Secuestrada, Violada y Torturada.
por
Goloza1941
género
sadomasoquismo
Soy una señora madura que fui víctima de la perversa y degenerada mente y de las más bajas pasiones de seis jóvenes, que no me dieron la oportunidad de defenderme.
Soy Doña Margarita una señora viuda de 60 años. Mido 1.68 mts. soy morena clara boca y nariz regular, cabello corto y cano pero me lo tiño de castaño, no tengo los senos muy grandes, soy 34b, un poco nalgona, y lo mismo aún tengo algo de cadera. voy al gimnasio tres veces por semana y como sano por eso me conservo en buena forma. Aunque mis senos y nalgas un poco caídos aún levanto suspiros de varios jóvenes, no le pido nada a ninguna jovencita. Además me gusta vestir con vestidos, blusas y faldas entalladas y ni se diga de mi lencería. Conjuntos de brasier con minúsculas braguitas o tangas, liguero con sus respectivas medias y zapatos de tacón alto. Tal vez por eso fui víctima de esos seis degenerados.
Como de costumbre cada Sábado después de hacer la limpieza de mi casa, hago las compras de lo que necesito para toda la semana.
Al llegar a casa, acomode todo lo que traje y al ir a mi recamara me percate que toda estaba revuelta así como las otras tres. Al revisar vi que no faltaba nada por lo cual no me preocupe, en fin no faltaba nada.
Tome una cerveza, puse música, me senté en un sillón de la sala y me relaje. De un momento a otro alguien me puso un trapo en la boca y nariz y perdí el conocimiento.
Cuando desperté iba en la parte trasera de un auto esposada de los pies y las manos hacia atrás, amordazada con algo dentro mi boca y el puente de algodón de la braguita que me quite por la mañana impregnada de mis caldos vaginales pegada a mi nariz. Dos jóvenes en la parte delantera y otros dos atrás. Que soló me tocaban los senos y metían su manos en mi entrepierna. Provocando que mi tanga se humedeciera.Al mismo tiempo sacaban su pene acariciándolo y diciendo.....mire Doña puta todas estas anacondas se las va comer por todos los agujeros de su deseoso cuerpo, y los cuatro jóvenes soltaban la carcajada.
Después de unas dos horas llegamos a una cabaña aislada de toda la sociedad. Me bajaron del vehículo y me llevaron dentro de la cabaña. Dentro de la cabaña otros dos tipos estaban esperando y al verme cuando entre, ambos lanzaron un ¡wow!........ pero que Doña madura tan sabrosa nos visita hoy. Sin quitarme la mirado todos dieron vuelta alrededor de mi sin retirar sus lujurioso ojos, sólo sentía que me desnudaban por completo con esas miradas.
Me quitaron las esposas de los pies y manos, así como la braguita que me habían puesto en la nariz y el trapo que habían metido a mi boca que resulto ser una de mis tangas sucias. Pusieron un collar para perro en mi cuello con una cadena. Uno de los tipos me hacía caminar como perro alrededor de la mesa de centro de la sala mientras los otro cinco se sentaron desnudos en los sillones. El que me paseaba les pregunto que si ya estaban listos a lo que respondieron que si. Entonces uno a una me acerco a ellos, primero obligaron a lamer y chupar sus enormes testículos. Luego chupe y lamí sus enormes y monstruosos penes hasta que vaciaron su leche de macho en mi boca sin permitir que dejara alguna gota en sus miembros o en algún otro lugar. Después de humillarme de esa manera me sentaron, me prepararon una bebida, pero los cerdos antes de dármela se masturbaron y me obligaron a beberla. Toda asqueada la bebí por temor a que me hicieran algo más. Nunca en mi vida había hecho esas cochinadas con desconocidos. Al único que le había hecho eso era a mi difunto marido y de vez en cuando.
De nuevo me esposaron los pies y las manos al frente, pusieron un gancho en una de las vigas y colocaron mis manos esposadas en el, yo sólo les rogaba que no hicieran eso , pero no atendieron mis suplicas. Quede elevada del suelo como unos treinta centímetros, pusieron una armella en el suelo y ataron las esposas de mis pies a ella. Así quede inmovilizada.
Dos de los tipos tomaron mi blusa y otros dos mi falda y de un jalón las arrancaron de mi cuerpo, quedando tan sólo con mi lencería de encaje rojo. Brasier, tanga, liguero y medias y zapatos de tacón alto, los pervertidos no dejaban de admirarse por mi cuerpo. El que parecía el jefe se dirigió a los que me llevaron a ese lugar diciéndoles .....ahora si se lucieron con esta Doña madura, admiren esta belleza. Aunque se ve ya mayor todavía sus encantos se mantienen, los felicito.
Luego de un rato de estarme viendo y diciendo que sabrosa estaba, uno de ellos comento......Ya vieron como a la Doña se le quieren salir los pezones de esas trampas en que están se los voy a liberar. Tomó unas tijeras se acerco a mi jalando mi brasier por las dos copas las corto a la altura de mis pezones saliendo ambos por el corte que había hecho.
