Con la mama de mi amigo. Mi fetiche

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fetichismo

Les contare mi primera experiencia, que cada vez que la recuerdo me sigue excitando; cuando tenia 13 años se cambio a mi barrio, una señora como de 40 años que estaba un poco gruesa, pero lo que más me llamo la atención, era, que tenia unas piernas muy gruesas pero muy macizas y era muy velluda, tanto, que asta en los brazos y piernas se le notaban. Junto con ella su hijo, que tenía la misma edad que yo, con ellos su esposo, que era chofer en una línea transportista, por lo que se retiraba por muchos días de ellos.

Yo y Eduardo, su hijo, fuimos muy amigos, tanto que donde quiera andábamos juntos, incluso en cuanto llegábamos de la secundaria él venia a comer a mi casa o yo a la suya; esto último era lo más común.

Después fue tanto nuestra amistad que intimamos con platicas de lo que nos gustaba y eso origino la confesión de la masturbación, yo le conté que me gustaba masturbarme viendo fotos de revistas, en ese tiempo era la de Diversión, la Alarma o las caricaturas, revistas de mi país; donde venían mujeres muy exageradas ya sea en fotografías pero principalmente como dibujos; bueno, esto lo comentábamos y después lo de tanto comentar e imaginar terminábamos masturbándonos juntos.

En una ocasión me di cuenta que su mamá, -que se llama Lourdes; cuando estábamos en su casa, en muchas ocasiones se vestía con ropa muy cortita y siempre estaba muy cerca de nosotros, ella hacia como que estaba limpiando o se le caía algo y se agachaba o se sentaba y cruzaba las piernas y nos dejaba ver sus muslos, siempre calzando unas zapatillas que hacían mucho ruido al caminar, de esas destalonadas y con un tacón delgado y alto; tenia varias de ellas y de distintos colores; tenia unas negras con un moñito, blancas, rojas, amarillas y rosas y le gustaba calzarlas siempre.

Recuerdo que era imposible no verla, pues al caminar frente a nosotros, las chancleaba y se escuchaba por donde pasara, era inevitable, -como dije, no voltear al piso para verle como se movían esas zapatillas; que al dar un paso, la parte de su talón se levantaba más pronto, dejando la talonera de la zapatilla en el piso, y esta subía lentamente al encuentro del talón; esto era lo que causaba ese ruido que nos llamaba mucho la atención. Este ruido se hacia más intenso por el que se producía con el del tacón del otro pie al chocar con el piso, pues eran tacones altos y afilados.

Al voltear a verle los pies forzosamente le veíamos los tobillos los muslos y todas sus piernas cubiertas con vellos, se preciaban que eran gruesas pero muy macizas.

Fueron muchas veces y de distinta forma como ella nos dejaba ver sus piernas, muy velludas; lo más común era que se sentara y cruzando las piernas le podíamos ver los muslos, también con vello y sus lindos pies balanceándolos y solo sujetando las zapatillas con los dedos de los pies; en otras ocasiones se paraba y caminaba para ir a la cocina y al hacerlo taconeaba y se contoneaba, este ruido nos excitaba mucho, en otras ocasiones dejaba sus zapatos y se iba caminando con los pies desnudos; cuando regresaba se inclinaba para ponérselos y al inclinarse nos dejaba ver parte de sus senos por su escote;, yo me hacia como que no la veía pero me guardaban esas imágenes; en ocasiones me retiraba a mi casa para masturbarme, eran días en donde hasta cinco veces seguido lo repetía.

En una ocasión ella se subió a una repisa a bajar un bulto, por lo que nos llamo para que se la sostuviéramos y esto nos permitió verle sus calzones y sus velludas piernas; estuvimos sujetando sus piernas muy cerca de las zapatillas; tan cerca que pude percibir el olor a piel y cuero, era delicioso; me puse muy excitado y nervioso, sentía que me asía falta el aire y comencé a sentirme muy nervioso, las piernas me temblaban.

