Katherine Y Cielo Yamile Riveros es convertida en putitas X padre
por
Cielo Yamile Katherine Miriam Riveros caballero
género
hetero
Katherine Y Cielo Yamile Riveros es convertida en putitas
Dicen, que el que tiene un amigo, tiene un tesoro. Y que quién ofrece el tesoro, tiene amigos para siempre. Nosotros tenemos dos tesoros, nuestras hijitas. Se las ofrecemos a nuestros amigos, y nuestras niñitas se sienten orgullosas de la cantidad de.
– Papá ¿de verdad estoy guapa… crees que les gustaré?
Mi hijita se mostraba ante mí, recién arreglada, lavada y perfumada por su madre, mi esposa Miriam Caballero Incluso en sus labios había un ligero toque, muy sutil, de carmín. Era finales de Marzo, ya empezaba a hacer calor y mi hijita iba muy escuetamente vestida, un escasísimo top y una microfaldita a cuadros, como las escolares, que apenas le tapaba el culo. Unos cortos calcetines blancos y zapatitos rojos con ligero tacón de 4 cm, que un zapatero, familiar de una amiga de mi esposa, había diseñado para ella y que también fabricaba para otras niñas. Por supuesto, no llevaba bragas.
Nueve meses antes había cumplido ya los 8 años. Y ya no era virgen en ningún agujero. Mi polla y los dildos de mi esposa, la habían dilatado desde hacía tiempo, y sus agujeros estaban ya preparados para ser perfectamente penetrados por otras pollas. Y hoy, mi hijita Katherine Riveros, con la envidia y la desesperación de nuestra otra hija Cielo Riveros, de 5 años, iba a ir con su madre a un Centro Comercial grande y conocido, para ser intercambiada con otras niñas por sus madres y poder tener sus primeras experiencias sexuales públicas.
Era su primer dogging, o si lo preferís, su primer cancaneo. Y como cancaneo viene de can, esa tarde iba a ser usada como una perrita por vez primera. Aunque solo estaba previsto ser usada por mujeres. Pero estaba permitido el uso de consoladores-dildos como preparativos de las próximas pollas de carne.
Me sentía orgulloso de la educación sexual que le estábamos dando a ella y a su hermana. Y de lo pervertidos sexuales que éramos su madre y yo. Dos auténticos amantes del sexo libre y sin tapujos, que habíamos decidido crear una familia incestuosa y sin ataduras morales. Metí mi mano por el ajustado top y acaricié el precioso pezón derecho de mi amada hija, mientras mi mano izquierda acariciaba su vulva con unos deseos enormes de verla estremecerse de placer. Pero mi esposa apartó mi mano y me dijo:
– Ni se te ocurra Jordi, dos veces la he dejado yo al borde del orgasmo para que esté deseando como loca ser usada esta tarde. Es su primer día y está un poco nerviosa, pero tiene unas ganas enormes de correrse. Deja que sean otras quienes lo hagan y disfruten con ella en privado. Es su bautismo público de sexo.
– Jo mamá ¡deja que papá me corra o deja que me lo haga yo! Os juro que me portaré muy bien, pero necesito correrme ya ¡estoy que me muero!
Comprendí la jugada sucia de la puta de mi esposa, sonreí y aparté la mano de su ya grueso pezoncito, no fuese que se corriese con ese juego. Mi esposa iba tan provocativa y exuberante como siempre, cogió a la niña de la mano, cogieron sus chaquetones, la subió al coche y las dos desaparecieron de mi vista. Al entrar en el salón vi a mi pequeña Cielo Riveros, de 5 largos años, totalmente desnuda que me decía sonriendo mientras se acariciaba el coñito:
– Van a tardar varias horas papá ¿podemos follar tú y yo mientras esperamos?
Y mientras me hablaba se acercó a mí, sus dos expertas manos bajaron la cremallera del pantalón y con algunos esfuerzos, sacó mi pollón y cogiéndolo con su mano derecha y mientras los dos nos reíamos, me condujo así hasta mi enorme cama matrimonial donde muchas noches dormíamos los cuatro juntos, mi esposa, nuestras hijas y yo, para gozar del sexo sin barreras.
Efectivamente, casi cuatro horas después y cuando ya la cena estaba preparaba por los acreditados chefs Jordi y Cielo Riveros, muy contenta por las dos grandes penetraciones anales que le realicé, entraron mi esposa y la debutante ninfa infantil Katherine Riveros, las dos muy contentas y mi hija, con varios paquetes de regalos de su primer dogging. Al vernos desnudos, las dos hicieron lo mismo y mi hija mayor removió mi polla, ya muy vaciada por su hermana, y mientras jugaba con ella nos contaron su debut.
– Jordi -dijo mi esposa- no solo Katherine Riveros ha hecho las delicias de cuatro mujeres y las ha satisfecho al máximo a las cuatro, sino que además y sin proponérselo, se ha hecho puta. Por primera vez le han pagado por mamar una polla. Y ya se sabe que la mujer que cobra por el sexo, aunque solo sea una vez, es puta de por vida y si a eso le sumamos los regalos por dogging ¡ya tenemos una hija puta!
Nuestra hija, mientras mamaba y agitaba mi polla con toda su experiencia de años, se reía abiertamente, mientras su hermana tenía una cara de mala leche acojonante. Nunca he conocido a una niña de 5 años con las enormes ganas de follar de Cielo Riveros. Quizá, porque nadie, incluyéndome a mí, la habíamos follado en serio aún. Su coño era virgen de pollas aunque no de dildos y su culo solo lo usaba yo con cuidado, como esa tarde.
Su cuerpo, como el de su hermana Katherine Riveros, estaban más desarrollados de lo normal, pero su vagina estaba aún bastante cerrada y necesitaba tiempo, lentas penetraciones con los dildos y mi polla, y con mucho cariño. Pero explícale eso, a una cría que desea como loca follar, que aún no es su época. Paciencia, que aún no ha llegado a primaria…
** Llegamos a la cafetería de encuentro – continuó mi esposa- y ya habían llegado tres madres con sus tres hijas y cuando aún no habíamos pedido nada, llegaron las otras dos madres con sus hijas, y todas nosotras con una pinta de putones increíble. No veas como las hijas se miraban unas a otras a ver quien follará con mi madre y si sabrán follar mejor que yo. Ya que de las 6 niñas, 3 eran debutantes. Se desafiaban con las miradas. Una de las últimas en llegar, de 9 años, cogió un cigarrillo de su madre y de repente todas se lanzaron a por sus cigarrillos ¿Te imaginas cómo miraban las personas de la terraza a nuestras fumadoras hijas de 8 y 9 años y a nosotras? Un espectáculo, y creo que todos los que las miraban, las deseaban. Y a nosotras también…
** Pero nosotras ni caso -siguió diciendo Maribel- Todas nos fuimos presentando porque como bien sabes, solo nos conocíamos y nos citamos a través de internet, mirábamos a las niñas y no sabía a quién follarme primero, así que lo hicimos a suertes. Y la madre de la cría de 9, Lara, la fumadora inicial, cogió un rotulador que llevaba y rompió una servilleta en seis trozos y puso los nombres, y a mí me tocó primero con Idoia de recientes 8 años, y a nuestra hija con la madre de Lara, que creo se llama Angus. Pagamos la cuenta y nos fuimos cada madre con la niña que le tocó en el sorteo y quedamos que, como mucho en una hora, volveríamos allí para seguir con el intercambio de hijas.
** Idoia -siguió contando mi esposa- me dijo que subiésemos al departamento infantil de deportes, que quería que le comprara una sudadera y unas camisetas. Ya ves cariño, nuestras hijas aún no son putas y ya saben pedir. Es una maravilla de niña. Ella, a pesar de su tierna edad, Lara, Esther y nuestra hija, las mejores de todas según las madres ¡unas verdaderas putas profesionales! ¡Qué placer nos dieron todas!
— ¡Tú ves papá que yo ya puedo trabajar de puta profesional! -dijo mi hija excitada-
– Hasta ahora solo te he follado yo y no muy fuerte cielo, ten paciencia -le dije yo- Pero te prometo que intensificaré mis penetraciones y follaremos cada día para dilatarte.
— Pero es que si no me folláis y me llenas de semen todos los días ¿cómo voy a quedarme preñada? -replicó mi hija- No ves que quiero quedarme preñada ¿qué quieres, que sea la última chica de mis nuevas amigas en quedarme preñada? Todas quieren quedarse preñadas y hacer porno ¿de verdad voy a ser la última?
– Pero al menos a ti ya te folla papá y yo aún sigo virgen de polla, solo follo con mamá y sus dildos de plástico -replicó la pequeña Cielo Riveros- El papá solo me mete su polla en el culo y nada más. Y no toda, aunque al menos se corre muy adentro.
Y se armó un follón entre las hermanas, y mi esposa y yo nos moríamos de risa. Qué putas nos habían salido nuestras hijas, y qué bien lo estábamos haciendo los dos enseñándoles todos los placeres del sexo, que tanto lo deseaban y con tantas ganas los recibían. Impusimos un poco de silencio y mi esposa siguió contando mientras empezábamos a cenar.
** Idoia eligió la ropa y nos metimos en los vestuarios y en un plis-plas nos quedamos las dos desnudas. Y no perdimos el tiempo, mientras las dos nos besábamos y acariciábamos cada una el coño de la otra, la iba fotografiando y grabando mientras iba clavando y jugando en su culo y en su coño, el consolador que llevaba. Dejé el móvil en la percha para no perder detalle ¡es tan pequeña la Idoia y lo hace tan bien! Su vulva la tenía en mi mano y luego toda ella en mi boca y se retorcía de placer con las penetraciones del dildo en su culo. Su vagina es tan estrecha aún, que me costaba penetrar mi lengua dentro de ella, pero eso nos volvía locas de placer.
** Su mano me masturbaba pero como casi me la metió dentro de mi coño, me corrí antes que ella, y no veas como tuve que cerrar la boca para no gritar, pero cuando se corrió Idoia, noté tal estremecimiento en ella, que le tapé la boca con un fuerte y largo beso o hubiese venido la policía.
