmentos de su coñito depilado. Estaba decidida a provocarme y los dos sin querer y sin hablar convertimos ese juego en la atracción de todas nuestras comidas familiares. El método siempre el mismo, yo me tumbaba después de comer y ella se sentaba frente a mi abría, sus piernas pasaba sus dedos y así una y otra vez.
Un día ella decidió dar un paso más. Cuando la comida estaba lista ella aun jugaba con los niños en la piscina y tuvo que salirse y cambiarse para no comer con el bañador mojado, se puso el vestido playero con el que había venido a casa. Hasta ahí todo bien pero resulto que en la sobremesa cuando me disponía a repetir la escenita me di cuenta de que no habia nada, ni bikini, ni braguitas ni nada. Ahí estaba ella enseñándome el coño. Tuve que subir al baño a masturbarme porque tenia una ereccion tremenda. Esa tarde decidí que tenia que follarmela, ella con su actitud había demostrado que le daba igual que estuviera casado con su hermana y yo por aquel entonces en lo único que pensaba era en estar con ella. Esperaba esas reuniones siempre impaciente, y ella me manejaba a su antojo. Yo la perseguía como un perro. Ella me ensañaba el coño, las tetas, las bragas....
El pasado verano ella se quedó sin trabajo. Yo en esta época del año y al no haber colegios suelo trabajar por la tarde y mi mujer por las mañanas para ocuparnos de los niños. Ella comenzó a subir entre semana a pasar el día ya que vivía en un piso en el centro y el calor hacia la vida insoportable. Nos encontrábamos en mi casa con los niños pero sin mi mujer. Comenzaron entonces los roces, en la cocina, en la piscina, al poner la mesa al quitarla.
Una mañana estábamos los dos tomando el sol y charlando, los niños después de bañarse se subieron a jugar a unos juegos nuevos que ella había traído para la consola. Ella se metió a la piscina, yo la miraba pero no me atrevía a decirla nada aunque estaba loco por follarmela. Estando dentro del agua ella se quitó la parte de abajo del bañador y dijo:
-me encanta hacer esto -
"El que?"
-bañarme desnuda aunque aquí nunca puedo hacerlo-
Me acerque a la piscina aunque era imposible hacer nada, los niños podrían bajar y no podíamos follar en la piscina a plena luz del día.
- ni se te ocurra meterte- me dijo.
Me senté en el borde de la piscina y me dedique a contemplarla. Ella estaba ahí desnuda, mostrándose para mi. Nadaba de acá para allá, flotaba boca arriba para dejarme ver su coño y volvía a nadar para que pudiera ver su culo. Cogió el bañador, se salio del agua y después de pasar junto a mi y rozarme con sus piernas se tumbo de nuevo a tomar el sol.
Aproveche la ducha de antes de ir a trabajar para masturbarme y ya cuando llego mi mujer me despedí de todos, al darle dos besos me dijo al oído que le habría encantado que la leche hubiera sido para ella.
Era inminente no sabia ni como ni cuando pero había que buscar la manera de que sucediera.
Continuará..
Vivimos en una preciosa casita a las afueras de la gran ciudad. Todos hemos disfrutado mucho del jardín, la piscina, las comidas familiares y demás.... Siempre ha habido mucha confianza entre todos y mi casa ha sido el punto de reunión familiar habitual desde hace ya mas de 15 años.
Mi cuñada siempre me gustó físicamente. Ella esta muy bien, se conserva de maravilla y es muy guapa al igual que mi mujer. Debe ser algo genético. Yo disfrutaba de ella de vez en cuando en mis fantasías y pensaba un sin fin de cosas mientras me masturbaba pero nada más. Es la hermana de mi mujer, ni se me pasaba por la cabeza intentar nada.
Siempre después de disfrutar de las comidas familiares yo me recostaba un rato después de comer a descansar en una hamaca mientras los niños jugaban por la piscina y las chicas pasaban las horas de la sobremesa hablando de trapitos, maquillajes, colonias..... De todo un poco.