Uno de ellos pregunto.....¿Doña como se llama? yo no respondí y volvió a preguntar y de igual manera no respondí.Eso les causo ira. Dos de ellos tomaron unas sogas y las ataron al frente y por atrás de mi tanga y la pasaron por unas poleas que había en el techo otros dos pusieron unas pinzas con peso en mis pezones que se asomaban todos erectos por el corte que habían hecho. Repitieron la pregunta pero yo seguía negándome a responder. Aunque las pinzas en mis pezones me causaban algo de dolor lo toleraba. Molestos pusieron más peso en mis pezones y comenzaron a jalar las cuerdas atadas en mi tanga introduciendo la tela de la misma en los pliegues de mis labios vaginales y mis nalgas, pero no decía nada. Bastante molestos pusieron más peso en mis pezones y vi como se estiraban ahora si causándome un gran dolor y jalaron las cuerdas atadas a mi tanga sintiendo que quemaban mi ano, mi clítoris y mis labios vaginales. Por fin respondí que era Doña Margarita, demasiado tarde pues antes de responder jalaron con más fuerza las cuerdas y mi tanga cedió sintiendo que se quemaban mis partes íntimas. Los estúpidos tipos reían sin parar viendo como me retorcía del dolor sin poder hacer nada.
Llego la hora de dormir y pensé, por fin voy a descansar de estos degenerados. Para nada. Tirada en la cama con casi desnuda llegaron los seis jóvenes diciendo.....ahora si Doña Margarita le llego la hora de gozar los anacondas que le mostramos en el camino. Comenzaron a violarme por mi vagina, ano y boca, mientras otros dos me terminaban de romper mi brasier para chupar, mamar y morder senos y pezones, mientra un tercero filmaba todo como ya lo había hecho antes. No sabía que hacer sentía que esos miembros tan grandes me desgarrarían mis entrañas y así se turnaban cambiando de agujero en agujero. Ya casi para llenarme con su leche el que filmaba se acerco a mi de un golpe metió su pene en mi vagina y para mi sorpresa tenía dos penes en ella, bombearon hasta dejarme llena de su leche de macho. No tengo idea como mis agujeros resistieron esas embestidas sin sufrir un desgarre en mis partes íntimas, sobre todo mi vagina que fue perforada por dos miembros enormes. Después de eso me dejaron descansar.
Pero para mi desgracia no termina todo aquí. Cada vez el castigo a que me sometieron fue peor. Por eso este relato aún va a continuar.
Soy Doña Margarita una señora viuda de 60 años. Mido 1.68 mts. soy morena clara boca y nariz regular, cabello corto y cano pero me lo tiño de castaño, no tengo los senos muy grandes, soy 34b, un poco nalgona, y lo mismo aún tengo algo de cadera. voy al gimnasio tres veces por semana y como sano por eso me conservo en buena forma. Aunque mis senos y nalgas un poco caídos aún levanto suspiros de varios jóvenes, no le pido nada a ninguna jovencita. Además me gusta vestir con vestidos, blusas y faldas entalladas y ni se diga de mi lencería. Conjuntos de brasier con minúsculas braguitas o tangas, liguero con sus respectivas medias y zapatos de tacón alto. Tal vez por eso fui víctima de esos seis degenerados.
Como de costumbre cada Sábado después de hacer la limpieza de mi casa, hago las compras de lo que necesito para toda la semana.
Al llegar a casa, acomode todo lo que traje y al ir a mi recamara me percate que toda estaba revuelta así como las otras tres. Al revisar vi que no faltaba nada por lo cual no me preocupe, en fin no faltaba nada.
Tome una cerveza, puse música, me senté en un sillón de la sala y me relaje. De un momento a otro alguien me puso un trapo en la boca y nariz y perdí el conocimiento.
Cuando desperté iba en la parte trasera de un auto esposada de los pies y las manos hacia atrás, amordazada con algo dentro mi boca y el puente de algodón de la braguita que me quite por la mañana impregnada de mis caldos vaginales pegada a mi nariz. Dos jóvenes en la parte delantera y otros dos atrás. Que soló me tocaban los senos y metían su manos en mi entrepierna. Provocando que mi tanga se humedeciera.Al mismo tiempo sacaban su pene acariciándolo y diciendo.....mire Doña puta todas estas anacondas se las va comer por todos los agujeros de su deseoso cuerpo, y los cuatro jóvenes soltaban la carcajada.
Después de unas dos horas llegamos a una cabaña aislada de toda la sociedad. Me bajaron del vehículo y me llevaron dentro de la cabaña. Dentro de la cabaña otros dos tipos estaban esperando y al verme cuando entre, ambos lanzaron un ¡wow!........ pero que Doña madura tan sabrosa nos visita hoy. Sin quitarme la mirado todos dieron vuelta alrededor de mi sin retirar sus lujurioso ojos, sólo sentía que me desnudaban por completo con esas miradas.