Al terminar le dije a mi amigo que iría a su baño, no agunataba y quería masturbarme pero rápidamente por lo que no quería ir a mi casa; al entrar estaban unos calzones de ella, no aguante, los tome, y empecé a olerlos, fue la primera ves que olí una prenda de mujer, incluso tenia muchos vellos rizados y estaban manchados donde más o menos llegaba su puchita, era un olor mezcla de orines y a mar que no puedo describir, paso lo inevitable, me los lleve a la boca por que quise conocer a que sabia ella, Doña Lourdes me los lleve a la boca asta que los humedecí con mi saliva y grande fue mi sorpresa que pude asta saborear su sabor, saladito agrio y que con la humedad cobro un aroma más fuerte, no encontraba si llevarlos a mi boca o a mi nariz mientras mi mano le daba duro a mi verga.

Empecé a masturbarme con ellos, seguramente me tarde mucho, pues mi amigo entro a buscarme y me encontró oliendo los calzones de su mamá mientras me masturbaba; yo me asuste, pero el empezó a hacer lo mismo con sus faldas, blusa y bracier los dos no la chaqueteamos oliendo a su mamá, a partir de ese día los dos la espiábamos por todos partes, tanto, que nos fuimos haciendo más atrevidos, hasta cuando se bañaba la observábamos y nos masturbábamos, él decía que siempre deseaba verla desnuda pues le gustaba mucho su cuerpo y platicábamos de que nos gustaría coger con ella, pero teníamos miedo por la educación y por que nunca antes habíamos tenido una experiencia, además a esa edad no teníamos, ni sabíamos como abordar una situación así.

En una ocasión llegué temprano a casa, recuerdo que mi familia se m*****aba pues casi no comía y solo quería estar en casa e los vecinos; como siempre me apure y me fui a su casa, esa desesperación me aceleraba el ritmo del corazón pues todo el día en la escuela solo pensaba en verle las piernas el descomunal trasero, escuchar las zapatillas y esto hacia que en la escuela tenia que masturbarme.

Al llegar a su casa ella vestía un vestido negro cortito demasiado entallado y unas zapatillas con correas negras delgaditas, no se me olvida; después de un rato nos dijo que se iría a dormir, que no le hiciéramos ruido, se retiro y comenzamos a platicar de lo buena que se veía con ese vestido y lo bello de sus piernas, siempre gruesas y muy velludas; Eduardo me empezó a contar que el quería cogercela.

Paso un rato donde después de tanto imaginar y platicar nos empezamos a masturbar por lo que yo le dije que iría a ver si había calzones de ella, fui y encontré dos pero al regresar me dijo que iría a ver si estaba dormida, yo lo seguí, abrió la puerta, entramos muy despacio y tratando de no hacer ruido; nos acercamos para poder contemplarla más de cerca, estaba acostada boca abajo y se le veía todo su trasero, sus piernas, sus zapatillas, esto para mí fue muy impactante por lo que me dio mucho miedo y excitación, de nuevo comencé a sentir que me temblaban las piernas, las manos y todo mi cuerpo; Eduardo se salió a contemplar desde la puerta, yo más atrevido y mientras escuchaba que mi corazón golpeaba mi pecho me acerque y comencé a olerle sus calzones que eran de color blanco, contrastaban con el color de su vestido negro. Era una visión muy excitante, ese triangulo blanco y divino.

Acerque mi rostro lentamente y comencé a aspirar y a ver sus piernas, pues su vestido se había subido; las vi gruesas, frondosas, cubiertas de vellos, no pude aguantar y comencé a jalarmela, en esa postura pude ver que muchos vellos salían de sus calzones como queriendo escapar, comencé a imaginar como estaría y como sería su chochito, no aguante más y empecé a masturbarme, en eso se despertó y dijo ¿Qué estas haciendo?

