Siempre te espere capitulo Tercero

por
género
incesto

Capitulo Tercero “Los Padres de Clara”.
Recuerdas el curso de reacondicionamiento, que me habías empezado a contar, ese que duraba seis meses para las esposas descarriadas…
Jajaja.
¡Ah! Si. Allí conocí mujeres con los mismos problemas y por que no decirlo, también con mis gustos.
¿Podrías seguir contándome no?
Como ya sabes desde muy chica, me soñaba casada y como buena esposa sacándole la leche a mi esposo todos los días y ya veras por que, fui criada así y todo se lo debo a mi madre.
Todo esto me lo contaba mientras viajábamos sentados, en el tren que nos llevaba a nuestra ciudad. Bajo una luz tenue, los reflejos de las luces pasantes que entraban por la ventanilla. Con una manta cubriendo nuestras piernas por el frio. Ella pasaba su mano por debajo de la manta, apoyada en mi hombro para hablarme al oído.
Aprovechaba para masturbarme muy lentamente… y todo esto, delante de sus hijas, sin que ellas lo supieran o por lo menos era lo que yo creía.

Me imaginaba, buscando situaciones… Sensaciones fuertes, de lo más morbosas para mi placer y su placer… Soñaba disfrutando de esos momentos inolvidables para una mujer… Que es tener una pija en sus manos… Hasta que el me regalara todo su placer, recompensando mi trabajo, mis caricias y mi amor… Mientras mis bragas tratando de contener mis flujos, a mas no poder.
Esther: Mama, yo no encuentro los guantes, y tengo las manos frías. Búscalos bien en el bolso.
Al oído me dijo.
Dime rápido. Que fue lo que te dio mas morbo o sea lo que mas te gusto, cuando te conté de mi reacondicionamiento… Si me dices lo que estoy pensando. Te doy una pequeña alegría. Así que piénsatelo bien…
Me habías dicho que, en esas reuniones, había algunas madres que llevaron a sus bebes y los estaban amamantando, en plena reunión… Pero una noche una reunión termino muy diferente a todas… entre preguntas y confesiones de lo que era amamantar por primera vez y para que todas sintieran en carne propia la misma sensación de placer al dar el pecho, se intercambiaban los nenes…
Y las madres en un gesto de total depravación se los cedían una a otras incluso a las que no tenían leche, para que también participen, aunque ellas no tuvieran leche en sus pechos…
Si, mi degenerado, asqueroso… lo sabia… Tenia la sospecha, que era esa parte la que mas te calentó degenerado…
Si todas terminamos todas llenas de baba y las que tenían leche, les corría por sus tetas hasta manchar sus faldas, fue increíble ver como todas disfrutaban de sus cuerpos. Los pechos de las que tenían leche, por la degeneración reinante, producían mas leche todavía. Era el dominio de la piel y la sin razón. Seria por el sentimiento imperante, totalmente morboso, que se los expriman con desesperación… De alguna forma, sobrepasando todo tabú.
El ambiente fue ganado por el morbo, era un ámbito de libertad inusual, sin ningún tipo de ataduras…solo disfrutar. En un momento dado, ninguna tenia ningún reparo al demostrar sus mas ocultos instintos, pues eran ellos los que ya gobernaban todo el cuarto. Era tal la desesperación, que algunas se metían las manos bajo sus faldas corriendo sus calzones por la calentura sabes…Ver madres amamantado a sus hijos propios o de extraños, mientras se pajeaban furiosamente… fue lo mas…
Se metían mano como adolecentes, como tu lo haces con mis hijas, cuando estamos ocultos de las miradas indiscretas…
Esther: Mamá, te digo que no están…
Bueno mi amor. Ven pone las manos, bajo la manta para calentarte las manos, mi amor…
Clara al oído:
-Como me encanta, pajearte… y que te parece, seria mejor si agregamos un aditivo mas… Las manitos frías de mi niña… saber lo que voy hacerte con la ayudita de mi hija… guau… es algo que nunca me imagine, tengo un rio entre mis piernas.
Sabes, yo creo que esto se relaciona con un recuerdo que llevo desde mi niñez.
¿Y el curso de reacondicionamiento?
-Otro día, te cuento, con todos los detalles.
Sabes me vino a si de repente, imágenes de mi casa…
-Cuando era chica le ayudaba a mi madre a ordenar toda la casa, y estando en su habitación había un almohadón que ella cuidaba mucho y le pregunte para que lo usaba… ella lo miro… Sonrió y me volvió a mírame, cuando seas mas grande y te cases… mama te lo explicara, te lo prometo mi amor… Cambiando de tema rápidamente, lo dejo cuidadosamente en su lugar.
Hasta que una vez por fin, descubrí para que lo usaba. Ella con mi padre tenían como un ritual, el cual llevaban a cabo casi todos los días. Cuando el regresaba de trabajar o después de cenar antes de dormir. Al llegar el me saludaba, me preguntaba que estuve haciendo, la escuela etc… Y momentos mas tarde le decía a mi madre, que iba a cambiarse a su habitación. Unos minutos mas tarde lo seguía mi madre por si necesitaba algo, eso era lo que ella me decía. No si antes, ponerme a hacer los deberes o estar segura de que estuviera entretenida mirando algo en la televisión.
Un día la curiosidad me desbordo, salí al patio y rodeando la casa fui a espiar por la ventana de la habitación de mis padres.
