Siempre te espere Capitulo Segundo

por
género
incesto

El siguiente día…
Tal como la directora me había citado, me encontraba en la sala contigua a la dirección. Sale una señora que era la portera de la escuela.
– Por favor pase, lo están esperando.
Si el día anterior, el aspecto la directora, había parecido rustico, severo y formal. Hoy era el colmo, su vestimenta me remontaba a estar viviendo en los años cincuenta. Todo su aspecto era más bien el de una verdadera mojigata, hasta su peinado había modificado, era un rodete a la antigua y coronando su atuendo sobre sus ropas un guardapolvo que llegaba más abajo de las rodillas. No se encontraba sola, estaba con ella otra maestra. A continuación me entere que ella realizaba también tareas como, "sicóloga especial" de la escuela (después explicare las comillas). Era más joven pero vestida del mismo estilo que la directora. También se encontraba el marido de mi futura jefa, que llevaba una Biblia en la mano. (con el tiempo me di cuenta que nunca se separaba de ella, y la llevaba a todos lados.)
-Bueno Alberto, me alegro de que haya llegado a horario, pues en esta institución, la puntualidad es fundamental. Acérquese le voy a presentar a mi marido, él ocupa un puesto muy relevante, dentro nuestra iglesia, por el momento Pastor es el interino, pero muy pronto será nuestro principal referente.
-Roberto Galván. Un gusto conocerle, es un placer que el staff de la escuela se valla renovando, la sangre nueva va generando el progreso, cosa necesaria en nuestra ciudad. Y nuestra iglesia también se nutre de gente con nuevas ideas, para ampliar influencias y difundir nuestro reino.
Por lo anteriormente dicho por mi señora esposa, dentro de un mes y como máximo dos. Van nombrarme Pastor permanente. Y ya tengo pensado una renovación de nuestra congregación, realizando cambios importantes. Y le cuento esto porque estoy buscando y reclutando gente con ideas nuevas y con ganas de hacer grande nuestro culto en la comunidad.
– Alberto. Espero responder, a cada una de sus expectativas. Yo deseo realmente cumplir con mis funciones en esta institución, de la mejor manera posible, y que ustedes puedan apreciar los resultados y estar contentos con ellos.
– Me agrada este muchacho. Si no se ofende, pues para mi usted es un hombre joven.
Yo sonreí.
-También me enteré, que ya a conocida, a la esposa de nuestro principal. La señora Clara.
La noticia que Clara era la esposa de un principal de una iglesia, me dejo helado, y me lleno de morbo. Porque el recuerdo de los momentos vividos con ella y sus hijas en el tren, me invadió al instante.
– Si. Nos conocimos y viajamos juntos a la salida de la escuela.
Sepa que Clara. Ha hablado con su marido muy bien de usted. Y aclaro esto, que ella nunca se equivoca al dar su opinión, al igual que su marido. Ello indica que, usted es un hombre de bien y que nos vamos a llevar muy bien.
-Muchas gracias.
– Bien paso a presentarle a la señora, Matilde. Ella conduce el gabinete, de psicología de la escuela, y también trabaja en nuestra parroquia, haciendo un trabajo social, admirable.
-Alberto. Un placer conocerla.
Ella me respondió, con un pequeño. saludo, casi vergonzoso, yo diría tímido.
Un gusto, profesor. Creo que como mi gabinete se está ampliando, me gustaría tenerlo trabajando con nosotros. Pues un poco de ayuda no me vendría mal.
Dijo esto mirándolos a ambos y la directora asintió con la cabeza levemente.
- Sería un gusto, poder colaborar con el crecimiento de institución.
Roberto: – Bueno María, como ya te anticipé que mi visita iba a ser muy corta, pues tengo que cumplir con mis otras obligaciones. Pero me tome un tiempo y poder pasar por la escuela, pues quería darle la bienvenida y conocerlo personalmente. Y con el tiempo, quizás de verlo nuestra iglesia.
- Muy agradecido.
- Entonces aprovecho, para invitarlo, a que concurra el sábado a la noche, a la asamblea de nuestra congregación. Si usted acepta, mi se señora de dará la dirección y el horario del evento.
-Allí estaré, ya la Señora Clara, me hablado de su congregación y será un honor poder asistir. (mentí.)
-Esto me alegra, pues el señor Esteban, es un hombre muy admirado, en nuestra iglesia.