Fue el susto más grande de mi vida. No pude contestar nada, me retire excitado pero asustado, me fui a mi casa con esa imagen y no pude aguantar, así que me fui al baño y comencé a masturbarme muy fuertemente, termine y como no se me terminaba de bajar lo parado de mi verga, inicie a masturbarme de nuevo imaginando esa escena, esto duro toda la tarde; estuve así, descansando y masturbándome, asta llegar la noche; después recapacite y salí a buscar a mi amigo, como no lo encontré y no me atrevía a buscarlo, me imagine que lo habían regañado y castigado, esto me trajo una angustia y toda la noche me la pase entre la angustia por imaginar que me acusaría con mi mamá y la excitación; y de nuevo una gran masturbación.

Al siguiente día él fue a buscarme, cuando se acerco le pregunte que le havia pasado, él me dijo que me tranquilizara y que no havia pasado nada, me invito a que fuéramos a su casa pues me pasaría algo muy bonito, que su mamá quería hablar conmigo y me llevo con ella. Ya junto de ella me dijo.

- Oler mis prendas no esta bien, por eso podría castigarlos, así es que vengan.

La seguimos, no me avía percatado pero llevaba de nuevo el mismo vestido y con las mismas zapatillas, yo titubee, pero mi amigo me empujo y me mando por delante, pude verla contoneando su culo al momento que caminaba, lo asía despacio y volteaba sonriendo para ver si la seguíamos; al pasar por un cuarto se metió, se sentó en la orilla de la cama, como el vestido era cortito, al hacerlo nos permitió ver sus piernas y casi se le podía ver una parte de sus calzones blancos, esa imagen me encendió mucho de nuevo; en ese momento volví a sentir y a escuchar el latido de mi corazón.
-Esto es lo que les gusta ver verdad.
-si, afirmamos con las cabezas, mientras ella levantaba las piernas juntandolas y frotándolas hacia arriba y abajo
-Quieren verlas mejor.
Movimos las cabezas.
-siéntense en enfrente y en el piso.
Nos sentamos frente a ella y comenzó a abrir las piernas lentamente; nos veía con una sonrisa divertida; yo estaba temblando de miedo y emoción por tan maravilloso espectáculo de verla; eso que tanto deseábamos y que antes hacíamos a escondidas, por fin se hacia realidad.
- ¿Ven de que color son mis calzones?
-Si
-Enrique, me dijo Eduardo que te gustan mis piernas, ¿Por qué? Si soy mucho mayor que tu y puedo ser tu mamá.
- Es que me gusta verlas por que, no se pero me gustan.
Respondí tímidamente, mientras ella habría más las piernas y nos permitía verla; estaban gruesas macizas y se veían desde los tobillos con un vello tenue el cual se asía mas tupido y negro desde sus pantorrillas y por todos sus muslos, tanto que se salían por la orilla de sus calzones.
-Me dijo Eduardo que platicaron que les gustaba verme y que olían mis calzones, y que se la jalaban mientras lo asían, ¿es cierto?
-Si
-Bueno ven, quieres oler, ven.
-No se enoja.
-Si no me obedeces si me voy a enojar, lo que quieres es verme, ¿verdad? Pues acércate.
Me acerque a gatas, ella tomo mi cabeza con sus manos y la restregó por su puchita, todavía con sus calzones puestos,
- Si huele haaaaaaa, que rico hueles, verdad que huele muy fuerte…. Haaaaaaaaaaaaa!
Yo olía y no dejaba de ver sus piernas muy velludas y aspiraba el olor tan sabroso que desprendía.
- No me he bañado para que tu huelas y aprendas que rico huele para los dos.
Me restregaba con sus manos muy fuertemente.
- Tampoco has estado con una mujer, por que Eduardo me dijo que tampoco conocía a una mujer.
Le dije como pude.
- No
- Bueno, bajame los calzones, para que me chupes.

Comencé a bajárselos y que hermoso tenia su puchita, bien peluda, tanto, que no me permitía ver ni conocer su chochito, pero que se veía que estaba muy mojada y sabia tan rico, además olía muy fuerte, sabia un poco a orines, con un sabor saladito, al retirarme pude ver que un hilo de sus líquidos se estiraba desde mis labios asta su puchita.