Mi padre estaba ya sentado en la cama sin pantalones y mi madre se encontraba entre sus piernas, el almohadón tan preciado de mi madre se encontraba debajo de sus rodillas…
Ambos comenzaban hablar, y mientras ella con una sonrisa en sus labios, sacaba su pija del su calzoncillo y mojándola de saliva comenzaba suavemente a masturbarlo… suavemente y entre susurros comenzaba a dialogar preguntarle si la había extrañado y cosas del trabajo.
Así, cada tanto se lo introducía en la boca o le daba pequeñas lamidas a la cabeza, para luego continuar con todo el tronco de mi padre. Mi padre casi inmediatamente adquiría una hermosa rigidez, bajo la habilidad de los dedos y lengua de mi madre. Ella era toda una experta, no solo usaba sus manos y boca, sino que también envolvía todo en miembro con su pelo para masturbarlo.
Padre: Sabias, mi amor… que a las putas les gusta mucho chupar pijas.
Madre: Si, mi amor, es por eso estoy haciendo un esfuerzo por imitarlas. Para que cuando tus bajos instintos afloren ya se vean satisfechos por tu esposa. Piensa libremente en tus deseos mas oscuros y que harías con esas putas que ves por la calle. Deja salir a tus demonios para liberarte de esa presión qdel día a día, y del pecado de la carne nos tiene atados.
Así, espero que con mis besos y con mi lengua pueda satisfacerlos… Así recorriendo tu pija, saldrá tu lechita caliente purificándonos a ambos.
No creas que no lo se, lo tengo bien asumido, se que ellas tratan de corromper a gente decente como nosotros. Yo misma te he contado como me resisto a las tentaciones y como cristiana también sucumbí a ellas, tu siempre estuviste allí para ayudarme a encaminar mi deseo.
Padre: Ah, mi amor no se que haría, si no te tuviera a ti. En que caeríamos.
Madre: Ambos nos apuntalamos mutuamente para poder sobrepasar estos tiempos sin moral. En realidad, ambos nos complementamos, para apartar los malos pensamientos. Es que esas ateas tratan inculcar sus vicios, corrompiendo nuestras mentes. Provocando con su falta de convicciones a personas como nosotros.
Mi padre, iba acariciando su rostro y su larga cabellera, con mucha ternura. Cuando ella se introducía todo su miembro, yo podía ver su saliva, caer por las comisuras de sus labios y por los huevos de mi padre. Ella parecía amar ese instante, pues no hacia ningún esfuerzo por limpiarse, es mas disfrutaba viendo correr su baba por los huevos de mi padre.
Ella comenzaba a preguntarle como había viajado… el decía que mal como se viajaba siempre en los trenes…
Padre: Como ya te imaginas todos apretados, con mucho olor a muchedumbre cansadas y transpiradas, viajamos soportando empujones, como siempre uno que otro degenerado, aprovechan tal situación.
Madre: ¡¡Si!!… Y hoy has tenido que viajar, viendo a esos asquerosos, que se abusan de esas mujeres fáciles que no dicen nada, mientras las tocan y se dejan hacer de todo……
Mi padre, contestaba con su vos entre cortada, por la masturbación… sintiendo las delicadas manos de mi madre, apenas podía contestar…
Padre: Si algunos y algunas…
Ella aceleraba el ritmo de la paja y lo incitaba a que le cuente como había sido el viaje.
Madre: Por favor, mi amor… no seas malito cuéntame. Por favor contarle a tu esposa que viste hoy, sabes que puedo hacerte sentir mucho mejor…
Por que cuando me cuentas, esas porquerías que tuviste que soportar a tu pesar, yo me pongo mas cariñosa.
Padre: ¿Hay como sos… y la nena donde esta?
Madre: Clara, esta entretenida viendo la tele. No te preocupes, ella no vendrá a interrumpirnos… Pero por favor Contame todo, pero no te olvides de los pequeños detalles… Quiero saber todo lo que hacen esas lascivas viciosas…Contame, tu sabes como me gusta que me cuentes todas esas cosas sucias…
Padre: Tu ya sabes, no son como nosotros…
Madre: Si lo se mi vida. No hay punto de comparación con las familias de nuestra iglesia…
Aunque no todas, después tengo mucho que contarte, semana a semana me voy enterando de cada historia. Creo realmente, que dimos un buen paso al cambiarnos a esta pequeña ciudad.
Padre: Así, dime…
Madre: Primero sigue tu, por favor estoy que no doy mas…
Por que no son como nosotros te pido que me cuentes, como se dejan manosear esas laicas. A mi me contaron las chicas de la iglesia, que se dejan manosear por cualquiera y algunas hasta les gusta ser manoseadas por algunos adolecentes también.
Padre: Y por chicos también…
Madre: Puedo corroborar eso, mi amor. Yo misma las he visto en la escuela de Clara. Todo esto muy disimulado sabes, pero he visto a maestras que se dejan manosear cuando nadie las ve, por algunos de sus alumnos.