** Se estremecía como una loca y me pidió que la chupara más. La subí a la banqueta, le abrí las piernas y no te imaginas la cantidad de líquidos que salían de su estrecho e infantil coñito, y además bastante espesos, nada de solo líquidos. Y con ese coñito tan estrecho, solo perforado por su padre de polla delgada, mi lengua volvió a penetrar con unas ansias y unos deseos, que yo misma me masturbaba mientras ella me acariciaba las tetas y tiraba de mis pezones. Casi nos corrimos las dos al mismo tiempo.
** Con todo esto, Idoia quedó totalmente extenuada y tuve que sacar el dildo de su culo después de follarla por ahí, le sequé el sudor con la toalla que siempre llevo en el bolso, nos arreglamos las dos y devolvimos las prendas que ella no quiso, a la dependienta, que nos miraba con cara de mala leche a pesar del gasto que hicimos. Al girarnos, vimos acercarse a Lara con la verdadera madre de Idoia.
** Era surrealista, yo con su hija haciendo de madre, y la madre verdadera con otra niña haciendo de su madre, y las cuatro estábamos rojas y sudadas de los placeres vividos. Se notaba perfectamente que habíamos disfrutado del sexo y que éramos novatas en el dogging. Rojas, con el maquillaje hecho una mierda, pero estábamos totalmente satisfechas las cuatro. Aunque las empleadas y un señor que se acercó, no estuvieron de acuerdo con nuestros placeres. Nos miraron de forma rara y no nos perdían de vista. Me temo que tendremos que cambiar de Centro Comercial o al menos de planta, allí nos están fichando -les dije entre las risas de los cuatro- Demasiadas niñas, niños, madres, padres y desconocidos. Casi mejor follar al aire libre en tantos otros sitios.
— Pues a mí -nos dijo nuestra hija Katherine Riveros- Me llevó Yasmina al baño directamente, nos metimos en el del rincón y me tumbó sobre la tapa del vater. Me fotografío en varias posturas mientras con sus dedos me abría la rajita y de repente puso su boca sobre mi coñito y empezó a meterme aire caliente de su boca en la vagina, y ese calor, me estaba poniendo de muerte y me estremecía. Luego empezó a jugar con su lengua y no tardé en correrme, y yo misma me tapé la boca porque fue fantástico. Luego me metió un vibrador y lo conectó.
— A continuación, ella se masturbó frente a mí mientras yo le sacaba las tetas de su ropa y jugaba con sus pezones retorciéndolos y tirando de ellos, y cuando ella se corrió, también tapó su boca ¡y casi se mea! Y yo me sentía morir de gusto con esas vibraciones que me volvían loca y me corrí varias veces, y sin que me dijese nada, le dije que se sentase y le abrí las piernas, chupé todo su coño profundamente y la hice correr de nuevo, pero ahora gritó un poco y cuando poco después, me estaba masturbando a mí, tocaron a la puerta la vigilanta por si nos pasaba algo. Apagó el vibrador, me lo sacó y salimos poco después de arreglarnos y le dijo a la vigilanta que tenía yo problemas con la regla ¡yo, con 8 años y la regla! Luego me recargó el móvil como regalo y nos fuimos al punto de encuentro.
Y mi esposa, con el orgullo de madre muy comprensible en estos actos y el mayor placer de haber contribuido conmigo a convertir a nuestras hijitas en unas putitas sin ningún atisbo de moral, continuó diciéndome:
** Pero la fiesta fue muy especial. Yo tuve relaciones con tres niñas y tu hija, largos y calientes encuentros con otras dos madres. Pero lo mejor fue que al final y cuando íbamos llegando y recogiendo las niñas por la hora que era, Lorena, la madre de Esther, se acercó a mí y me dijo que quería un favor personal. Su marido estaba en el coche esperándolas y como Lorena la había enviado unas fotos de Katherine Riveros y de otras desnudas y le había gustado mucho nuestra hija, estaba deseando que nuestra niña le hiciese una mamada completa (tragándose el semen) y le daría 100€. En cuanto nuestra putita oyó lo de los 100€, ella misma se cogió de la mano de Lorena y la arrastraba al coche. Y allí, discretamente aparcado en la zona donde se cancanea en público, nos presentó a su esposo, Katherine Riveros cuando le vio aprobó el encuentro y cuando le sacó la polla silbó.
— Papá ¡es que su polla es casi más grande que la tuya! -indicó nuestra hija-
Y nuestra hijita, dentro del coche con Arturo, que se bajó los pantalones hasta el suelo y con Esther de espectadora mientras se masturbaba, le hizo una mamada tan antológica, que en vez de darle los 100€ prometidos, le dio 120€. Pero los casi 20 minutos que nuestra hija le estuvo haciendo feliz con su boca, lengua y manos, Lorena y Maribel, que encajaron muy bien entre las dos, estuvieron hablando de nuestros matrimonios, nuestras perversiones comunes y nuestra forma de vida incestuosa. Y al finalizar nuestra hija la mamada y salir del coche, Lorena preguntó en voz alta:
– ¿Queréis que el sábado próximo nos reunamos los seis (los cuatro padres y las dos niñas) en nuestro chalet y follemos todos de verdad? Con toda clase de penetraciones y mamadas. En serio, como adultos.
Pero claro, mi esposa tuvo que decirles que nosotros éramos cuatro y no tres y ¿qué hacíamos con Cielo Riveros de 5 años? Ellos se rieron y nos dijeron que tenían también un hijo de 5 años, y que ahora, en estos momentos, estaba con los padres de ella. Así que acordamos reunirnos los 8 y follarnos a las hijas mayores y que los pequeños jugasen con todos nosotros, haciendo mamadas pero sin penetraciones. Yo acepté y mi esposa, esa misma noche, llamó a Lorena y con gran alegría de ella y Arturo, lo acordamos así.
Y como todo llega en esta vida, llegó el sábado. Mi esposa fue a la peluquería, ya sabéis, pelo, maquillaje, uñas… y cuando llegó a casa tuvo que hacer de peluquera, maquilladora y todo eso para las niñas. Pero las niñas estaban muy nerviosas y de repente, las dos totalmente desnudas, como tenemos por costumbre ir por casa, vinieron a mi despachito donde estaba preparando unos trabajos y me dicen:
– Papá, no podemos ir esta tarde a casa de Lorena con dudas. Las dos queremos que esta tarde sea la primera tarde de muchas y además, Cielo Riveros se pregunta el por qué no puede Arturo follarle el culo, porque ya está bien dilatada por la mamá, aunque tú no la has usado demasiado ¿qué pasará si Arturo quiere follarle el culo… vas a dejar que se la folle o no?
Mi esposa, que al oír a nuestra hija había entrado, me miró y dijo:
– La culpa es tuya Jordi. Las niñas están ya muy bien dilatadas y eres tú quien no las folla satisfactoriamente. Las niñas quieren polla y yo las dilato, pero tú siempre con el miedo que son niñas ¿es que acaso no ves sus cuerpos de putas y sus ganas de sexo? ¿vas a dejar que Arturo la folle si lo desea? Porque si Arturo quiere follar su culo ¿por qué no puede hacerlo con cuidado? Las niñas quieren pollas y a Cielo Riveros, aún no le has penetrado el coño. Yo tampoco lo entiendo.
– Bien, vamos a hacer una cosa. Esta tarde haremos lo acordado. Tú, Cielo Riveros, solo mamarás las pollas y te dejarás hacer sin penetración anal, y mañana domingo por la tarde, te follaré el culo como nunca, te abriré el coño, me derramaré dentro de ti y esta semana lo haré varias veces en los dos sitios, y a partir del próximo sábado, podrás follar por el culo siempre que quieras. Y en pocas semanas, por el coño, como tu hermana, y así celebraremos tu sexto cumpleaños.
Las niñas saltaron de alegría y yo pensé que lo mejor que podía hacer era comprarme una vaca lechera con enormes ubres y mucha leche, porque si tenía que follarme cada día a tres mujeres… iba a necesitar raciones extra de leche de vaca sin desnatar.
Al llegar al chalet de Lorena y Arturo, nuestras hijas estaban frenéticas. Nos abrieron desde dentro la verja del jardín, y ya dentro aparcamos el coche. Y por la puerta de la casa vimos salir a Lorena completamente desnuda, encima de unos taconazos increíbles. Absolutamente depilada y con varios y gruesos piercings en los labios vaginales, pezones y otros sitios, y varios tatuajes, alguno indiscreto como el situado en el Monte de Venus, una gruesa flecha señalando el coño. Detrás apareció Pablo, el hijo de 5 años, también desnudo, con su pollita dura y con un tapón en el culo, que su madre nos dijo que era para dilatarle, por si yo le quería penetrar ese culo tan inocente y ya usado.
Nos dimos besos y abrazos que también compartimos con Arturo (me besó en la boca) y Esther, que con su madre, y a pocos días de cumplir los 9 años, compartía sus gustos por los piercings, uno en el labio vaginal derecho y otro en el ombligo, y tatuajes, ya que tenía dos. Y nos dirigieron hacia el sótano y nos dejó impresionados el tamaño y las instalaciones que disponía ¡hasta dos duchas y unos pequeños armarios para ropa! Varios sofás de polipiel negra y cinco camillas-camastros para follar. Pero también unas vitrinas en las que se veían arneses de grandes pollas y látigos de varios estilos.
Al ver Arturo nuestra cara de extrañeza, solo señaló con su dedo el techo donde habían varias argollas y nos dijo:
– Los adultos tenemos muchas formas de vivir la sexualidad y el bdsm es una de ellas. En nuestro grupo de matrimonios incestuosos todos somos bisexuales, todos amamos el sexo sin limitaciones y es cada uno el que tiene que marcar las suyas. Aquí y en otras dos casas de amigos, tenemos orgías extraordinarias e incluso duras. Y a partir de cierta experiencia, nuestros hijos participan en ellas. Y deseamos que vosotros cuatro participéis también. A mi esposa le gusta mucho la tuya, y te aseguro que es una bisexual depravada y sin limitaciones.