- Bueno, pero ahora me va tener que perdonar, tengo que retirarme, pues los asuntos de Dios, no pueden esperar. Ya María le explicara, los protocolos de nuestra asamblea. Estando, y allí le explicare con más detalles, cuáles son nuestras obras dentro de la comunidad.
-Si Roberto yo misma voy a poner, tanto de como son los movimientos de nuestra acciones dentro de la comunidad, y también en la escuela.
-De los cuales, usted podría participar, si así usted lo desea.
(Yo asentí, con un ademán con mi cabeza.) – Seria un placer.
-Pues, pronto nos veremos.
-Un gusto, conocerle y ya cuente con mi presencia el sábado en su iglesia.
– Lo tomo como una cita, lo estaremos esperando.
La directora, llamo a la portera (una mujer muy sumisa en apariencia). El pastor, se retira. Y ella lo acompaño a la salida.
No podía creer tanta formalidad, a la que yo trataba de acomodarme para no reflejar en mí, ningún mal proceder.
– ¿Te o Café, Alberto?
– Café… sin azúcar, por favor.
– Ah, Gladis cuando tengas un momento nos traes un café y dos te. Por favor.
– Si señora directora.
Tras cerrase la puerta.
– Tome asiento, como se lo anticipe ayer aquí, somos muy discretos.
Ya vera que con el tiempo que esta es una de las cosas más importantes aquí, es respetar las normas del común de la gente, por sobre todas las cosas.
Sean ellas dificultosas y diferentes a nuestros gustos o forma de ver el mundo. Como ya creo que se lo ha explicado Clara. Es importante el equilibrio, es lo que realmente buscamos, entre el saber, el deber y el placer.
Diciendo esto, muy apaciblemente, fue desabrochando los botones del guardapolvo. Dejo el guardapolvo, en el respaldo de la silla. Vestía una blusa blanca casi transparente la cual rebelaba un corpiño rosa muy pálido y una pollera plisada color crema, arriba de la rodilla. (Aprovecho a decirles que tengo un fascinación por la polleras plisadas)
– El tiempo, y por supuesto la programación de eventos y la discreción, nos permitirán algunas licencias, para satisfacer algunos y por que "no" todos nuestros deseos, espero ser clara en ese punto.
-Si lo es Señora.
– Cuando estoy sin el guardapolvo, soy María, para todos.
-Si María.
Continuo, desabrochando dos botones de la blusa, dejando a la vista el canalillo entre sus tetas (que como ya dijese anteriormente, eran apreciablemente grandes), y parte de su sostén rosado. Era el nacimiento de mi deseo y ella lo noto.
– Ya se a retirado mi marido, ya pueden relajase ambos. Matilde… ella no puede acostumbrarse a las visitas imprevistas de mi marido. Y tú, por ser la primera vez, te has comportado, como me lo había imaginado... te felicito.
– Gracias.
– Hoy Matilde te enseñara las instalaciones y quienes son tus pares, lo cual es muy importante saber con quién profesor hablar, de que, como hacerlo y hasta donde uno puede llegar...
– Matilde, siguió el camino que María, desabrochando los últimos botones de su delantal.
Yo las miraba detenidamente y me di cuenta de que ellas empezaban a disfrutar, de su pequeña nuestra del cambio que estaban realizando en su vestuario.
María bajo totalmente el cierre de atrás de su pollera, lo cual dejaba ver su calzón rosa. y mirándome, me dijo.
-Esto les encanta a los chicos, no te parece…
- No solamente a los chicos…
Ella sonrió.
- Muchas Gracias.
Matilde, hizo lo mismo con su falda, dejando ver su bombachita blanca.
– Hay que mantener, el deseo de los alumnos, no te parece.
– Nosotras los formamos, y muchas mujeres como nosotras, somos las delicias de sus primeras masturbaciones. ¿no?
- Ya veo y ustedes lo disfrutan también…
– No te quepa duda. Aparte ya los conocerás, son encantadores.
-Uno de los puntos principales de la formación que realizamos, y eso ya lo veras con más detalles. Es formar y alentar a las madres adecuadas de nuestros alumnos, a este comportamiento, el cual siempre será llevado sutilmente, con la conformidad de ellas, estos también servirán a nuestros intereses, que ya te pasaremos a explicar, la encargada de informarte será Matilde. Nosotros también pensamos que esos procesos ayudan a fortalecer a la familia.