Padre: Si es verdad, no son nada decentes, les gusta sentir las pequeñas, y aun tiernas e inexpertas manos por debajo de sus faldas…
Madre: Y tu llegaste a verlo en tus viajes, a esas degeneradas…
Padre: Una vez vi, como una madre llevaba su niño chico a su lado, y otro en sus brazos, al parecer a este último le estaba dando el pecho y mientras conversaba, con su amiga…
Llegue a escuchar una conversación de lo mas normal, al principio después fue cambiando de tono. Era de cómo había cambiado su vida con su esposo, por la llegada del nuevo bebe…
Pero mientras ambas mantenían su conversación, por debajo sucedía otra cosa…
Madre: No me enciendas mas, por favor contar…
Padre: El niño que estaba a su lado tenia la mano bajo la falda de la amiga de su madre y ella no decía nada, mientras continuaba hablando con la madre, disimulando, mientras le acariciaba los hombros, disfrutaba del manoseo que le proporcionaba el chico…
Llego a preguntarle con toda picardía: Si el mas grande no estaba un poco celoso… y la madre miro para los costados y se le acerco al oído y le digo: Esto no lo sabe nadie y menos mi esposo, por las noches cuando lo voy a arropar a su cama antes de dormir, le dejo mamar de mis pechos….
Ósea que el mas grande también bebe de tu leche… Esto al parecer, le disparo la libido a la amiga y acerco al chico contra su cuerpo… diciéndole a la madre. ¿Mira el cabroncito también esta disfrutando de tus pechos y no esta grandecito para esto? Todo esto al parecer llevaba a excitarla más aun, que las manos del hijo de su amigo. disimulando con una supuesta ingenuidad frente a la madre. Mientras que el chico la magreaba a su gusto… Y cual de los dos se dedica mejor a la tarea, amiga mía. Dijo sonriendo.
No seas indiscreta…
-Lo lamento…
– La madre (acercándose un poco mas). La diferencia, son los dientes…
Pero a pesar de los dientes, dime la verdad con el mas grande…
Tiene un morbo, que ni te cuento Amiga.
Si es verdad, pero no es lugar, para contarte los detalles…
Mientras tanto el chico cada vez mas descaradamente le metía mano, tanto que su falda se había subido mas de lo debido, que yo estando tan cerca podía verle sus pantis.
Madre: ¡¡¡Verdad de que color eran!!! … Seguro que ya estaban llenas de flujo!!! ¡¡¡Viciosas!!!… Que asquerosas que son esas mujeres, por eso no las respetan… Pero si yo misma las he visto que al subir a los trenes, los hombres las ayudan a subir, pasando sus sucias manos por sus nalgas, y ellas como si nada, pero incluso hay algunas, que hasta les sonríen disimuladamente, como agradeciendo las caricias, incluso estando con sus maridos a su lado.
Padre: Tenia unos pantis rosa pálido…
¡¡Uno de tus colores favoritos, mi vida!! A que tentaciones, te enfrentas mi amor. Decime con todas las letras lo que son… esas asquerosas. Por favor no tengas tanto respeto al hablar de ellas…
Mi madre ya había llevado su otra mano bajo su falda y bajaba desesperadamente sus calzones hasta las rodillas y comenzaba a tocarse también.
Padre: Son unas asquerosas y por sobre todo muy putas…
Madre: Eso es. Mi amor, son muy putas… putas, asquerosas que no respetan ni a sus maridos, ni a Dios. Solo buscan la manera de que sus bragas siempre estén mojadas.
Padre: Si son muy putitas, no son nada decentes como nosotros. Ante la sociedad hay que tener decoro y no ser tan explícitos.
Madre: Putitas solteras, putas casadas… Aunque seguramente algunas tienen ya hijos o hijas, pero lo putas lo llevan en la sangre. Son y lo seguirán siendo. Y hoy, Contame como te fue… por favor…mi amor… Como buena cristiana, tengo que saberlo, pues tengo que estar enterada del mundo que nos rodea… Yo se que esta cambiando y cada día que pasa se esta mas degenerando, hombre pajeándose en las plazas viendo a las nenas jugar y las madres vistiéndolas para que eso suceda y podría decirte mucho mas.
Padre: Y para que veas a donde hemos llegado. Hoy por la cantidad de gente, no le fue muy fácil a una madre llegar a la mitad del tren. O sea, donde yo me encontraba, se me acerco muy despacio, disimuladamente fue quedando de espalda a mi. Yo la tuve frente a mi como invitándome a que proceda a manosearla.
Madre: De veras mi amor, seguramente quería que la manosearas… la muy guarra, ¡¡¡y que hiciste!!! Dime..
Padre: La señora disimuladamente cada ves se acercaba mas y mas a mi…
Madre: Le habrás metido toda la mano, sin ningún reparo por que, si no lo haces son capaces de decirte que eres un maricon, las muy busconas degeneradas.
Padre: Si, así lo hice.
Madre: Bien echo mi amor… ¿y como la manoseaste?
Padre: Tomando el borde de su falda, se la fui subiendo, poco a poco …
Madre: ¡Si!… Así se hace, a esas puercas no hay que respetarlas, se lo tienen merecido por calentonas y sobretodo por aparentar ser mujeres decentes, como yo o las de nuestra congregación. Hay que dejarlas al descubierto a esa sucias, cochinas.
Padre: Pero sabes, hoy tuve miedo…
Madre: Por que dices eso mi amor. Si ya sabes como me gusta que me cuentes todo, así confesándome tus oscuros deseos, también descubro los míos mas ocultos. Pues yo se que te gusta que te demuestre mis deseos impuros… tu sabes que yo siempre seré tu pura y santa esposa. Y esto es solo para limpiamos, gastando mutuamente nuestros sexos. Como esas putas viciosas.