Hace dos veranos, en una de esas largas sobremesas estaba plácidamente descansando en mi hamaca y con mis gafas de sol comencé a mirar al detalle a mi cuñada que llevaba un bikini muy bonito con muy poca tela. La verdad que esta buenisima a puntito de cumplir los 39. Me quede como absorto mirándola hasta el punto de perder un poco la cordura y sin yo quererlo pero sin poder controlarlo hacerlo de forma muy descarada. Ella termino por darse cuenta de que permanecia inmóvil mirándola y de que mi paquete abultaba mas de lo normal. De repente reaccioné y muerto de vergüenza intente disimular pero ella me miro y sonrió porque sabia lo que estaba pasando.
Lejos de olvidarse de aquel momento, ella se acomodo de tal manera que girando la silla y subiendo un pie sobre la misma quedaba frente a mi dejandome una maravillosa vista de su bikini por debajo de la mesa. De vez en cuando con sus dedos por debajo de la mesa, estiraba su bañador dejandome ver fragmentos de su coñito depilado. Estaba decidida a provocarme y los dos sin querer y sin hablar convertimos ese juego en la atracción de todas nuestras comidas familiares. El método siempre el mismo, yo me tumbaba después de comer y ella se sentaba frente a mi abría, sus piernas pasaba sus dedos y así una y otra vez.
Un día ella decidió dar un paso más. Cuando la comida estaba lista ella aun jugaba con los niños en la piscina y tuvo que salirse y cambiarse para no comer con el bañador mojado, se puso el vestido playero con el que había venido a casa. Hasta ahí todo bien pero resulto que en la sobremesa cuando me disponía a repetir la escenita me di cuenta de que no habia nada, ni bikini, ni braguitas ni nada. Ahí estaba ella enseñándome el coño. Tuve que subir al baño a masturbarme porque tenia una ereccion tremenda. Esa tarde decidí que tenia que follarmela, ella con su actitud había demostrado que le daba igual que estuviera casado con su hermana y yo por aquel entonces en lo único que pensaba era en estar con ella. Esperaba esas reuniones siempre impaciente, y ella me manejaba a su antojo. Yo la perseguía como un perro. Ella me ensañaba el coño, las tetas, las bragas....
El pasado verano ella se quedó sin trabajo. Yo en esta época del año y al no haber colegios suelo trabajar por la tarde y mi mujer por las mañanas para ocuparnos de los niños. Ella comenzó a subir entre semana a pasar el día ya que vivía en un piso en el centro y el calor hacia la vida insoportable. Nos encontrábamos en mi casa con los niños pero sin mi mujer. Comenzaron entonces los roces, en la cocina, en la piscina, al poner la mesa al quitarla.
Una mañana estábamos los dos tomando el sol y charlando, los niños después de bañarse se subieron a jugar a unos juegos nuevos que ella había traído para la consola. Ella se metió a la piscina, yo la miraba pero no me atrevía a decirla nada aunque estaba loco por follarmela. Estando dentro del agua ella se quitó la parte de abajo del bañador y dijo:
-me encanta hacer esto -
"El que?"
-bañarme desnuda aunque aquí nunca puedo hacerlo-
Me acerque a la piscina aunque era imposible hacer nada, los niños podrían bajar y no podíamos follar en la piscina a plena luz del día.
- ni se te ocurra meterte- me dijo.
Me senté en el borde de la piscina y me dedique a contemplarla. Ella estaba ahí desnuda, mostrándose para mi. Nadaba de acá para allá, flotaba boca arriba para dejarme ver su coño y volvía a nadar para que pudiera ver su culo. Cogió el bañador, se salio del agua y después de pasar junto a mi y rozarme con sus piernas se tumbo de nuevo a tomar el sol.
Aproveche la ducha de antes de ir a trabajar para masturbarme y ya cuando llego mi mujer me despedí de todos, al darle dos besos me dijo al oído que le habría encantado que la leche hubiera sido para ella.
Era inminente no sabia ni como ni cuando pero había que buscar la manera de que sucediera.
Continuará..
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