Pero sin darle tiempo para terminar de hablar, su hija Esther dijo en voz alta:
– Mis padres ya me están enseñando ser masoquista. Mis muslos y glúteos ya han sido castigados muchas veces para que aprenda a disfrutar del dolor. Y cuando dentro de pocos días cumpla 9 años, ya me buscarán clientes para ser puta y poder follar por dinero. No una putita del dogging, sino puta de verdad.
Y al oír eso, la que gritó fue mi hija Katherine Riveros:
– ¡Tú ves papá!, Esther va a ser puta con 9 años y vosotros me habéis dicho que yo no lo seré hasta que no cumpla, por lo menos, los 10 años ¿por qué ella puede ser puta con 9 años y yo no, que los hago este verano…? Eso no es justo.
Y como nunca hay sueltos demasiados locos, Lorena se metió por el medio:
– Katherine Riveros tiene razón. Si os vais a meter como compañeros de nuestra pandilla de familias incestuosas y vamos a vivir una vida completamente sexual, las niñas deben entregarse al tipo de sexo que elijan, ser putas, o quedarse preñadas, tal y como ellas lo deseen. Su cuerpo es de ellas. Nosotros solo tenemos que dilatarlas, enseñarles, disfrutar de ellas y hacerlas disfrutar ¿o es que acaso nosotras no hemos sido nunca putas? -dijo mientras empezaba a acariciar y besarse con Maribel-
Y si, mi esposa Maribel había sido puta desde muy joven ¡y muy buena además! Pero mientras todo esto sucedía y nos hablábamos, nos habíamos ido desnudando y mi polla y la de Arturo, estaban extraordinariamente duras, y la primera en darse cuenta con una maravillosa sonrisa, fue la pequeña Esther que se acercó a mí, me cogió la polla y se la metió en la boca. Al ver esto mi pequeña Katherine Riveros (las dos eran altas, medían casi 140 cm de altura), hizo lo mismo con Arturo. Los dos padres nos miramos y sonreíamos ¡nuestras hijas nos estaban haciendo una mamada fantástica!
Durante más de 10 minutos, dejé que Esther me la mamase a su gusto. Se la metía en la boca, la ladeaba, jugaba su lengua con mi glande, la sacaba un poco para con sus labios replegar mi piel sobre el mismo glande, y así, poco a poco mi piel iba de delante atrás y de atrás adelante. Ya que mi grosor le impedía meterla mucho, jugaba con ella. Su mano derecha y a veces también usaba su izquierda, no solo jugaban con mis huevos, los doblaban y los retorcían, sino que algunas veces, sus dedos se metían en mi culo y era un placer extraordinario notar dos y tres dedos suyos jugando en mi dilatado culo.
Desde luego, la chiquilla estaba muy bien entrenada, y se notaba perfectamente que no tenía ningún complejo sexual. En este aspecto, estaba muy adelantada a mi hijita Katherine Riveros. Me miraba a los ojos y sonreía y una de las veces, se sacó la polla de su boca y con gran sorpresa mía me dijo:
– ¿Verdad Jordi que dejarás que Katherine Riveros sea puta cuando cumpla los 9 años? Me gusta tu hija, me la quiero follar y ser su amante y amiga. Pero también quiero compartir con ella nuestros amantes y clientes. Porque te guste o no, tu hija ya es una verdadera perra sexual, ¡mira el placer que le está dando a mi padre!
Giré la cabeza mientras la chiquilla se metía de nuevo mi polla en su boca y efectivamente, vi un espectáculo inimaginable. Mi hija de 8 largos años y solamente penetrada por mí hasta ese momento, estaba tumbada en una de las camillas, abrazada como una loca con Arturo, comiéndoselo a besos y totalmente penetrada por él, que debía tener un placer salvaje por la forma dura que la estaba follando. Porque se la estaba follando como si el cuerpo de mi hijita fuese el de una adulta experta y mientras, su madre, con una cara de satisfacción enorme, lo estaba grabando todo.
Un grito salió de la garganta de mi hija ¡se había corrido por primera vez siendo follada por otro hombre! Conmigo se había corrido muchas veces como con su madre, pero era su primera corrida con otro hombre. Su primer gran paso sexual. Ya no era solo nuestra.
Ese grito me excitó sobremanera y no me lo pensé dos veces. Saqué mi polla de la boca de Esther, cogí a la niña en brazos que gritaba de excitación y alegría, la llevé hasta otra camilla, se acercó su madre que me dio un beso en la boca y otro en la boca de su hija, y mientras nos acariciaba me dijo:
– Fóllatela duro Jordi, a la niña le gusta el sexo duro y ya verás como está preparada para ser puta. Y juntas tu mujer y yo, podemos hacer que en pocas semanas tu hija pueda serlo también. Y si te has puesto tan caliente al ver como Arturo folla a tu hija, imagina como te pondrás cuando veas a tu niña ser follada una y otra vez por gente que les paga. Y lo orgulloso que te sentirás cuando tu hijita te invite a un refresco o a comer, con el dinero ganado por sus juveniles agujeros. Ya ves lo que son las cosas, nuestras dos hijitas serán putas, antes de tomar la primera comunión.
Pero lo último casi no lo oí. Mi cabeza era un caos de pasiones y mi polla pedía guerra inmediata. La tumbé de misionero en la camilla y sin pensarlo dos veces me tumbé sobre ella y la penetré hasta el fondo. Naturalmente parte de mi polla se quedó fuera, pero la niña se ría y me decía:
– Fuerte, fuerte Jordi, ya sabes que me gusta el dolor y el placer. Dame los dos.
Y se lo di.
Ya había notado que mi polla entraba muy profundo en su boca, para su edad y para el grosor de la misma. Las dos niñas eran más altas de lo normal de su edad, sus pezones eran preciosos y muy sensibles al orgasmo, los inicios de sus tetas muy prometedores y muy abiertas, lo que denotaban que tendría unas amplias y poderosas tetas, y aunque su vagina era aún estrecha y yo disfrutaba de ella, veía en su cara que la cría era una viciosa. Me sonreía desafiante y yo me prometí arrancarle esa sonrisa.
Esther ya se había corrido al menos dos veces desde que nos vimos esa tarde, y mi polla entraba y salía de su agujero con una gran potencia y rapidez. Con tanta potencia, que tuve que agarrarla de las caderas para que su cuerpo estuviese un poco más quieto y cada vez que se la metía, la penetraba de golpe hasta casi atravesar la Trompa de Falopio y sacar mi polla por su estómago.
Si amig@s. Mi mente estaba nublada y el solo ver, tocar y contemplar esa belleza infantil que me estaba follando, endurecía mi polla como jamás hubiese imaginado. Y poco a poco, fui consiguiendo que la sonrisa burlona de Esther se fuese apagando y mi placer aumentase considerablemente. Y de repente oímos la voz de Lorena que le decía en alta voz a mi esposa:
– Mira Maribel, mira como nuestras niñas son ya auténticas putas. Mira como están siendo penetradas duramente por nuestros hombres, y como se corren una y otra vez y no se han quejado nada, al revés, gritan de placer. En pocas semanas mi hija follará por dinero y sus folladas subirán a internet ¿serás capaz de no permitir que tu hija haga lo mismo y no vayan a follar las dos juntas y se hagan famosas? Mira como Arturo se la está follando por los dos agujeros y como disfruta esa putita de hija que tienes.
– Si mamá si -gritó mi hija- quiero ser puta con Esther y quiero hacer porno ¡ya lo sabéis!
– De acuerdo cariño, te iremos entrenando ya para ser puta. Las dos seguiréis haciendo dogging para promocionaros y para que perdáis los pocos prejuicios que podáis tener. Y en cuanto a hacer porno, si podemos esta misma noche, subiremos Lorena y yo los videos que estamos grabando de vosotras siendo folladas por vuestros padres intercambiados.
Y terminando de hablar mi mujer, que no solo como Lorena estaba grabándolo todo, Esther lanzo un berrido impresionante y su cuerpo se estremecía como si una descarga eléctrica la hubiese atravesado ¡había tenido su enésima corrida y había sido extraordinariamente placentera para ella! Yo, al ver que la niña ya no podía más y estaba muy agotada y sudada, aceleré mis penetraciones y me corrí por primera vez dentro de su infantil coñito que desbordó de semen.
Pero en unos pocos segundos, ocurrió algo maravilloso para todos. Esther, que tenía más experiencia sexual que mi hijita, vio como su padre había terminado de follar a mi niña, se levantó de la camilla/camastro y se fue a la de mi hija, la besó apasionadamente en la boca, las dos se abrazaron estrechamente mientras no dejaban de besarse y luego, se subió al camastro y su cuerpo se puso invertido con el de mi hija con un clásico 69. De esta manera, mi hija fue chupando el coñito de Esther lleno de mi esperma, y Esther chupaba el de Katherine Riveros, lleno del esperma de su padre.
En ese momento, me di cuenta que realmente, habíamos fabricado dos auténticas putas infantiles y me sentí orgulloso de ello, mientras contemplaba entusiasmado como nuestras dos hijas se estaban haciendo amantes y se entregaban a toda clase de placeres sexuales. Verdaderamente ¡eran dos putas pervertidas! Y yo me encargaría de buscarle clientes que deseasen ser complacidos, muy complacidos en sus vicios.
Y si mis hijitas querían quedarse preñadas en cuanto pudiesen ¡yo sería el más feliz de los padres, viendo crecer sus barrigas y llenarse de leche sus tetitas!
Perritas viciosas del dogging – III
Mi abuela materna, aún más puta que mi madre, me decía: «Juanma, los niños buenos van al cielo y los niños malos van al infierno. En el cielo se pasan el día rezando y en el infierno follando ¿donde prefieres ir?» Y claro, nunca fui un niño bueno..