Mírame ya me bajé la bombacha y ya tengo dos dedos en mi conchita. Además, desgastando nuestros sexos mutuamente, sin que nadie nos vea y en la privacidad muestra casa, nadie nos condenara, solo Dios, pero el sabe que lo hago, solo por ser una buena esposa… y una vez limpios nos estaremos alejándonos de esas vidas hipócritas…
Padre: Entonces, tu también decímelo con todas las letras… que hacemos juntos para limpiarnos, decilo que me encanta sentirlo de tus limpios y tan puros labios, que sabes que me encanta, cuando dices palabras impuras en los momentos justos, pues te recuerdo cuando estas en misa rezando, y en mi mente resuenan tus palabras, y me pongo tanto como lo estoy ahora por vos.
Madre: De verdad, mi amor… Como me calientan tus palabras… esta bien te lo diré como te gusta, mi amor. Nos pajeamos. Nos pajeamos juntos mi amor… !Nos pajeamos!… ¡¡¡Porque realmente nos gusta muchísimo mi amor… Realmente somos unos verdaderos adictos a las pajas… Pajeros clandestinos… Muy… Pero muy Pajeros!!! Y lo disfrutamos a mas no poder. Por que nos encanta, desde siempre…desde antes de casarnos y como lo seguiremos haciendo por siempre, manoseando nuestros sexos de las maneras mas sucias, así limpiamos nuestras mentes.…
Te recuerdas cuando éramos novios, lo hacíamos en cualquier parte, cuando íbamos al cine, sin interesarnos que película daban y estando allí nos contábamos cosas sucias y pasábamos horas pajeandomos y no éramos los únicos… Pues veíamos a parejas como nosotros masturbándose todas las tardes. Y recuerdas, cuando vimos a una madre, pajeando a su hijo, fue increíble.Vos sabes que soy muy pajera, eso me viene desde muy chiquita. Mi madre me descubrió una mañana y en vez de censurarme… y ahora que lo pienso, fue ella mi madre… la que termino enseñándome como hacerlo, por mi seguridad para no dañarme mis partes… vamos ella también me pajeo varias veces y claramente fue ella la que me alentaba a hacerlo….
Padre: Como no voy a recordar… Como te gustaban estas tardes. Recuerdo que no se cuántas veces me pedias que te cuente, como me pajeabas con las prendas de mi madre y te conté hasta el cansancio cuando ella me descubrió…
Madre: Y nunca me voy a cansar de esa historia, que ya son parte de nuestro repertorio privado y más caliente… Y yo me siento identificada, pues ella misma termino proveyéndotelas a espaldas de tu padre.
Padre: Si estuvo callada un tiempo,después de pensarlo varios días, ella misma me las daba. Y me decía, ten cuidado que no las vea tu padre. Pero inmediatamente cambio su proceder al entregármelas por miedo que se enterase mi padre. Entonces ella misma por las noches me las dejaba después de haberlas llevado todo el día, debajo de mi almohada. Al venir de noche y darme un beso sonriendo de decía para que te diviertas antes de dormir “pajerito mío”.
Como tu ya recordaras. Ambos también llegamos a disfrutar de sus bragas sucias.
Madre: Yo era muy chica en ese entonces y me quedaban bastante grandes te acuerdas… Me calentaba mucho mojarlas de fluyo, sobre el fluyo seco de tu madre, era lo más. Después con el tiempo no solo te dejaba las bragas, ¿no?
Padre: Había noches que se quedaba un rato mas, conmigo conversando o leyendo una revista juntos…
Madre: ¿Si, pero la revista era solo una excusa no?
Padre: Si en verdad era una excusa que ella le daba a mi padre, para ausentarse de la habitación mientras el se iba quedando dormido viendo televisión. Con el correr de las noches, ella me fue introduciendo en su juego. Ella entraba en mi cuarto, sutilmente fue enterándome de las reglas de aquel juego. Mientras ella comenzaba a leerme supuestamente para que me durmiera. Me decía que mientras ella me esté leyendo, le gustaría ver como me pajeaba con sus bragas…
Noche tras noche, se fue haciendo una costumbre, también la lectura había cambiado, mirábamos o comentábamos alguna revista erótica, que ella ocultaba entre las hojas del libro o supuesta revista que me estaba leyendo.
Mientras ella me leía cosas eróticas, con el propósito de calentarme y cuando no encontraba la adecuada, ella misma las inventaba. Al notar que yo ya estaba a punto de llegar, ella me decía imperiosamente. Mírame a los ojos, quiero que me este mirando a los ojos cuando te salte la leche, entonces yo veía que sus ojos que se tornaban vidriosos en el momento que mi leche saltaba manchando las bragas que ella me traía y ya había puesto sobre mi estomago. Con el tiempo fue perfeccionando su técnica, ella se presentaba con una bata y también traía una toallita húmeda para limpiarme después de haberme derramado sobre sus bragas, ella decía irónicamente. Así mi amor… así ni una gotita en las sabanas, todita en mis bragas…
Poco después otra variante, cuando venia con su salto de cama. Atenta siempre mirando hacia la puerta por si mi padre se presentaba sin avisar, ella me hablaba de sus amigas, si me gustaría tener sus pantis o tocar sus pechos o si yo las había visto o si las espiaba bajo sus faldas, mientras ella iba suavemente aflojando el lazo de la bata…y poco a poco me permitía ver sus pechos. Llegándome a prometer las bombachas de sus amigas.