Por el morbo de sus palabras, me hicieron disparar mis pensamientos, y mi reacción se dio a conocer por mi erección.
Ya saliendo a hacer su recorrida, rozó mi erección y me dijo.
– No se preocupe, no solo nosotras tenemos, nuestras diversiones. Usted también las tendrá, primero conozca el lugar y como nos manejamos aquí… y yo le prometo que las tendrá.
Dicho esto, me volvió a apretar mi verga, dejando uno poco más su mano y sonrió mirándome a los ojos.
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Llego el día, de asistí a invitación de Esteban, al entrar vi, por primera vez al marido de Clara. Ella iba junto a esposo y sus niñas. Era una congregación ultraconservadora a las mujeres no se le permitía llevar pantalones, todas llevaban vestidos hasta las rodillas y los hombres casi todos llevaban saco, corbata y zapatos.
Clara, estaba encantadora, se podría decir que era una mujer ejemplar en todo sentido de la palabra: Hermosa, seria y respetable. Vestía con decoro y de forma sobria, debido a su esposo y por otra parte para aparentar sus sólidos conceptos morales, ante la exigencia de la congregación. En su esposo, se notaba a lo lejos, el orgullo de posesión y de haber forjado a una esposa a su manera de ser, con una moral y candidez envidiables para el resto.
La llevaba del brazo, como un trofeo, para que todos vieran en ella, la mujer, madre y ejemplo. Una mujer integra y respetable. Así como toda su familia. Mostrándola como una cartilla de presentación ante todos como referencia, de cómo deberían vestir los fieles de forma sencilla y nada indecorosa. Lo mismo sus hijas Esther y Claudia, debían de vestir igual que su madre, siempre con sobriedad y regirse a las estrictas normas establecidas por su beato y ultra moralista padre. El aspiraba que las niñas continuarían, los principió morales heredados de sus padres, mejor dicho de su padre. Por que la madre tiene otras aficiones no tan santas.
Por otra parte, la madre de Clara era una mujer de 55 años, de muy buen ver, se notaba de donde la hija había heredado los genes y así como sus nietas. Esther y Claudia sus preciosas hijas, que a pesar de vestir igual que su madre, siempre con sobriedad. Ellas siempre encontraban su diversión y pude ver como algunos disfrutaban de esa frescura y casi inocencia, de las nenas. Dada la educación conservadora de la cual ellas pertenecían. Pero siempre hay claros oscuros.
La diversión, era buscada por ellas y aprovechadas por algunos, ocultándose en que nadie, se atrevía a escandalizar o revelar malos pensamientos de algunos miembros masculinos y con la mirada complaciente de madres y algunas esposas. Como se realizaban estas maniobras, muy simple con demasiados cariños, las subían en sus piernas mientras escuchaban el sermón.
También las alzaban con cualquier excusa y las levantaban, para que vieran tal o cual cosa, o el colmo de todo para que vieran a su padre dando el sermón, pasando su mano debajo de sus falditas, quedando así ocultas sus intenciones y manoseos. Y ya libres a disfrutar de las intimidades frescas, todo esto incluso frente a sus madres y de sus esposa. Yo creo que Claudia sabia de estas maniobras de algunos hombres de la congregación y los consentía.
Bien en resumen toda una congregación conservadora. Dentro de ella y con el tiempo fui descubriendo el trasfondo de algunos de sus miembros bajo esa capa de moralidad y buenas costumbres.
Fui presentado por ambos a los miembros de la congregación, el portador dela voz era su marido y ella acompañaba. Note que, tanto a Clara como así a su madre, eran objeto de algunas lascivas miradas, casi imperceptibles, pero el zorro sabe cómo actúa otro zorro. Esas miradas no solo eran de algunos hombres también lo note en algunas mujeres que integraban la comunidad.
Para explicarlo mejor algunos hombres que se acercaban para saludarlas, siempre muy afectuosamente, incluso hasta en la presencia de su mojigato esposo realizaban movimientos muy sutiles.
– Clara que gusto poder volver a verla, en nuestra asamblea de los sábados.
