El masajista

por
género
primeras experiencias

Hace algún tiempo sentía un malestar en la espalda y el cuello, intente con varios remedios pero no se me quitaba, una amiga me recomendó a Luis un masajista con el que acude frecuentemente, según mi amiga es un experto para quitar ese tipo de malestares, manejaba técnicas orientales y no se cuanta cosa más que la dejaban como nueva, le pedí el teléfono para contactarlo, sonaba muy amable, le conté que mi amiga me lo recomendó mucho, le platique de los malestares que sentía, acorde una cita con él para el día siguiente.
Fui a verlo en la tarde después del trabajo, estaba por el centro de la ciudad, creí que la dirección seria de un consultorio pero era un departamento, toque la puerta y abrió un tipo sin camisa como de 30 años, de cuerpo bastante musculoso, me invito a pasar, tenía una habitación acondicionada para dar servicio, platicamos un poco, me pareció alguien muy simpático que me inspiraba confianza, le conté sobre mis dolores, Luis empezó a revisarme, me dijo que mi espalda y cuello estaban tremendamente tensos por el estrés, ofreció darme un masaje, prometió que me sentiría muchísimo mejor, no perdía nada con probar, entre al baño para quitarme la ropa, quede solo con mi ropa interior, me puse una toalla y me recosté sobre la cama de masajes, Luis prendió unas velas aromáticas, se puso un aceite en sus manos mágicas, honestamente me dejo como nuevo.
Lo felicite por tan fantástico trabajo, nos quedamos un rato hablando, le dije que me gustaría aplicarme masajes con cierta frecuencia para no volver con las m*****ias, me ofreció ir a domicilio por un pequeño adicional en el precio, cosa que me pareció muy razonable.
Esa noche al llegar a casa le comento a mi esposa sobre él y sus manos mágicas, mi dolor desapareció por completo, como persona es muy agradable, le comente que iba a venir a casa a darme masajes de manera quincenal, a lo que respondió que ella también se anotaba si era tan bueno, unas semanas después llego a la hora acordada, Luis estaba en la puerta de nuestra casa muy puntual, le presento a mi esposa, le dije que también va a precisar de sus servicios, mi esposa se sorprendió del cuerpo musculoso de Luis, le ofreció algo de tomar, él dijo muy amablemente dijo que no le apetecía, pregunto en donde podría armar su cama de masajes, decidimos que lo hiciera en nuestra habitación, encendimos el clima, prendió sus velas aromáticas, nos preguntó quién iría primero, le pedí que me atienda a mi primero, entre al baño a quitarme la ropa, salí con la toalla puesta en la cintura, como estábamos en mi casa me sentía en confianza, además mi esposa y yo acostumbramos andar desnudos siempre que es posible, me acosté a recibir el masaje mientras los tres hablábamos de trivialidades, él nos contó sobre todas sus técnicas, nos interesamos mucho por esos masajes tántricos, mi esposa no dejaba de verle los brazos musculoso mientras me masajeaba, casi se lo comía con los ojos, así se pasó el tiempo, después le tocó el turno a mi esposa, ella decidió desnudarse también, como ella es muy coqueta salió con una minúscula toalla del baño que apenas tapaba sus grandes senos, él era muy profesional y fingía que no se daba cuenta de lo provocativa que se veía mi esposa, disfruto como nunca las manos del tipo, cuando termino hablamos un poco más, acepto tomarse una cerveza con nosotros y se fue al poco rato, ella me dijo que quedo encantada con él trabajo de Luis.
transcurrieron varios meses, siguió viniendo a la casa una vez a la quincena, hicimos una buena amistad en poco tiempo, nos agarramos bastante confianza, nos confesó que era un tipo solitario, tenía sexo muy a menudo con varias chicas incluyendo a mi amiga del trabajo que me lo recomendó pero no pasaba de lo carnal y la lujuria, no tenía nada formal, compaginamos mucho ya que él también tenía una mente bastante abierta, nos volvimos buenos amigo, aunque su agenda estaba repleta siempre tenía tiempo para ofrecernos sus servicios y quedarse a charlar, nosotros nos abrimos con el igual, le contamos sobre nuestras aventuras eróticas, lo mucho que nos disfrutamos como pareja, perdimos el pudor con él, nos vio desnudos tantas veces que ya era algo normal, ya ni toalla usábamos cuando venía a la casa.
Un fin de semana se dio la oportunidad de rentar la casa de un amigo que se encuentra en una playa alejada de la ciudad, la casa tiene una piscina jacuzzi y todas las comodidades necesaria para pasarla genial, como no era temporada de vacaciones el lugar estaría casi vacío para andar desnudos con toda tranquilidad, se me ocurrió invitar a Luis, le pregunte a mi esposa, ella estaba encantada con la idea, le llame por teléfono para invitarlo, casi de inmediato acepto, dijo que ya le hacía falta unos días de descanso en el mar, le dije que podría invitar a una amiga si quería, pero decidió ir solo con nosotros, para el viernes teníamos todo listo, pasamos por él y nos dirigimos a la casa de playa, Luis nos agradeció mucho por la invitación.