Madre: Seremos nosotros tan puercos, con nuestros hijos…
Padre: Como. Dices esas cosas mi amor…
Madre: Perdóname… me sobrepase… fue demasiado.
Padre: No mi amor. no quise dar a entender eso, sino todo lo contrario… Me gustaría que seas como mi madre con nuestros hijos…
Madre: Pues te prometo, que seré bajo tu consentimiento mas puerca que tu madre…y bajo mi consentimiento que ya lo tienes, para serlo con tu pequeña princesa. O sea, o te ayudare a realizar todo lo que desees.
Madre: Pero, lo que mas… o sea lo mas que me hacia calentar… Fue cuando, me contaste que cuando tu primita te visitaba y se quedaba por las noches en tu casa, tu madre la hacia dormir en tu cuarto y en tu cama…
¡¡Que bárbaro!! Tu también tuviste una madre, de lo mejor…
Padre: Si mi prima era muy dócil y sumisa…
Madre: Si lo se, antes de salir juntos, ¿era con ella que descargabas tus vicios incestuosos no? Recuerdo con que pasión me la describías, sus pequeñas bombachitas, que tu mama se apuraba a lavarlas por la mañanas, para borrar toda huella, de algo que ella también era participe. También como recordabas y me describías su conchita sin pelitos… Y yo como siempre te complacía, y te juro que nunca dejare de hacerlo…me depilaba y te decía a los gritos, mientras me cojias… Asi mi amor cojete nuevamente a tu primita, como cuando eran chicos… goza de su pequeño culito… Y tu me llenabas el culo de leche, pastosa y caliente. Recuerdo cómo me ponía hecha Yo un rio entre mis piernas, mientras me contabas todos los detalles, sus gemidos y expresiones… Y cuando tu tía se dio cuenta de lo que hacían, por las noches, se convirtió en silencio, y fue ella misma termino alentándolos mientras que nadie se enterara, y una vez hasta ella se quedó a ver como lo hacían… Y seguramente pajeándose, mientras su hija era en culada… ¡¡¡Por lo demás de puerca la hermana de tu madre!!!
Padre: Si lo recordare siempre, como disfrutábamos no solo con mis relatos si no con los tuyos, y tus amigas buscaban nuevas sensaciones… Recuerdo como casi todos los viejos en el tren trataban de manosearte, o cuando entraban en el bus. También recuerdo que de esas épocas eras tan precavida que siempre llevabas un pañuelo para limpiarte antes de entrar a la escuela. Esa costumbre la conservaste porque en nuestros encuentros, que eran en cualquier lado, no importara donde fuere, querías que deje manchadas tus prendas, pero que no te chorrearan las piernas.
Madre: Mi madre se enteró, lo que pasaba en esos viajes, y en vez de reganarme, la idea de llevar siempre un pañuelo fue de ella. Incluso cuando empezamos a salir, ella fue más exigente con eso, según ella era para cuidar mi virginidad hasta cuando nos casásemos. El pañuelo que me daba mi madre, al terminar día me lo pedía, después que vos te ibas de casa, ella aparecía reclamándome el pañuelo. Para corroborar que te había echo acabar en él y que tu leche no tocara mi conchita. Ella lo guardaba en su brasier… Y me decía… Para que no lo vea tu padre, ese será nuestro secreto.
Así que todas las noches se lo tenia que mostrar a ella, antes de acostarme o iba a mi cuarto y si no estaba lleno de leche, ponía cara de enojada. Ella lo ocultaba en el sostén y me pedía explicaciones y que le contara todos los detalles de cómo te sacaba la leche. Y si te había gustado. Ella me aconsejaba que si me quería casar, cuál era la mejor manera de hacértela la próxima vez.
Padre: No sabia eso. Así que tu madre, sabia lo que hacíamos.
Madre: Si mi amor, ella a su manera de aconsejar su hija, pues quería que nos casemos. Pero también deseaba que yo llegara virgen al matrimonio. Bueno no del todo, por que mi culito… bueno eso es otra historia y tu la conoces muy bien.
Padre: ¿Cuantas historias no?
Madre: Bueno, dale continua. Por que, tuviste miedo el día de hoy…
Padre: Es que estaba con su hija.
Madre: Pero, si ya te dije mi amor, que algunas mujeres se dejar tocar, hasta por los muchachitos incluso por chicos de la primaria. En la escuela sabemos que hay dos o tres maestras que les permiten a sus alumnos entre juegos y cuando nadie las ve, ellas disimuladamente y con mucha cautela les dejan que les toque sus pechos o sus partes mas intimas. Después, te voy a contar, lo que hacen, cuando los llevan a los baños. Hay un grupo de madres, al cual pertenezco estamos pensando hacer algo, con ese problema. Y ya nos hemos dispuestos a hablar con estas maestras.
Padre: Si me lo dijiste, pero no se… me dio algo de vergüenza sabes…
Madre: No mi amor, nunca tengas vergüenza frente a mi, y menos estando frente a esas puercas…Seguí Contame todo, que ya estoy manchando todo el almohadón con mis flujos, mírame ya lo he mojado casi todo.