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“Juanma, creo que me he enamorado de ti. Sé que ya no te podré olvidar jamás. Sé que te necesito. Tómame, fóllame, préñame, mátame a palos… pero ven a vivir con nosotras y sé nuestro Amo, nuestro MACHO. Además, tú estás solo en la ciudad, no tienes a nadie a tu lado. Te ofrezco una familia de tres mujeres muy putas, extraordinariamente viciosas. Tres esclavas sexuales para que te diviertas con nosotras sin limitaciones”…
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Cuando volvía a mi casa después de dejar a Karina en la suya, en mi cabeza bailaban una y otra vez, esas palabras que he puesto unas líneas más arriba y que Karina me soltó llorando. Eran una confesión, más que de amor, ya que apenas nos conocíamos, de fe en mí. De su necesidad de ser las tres, la madre y las dos hijas, propiedad de un Amo, de un Macho Alfa, que las mantuviese y las usase a su gusto, incluso prostituyéndolas.
Como sabéis del relato anterior, después de follarla salvajemente durante horas, acompañé a Karina hasta su casa. Nos dejamos de coche, de buses, nos cogimos simplemente de las manos, y nos fuimos andando durante unos 30 minutos porque no teníamos prisa ni hacía frio a pesar de las fechas. Yo con mis flexibles mocasines y ella con sus taconazos de 10 cm de finísimo tacón. Casi no nos hablamos. Solo nos dimos un beso al dejarla en el portal de su casa. Ella entró sin darse la vuelta y yo me volví a mi casa. Pero hasta que me acosté tarde esa noche, no dejé de pensar en ella. Ni en sus malditas propuestas. Descabelladas, pero terriblemente lujuriosas y muy atrayentes.
Esta preciosa y madura cría de aún no 16 años, perrita y puta, pretendía ser mi pareja-esposa-multimadre de mis hijos (o de quienes fuesen esos hijos). Quería que me fuese a vivir a su casa con ella, su madre, y su hermanita. Quería que las mantuviese con mi trabajo a todas, y al mismo tiempo, ellas se prostituirían, harían porno, y ese dinero iría a mi bolsillo para contribuir al mantenimiento familiar… o a lo que yo desease Además, las podía preñar a todas cuantas veces quisiese.
Y sobre todo y por encima de todo, que desvirgase ¡urgente! a su hermanita pequeña, a Cielo Riveros de solo 11 recién cumplidos años, y que según Karina, era una perfecta mamona desde hacía unos dos años, y le enseñase todos los secretos del dogging para hacerla una buena cancaneadora y luego puta. Su madre se preocuparía de la casa, y de cuidar a los hijos que ella y sus hijas tuviesen, míos o de sus clientes ¡menuda familia!
Si he de ser sincero, esas posibilidades me la ponían tan dura, que no paraba de pajearme porque eso sería para mí, una familia perfecta. Solo me haría falta traerme a mi aún joven abuela, que fue mi maestra porno infantil, para que nuestra familia fuese excelente. Las dos abuelas educando a sus nietas para ser niñas putas putísimas. Y yo el puto Amo de ese harén infantil.
Además, en muy pocos meses me harían entrega de un chalet-adosado, todavía en construcción, que me había comprado para vivir yo, ya que el pisito que ahora habitaba solo era alquilado, muy cerca del instituto donde daba mis clases de educación física. Y pensaba que en el adosado que me compré, con un jardín individual y otro colectivo con piscina y tenis. Esta familia y las hijas de la misma, seríamos casi sobrenaturales ¡y lo digo de cachondeo, porque… menuda familia más puta! ¡Pobres hijas de los vecinos!
Pero… yo no sabía nada de Karina y de su familia. Necesitaba saber mejor quienes eran, y como con quien me llevé muy bien el día anterior fue con Katherine Riverossa, la madura del centro comercial que ligaba con los niños y niñas perritos para follárselos. La telefoneé un poco tarde y menos mal que lo hice a esas horas, porque acababa de follar con su hija y con un niño. No me dijo más. Quedamos en vernos dos días más tarde en su casa. Me dio la dirección, y me dijo que yo le había gustado en la cafetería y que pensaba follarme hasta quedar agotada… y que eso podría pasar un mes o dos meses después de empezar y sin bajarnos de la cama. Nos reímos los dos y colgué.
El instituto de Karina y el mío no eran los mismos ¡ni siquiera estaban cerca…gracias a Dios! El lunes y el martes estuve en las diversas clases deportivas y en los entrenamientos del baloncesto. Y el martes tarde, después de una buena ducha y algo de perfume, fui a hablar con Katherine Riverossa.
Ni me preguntéis como estaba vestida Katherine Riverossa cuando me abrió ella misma la puerta de su enorme dúplex. Simplemente me abrió la puerta, me agarró con su mano mi camisa, se pegó a mí, y mientras me comía a besos, me agarró la mano y me llevó a su dormitorio. Supongo que llevaría poca ropa porque antes de darme cuenta estaba desnuda sobre la enorme cama. Hice lo mismo y entre risas me puse sobre ella, y sin permiso alguno penetré su vagina que abrazó mi polla. Durante más de una hora follamos sin parar. Katherine Riverossa era una auténtica máquina de follar, y su cuerpo enormemente atractivo para ser follado por quienes como yo, desean esos cuerpos macizos y maduros… y al mismo tiempo, los tiernos e infantiles cuerpos de las niñas.
–Vale Juanma, para un rato que yo ya llevo más de 4 orgasmos y no puedo con mi alma. Tu polla es muy gruesa e incansable y además, hace un año me hice una pequeña operación de estrechamiento vaginal y aproveché para retocar mi clítoris, quitarme el piercing que llevaba, y hacerlo así un poco más sensible ¿no has notado con tu polla la estrechez de mi coño y los orgasmos que he tenido?
–Si Katherine Riverossa, lo he notado porque a mi abuela le hice lo mismo hace casi dos años. Y al igual que tú, tiene esa estrechez, orgasma muy satisfactoriamente, y le he levantado las tetas, cosa que también tú has hecho. Solo que ella tiene ya 62 años y no creo que tu pases de los 55. Aunque seguro que las dos sois igual de putas. Por cierto, mi abuela hace aún porno de maduras. Es una gran viciosa.
–Entonces somos igual de putas, yo también hago algo de porno cochino de vez en cuando. Y a mis 54 años sigo trabajando de puta en un burdel de bajísima calidad en un polígono y precisamente, por lo poco que cobro, me sirve para que me follen muchos y se derramen sin parar ¡follar y llenarme de semen me vuelve loca!
–Vamos entonces a hablar de semen y de Karina –le dije yo sonriendo- Necesito tu ayuda para saber quién es ella y su familia.
Katherine Riverossa me hizo una señal con la mano para que empezase a hablar mientras ella se levantaba de la cama, se acercaba a una mesita, depositó en dos enormes vasos tallados una muy generosa ración de licor, encendió dos potentes porros, de los que me dio uno, se tumbó de nuevo a mi lado y empezamos a hablar. Le expliqué con todo lujo de detalles todo lo acontecido con Karina desde que la conocí poco antes que a ella misma(1), y todo lo que ocurrió luego en mi casa. No me interrumpió ni una sola vez. Cuando terminé, me invitó a probar su coca, beber de nuevo, y fumar nuevos y potentes porros. Y siguiendo la conversación, me preguntó:
–¿Y no te dijo Karina nada más?
–No, solo que quería ser mi esclava y que se entregaba ella, su hermanita, y su madre.
–¿Te gusta esa putita?
–Creo que sería mi pareja perfecta a pesar de la diferencia de edad. Podría educarla, entrenarla, y someterla a mis gustos. Te confieso que soy un pervertido sexual.
–Sabes que con ella tendrías muchos cuernos garantizados. Es y será siempre, una puta muy viciosa. Nunca toma anticonceptivos ni los quiere. Ya ha abortado al menos dos veces que yo sepa.
–Es algo que jamás me ha importado. Si eres perra de verdad, eres perra para siempre.
–Pues entonces apúntate el primer cuerno: El pasado martes, hace solo una semana, me dijo muy contenta Karina, que estaba embarazada de mi hijo y que lo pensaba tener, tal y como acordamos.
Al ver la cara que puse, Katherine Riverossa se reía convulsivamente y sus tetas se movían en todas direcciones.
–Juanma, eres un recién llegado a esta ciudad y desconoces sus vicios. Yo llevo alrededor de 30 años, preparando, entrenando, y depravando a decenas de niñas y algunos niños. Soy soltera, vivo muy bien, y a los 17 años me quedé preñada, y como no quería abortar me fui de mis padres y sin darme cuenta, entré en este mundo de la prostitución infantil. Parí un hijo y me entregué a un conocido hombre maduro y rico. Y él me entregó a todos sus amigos, y no solo follaban conmigo pagándome muy bien, sino que yo empecé a ofrecerles carne fresca, muchas niñas para follar y les cobraba una bonita comisión. A los 21 parí una niña, y con una antigua niñera mía monté una organización de prostitución infantil. Lógicamente, mis hijos han sido educados en este mundo loco del sexo incestuoso y forman parte del club, como dueños y como putos.
***De las relaciones entre los dos hermanos, aparte de que mi hija ha abortado varias veces, tengo una nieta de 12 años todavía sin preñar, y otra de 6 que ya no es virgen, Y de las relaciones de mi hijo con las niñas sé que es padre, sin más detalles. Quiero ampliar esta familia de varios modos para que en varios años sea amplia, y por eso convencí a Karina para dejarse preñar por Antonio, mi hijo ¡y quiero ese hijo! Quiero unir su familia con la mía porque son tres hembras sanas que pueden parir las tres.
***Karina me debe dinero, y a cambio de ese dinero me dará su hijo que es del mío. Para mí no será hijo o hija suyo, sino de mi hijo, y como te he dicho antes ¡quiero ese ser engendrado… quiero volver a ser abuela! No te imaginas qué familia podría formar con tantas mujeres pariendo ¡pero me corro solo de pensarlo y de imaginarme tantas niñas preñadas!
Se levantó nuevamente de la cama y miré y admiré ese macizo cuerpo, esculpido a base de bisturí y gimnasio, con esa enorme energía sexual extraordinariamente pervertida que salía de él. Los elegantes tatuajes que la decoraban desde los muslos hasta el cuello… Estad seguros que por primera vez en mi vida, estaba atrapado entre dos cuerpos y dos mujeres totalmente opuestas.