Al llegar bajamos todo el equipaje, nos instalamos en las habitaciones, mi esposa y yo inmediatamente nos desnudamos como de costumbre, salimos directo a la piscina solo con chanclas y gafas para el sol, Luis no vio tantas veces desnudos en casa que no era nada fuera de lo usual, el salió con un bañador de estilo hawaiano, muy atento nos pasó una cervezas bien heladas, se recostó en un camastro junto a nosotros, traía su bloqueador y un libro, mi esposa en tono bromista le pregunto para que traía este short, apoco te da pena que veamos las joyas de tu familia, la idea de venir aquí es para estar en libertad total, además tu nos conoces de pies a cabeza apoco te da pena que te veamos desnudo, Luis dijo carcajeándose que mi esposa tenía razón que si se lo puso era por costumbre, rápidamente se bajó el bañador al piso, al verlo nos quedamos asombrados tenía un pene grueso y cabezón, mi esposa sorprendida dijo, con que eso escondías Luisito, el riendo dijo que siempre le dicen lo mismo, es la genética de su familia.
Pasamos el día relajados en la piscina, comimos un delicioso ceviche que mi esposa preparo, nos dimos unos buenos chapuzones, también abrimos una botellita de whisky, la pasábamos tan bien que ya estábamos algo pasados de tragos, Luis me dice que nos quiere compensar por la atención recibida, si queremos un masaje con gusto nos lo da, tanto mi esposa como yo nos negamos le comentamos que estamos de escaños todo y que es nuestro invitado.
El insiste y ella le dice que está bien que acepta solo porque es un placer que sus manos la toquen, se acuesta boca arriba y Luis comienza el masaje por los pies, va subiendo por sus piernas, le pregunta si quiere que le masajee el interno de los muslos a lo que ella asiente, va masajeando lenta y profundamente, yo no me pierdo ningún detalle, percibo lo agitado de la respiración de mi esposa, las manos de Luis llegan a la frontera entre el muslo y la vagina, mi esposa me pregunta si me importaría que él le practicara ese masaje tántrico del que nos habló muchas veces, yo me sentí algo raro pero a la vez excitado le dije que la complaciera, este asintió y comenzó a frotar con la palma de la mano el área de la vagina haciendo círculos, luego incorporo su mano izquierda al masaje, tenía ambas manos en cada lóbulo vaginal, lo tocaba al ritmo del masaje, ella jadeaba de placer, note como el traía el pene totalmente erecto al igual que yo, luego comenzó a hacer círculos alrededor del clítoris con los dedos empapados en aceite, con la otra mano introducía dos de sus dedos en la vagina, les daba vueltas como si de un tornillo se tratara, mi esposa decía que esto es maravilloso!!!! Luis le responde que es apenas el comienzo, conozco técnicas que te van a hacer vibrar.
Ella me pregunto si esto me incomodaba a lo que respondo que estoy disfrutando tanto como tú , me gusta verte feliz, me dice ven que quiero tu pene en mi boca, no lo pensé dos veces, me levanto con una erección enorme, ella lo tomo con la mano derecha, empiezo a pasar su cálida lengua sobre la punta mientras me masturba suavemente, Luis ya estaba también como roca, le pedí que se acerca ya que mi esposa claramente podría con ambos sin problema, ella le tomo el pene con la otra mano y lo dirigió también a su boca, empezó a mamarlos al mismo tiempo, nos tenía gozando al máximo, Luis le pidió a mi esposa que se recostara nuevamente en el camastro, él se puso de rodillas y le pidió que abriera las piernas, empezó a lamerle la vagina de una manera que jama había visto, recorrió los rincones más escondidos de mi esposa con su lengua, se notaba que era un experto, la así gemir de placer, mi esposa tomo mi pene y empezó a masturbarme mientras me preguntaba si me excitaba verla gozar, conteste que era lo mejor que había visto en mi vida, antes que mi esposa llegara al orgasmo grito que quería ser cogida en ese momento, le pedí Luis que hiciera los honores, se acomodó sobre ella, empezó a penetra lentamente, poco a poco empezó a aumentar el ritmo hasta que le daba con todas sus fuerzas, sentí como ella se estremecía mientras me masturbaba, luego cambie de lugar con él, mi esposa se pone en posición de perrito, me puse detrás de ella para darle con todas mis fuerzas, le pedí que se la mamara a Luis mientras me la cogía para excitarme más, inmediatamente se la metió en la boca para darle una tremenda mamada, los tres acabamos casi al mismo tiempo, ella quedo con la vagina y la boca repleta de leche, esto se repitió varias veces más a lo largo de ese fin de semana.
escrito el
2016-06-22
1 1 . 9 K
visitas
2
votos
evaluación
5
tu voto

Continuar leyendo cuentos del mismo autor

Denuncia abuso en esto relato erótico

Comentarios de los lectores sobre la historia erótica

cookies policy Para su mejor experiencia del sitio utiliza cookies. Al utilizar este website Usted consiente el uso de cookies de acuerdo con los términos de esta política.