Padre: Si ya siento, tu olor a concha caliente que tanto me fascina, inundando toda la habitación, esa fragancia que tanto me gusta y me transporta…
Madre: Mi amor, puedo percibirlo entre mis dedos, como la tienes de dura y a tus huevos desbordantes de leche… Yo te los he vuelto a cargar, ¿contándonos nuestras aventuras… las manoseaste a las dos…no?
Padre: Si a la madre y a su pequeña hijita…
Madre: Siii seguí contándome, por favor… Tenia la edad de la nuestra.
Padre: era un poco mas chica.
Madre: ¡No! ¡Mas chica que la nuestra… Guau!¡Guau!, cada día vienen mas chicas y mas asquerositas. Te la habrás tocado todita a la nena, seguro recordando, ¡el culito durito de tu primita… Ah! mi amor… Mírame por favor … mi concha como late. La próxima vez te prometo que me depilo enterita para que, cuando me cuentes, al mirarme recuerdes todos los detalles de una bella conchita sin pelos. Hacia mucho tiempo que no hacemos eso, a mi me encanta resucitar el pasado…
Como me gusta estar despertando antiguas perversiones, no te parece… No lo puedo creer, lo caliente que estoy…
Padre: Salen a la calle a provocar, tanto la madre como la hija…. Aunque no me extraña, estas cochinas visten a sus hijas con unas falditas, que apenas se sientan o se agachan se les ven sus calzoncitos.
Madre: Yo lo veo en los cumpleaños cuando la llevo a Clarita o cuando voy de compras y hasta en la iglesia… lo puedes creer…
La conclusión es simple, las llevan así poder calentar a los hombres… Para luego gozar como perras, por partida doble… Mirando a sus hijas cuando las admiran y las acarician, siempre y cuando sean discretos, sin levantar sospechas de las personas a su alrededor. Pero si bajo las miradas pendientes de sus madres. Yo las veo a esas madres sin poder apartar sus ojos de sus niñas, permitiendo que las toquen, que las gocen… apoyándolas y magreandolas…
Sabes… Yo misma he oído a madres, hablar con sus hijas, en los cuartos de los baños…
Padre: ¿como fue eso?
Madre: la primera vez, fue de casualidad… Pero ahora cuando sospecho algo inusual, entre madre e hija las sigo y casi nunca me equivoco.
Padre: Y que descucharte…
Madre: Ya dentro del cuartito del baño, con mucho cuidado van revisando los calzoncitos de sus niñas, mientras las interrogan de como se han ensuciado… Seguramente de la leche del hombre que la estuvo magreando. Mientras con delicadeza las van limpiando, y escuchando a su pequeña explicar cómo fue que esta así de sucia. Puedes disfrutan el ir recogiendo el semen dejado sobre sus hijas, y también por que temen que sus maridos se den cuenta de talles maniobras, que ellas permiten e incitan a tener a sus hijas. Mientras mojan sus prendas, con su placer oculto.
• Mi amor deja ver a mama, si tienes la bombachita muy manchada.
• Yo, creo que, si mama. Aunque tuve mucho cuidado, de no sentarme para que no marchar la falda .
• Lo se mi amor, hoy había mucha gente, y todos estábamos apretados, sabes que algunos, sin dase cuenta te pueden ensuciar.
• Si lo se.
• Pero mami, siempre trae bombachitas para que te cambies.
• Gracias. Mama me puedo cambiar.
• Por mi no debes preocuparte, entre madre e hijas, podemos hablar de ciertas cosas. Pero ya te he dicho que tu papi no debe saber nada de esto entiendes. Nunca debes hablar de esto. Pues el se enojaría mucho y no le gustaría saber que a su nena le manchan la bombachita otros hombres sabes. Esto es un juego entre madres e hijas buenas.
• Si mami, lo se… es un secreto.
• Bien mi amor, es nuestro secreto y yo sé que a ti le gusta mucho que acaricien tu culito, como lo hace tu maestro. Sabes en realidad ambas disfrutamos al ver como esos extraños , meten sus manos bajo nuestras faldas, para sentir nuestras colitas. A mí me gusta mucho que me dejen los lechazos de leche calentita, sobre nuestras ropa íntima.
• Si mami a mi gusta también…
• Lo se mi amor. Por eso te digo siempre, que cuando sientas que te están tocan do, me hagas señas para yo vigilar, poder ver te, mientas te tocan el culito. A mami, eso le gusta mucho mirarte. Y allí si, ya te puedes dejar manchar la bombachita. Solo me lo tienes que decir a mi, así después podemos cambiarnos. Mami siempre lleva, bombachitas limpias.
• Lo se Mami.
• Bien… Tu ya sabes, que las dos podemos jugar y divertirnos mientras nos cambiemos juntas, como nos gusta a las dos.
• Sabes este es un secreto que no todas las madres tienen con sus hijas. Así que tampoco se lo puedes contar a tus amiguitas.
• Ni a Claudia…
• Bueno, ya hablaremos de Claudia.
• A mi me gusta mucho jugar con ella cuando se queda a dormir en casa.
• Ya hablaremos, en casa de eso. Claudia es especial, se que las dos le gusta darse besitos y tocarse cuando se queda a dormir. Pero yo tengo que hablar con ella sabes.
• Bueno mami, no te enojes.