El de una preciosa y pervertida cría de 15 años ¡y preñada! Y el de una madura voluptuosa de 54 que era una puta de categoría. Que quería ser la abuela de esa “cosa” que llevaba Karina en su vientre ¡y de un buen rebaño de ovejas reproductoras! Y soñaba con rodearse de niñas-nietas que con los años añadirían a la familia más niñas putas y superviciosas. Vi como encendía un buen cigarro con un par de largas cerillas de madera. Y de repente, se giró hacia mí, sentó parte de su culo sobre la mesa, y me preguntó:
–¿Realmente Juanma deseas este tipo de vida polisexual y depravada en el que los cuernos son fijos cada día, nunca sabes quién es el padre de los hijos de tu pareja, y toda clase de perversiones te llaman y las disfrutas? Un mundo loco, pero siempre lleno de placeres y vicios ¿Realmente deseas vivir chapoteaando en esta charca de cerdas?
Asentí con la cabeza, y entonces Katherine Riverossa me hizo la proposición más descabellada de la historia mundial porno:
–Juanma, puesto que presumes de perrito y veo que realmente quieres vivir esta vida, te propongo una locura, pero que estoy en condiciones de ofrecértela. Quédate con Karina y su familia, quédate y colabora conmigo y mi organización sexual, quédate entre nosotras y disfruta de nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestras niñas y nuestros hijos… pero Karina parirá mi nieto y me lo entregará. Será mío, mi nieto/a. Entrena a su hermanita Cielo Riveros como te ha pedido, y en un par de años me la entregas para que mi hijo la preñe y me dé nuevos nietos. Puedes vivir con ellas tres y preñar a las tres… pero a las niñas lo harás después de que le den hijos/as a mi hijo.
***A cambio, tú preñarás en las próximas semanas a mi hija, y en dos años a mi nieta mayor. Incluso podemos compartir la paternidad-maternidad de los hijos y seguir teniendo más cruzándolos entre ellos. Seríamos dos familias, pero entrelazadas para siempre de forma muy estrecha. Yo sería la cabeza de mi familia y tú la cabeza de la otra familia. Y las dos familias se cruzarían constantemente entre nosotras ¡como perritos! Y con quien nosotros decidamos para mejorar las razas.
***Me han propuesto y he aceptado, formar una productora porno para niñas menores de 18 años, y a través de ella, una importante web de pornografía infantil asociada a nuestro club de prostitución infantil y adolescente ¿Quieres formar parte de todo este negocio? Te ofrezco el 50% y labores de dirección y de coordinación.
Y una vez dicho todo esto se calló, mientras me miraba fijamente y seguía fumando su puro.
Como todos sabéis, solo hacía 5 días que había conocido a Katherine Riverossa y a Karina. No conocía a sus hijos Antonio y Julia. Ni tampoco conocía a Mariluz, la madre de Karina, ni a su hermanita Cielo Riveros. Prácticamente no conocía ni la ciudad en la que yo trabajaba y su ambiente, y mucho menos el ambiente nocturno y el porno-infantil. Y en solo esos 5 días, había recibido tal cantidad de sexo y de ofertas sexuales, que a pesar de mi experiencia, de mi amplia experiencia sexual, mi cabeza daba vueltas. Miré ese precioso cuerpo. Admiré nuevamente su voluptuosidad, y el vicio que desprendía envuelto en el humo del cigarro que fumaba, y le contesté:
–Hay una cosa muy importante que te has dejado pendiente de contestar.
–¿Y qué es? –me dijo extrañada-
–No me has pedido que me case contigo. Así estaríamos unidos de verdad.
En ese momento, la fabulosa, la muy puta Katherine Riverossa, apartaba el cigarro de su boca después de inhalar una gran cantidad de aire/humo, y al oír mi propuesta y ver que la hacía de broma, le entró la risa, el humo la ahogó, las lágrimas de la risa asomaron a sus ojos y dejando el puro sobre el cenicero de la mesa, se vino corriendo a la cama, se arrojó sobre mí y creo que nunca me han besado tantas veces y tan profundamente como ahora. Ella me estaba poseyendo totalmente y yo me entregué a ella, y también puse todo lo que pude de mi parte para hacerla feliz ¡os juro que esta madura me volvía loco!
La follé intensamente, con lujuria, con rabia, con deseo de hacerla totalmente mía y de demostrarle que si ella era una gran puta, yo era un semental sin prejuicios. Jamás ninguna mujer, ni siquiera mi madre ni mi abuela, me habían excitado tanto, ni las había follado con tanta fuerza y deseos. No me importaba, ni tampoco a ella, dónde se la metía. Simplemente mi polla penetraba en su coño y en su culo una y otra vez. Se corría dentro de ellos y a cambio, ella me entregaba unos orgasmos salvajes. De tarde en tarde, parábamos, nos íbamos al baño y vaciábamos nuestros depósitos. Las botellas de vino se vaciaron y también las de vodka y coñac, la coca y la keta ¡y luego volvimos a empezar!
La operación de estrechamiento vaginal era perfecta. Mi polla, a pesar de su grosor, se sentía agarrada por sus músculos vaginales como el más precioso guante que pudiese darme. Era un placer deslizarse por un túnel tan estrecho a esas edades y que al mismo tiempo, mi polla se moviese con esa maravillosa delicadeza que tanto me excitaba. Su clítoris, que hacía años había perforado, había sido reconstruido y su casi total sensibilidad devuelta. Y mis penetraciones y el constante roce de mi gruesa polla, la excitaban tanto que no paraba de correrse.
Su cuerpo estaba tumbado boca abajo, boca arriba, de a cuatro, ladeado… Y mi polla entraba y salía del coño al culo y del culo otra vez al coño. Mis manos agarraban fuertemente sus tetas. Me tumbaba sobre ella para penetrar mi pollón lo más profundo dentro de ella. Hasta que bien entrada la madrugada, agotados los licores, las drogas y nosotros, nos abrazamos y besamos, totalmente agotados, rotos, pero muy satisfechos, después de tantas horas de follar, de beber, y de colocarnos… y nos dormimos.
Me pareció oír unas voces y me desperté. Y vi sentada en la cama, junto a Katherine Riverossa, una preciosa niña, fumando un porro, con el uniforme escolar y oigo como le dice a Katherine Riverossa:
–Abuela, con esa polla tan gordota de Juanma, no me extraña que hayáis ensuciado tanto la cama ¿Cuándo me lo prestarás para follar yo con él?
–Esta misma semana. Y este hombre, dentro de dos años aproximadamente te preñará y tendrás con él tu primer hijo. Él será quien te haga madre por primera vez, se lo he prometido ¿Te gusta? ¿Crees que podría ser un buen semental para la mamá y para ti?
–Sí, no está mal. Musculitos, guapetón y no es viejo como los demás que me follan ¿de verdad ha sido perrito como yo? Bueno, ahora me voy al cole o llegaré tarde.
Le dio un beso a su abuela y el resto del porro del que su abuela dio pronto cuenta sin compartir conmigo. Y tuve que ducharme rápido para irme yo también a mi cole sin cambiarme la ropa del día anterior ¡y malditas las ganas que yo tenía de hacer gimnasia ese día!
Y encima, ese día se hizo muy largo. Centenares o miles de Whattps de Karina que además, me envió decenas de fotografías porno de algunas de sus amigas y perritas de más confianza, todas ellas desnudas y exhibiéndose a tope. Tres de ellas preñadas y una de las niñas muy barrigona, extraordinariamente preñada. Y me imaginé como estaría de barrigona Karina dentro de unas semanas.
Y también recibí muchos mensajes de Katherine Riverossa después del mediodía… y muchas fotos nudistas de ella, su hija y su nieta, las dos mujeres que yo tenía que preñar y me las enviaba en versión superporno. El cuerpo de la niña era una auténtica maravilla, pero su vulva era digna de una diosa. Una sonrosada colina relativamente grande con una estrecha hendidura ¿y cómo coño se la follaban con ese coñito tan estrecho?
Pero la llamada sorpresa, me la hizo Katherine Riverossa sobre las 7 de la tarde recién llegado a casa del Supermercado (ojo, los hombres también vamos al super). Al responder a la llamada, se hizo un ligero silencio y de repente, Katherine Riverossa, con voz enroquecida y posiblemente bebida, me pregunta:
–¿De verdad te casarías conmigo si yo te doy un hijo?
–Katherine Riverossa, quieres que tu hijo preñe a Karina (que ya está preñada de él) y a su hermanita. Quieres que yo preñe a tu hija y tu nieta, y que todos esos embarazos se culminen y te den nuevos nietos. Y que esto lo podamos hacer otras veces hasta que se puedan preñar entre ellos todos los nietos. Yo te he ofrecido la posibilidad de inseminar un óvulo de tu hija o de Mariluz, la madre de Karina, con mi esperma y de implantártelo para que des ejemplo a todos. Y a cambio, viendo lo muy puta que eres y deseando yo tener una mujer como tú y sin importarme la edad, yo me casaría contigo y te aseguro que entre todos, aumentaríamos la familia más de lo que te imaginas. No tengo complejos y me considero tan pervertido y depravado como tú.
La oí rebufar y de repente me dice gritando:
–¡Que te follen maricón de mierda! Qué te has creído tú que soy ¿tu esclava?
Miré mi teléfono y me reí mientras lo guardaba ¡Katherine Riverossa estaba inKatherine Riverossada en esa loca idea del matrimonio entre los dos! ¡Y de parir hijos míos con óvulos fertilizados! Y aunque no os lo creáis, me la tuve que menear varias veces para descargar la mucha leche que mis huevos estaban produciendo sin parar por mi gran excitación, porque en el fondo, y después de la loca noche pasada con ella, yo deseaba a esa mujer.
Después de mi abuela, era la mejor puta que nunca había conocido. Emanaba un erotismo y una sexualidad brutal. Estaba loca por pervertir, prostituir y emputecer, a las niñas y las adolescentes. Y por supuesto, no tenía ni moral, ni ética, ni vergüenza de ninguna clase ¡era la pareja perfecta para mí!