Dicho esto, la besaba inocentemente en la mejilla la mano izquierda en la cintura y la derecha en el brazo izquierdo de ella, pero dejando libre la mayor parte de la mano, para posar la palma de esta sobre sus pechos, esto duraba unos segundos. todo esto ocurría tan rápido que era muy difícil de descubrir. Mientras él ya estaba saludando al marido, (con un sincronismo admirable) la mano izquierda, en la cintura de Clara bajaba más de lo debido, si ella se encontraba contra una pared, donde la misma ayudaba a ocultar las miradas indiscretas, que pudiera dilucidar este acto. Entonces la mano llegaba a sus nalgas, sobándolas, y todo esto bajo el reino de su esposo y frente a sus narices.
Use este mismo modo de operar, para cuando, llego María y Roberto. (la directora y su esposo). María, se sorprendió inmediatamente, pero muy delicada me dijo:
– Usted, siempre me esta sorprendiendo.
-Porque lo dice.
– Por lo pronto, que usted a comprendido mis palabras "discreción y elegancia"…
Hoy ha venido vestido impecablemente, ha comprendido la importancia que le da muestra gente a este espacio de reencuentro con lo superior.
– Gracias, señora directora.
– María.
No podría describir, lo orgullo que estaba el marido, al oír hablar de aquel modo a su mujer, y ni hablar del pastor… si sentía el orgullo en aire.
Pero yo si había comprendido sus palabras, pues ella remarco, sutilmente la palabra "discreción". dándome a entender, que había sentido mis manos y las imperceptibles carias que le brinde, frente a todos.
Volviendo a Esteban, seria por su fanatismo el no veía ese mundo, o tal vez debido a que sus pensamientos se centraban en las cosas importantes. Su ego y congregación. El deseo de que todo este perfecto y en su precisó tiempo debiesen empezar y terminen las cosas. El inmerso en sus obligaciones para y por la iglesia. No se daba cuenta de las calientes miradas, y no tan inocentes abrazos y roces que eran objeto su mujer y sus hijas.
Esto sucedía al comenzar la asamblea y al terminar, donde se realizaban los comentarios, alabanzas de sermón o la difusión de futuros eventos especiales.
Los cuales consistían en un pequeño salón para los jóvenes, con algo de música, también había comida, y se recaudaban fondos. (Ya voy hablar más sobre esas reuniones, pues tenían su parte interesante también).e Las reuniones de alabanzas, como ellos las denominaban, al terminar venían los incansables saludos y despedidas, donde se amontonada la gente y los niños correteaban por todos lados… algunos de ellos, siempre al pasar detrás de la esposa del pastor, era agasajada con un rose de nalgas con sus manitos supuestamente inocentes. Y no solo a ella, al despedirnos vi, como la madre también era muy aprovechada por algunos.
En realidad, lo de la madre no lo se… Si ella era de las obnubiladas, por el fanatismo, y no se daban cuenta de los favor que estaban entregando con cuerpo a estos tocadores discretos, tanto niños como de respetables miembros de la congregación. Lo que tenía bien claro era que Clara, era consciente y lo debería estar disfrutándolo. Mientras Esteban su marido, con sus pensamientos centrados en las actividades de la congregación de beneficencia y de caridad, pasaba de ello. Era tanto su afán de estar siempre participando de esto y aquello, que había entrado en un estado de fanatismo. Todas sus decisiones personales, eran siguiendo las pautas de su culto o consultados con los maestros orientadores de la diócesis de la congregación.
Durante el sermón, dado su esposo, a su rebaño. Mi mente volaba en las conversaciones que teníamos con Clara, en los viajes al volver de la escuela.

- Yo lo llegue a amar, sabes.
- Hablas de tu esposo.
- SI. Una mujer tiene pasión y fogosidad, en la cama intente practicar otro tipo de posición sexual, algo normal dentro de la relación de cualquier pareja, esto me costó una seria reprimenda por parte de él. No lo podía creer, su enojo…
Diciéndome que eso no era para personas decentes como ellos, que eso era digno de las prostitutas de galilea…
Al día siguiente me mando a unas clases de orientación familiar, en la diócesis de la congregación correspondientes a nuestra zona. La reeducación, o reentrenamiento dado por mujeres, tan moralistas y convencidas como mi esposo o peor que el… bueno no todas…
-Como es eso.
-Bueno allí conocí algunas que sufrían lo mismo y me contaron como hacían para sobrellevar este trago amargo… Bueno ya te lo contare otro día. El asunto es que, fueron 3 meses que duro mi reentrenamiento.