• Sabes, algunas madres, que tienen este secreto con sus hijas. ¿Ellas nunca se enojarían, con sus hijas pues ambas juegan como nosotras cuando se cambian sabes?
• Quienes juegan como nosotras mama.
• Tengo una amiga que tiene una chica como tu, ella tiene un anos menos que vos, y yo se que ellas también juegan, te gustaría que un día juguemos las cuatro juntas.
• Si, cuando…
• Bueno lo tengo que hablar con ella primero sabes…La conocí en la feria te acuerdas.
• La ves que aquel señor, que mientras estamos en la feria escuchando música, te acariciaba la colita… y tuviste miedo de decirme…
• Yo no sabia.
• Ahora ya lo sabes, mami siempre te estará, mirando como ya te dije. Tu cuando te tocan debajo de tu faldita, te tienes que quedar quieta, por que así se comportan las buenas niñas, no debemos hacer escándalos y nunca decir nada… Eso calienta mucho a los hombres, sabes, así les sale la leche.
• Si mami…Nosotras nunca decimos nada…
• Pero después me tienes que contármelo todo… solamente a mama sabes…contarme que paso y si te gusto, mientras yo te cambio.
• Me las mancharon, otra vez de leche…
Si y mira cuanta te dejaron hoy. A ver mi vida… Sabes hoy a mami también se las mancharon, apúrate mi amor sácate la bombachita, antes que termine el sermón y déjame la verla, que yo te muestro la mía.
• A ver mi amor…Oh, si y cuanta lechita… mira esta calentita todavía…
• Y la tuya mami…
• Esperan que ya me la saco mi amor. ¿Mira, me la tiro por toda la cola…que atrevido no?
• La podemos probar como la otra vez mami…
• Toma, yo me chupo la tuya y tu la de mami…
• Mientras nos tocamos nuestras conchitas.
• Mete toda tu manito en mi concha, mi amor… Asii…
En ese momento, yo ya me estaba pajeando violentamente y sin darme cuenta se me cayo el bolso… y creo que se dieron cuenta que no estaban solas… y ambas callaron… Yo tuve que salir rápidamente del baño, sin saber el final de la conversación entre madre e hija.

Padre: vas a tener que ir mas seguido a esos baños.
Madre: Ya te dijo: Se que ellas también reciben lo suyo mientras tienen a sus hijas mas pequeñas de sus manos, y reciben de buenas ganas las manos de los extraños.
Padre: Estuve mas de veinte minutos, metiendo mano a la madre, mientras la hija me miraba.
Madre: Que putas… una gozando y otra aprendiendo. Dame tu mano, todavía debes tener su olor entre tus dedos todavía, déjame ver… humm, voy a chupártelos y quiero que me mires cuando te los chupos, pues tus dedos están llenos del fluyo de una extraña impura, y yo se como purificarte. Seguro que todavía debes tener sabor a ellas. Y yo debo limpiarte los dedos mi amor, con lengua con mi boca y sacarte ese olor a concha sucia.
Padre: Yo se que, eso te gusta esto linda…. chúpamelos mi amor. Pero como un buen esposo, extraño los flujos de mi mujer pura y fiel a su marido.
Mi madre, saco su mano de entre sus piernas, y la llevo a la boca de mi padre. Mientras ella seguía chupando los dedos de mi padre… mientras decía… tienes los dedos con el olor muy fuerte, seguro la hiciste acabar en tu mano, como buenas putas que son… como habrán gozado esa perra y su vástago… putas, asquerosas e infieles amorales.
Padre: Creo que me estoy viniendo, mi amor.
Madre: Espera un poquito mas. Por favor, Contame algo mas de la nena, que mi imaginación no da mas… Mas chica que Clara… que precoz, me imagino la situación, sorprendida viendo a su madre magreada por un desconocido, mientras que tus manos también estaban explorando su pequeña colita… veo sus pantaletas estar recibiendo sus primeros flujos de calentura.
Padre: Yo detrás de ella, ya la tenia afuera del pantalón, súper parada.
Madre: ¡¡Y ella te la miraba!!… la nena te la miraba… wow!!! mi amor mira el almohadón como lo moje hoy… me siento como una de esas…putitas sintiendo tu pija lechosa, pegajosa sobre sus culitos hambrientos de vergas.
Padre: Si la tenia en su raja…
-De la madre!!
Si, pues con mi otra mano manoseaba a su hija, en eso creo que se dio cuenta que estaba a punto de acabar… y paso su mano detrás y me la agarro. Me llevo hacia en costado donde se encontraba su hija y frotándola contra su pollera y comenzó a pajearme… imagínate.
Madre: Si si…me imagino seguí por favor así Siii…
Padre: Mi pija había quedado entre la carita de la niña y la cadera de su madre… mientras ella seguía masturbándome mas rápidamente… cuando estaba por acabar me soltó y con su mano acerco la cabeza de su niña, como acariciándola, la arrimo a su cadera. Quedando mi pija entre su cadera y la carita de su hija.
Madre: Que hija de puta… asquerosa… es demasiado… que asquerosa, seguro acabaste…
Padre: Si mis tres lechazos, ensuciaron la falda de la madre y dos en la cara y el pelo de la niña…
Madre: ¡¡guah!! Mi amor no las ensuciaste… Mi amor ellas ya son sucias, por su sucio vicio. Así mi amor mírame como ya tengo los cinco dedos en mi concha del gusto. Me encanta que le hallas dado una lección y una buena ración de leche.