Llamé a Karina y quedamos que la noche siguiente iría a cenar a su casa, y que esa misma noche, le dejaría dinero en su buzón de correo para que comprase alimentos, bebida y drogas si las deseaba. Quedamos que me follaría a las tres mujeres y así tomaría contacto con las tres, y Angelines dejaría de ser virgen. Después de cenar y antes de irme al bar a tomar unas copichuelas, pasé por su casa, me abrió la puerta y dejé el sobre con el dinero en su buzón de correos.
Al día siguiente compré una caja de vino blanco de Rueda, y otra caja de vodka finlandés. El vino lo dejé a enfriar en mi frigo. A media tarde, me puse unos vaqueros, unos cómodos mocasines ¡me encantan los mocasines para andar!, una camisa manga larga que me remangué y me puse por encima un chaleco abierto de piel suave. Y así me presenté en su casa… aunque antes cogí el coche y cargué con las botellas ¡y tres ramos de claveles blancos! Uno para cada mujer.
Y al darles los ramos la lié. Cielo Riveros no sabía qué hacer con un ramo a sus 11 años. Y Karina y su madre se dedicaron a llorar, a moquear y a abrazarme por ese detalle… que para mí era tan normal. Nunca nadie les había regalado nada en su puta vida, y menos, unas simples flores blancas, de amistad y confianza.
Las tres estaban, más que vestidas, prácticamente desnudas aunque con unos taconazos imponentes ¡incluso la niña! Y no les importó nada mostrarse generosamente a mí ya que carecían de sujetador. La madre, Mariluz, me impresionó. Con sus tacones estaba casi a mi altura, tenía un cuerpazo acojonante aunque algo delgado, con enormes tetas algo caídas. Sus ojos, bien maquillados, no podían ocultar sus vicios y sus borracheras y al igual que en sus hijas, esos ojos grandes, preciosos en todas ellas, carecían de vida propia, su brillo era apagado. Las tres eran guapas y entre ellas, Karina destacaba por su personalidad y su mundología pese a su edad.
Y en las tres, sus cuerpos estaban faltos de peso. No es que me gusten las mujeres gordas (que no me desagradan nada) sino que sus huesos y sus pómulos denotaban “falta de carne”. Con unos pocos kilos de más en cada una (solo unos pocos) y algo menos de alcohol y drogas, en unos meses serian divinas.
Al presentarme a su madre, la abracé y besé intensamente en la boca, y al ver que Mariluz me devolvía los besos sin importarle que estuviesen sus hijas a su lado, yo quise marcar territorio para siempre ¡cosa normal en un perrito!, metí mi mano bajo su camiseta, noté que también carecía de bragas, y la empecé a masturbar mientras mi otro brazo la seguía abrazando y mi boca seguía pegada a la suya. Dejé que su mano se metiese en mi bragueta y cogiese mi polla, y al notar su tamaño y grosor, se hizo un poco para atrás, me miró, sonrió, y aún se pegó más a mi cuerpo y sus labios casi se comen los míos ¡Demostró tener hambre de polla, mucha hambre a sus 34 años!
Pero esa hambre no solo era de polla. En poco tiempo mi masturbación obtuvo sus frutos, su orgasmo fue explosivo, y mi mano se llenó de un intenso chorro de fluidos ¡madre mía como dejaría las camas de mojadas! La aparté de mi lado y vi a las dos hermanas que se estaban masturbando mirándonos. Llamé a la pequeña Cielo Riveros y como Karina me había dicho que era una estupenda mamona pese a sus 11 años, le ordené que me la mamara. No le pidió permiso a su madre, ni a Kari, simplemente se arrodilló frente a mí, me miró sonriente a los ojos, me bajó un poco más los pantalones y se agarró a mi polla, y poco a poco, la fue lamiendo, besando, chupando, metiendo su lengua en mi agujerito espermático, y todo mi capullo en su boca.
Efectivamente, la niña sabía mamar pollas, pero no de mi grosor. La cogía con sus dos manos y lo intentaba todo. Quería hacer demasiadas cosas a la vez, y al verlo y notar que cada minuto que pasaba se ponía más nerviosa por no poder metérsela toda en su boca, me aparté un poco de ella, la miré a los ojos y les dije a las tres:
–Mirad, yo he venido aquí, porque Karina quiere ser mi pareja y quiere que las tres seáis mías, vivir todos juntos y ser una sola familia integrada y poliamorosa. Pero en estos momentos Cielo Riveros, solo quiero que me la pongas dura, todo lo dura que puedas porque voy a follarte antes de cenar y quiero que seas tú misma quien me la ponga dura. Que siempre recuerdes que esta polla que va a romper tu virginidad, fuiste tú misma quien la puso dura para que dejaras de ser virgen ¿lo entiendes y lo apruebas?
Y con la cabeza dijo si.
Pero aún hizo algo más. Se levantó, me cogió de la mano y me llevó a su dormitorio. Ni una sola vez miró a su madre o a su hermana. Era algo entre ella y yo. Algo que hacía tiempo que ella deseaba y que por fin, “alguien” se lo iba a hacer. Se tumbó en la cama, se levantó la camiseta y como al igual que las otras mujeres no llevaba bragas y no le hacía falta el sujetador, expuso su marcada y redondeada vulva a mi vista. Separó sus piernas, me miró, me sonrió y se la acarició con las dos manos.
Terminé de quitarme los pantalones y mocasines, pero también me quité la camisa y el chaleco. Quería que la niña y su madre pudiesen admirar mi cuerpo y sobre todo esa polla que desde ese día y casi con total seguridad, se las iba a follar diariamente a las tres. Y si a Karina la dejé impresionada (en los relatos anteriores lo podéis leer) a la madre, pero sobre todo a la niña, el rostro era de miedo. Sabía que con ese grosor le iba a hacer daño, pero esa tarde-noche, mi abundante semen, iba a llenar su cuevita por primera vez.
Metí dos dedos en su coñito y comprobé lo estrecha que era. Y una mano se posó en mi brazo. Era Karina que me dijo:
–Espera Juanma. Mi hermana es muy estrecha. Déjame que os ayude.
Y yéndose a la cocina, vino con una botella de aceite, derramó un poco sobre su minúscula grieta y empezó a acariciarla, a frotarla, a meter unos dedos dentro… y la niña se corrió. Me dio entonces un beso y me dijo:
–Ahora Juanma ¡rómpela para siempre… hazla tuya!
Y la rompí.
La niña quería verga. Deseaba verga de verdad, no de las que mamaba en el colegio en último de primaria. Y yo tenía esa verga, esa polla que tanto le dolió a su puta y preciosa hermana, en la follada que tuvimos en el interior de mi coche en el parking del centro comercial. Apenas apoyé mi glande sobre su diminuta grieta que apenas se abrió, supe que le iba a hacer daño. Que iba a ser muy difícil penetrarla bien. Pero entonces un maldito y perverso pensamiento vino a mi mente. Katherine Riverossa quería que entrenase a esa niña para que su hijo la preñase y pariese un nieto suyo en un par de años. Y ese mismo hijo de Katherine Riverossa había preñado ya a Karina “para darle más nietos a su madre”. Y eso me calentó.
Yo quería a Karina para mí, disfrutarla y depravarla yo, y también a esa niña que me iba a follar ahora, y lógicamente a su santa madre. Katherine Riverossa era un monstruo sexual, y cuando le pregunté, a pesar de que me doblaba la edad, si se casaría conmigo, lo dije mitad en broma y mitad en serio. Ahora estaba en esta casa, con una madre muy puta y muy joven, una hija mayor putísima, y otra pequeña que lo deseaba ser. Y por primera vez en mi vida, me sentí contento de conocer a esas tres mujeres que se habían ofrecido para ser mis esclavas sexuales y putas de verdad. Y me sentí el puto Amo del harén.
Sí, le iba a hacer daño, pero tanto a ella como a su madre y a su hermana, les iba a enseñar esa tarde y esa noche que me pertenecían, que eran mías para siempre. Mis perritas, y yo el pastor que las amaestraría emputeciéndolas para vigilar mi ganado… las niñas procedentes del dogging y de mi propio instituto, que iríamos aportando para formar mi propio ganado de ovejas complacientes y viciosas. ¡MI GANADO… y no el de Katherine Riverossa!
Al ver ese agujero tan estrecho, le di la vuelta a su cuerpo poniéndolo boca abajo, le metí la almohada bajo el vientre para levantar un poco más su coñito, y Karina comprendió lo que iba a hacer ¡penetrarla desde atrás con fuerza! Se descalzó, subió a la cama, y sus piernas dobladas sustituyeron la almohada para poner la cabeza de su hermanita. Me miró, sonrió pesadamente, y su cabeza me dijo SI, con una ligera inclinación ¡y me dejé caer con todo mi peso sobre la niña metiendo mi polla hasta el fondo de su coño que quedó abierto ya para siempre!
Las manos de Karina taparon la boca de Cielo Riveros, pero aun así, el grito fue violento. Hasta su madre, con los ojos húmedos, dijo algo así como que su hija ya no sería virgen nunca más. Por supuesto que ya nunca lo sería y de eso me preocuparía personalmente yo. Sin perder tiempo y sin delicadeza de ninguna clase, la agarré fuertemente de la cintura y la empecé a follar como si en lugar de una primera vez, la cría fuese una puta profesional, cosa que muy pronto sería. Karina me miraba de forma muy rara. Acariciaba el rostro lloroso de su hermanita, y una de sus manos quitó totalmente la camiseta de Cielo Riveros y empezó a jugar con sus pezones… y en pocos minutos se corrió nuevamente la niña. Sonrió entonces Kari y me dijo:
–Ahora Juanma. Fóllala a tope que con su corrida se ha lubrificado mejor.