Todo esto me lo contaba mientras viajábamos sentados bajo una manta cubriendo nuestras piernas por el frio, y ella aprovechaba para masturbarme muy lentamente…
Como me encanta, pajearte, desde chica, soñaba sacarle la leche a mi esposo, todos los días… y buscando situaciones de lo más morbosas, para mi placer y el de mi esposo…
Ella mirando a sus hijas, que hacían caso de cambiarse la ropa escolar, por otra más cómoda. Yo enervado, por las confesiones de Clara…
Y me fascinaba su cinismo de estar pajeándome, con más énfasis, cuando miraba de reojo a sus hijas, como invitándome complacientemente a deleitarme con sus nenas, cambiándose de ropa a unos centímetros de mi.
-Te imaginaras que no quise innovar nunca más en la vida íntima de mi pareja.

Pero a pesar de todo esto, igual ella se sentía feliz de su posición, de ser la esposa del pastor y una maestra estable una de las escuela más grande de la zona.
– Hacemos el amor, una vez por mes, tal vez… con la luz apagada, en silencio, nada de palabras salidas, ni de tonos eróticos, con castos besos, y sin caricias lascivas…
-Y si no te reís, te cuento que la ropa de cama que usamos, iguales a las de los mormones…
Yo ahora, comprendía su aptitud, y la represión a la que era sometida. Por las mañanas cada uno se vestía por separado en el baño, porque verse desnudos era algo sucio, inmoral.
– Y como, su machismo lo obliga a desentenderse de sus hijas, por ser eso menesteres cosa de mujeres… Yo, aprovecho.
Aprovecho, porque al no poder, vestirme como a mi gustaría. Me gusta ver a mis chicas, con ropita que yo misma selecciono y me encanta comprarles braguitas de lo más sugerentes, las disfruto en ellas, cuando estamos solas en casa… Y como espero que tú también lo hagas. Un día te voy a preparar un desfile especial de modas…
Llama la atención de sus hijas, y les dice al oído, con el tono, de que fuese un juego…
-Chicas, muéstrenle, las braguitas que les compro mama, la semana pasada.
Ellas levantaron sus vestiditos riéndose y diciéndose cosas al oído, mientras ella aceleraba, la masturbación bajo la manta…
– Esto, es demasiado Clara…
– Tómalo con calma y disfrútalo…así… así… hum… ya siento en mi mano el venir de tu lechita calentita… (Palabras susurradas a mi oído).
– chicas, dense vuelta, y agáchense un poco para que vea como se ven sus colitas…
Las chicas hicieron caso de lo que su madre les pedía. Y de espaldas seguían cuchicheándose una a la otra entre risitas. Clara desplazo la manta dejando a la vista su mano pajeándome frenéticamente, me estiro desde mi tronco para que me acerque al borde del asiento, quedando a solo dos centímetros de sus colitas y acelero casi desesperada… diciéndome al oído…
– Déjale toda tu lechita caliente en el culito de mis hijas… que su mamita las quiere ver sus braguitas manchadas con tu leche. Me gustaría que las consideres tus hijas desde hoy, tendrás todo el derecho sobre ellas, quiero que sepas que estarán siempre listas para satisfacer a su papito.
Así…así ya viene… Eres un hijo de puta, degenerado y yo la más degenerada y sucia de las madres… Una verdadera putita… Así… desgraciado depravado mira cuanta guasca… así hasta la última gota… mira como caen tu guasca, por sus nalguitas, asqueroso degenerado… Si no sé cómo me contengo… de pasarle la lengua…debe estar rica, calentita y espesa. Piensa que su padre al llegar las saludara y besara sin saber que bajo sus falditas tendrán todavía tu leche sacándose en sus braguitas….
Y termino dándome un beso, descarado y desesperado y sin reparos, que estén sus hijas, se dieron vuelta y se quedaron mirándonos. Ella al darse cuenta.
-No te preocupes, que ellas saben guardar los secretos de su madre y yo los de ellas, ¿no mis amores?.
-Si mami...
Volvía a la realidad, cuando todos se levantaron para cantar. Yo tratando de disimular mi erección, la cual fue provocada, por recuerdo de las confesiones de Clara…
Continuara…
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2023-05-29
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