- Me dijo Eduardo que te la jalabas con mis calzones o con mis zapatos que dejaba en el baño, es verdad, haaaaaaaa que rico chupas, haaaaaa sigue dime que asías con mis zapatos y con mis calzones.
- Los agarraba y los olía, una ves vi unos calzones rojos y los bese asta que los humedecí con mi saliva y res**te un poco el sabor, después con ellos envolví mi verga y me la jale.

- De veras eso te gusto. Haaaa que rico es saber como les gusto; mira a Eduardo ya se la esta jalando. Si hijo jalatela viéndonos, que sientes, te gusta ver a tu mamá como la están besando, dime.

- Si mamá se ven muy bien, te dije ayer que a mi también me gustaba oler y espiarte para verte las piernas y que me gusta tu cuerpo.

- Hay mis niños que bueno, haaaa que les guste hayyyyyy a mi también me gustaba que me vieran aaaaaaay yo quería que me vieran, no se por que no sucedió antes y así estar los tres juntos bien a gusto.

- Yo me estoy mojando, les dije.

- Haber paren un poco, vengan súbanse a la cama y quitense la ropa.

- Yo me voy a dejar solo lo que les gusta que a mi también me excita; les voy a decir que mi papá me cogia, por eso un día quise que Eduardo me la metiera, pero como siempre estabas tú, pues también me agrado la idea de que me vieras, asta que un día comencé a pensar en tenerlos a los dos en mi cama para que me cogieran. Entonces comencé a ver que les gustaba espiarme y por eso los provocaba para ver su reacción y esto me excitaba más.

- Que es lo que más les gusta.

- A mi todo, sus zapatos, sus pelos, sus calzones.

- A mi también mamá.

- Mis pelos, pero a tu papá no le gustan, le dan asco y mira a ustedes como los pone; bueno me boy a dejar esto para que les guste, vengan y vécenme, ¡Pero no tengan miedo encuérense!
Al principio nos mostramos nerviosos, pero estábamos los tres muy excitados, por la reacción que teníamos.

- Eduardo yo ya te conozco, no tengas miedo, haber Enrique quitate los calzones

- Me da miedo, exclame.

Ella sonrió y con su mano se froto su puchita y dijo.
- Sí, aaaaa me lo voy a enseñar; es también virgen como tu Eduardo haaaaaaaaaaaaaaaaa; al decir esto se froto con mucha fuerza al momento que movía sus caderas; gritaba y se agitaba, finalmente se estremeció mucho y su cuerpo tembló como gelatina, vi sus carnes temblar fácilmente, pues como estaba pasada de quilos, esto me excito mucho; ver como sus muslos firmes y blancos temblaban.

- Haaaaa que rico me van a coger, me van a coger con sus pajaritos aaaaaaaaaaayyyyyy hay, hay aaaaaaaaagggg.

Paso un rato en el cual nos quedamos mirando Eduardo y yo, espectantes y maravillados por ese espectáculo.

- No se asusten, a eso se le llama venirse y es tan bonito, es lo mismo que sienten ustedes cuando se la jalan y les sale la lechita. A nosotras también nos sale la lechita vean.
Y nos acercamos a verle la puchita, estaba toda mojada y tenia el oler más fuerte, desde ese momento me lance a chuparla, ese liquido transparente y espeso como a baba de nopal me supo exquisito.
- Mmmm mira, Enrique debes empezar por separar los pelos de mi puchita, después con tu lengua pásala por mis labios y así la vas metiendo y sobando por todo lo que tu puedas, succiona, chupa, lame, huele, as lo que quieres.
Al decirme esto se fue sacando el vestido y solo se quedo con el brasier, pude verle las axilas y también las tenía llenas de pelos, esto me calentó más y continué con más entusiasmo chupando y lamiendo.

- Ven hijo tu dame tu verga para chapártela y deja que él sea por hoy quien disfrute pues tu fuiste el primero ayer.

- Si mamá respondió Eduardo.