Y me la follé a tope. Su madre se sentó a su lado y acariciaba sus glúteos, y de vez en cuando me acariciaba la polla que penetraba a su niña… y mis huevos. Poco más tarde empezó a besarme apasionadamente al mismo tiempo, Y esa estampa tan lujuriosa, el estar follando por primera vez esta niña, mientras su puta hermanita preñada excitaba sus tetas y pezones, y su putísima madre la acariciaba a ella, a mi polla, y me besaba tan apasionadamente, me excitó de tal manera, que me prometí que esa familia sería para siempre mi familia costase lo que me costase. Las preñaría a las tres, y tendría hijas de las tres, y entre mi abuela y yo, las haríamos brutalmente depravadas y profundamente incestuosas.
Con mi mente en estos pensamientos, la seguí follando con fuerza, y posiblemente tuvo ella otro orgasmo, porque a pesar de la enorme estrechez de su coño, mi pollón se movía relativamente bien. Pero de repente, como si se tratara de una mula, su pierna izquierda que estaba encogida, se estiró con fuerza debido a un enorme orgasmo y estremecimiento del cuerpo de la niña. Su pié me dio en el rostro y casi sin darme cuenta me corrí por vez primera en el interior de esa preciosa y estrecha cuevita.
Entre su inesperado estremecimiento y orgasmo y la patada en mi rostro, todo el encanto de esa follada se perdió. Karina y su madre se preocuparon más de mi rostro, que de la niña que se quedó abandonada sobre la cama. Y yo me quedé quieto, atendiendo a las mujeres y notando un fuerte dolor sobre el lateral de la mandíbula y el pómulo ¡menuda patada! Pero Karina empezó a reírse. Todos nos reímos incluyendo a la niña, y como ni se quejaba ni era ya virgen ¡nos fuimos a ducharnos y a cenar!
Y entre las duchas, y la preparación y puesta a punto de la mesa, nos bebimos la mitad de la caja de vino ¡menudas esponjas eran estas tres putas! Posiblemente las tres eran unas espectaculares mamonas de pollas y folladoras incansables, pero os aseguro que eran mejores mamonas de vinos y licores ¡que poco duraban las botellas abiertas! Y ya os contaré lo de las drogas…
La cena fue perfecta, los cuatro íbamos desnudos. Realmente Mariluz cocinaba de cojones y Karina era tan buena o mejor que su madre en la cocina y preparando la mesa. Casi en los postres, la caja de vino se terminó y abrí la primera botella del potente vodka finlandés, y en esos momentos, unos potentes puños golpearon en la puerta de la casa. Nos miramos sorprendidos y sin pensar en su desnudez, fue la pequeña Cielo Riveros a ver quién era, y al abrir la puerta, una potente y conocida voz, inundó la casa:
–¿Qué cojones estáis celebrando aquí sin mí y sin mi permiso?
ERA KATHERINE RIVEROSSA. Penetró hasta el comedor de forma más dañina que un elefante borracho, y en el rostro de las tres mujeres vi miedo. Y como os he dicho antes, al ver esos rostros recordé mi interés de ser yo su Amo y ellas mi familia. Y les demostré que podían confiar en mi protección. Agarré a Katherine Riverossa del brazo, la saqué casi a rastras de la casa ,y cerré la puerta a sus espaldas dando un terrible portazo. Aunque aún se oían sus voces en la escalera:
–¡Os juro que me lo pagaréis… os arrodillareis ante mí… nunca olvidaré esta ofensa…!
Pero no hice caso a sus palabras, aunque era consciente que Katherine Riverossa podría intentar jodernos la vida ¡tenía un fuerte carácter y era vengativa! Miré a las tres y les pregunté:
–Quiero que seáis desde ahora mismo mi familia. Quiero ser yo quien os folle y os vaya preñando a las tres. Quiero ser yo quién os emputezca de por vida. Y quiero ser yo quien cuide de vosotras para siempre ¿lo queréis vosotras así, siendo mis perras de por vida?
Y las tres se lanzaron sobre mí, abrazándose y comiéndome a besos.
Ya tenía mi familia. Ahora solo tenía que preñarlas para fabricar nuevas perritas para ir follándolas y hacer de ellas las más preciosas y pervertidas putas. Una extensa familia de perritas y putitas ¡mi primera familia!
Dicen, que el que tiene un amigo, tiene un tesoro. Y que quién ofrece el tesoro, tiene amigos para siempre. Nosotros tenemos dos tesoros, nuestras hijitas. Se las ofrecemos a nuestros amigos, y nuestras niñitas se sienten orgullosas de la cantidad de.
– Papá ¿de verdad estoy guapa… crees que les gustaré?
Mi hijita se mostraba ante mí, recién arreglada, lavada y perfumada por su madre, mi esposa Miriam Caballero Incluso en sus labios había un ligero toque, muy sutil, de carmín. Era finales de Marzo, ya empezaba a hacer calor y mi hijita iba muy escuetamente vestida, un escasísimo top y una microfaldita a cuadros, como las escolares, que apenas le tapaba el culo. Unos cortos calcetines blancos y zapatitos rojos con ligero tacón de 4 cm, que un zapatero, familiar de una amiga de mi esposa, había diseñado para ella y que también fabricaba para otras niñas. Por supuesto, no llevaba bragas.
Nueve meses antes había cumplido ya los 8 años. Y ya no era virgen en ningún agujero. Mi polla y los dildos de mi esposa, la habían dilatado desde hacía tiempo, y sus agujeros estaban ya preparados para ser perfectamente penetrados por otras pollas. Y hoy, mi hijita Katherine Riveros, con la envidia y la desesperación de nuestra otra hija Cielo Riveros, de 5 años, iba a ir con su madre a un Centro Comercial grande y conocido, para ser intercambiada con otras niñas por sus madres y poder tener sus primeras experiencias sexuales públicas.
Era su primer dogging, o si lo preferís, su primer cancaneo. Y como cancaneo viene de can, esa tarde iba a ser usada como una perrita por vez primera. Aunque solo estaba previsto ser usada por mujeres. Pero estaba permitido el uso de consoladores-dildos como preparativos de las próximas pollas de carne.
Me sentía orgulloso de la educación sexual que le estábamos dando a ella y a su hermana. Y de lo pervertidos sexuales que éramos su madre y yo. Dos auténticos amantes del sexo libre y sin tapujos, que habíamos decidido crear una familia incestuosa y sin ataduras morales. Metí mi mano por el ajustado top y acaricié el precioso pezón derecho de mi amada hija, mientras mi mano izquierda acariciaba su vulva con unos deseos enormes de verla estremecerse de placer. Pero mi esposa apartó mi mano y me dijo:
– Ni se te ocurra Jordi, dos veces la he dejado yo al borde del orgasmo para que esté deseando como loca ser usada esta tarde. Es su primer día y está un poco nerviosa, pero tiene unas ganas enormes de correrse. Deja que sean otras quienes lo hagan y disfruten con ella en privado. Es su bautismo público de sexo.
– Jo mamá ¡deja que papá me corra o deja que me lo haga yo! Os juro que me portaré muy bien, pero necesito correrme ya ¡estoy que me muero!
Comprendí la jugada sucia de la puta de mi esposa, sonreí y aparté la mano de su ya grueso pezoncito, no fuese que se corriese con ese juego. Mi esposa iba tan provocativa y exuberante como siempre, cogió a la niña de la mano, cogieron sus chaquetones, la subió al coche y las dos desaparecieron de mi vista. Al entrar en el salón vi a mi pequeña Cielo Riveros, de 5 largos años, totalmente desnuda que me decía sonriendo mientras se acariciaba el coñito:
– Van a tardar varias horas papá ¿podemos follar tú y yo mientras esperamos?
Y mientras me hablaba se acercó a mí, sus dos expertas manos bajaron la cremallera del pantalón y con algunos esfuerzos, sacó mi pollón y cogiéndolo con su mano derecha y mientras los dos nos reíamos, me condujo así hasta mi enorme cama matrimonial donde muchas noches dormíamos los cuatro juntos, mi esposa, nuestras hijas y yo, para gozar del sexo sin barreras.
Efectivamente, casi cuatro horas después y cuando ya la cena estaba preparaba por los acreditados chefs Jordi y Cielo Riveros, muy contenta por las dos grandes penetraciones anales que le realicé, entraron mi esposa y la debutante ninfa infantil Katherine Riveros, las dos muy contentas y mi hija, con varios paquetes de regalos de su primer dogging. Al vernos desnudos, las dos hicieron lo mismo y mi hija mayor removió mi polla, ya muy vaciada por su hermana, y mientras jugaba con ella nos contaron su debut.
– Jordi -dijo mi esposa- no solo Katherine Riveros ha hecho las delicias de cuatro mujeres y las ha satisfecho al máximo a las cuatro, sino que además y sin proponérselo, se ha hecho puta. Por primera vez le han pagado por mamar una polla. Y ya se sabe que la mujer que cobra por el sexo, aunque solo sea una vez, es puta de por vida y si a eso le sumamos los regalos por dogging ¡ya tenemos una hija puta!
Nuestra hija, mientras mamaba y agitaba mi polla con toda su experiencia de años, se reía abiertamente, mientras su hermana tenía una cara de mala leche acojonante. Nunca he conocido a una niña de 5 años con las enormes ganas de follar de Cielo Riveros. Quizá, porque nadie, incluyéndome a mí, la habíamos follado en serio aún. Su coño era virgen de pollas aunque no de dildos y su culo solo lo usaba yo con cuidado, como esa tarde.
