En el dentista

Juan y Aitor coinciden en una app de ligoteo. Juan recibe la foto de Aitor y se da cuenta de quien es y por discreción le dice que si coinciden se descubrirá pero que mientras prefiere el anonimato y terminan follando Version para imprimir
EN EL DENTISTA

Aitor andaba buscando un activo ya que hace tiempo que no era follado. Si tenía que obedecer lo haría. Se descargó una aplicación de ligoteo por internet. Estuvo mirando perfiles, últimamente le ponían los maduros. Era verano y vio algunos perfiles que aparecían algunos días y otros desaparecían, seguramente por temas de veraneo.

Por otra parte, un amigo de su padre cercano a la jubilación, dentista tenía la misma app. Estaba viéndola cuando observó el perfil de Aitor, pero sin saber que era él. Le saludó. No tenía mucha esperanza que respondiera porque por su edad no muchos respondían.

Estuvieron manteniendo una charla varios días. Juan se dio cuenta que Aitor solo le aparecía cerca cuando él se encontraba en su piso de verano. Estaba casado sin hijos. Por fin, al de unos días fueron a intercambiar fotos. Primero envió Aitor y cuando Juan la recibió se dio cuenta que era el hijo de un amigo de su cuadrilla y entonces antes de enviar la suya le dijo:

Prefiero que cortemos aquí y no enviarte la foto porque me reconocerías. Me conoces y al estar casado prefiero no arriesgar.

A ver, lo mío no lo sabe nadie y espero que siga así con lo que si te reconozco daría igual porque quedaría entre nosotros, solo dime si te atraigo. --- respondió Aitor poseído por el calentón.

Haremos una cosa. Sigamos sin que yo te envié foto. Te aseguro que soy de fiar y me conoces bien. Si dentro de unos días no ha surgido la oportunidad que te folle pues te envío la foto. --- respondió Juan.

En otros tiempos Aitor le hubiera bloqueado por no fiarse, pero con el tiempo que llevaban hablando prefirió aceptar el plan. ---- respondió Aitor.

Aitor, tenía que ir al dentista y tenía la cita ese día a las 16 de la tarde en la ciudad. El dentista era Juan. Este tuvo la precaución de poner como ubicación en la app la ciudad de veraneo con lo que Aitor no vería que estaba cerca. Como buen amigo de su padre, Juan ese mes no trabajaba y el único paciente ese día iba a ser Aitor.

El treintañero Aitor llegó y Juan le hizo pasar y que se sentase en la silla del dentista. Se aseguró que la puerta de la consulta estuviera bien cerrada. Luego le hizo abrir la boca y empezó una inspección de su dentadura cuando con la mano izquierda la posó delicadamente en el muslo y comenzó a pasarla por el hasta la polla.

Aitor abrió los ojos y cerró la boca atrapando el gancho metálico.

Ya descubriste la verdad. Por eso no te pasé la foto. Ahora si quieres que continúe pon tu mano en la mía y si no quédate como estabas que seguiré revisándote la dentadura y será una consulta normal. ------ dijo Juan

Aitor dudó, pero la situación le había excitado tanto que puso la mano en la del dentista. Entonces Juan se levantó y volvió con algo en la mano. Hizo abrir la boca de Aitor y se la colocó en ella para luego abrírsela hasta que los músculos de la mandíbula de Aitor se tensaron.

Juan entonces se fue desnudando. Se quitó la bata y luego los pantalones quedándose en bóxer. Unos bóxeres que se abultaban. Cuando se los quitó pudo verla. Entendió porque el aparato que llevaba en la boca le hacía abrir esta tanto. Juan se la introdujo en la boca y pretendió follarle con ella, pero el metal se lo impedía así que le sacó la mordaza.

Entonces Aitor giró su cabeza y cogió la polla con una mano con la que le costaba abarcar todos los diámetros. De longitud podía, pero de grosor le costaba. La daba lametones a lo largo para luego coger el glande y chuparlo. Aitor abrió algo más la boca y Juan aprovechó para metérsela entera y follarsela.

La situación le estaba excitando tanto que Juan tenía miedo de correrse y quería follarle el culo. Le hizo ponerse a 4 patas. Aitor obedeció y él colocó la silla de tal forma que llegase a su ano. Entonces se agachó y bajó la lengua desde la parte de arriba de las nalgas hasta el ano. Primero solo le daba pequeños lametones hasta comerle directamente el culo.

Aitor también estaba excitadísimo. La postura era muy incómoda para Juan que hizo que Aitor apoyase los pies en el suelo. El aprovechó para coger un bote de lubricante y vertió una generosa cantidad en los alrededores del ano. Luego lo extendió en el ano y sus alrededores. Por último, se extendió el lubricante por la polla.

Acercó su pene al agujerito e intentó empujar. No podía traspasar la entrada. Lo volvió a intentar y con el mismo resultado, pero ya se notaba como resbalaba. Lo intentó de nuevo y ahora entró el glande hasta pasar justo la punta. Suavemente fue metiendo el resto. Cuando estuvo toda dentro, la sacó y la metió de nuevo de la misma forma suave pero profunda.

A la tercera la sacó, pero entonces le cogió de las caderas y se la metió de golpe. Lo que en otras circunstancias hubiera dolido ahora ya no lo hacía y lograba excitar a Aitor. Lo empezó a sodomizar lento pero profundo para luego hacer rápido y superficial. Fue alternando las dos formas. Con la mano lo masturbaba a Aitor.

Fue regulando las dos velocidades, pero quería correrse de una forma muy concreta así que se la sacó y cogiéndole del pelo lo condujo hasta una habitación que usaba como vestuario. Tenía una amplia ducha donde le metió al chico que para el polvo se había desnudado. Los dos desnudos se pusieron bajo el agua de la ducha.

De pies, lo volvió a penetrar, ahora sin miramientos porque había logrado dilatarlo. Lo follaba con fuerza y ganas. También lo masturbaba. Estaba tan caliente que lo follaba como si lo fuera a hacer traspasar la pared. Aitor no aguantó con un par de estocadas en la próstata y eyaculó a la vez que Juan se la sacaba y lo empujaba de los hombros hasta hacerlo arrodillar y luego Juan se corrió en su cara para seguido orinarle.

A partir de ahí Juan y Aitor quedaron muchas veces para follar y que Aitor fuera usado para el placer de Juan.