- Haaaaa que hermoso va hacer enseñar a mis dos hijitos y los voy a tener para mi solita siiiiiiiii chupa como tu quieras, imagina que es una paleta de dulce. Así, hay… hayyyy… asiiii….. que rico chupa mi niñito a su mamíta siiiiii
No dejaba de chupar y al estarla escuchando se me paraba más mi verga.

- Ya para Enrique, haber, déjame verte tu verga, la de mi Eduardo esta igual que la tuya; ven súbete encima de mi y ensártame con esa hermosura que todavía esta por desarrollarse y ya quiere su puchita.

Me subí y con toda la timidez de la primera ocasión me fue guiando asta metérselo, sentí tan sabroso esa experiencia.

- Mira ya que te gustan mis pelos chupame las axilas que están llenos de ellos huélelos, vézalos, son tuyos, as lo que quieras.

Comencé a meter y sacar mi verga que sentía muy rico sobando en ese rinconcito que tantas veces imagine y en un momento que no me di cuenta ella levanto los pies y los puso en mis hombros; esto también marcaría por siempre mi vida, pues tuve al alcance de mi boca y nariz sus pies calzando las zapatillas que tanto nos excitaba, no tarde en comenzar a sentir que mi verga se hinchaba y comencé a olerlos, me gusto ese aroma a piel y a cuero, después empecé a chuparlos por todos lados y a pasarles mi lengua y mi nariz.
- haaaaaaaaaaaaaaaa que bonito siento que me chupas mis pies ya vi que te gustan mis zapatos y mis pies y aaaaaaa, hoy aaaaa, también a mi me gusta que los chupes aaaaaaaaaaaaaa, metelo más y chupalo más. Eduardo ayúdale y chupame el otro pie aaaayyyyyyyyyyyy que bonito es eso haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Se contorsiono mucho y yo no puede aguantar más y me vicie.
- Que rico haaaaa se vació dentro de mi; hijo no te vacíes por que también quiero que lo hagas dentro de miiiiiiii
Después Eduardo se monto en su mamá y la pistoneo como antes lo había hecho yo.
- Si Eduardo y Enrique que sea igual que antes chupenme los pies como hace un rato lo hicieron.

Lo volvimos a repetir y de la misma forma. Recuerdo que esa tarde lo hicimos varias veces. Ella nos dijo que le había gustado como lo hicimos por que descubrió otras formas de sentir placer, que nunca ni siquiera se lo imaginaba; como eso de chuparle los pies.

- De hoy en adelante voy a enseñarlos y me pondré las cosas que más les agrade; por que quiero que me sigan cogiendo los dos, pero prométanme que a nadie se lo dirán.

- Tu Enrique les dices a quien te pregunte que bienes con Eduardo a jugar a los carritos.

Le conteste que si y esa mi primera experiencia me marco para siempre por el gusto de lo prohibido, los temas de i****to, del fetichismo; por el gusto por la mujer velludas y por las zapatillas de tacón alto y descubiertas.

Esto hizo que tuviera muchas otras experiencias con lo de oler y masturbarme con las zapatillas que más adelante les contare, solo que con respecto a lo de las mujeres velludas solo con doña Lourdes lo hice y me gustaría volver a repetirlo con otra mujer, esa es una de mis fantasías.

Ella nos contó que lo hacia con su papá y que por ello pensó en hacerlo con su hijo y conmigo y como se dio cuenta que nos gustaba a los dos por que muchas veces nos escucho y nos vio oliendo su ropa, pues se atrevió a seducirnos a los dos.

Ellos viven ahora en Tepic, Nayarit. De ves en cuando los veo, ella es ya grande pero le pide a él que se la coja, hace como un año vinieron y nos la cogimos, fue muy placentero, extraño pues ella es ya es una anciana, pero dice que le agrada todavía sentir la verga.

E.R.R. Quien este interesado en estos temas con gusto me gustaría iniciar una amistad, principalmente si es una mujer con estas características. Si no es así, con gusto me gustaría iniciar un intercambio de experiencias, ya que me agradaría conocer a mujeres que les guste calzar zapatillas o que les huelan su sexo.
escrito el
2019-04-27
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