Padre: Sabes que ella se agacho, con un pañuelo a limpiar la carita de su hija. Fue todo tan rápido, que yo no me la había guardado y aun media parada… la tenia babeando gotas de leche… se la metió en su boca delante de la hija, termino de limpiarla, pasando lentamente su lengua y después le dio un beso en la boca a su nena… Yo las miraba, y vi como la madre de reojo me sonrió…
Madre: No puedo mas…
Padre: Espera. Espera… que te tengo un regalo…
Madre: Un regalo…
Padre: Era tanto, el degeneramiento que nos rodeaba, que le dije al oído a la madre. Me podrías dar los calzoncitos de tu nena. Ella me miro, como incrédula y excitada por mi demanda. Y me dijo, Te gustaría quitárselos tu o se los saco yo. Me gustaría que se los quite su madre, y me muestres si los ha mojado…
Seguro que si… es chica, pero tan caliente como la madre. Y allí mismo, mientras yo la tapaba por si hubiera una mirada indiscreta, le dijo algo al oído de su hija, luego levanto apenas la pollerita y le saco su bombachita, con una destreza, que solo una madre puede tener… Dio vuelta mostrándome su pañito todo húmedo. Y me dijo: Imagínate como tengo las mías, tómela guárdela de recuerdo.
Madre: Muéstramelas por favor…
Padre: Mira que olorosas y sucias están.
Los ojos vidriosos de mi madre, no lo podían creer. Toda su cara se había transformado, en algo que solo reflejaba lujuria incontrolable…
Madre: A ver… esto no es el panty que una madre decente compraría para su hijita…Joder como las mojo la pendeja. No te dije, las madres se las compran y las arreglan para hacerlas mas sexy a sus hijas para con ello calentar a los hombres… pero que putas que son…
Padre: No te gustan, mi amor.
Madre: Si mi vida, solo que me sorprende, que sean tan degeneradas…
Padre: Pero estando aquí solos, a puertas cerradas en nuestra casa, tu podrías ser tan degenerada o mas que ellas, si lo deseas…
Madre: Si yo siempre seré devota a nuestras creencias y deberes. Maritales y los dominicales. Así como también de nuestros vicios privados, mi amor… tu lo sabes… Mira en cuanto, Clarita comience a interesarse en el sexo. Serás tu, su propio padre, quien verificara como moja sus braguitas, llevadas durante todo el día. Y en las noches ambos disfrutemos de ellas, y solo después de nuestros disfrutes las llevare a lavarlas inmediatamente, para eliminar nuestros fluidos. Mil veces me imagine sacándoselas para después guardártelas para ti… Y ofrecerte lo mejor que una esposa puede dar a su marido. Vos las vas a tener primero, para poder supervisarlas personalmente… te lo prometo.
Padre: Gracias, mi amor…
Madre: Sabes… Además, ya la estoy preparando, como hizo mi madre conmigo acostumbrándome a lavativas semanales. Pues fue así fue como ella, me acostumbro, preparándome para cuando me case. Esa fue la manera tu pudiste disfrutar de mi culito cuando estábamos de novios. Así pude llegar virgen al matrimonio. Y como buena madre que soy, no voy a poder darte todo… Pues nuestra hija eligirá, a su tiempo con quien perder su virginidad. Para posteriormente pasar a satisfacer a su pareja y crear los lazos de vida junto a su esposo… Pero ya te prometo, que tendrás su primera virginidad, sin que nuestra hija se de cuenta, podrás usar su culito.
Padre: De donde, sacas esas ideas…
Madre: Bueno como ya te dije, de mi madre y su comportamiento para conmigo… Pero así también de una madre que conocí en la iglesia y me dio varias ideas, para que podamos gozar de ciertos placeres prohibidos…
Padre: Que también tiene una hija…
Madre: Tiene dos y las tiene bien entrenadas, y ambos las gozan.
Padre: No esperes mas… métela… métetela en la concha, mientras te terminas de pajear… así hermosa pajeate con la bombachita de la nena dentro de tu babosa y hermosa conchita, mójala, inúndala con tus flujos…
Madre: Si… si mírame… mírame por favor… como me la meto, así despacito para que vos disfrutes.
Como desde esa primera vez que me metiste la bombacha de mi vecina. Te acuerdas, yo misma le robe para poder pajearte con ella y que después de llenarla de leche, me la metiste en la chocha, mientras me rompías el culo, que recuerdos de nuestros primeros tiempos.
Mira en lo puta que puede ser tu mujercita, como se mete cualquier cosa que desees en su concha… Mira soy la mas asquerosa de las pajeras, tengo ya los labios rojos y mis dedos dentro de mi concha…
Gritaba, mi madre mientras acababa, cayendo de espalda y sus dos manos furiosas entre sus piernas.
Antes de terminar de decir las últimas palabras, mi padre ya había descargado toda su leche sobre mi madre, estando ella enajenada pajeandose a dos manos, y tratando de recibir en su boca la leche de mi padre, mientras el fregaba sus huevos en sus tetas, para seguirla llenándola de semen.
Madre: Me gusta que me cuentes, como limpias con tu leche sagrada a las putas de la calle.
Padre: No hay más sucia y puta que tú.
Madre; ¡Ah! Mi amor.
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2023-05-29
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