Me quitaron las esposas de los pies y manos, así como la braguita que me habían puesto en la nariz y el trapo que habían metido a mi boca que resulto ser una de mis tangas sucias. Pusieron un collar para perro en mi cuello con una cadena. Uno de los tipos me hacía caminar como perro alrededor de la mesa de centro de la sala mientras los otro cinco se sentaron desnudos en los sillones. El que me paseaba les pregunto que si ya estaban listos a lo que respondieron que si. Entonces uno a una me acerco a ellos, primero obligaron a lamer y chupar sus enormes testículos. Luego chupe y lamí sus enormes y monstruosos penes hasta que vaciaron su leche de macho en mi boca sin permitir que dejara alguna gota en sus miembros o en algún otro lugar. Después de humillarme de esa manera me sentaron, me prepararon una bebida, pero los cerdos antes de dármela se masturbaron y me obligaron a beberla. Toda asqueada la bebí por temor a que me hicieran algo más. Nunca en mi vida había hecho esas cochinadas con desconocidos. Al único que le había hecho eso era a mi difunto marido y de vez en cuando.
De nuevo me esposaron los pies y las manos al frente, pusieron un gancho en una de las vigas y colocaron mis manos esposadas en el, yo sólo les rogaba que no hicieran eso , pero no atendieron mis suplicas. Quede elevada del suelo como unos treinta centímetros, pusieron una armella en el suelo y ataron las esposas de mis pies a ella. Así quede inmovilizada.
Dos de los tipos tomaron mi blusa y otros dos mi falda y de un jalón las arrancaron de mi cuerpo, quedando tan sólo con mi lencería de encaje rojo. Brasier, tanga, liguero y medias y zapatos de tacón alto, los pervertidos no dejaban de admirarse por mi cuerpo. El que parecía el jefe se dirigió a los que me llevaron a ese lugar diciéndoles .....ahora si se lucieron con esta Doña madura, admiren esta belleza. Aunque se ve ya mayor todavía sus encantos se mantienen, los felicito.
Luego de un rato de estarme viendo y diciendo que sabrosa estaba, uno de ellos comento......Ya vieron como a la Doña se le quieren salir los pezones de esas trampas en que están se los voy a liberar. Tomó unas tijeras se acerco a mi jalando mi brasier por las dos copas las corto a la altura de mis pezones saliendo ambos por el corte que había hecho.
Uno de ellos pregunto.....¿Doña como se llama? yo no respondí y volvió a preguntar y de igual manera no respondí.Eso les causo ira. Dos de ellos tomaron unas sogas y las ataron al frente y por atrás de mi tanga y la pasaron por unas poleas que había en el techo otros dos pusieron unas pinzas con peso en mis pezones que se asomaban todos erectos por el corte que habían hecho. Repitieron la pregunta pero yo seguía negándome a responder. Aunque las pinzas en mis pezones me causaban algo de dolor lo toleraba. Molestos pusieron más peso en mis pezones y comenzaron a jalar las cuerdas atadas en mi tanga introduciendo la tela de la misma en los pliegues de mis labios vaginales y mis nalgas, pero no decía nada. Bastante molestos pusieron más peso en mis pezones y vi como se estiraban ahora si causándome un gran dolor y jalaron las cuerdas atadas a mi tanga sintiendo que quemaban mi ano, mi clítoris y mis labios vaginales. Por fin respondí que era Doña Margarita, demasiado tarde pues antes de responder jalaron con más fuerza las cuerdas y mi tanga cedió sintiendo que se quemaban mis partes íntimas. Los estúpidos tipos reían sin parar viendo como me retorcía del dolor sin poder hacer nada.
Llego la hora de dormir y pensé, por fin voy a descansar de estos degenerados. Para nada. Tirada en la cama con casi desnuda llegaron los seis jóvenes diciendo.....ahora si Doña Margarita le llego la hora de gozar los anacondas que le mostramos en el camino. Comenzaron a violarme por mi vagina, ano y boca, mientras otros dos me terminaban de romper mi brasier para chupar, mamar y morder senos y pezones, mientra un tercero filmaba todo como ya lo había hecho antes. No sabía que hacer sentía que esos miembros tan grandes me desgarrarían mis entrañas y así se turnaban cambiando de agujero en agujero. Ya casi para llenarme con su leche el que filmaba se acerco a mi de un golpe metió su pene en mi vagina y para mi sorpresa tenía dos penes en ella, bombearon hasta dejarme llena de su leche de macho. No tengo idea como mis agujeros resistieron esas embestidas sin sufrir un desgarre en mis partes íntimas, sobre todo mi vagina que fue perforada por dos miembros enormes. Después de eso me dejaron descansar.
Pero para mi desgracia no termina todo aquí. Cada vez el castigo a que me sometieron fue peor. Por eso este relato aún va a continuar.
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