Su cuerpo, como el de su hermana Katherine Riveros, estaban más desarrollados de lo normal, pero su vagina estaba aún bastante cerrada y necesitaba tiempo, lentas penetraciones con los dildos y mi polla, y con mucho cariño. Pero explícale eso, a una cría que desea como loca follar, que aún no es su época. Paciencia, que aún no ha llegado a primaria…
** Llegamos a la cafetería de encuentro – continuó mi esposa- y ya habían llegado tres madres con sus tres hijas y cuando aún no habíamos pedido nada, llegaron las otras dos madres con sus hijas, y todas nosotras con una pinta de putones increíble. No veas como las hijas se miraban unas a otras a ver quien follará con mi madre y si sabrán follar mejor que yo. Ya que de las 6 niñas, 3 eran debutantes. Se desafiaban con las miradas. Una de las últimas en llegar, de 9 años, cogió un cigarrillo de su madre y de repente todas se lanzaron a por sus cigarrillos ¿Te imaginas cómo miraban las personas de la terraza a nuestras fumadoras hijas de 8 y 9 años y a nosotras? Un espectáculo, y creo que todos los que las miraban, las deseaban. Y a nosotras también…
** Pero nosotras ni caso -siguió diciendo Maribel- Todas nos fuimos presentando porque como bien sabes, solo nos conocíamos y nos citamos a través de internet, mirábamos a las niñas y no sabía a quién follarme primero, así que lo hicimos a suertes. Y la madre de la cría de 9, Lara, la fumadora inicial, cogió un rotulador que llevaba y rompió una servilleta en seis trozos y puso los nombres, y a mí me tocó primero con Idoia de recientes 8 años, y a nuestra hija con la madre de Lara, que creo se llama Angus. Pagamos la cuenta y nos fuimos cada madre con la niña que le tocó en el sorteo y quedamos que, como mucho en una hora, volveríamos allí para seguir con el intercambio de hijas.
** Idoia -siguió contando mi esposa- me dijo que subiésemos al departamento infantil de deportes, que quería que le comprara una sudadera y unas camisetas. Ya ves cariño, nuestras hijas aún no son putas y ya saben pedir. Es una maravilla de niña. Ella, a pesar de su tierna edad, Lara, Esther y nuestra hija, las mejores de todas según las madres ¡unas verdaderas putas profesionales! ¡Qué placer nos dieron todas!
— ¡Tú ves papá que yo ya puedo trabajar de puta profesional! -dijo mi hija excitada-
– Hasta ahora solo te he follado yo y no muy fuerte cielo, ten paciencia -le dije yo- Pero te prometo que intensificaré mis penetraciones y follaremos cada día para dilatarte.
— Pero es que si no me folláis y me llenas de semen todos los días ¿cómo voy a quedarme preñada? -replicó mi hija- No ves que quiero quedarme preñada ¿qué quieres, que sea la última chica de mis nuevas amigas en quedarme preñada? Todas quieren quedarse preñadas y hacer porno ¿de verdad voy a ser la última?
– Pero al menos a ti ya te folla papá y yo aún sigo virgen de polla, solo follo con mamá y sus dildos de plástico -replicó la pequeña Cielo Riveros- El papá solo me mete su polla en el culo y nada más. Y no toda, aunque al menos se corre muy adentro.
Y se armó un follón entre las hermanas, y mi esposa y yo nos moríamos de risa. Qué putas nos habían salido nuestras hijas, y qué bien lo estábamos haciendo los dos enseñándoles todos los placeres del sexo, que tanto lo deseaban y con tantas ganas los recibían. Impusimos un poco de silencio y mi esposa siguió contando mientras empezábamos a cenar.
** Idoia eligió la ropa y nos metimos en los vestuarios y en un plis-plas nos quedamos las dos desnudas. Y no perdimos el tiempo, mientras las dos nos besábamos y acariciábamos cada una el coño de la otra, la iba fotografiando y grabando mientras iba clavando y jugando en su culo y en su coño, el consolador que llevaba. Dejé el móvil en la percha para no perder detalle ¡es tan pequeña la Idoia y lo hace tan bien! Su vulva la tenía en mi mano y luego toda ella en mi boca y se retorcía de placer con las penetraciones del dildo en su culo. Su vagina es tan estrecha aún, que me costaba penetrar mi lengua dentro de ella, pero eso nos volvía locas de placer.
** Su mano me masturbaba pero como casi me la metió dentro de mi coño, me corrí antes que ella, y no veas como tuve que cerrar la boca para no gritar, pero cuando se corrió Idoia, noté tal estremecimiento en ella, que le tapé la boca con un fuerte y largo beso o hubiese venido la policía.
** Se estremecía como una loca y me pidió que la chupara más. La subí a la banqueta, le abrí las piernas y no te imaginas la cantidad de líquidos que salían de su estrecho e infantil coñito, y además bastante espesos, nada de solo líquidos. Y con ese coñito tan estrecho, solo perforado por su padre de polla delgada, mi lengua volvió a penetrar con unas ansias y unos deseos, que yo misma me masturbaba mientras ella me acariciaba las tetas y tiraba de mis pezones. Casi nos corrimos las dos al mismo tiempo.
** Con todo esto, Idoia quedó totalmente extenuada y tuve que sacar el dildo de su culo después de follarla por ahí, le sequé el sudor con la toalla que siempre llevo en el bolso, nos arreglamos las dos y devolvimos las prendas que ella no quiso, a la dependienta, que nos miraba con cara de mala leche a pesar del gasto que hicimos. Al girarnos, vimos acercarse a Lara con la verdadera madre de Idoia.
** Era surrealista, yo con su hija haciendo de madre, y la madre verdadera con otra niña haciendo de su madre, y las cuatro estábamos rojas y sudadas de los placeres vividos. Se notaba perfectamente que habíamos disfrutado del sexo y que éramos novatas en el dogging. Rojas, con el maquillaje hecho una mierda, pero estábamos totalmente satisfechas las cuatro. Aunque las empleadas y un señor que se acercó, no estuvieron de acuerdo con nuestros placeres. Nos miraron de forma rara y no nos perdían de vista. Me temo que tendremos que cambiar de Centro Comercial o al menos de planta, allí nos están fichando -les dije entre las risas de los cuatro- Demasiadas niñas, niños, madres, padres y desconocidos. Casi mejor follar al aire libre en tantos otros sitios.
— Pues a mí -nos dijo nuestra hija Katherine Riveros- Me llevó Yasmina al baño directamente, nos metimos en el del rincón y me tumbó sobre la tapa del vater. Me fotografío en varias posturas mientras con sus dedos me abría la rajita y de repente puso su boca sobre mi coñito y empezó a meterme aire caliente de su boca en la vagina, y ese calor, me estaba poniendo de muerte y me estremecía. Luego empezó a jugar con su lengua y no tardé en correrme, y yo misma me tapé la boca porque fue fantástico. Luego me metió un vibrador y lo conectó.
— A continuación, ella se masturbó frente a mí mientras yo le sacaba las tetas de su ropa y jugaba con sus pezones retorciéndolos y tirando de ellos, y cuando ella se corrió, también tapó su boca ¡y casi se mea! Y yo me sentía morir de gusto con esas vibraciones que me volvían loca y me corrí varias veces, y sin que me dijese nada, le dije que se sentase y le abrí las piernas, chupé todo su coño profundamente y la hice correr de nuevo, pero ahora gritó un poco y cuando poco después, me estaba masturbando a mí, tocaron a la puerta la vigilanta por si nos pasaba algo. Apagó el vibrador, me lo sacó y salimos poco después de arreglarnos y le dijo a la vigilanta que tenía yo problemas con la regla ¡yo, con 8 años y la regla! Luego me recargó el móvil como regalo y nos fuimos al punto de encuentro.
Y mi esposa, con el orgullo de madre muy comprensible en estos actos y el mayor placer de haber contribuido conmigo a convertir a nuestras hijitas en unas putitas sin ningún atisbo de moral, continuó diciéndome:
** Pero la fiesta fue muy especial. Yo tuve relaciones con tres niñas y tu hija, largos y calientes encuentros con otras dos madres. Pero lo mejor fue que al final y cuando íbamos llegando y recogiendo las niñas por la hora que era, Lorena, la madre de Esther, se acercó a mí y me dijo que quería un favor personal. Su marido estaba en el coche esperándolas y como Lorena la había enviado unas fotos de Katherine Riveros y de otras desnudas y le había gustado mucho nuestra hija, estaba deseando que nuestra niña le hiciese una mamada completa (tragándose el semen) y le daría 100€. En cuanto nuestra putita oyó lo de los 100€, ella misma se cogió de la mano de Lorena y la arrastraba al coche. Y allí, discretamente aparcado en la zona donde se cancanea en público, nos presentó a su esposo, Katherine Riveros cuando le vio aprobó el encuentro y cuando le sacó la polla silbó.
— Papá ¡es que su polla es casi más grande que la tuya! -indicó nuestra hija-
Y nuestra hijita, dentro del coche con Arturo, que se bajó los pantalones hasta el suelo y con Esther de espectadora mientras se masturbaba, le hizo una mamada tan antológica, que en vez de darle los 100€ prometidos, le dio 120€. Pero los casi 20 minutos que nuestra hija le estuvo haciendo feliz con su boca, lengua y manos, Lorena y Maribel, que encajaron muy bien entre las dos, estuvieron hablando de nuestros matrimonios, nuestras perversiones comunes y nuestra forma de vida incestuosa. Y al finalizar nuestra hija la mamada y salir del coche, Lorena preguntó en voz alta:
– ¿Queréis que el sábado próximo nos reunamos los seis (los cuatro padres y las dos niñas) en nuestro chalet y follemos todos de verdad? Con toda clase de penetraciones y mamadas. En serio, como adultos.
Pero claro, mi esposa tuvo que decirles que nosotros éramos cuatro y no tres y ¿qué hacíamos con Cielo Riveros de 5 años? Ellos se rieron y nos dijeron que tenían también un hijo de 5 años, y que ahora, en estos momentos, estaba con los padres de ella. Así que acordamos reunirnos los 8 y follarnos a las hijas mayores y que los pequeños jugasen con todos nosotros, haciendo mamadas pero sin penetraciones. Yo acepté y mi esposa, esa misma noche, llamó a Lorena y con gran alegría de ella y Arturo, lo acordamos así.
Y como todo llega en esta vida, llegó el sábado. Mi esposa fue a la peluquería, ya sabéis, pelo, maquillaje, uñas… y cuando llegó a casa tuvo que hacer de peluquera, maquilladora y todo eso para las niñas. Pero las niñas estaban muy nerviosas y de repente, las dos totalmente desnudas, como tenemos por costumbre ir por casa, vinieron a mi despachito donde estaba preparando unos trabajos y me dicen:
– Papá, no podemos ir esta tarde a casa de Lorena con dudas. Las dos queremos que esta tarde sea la primera tarde de muchas y además, Cielo Riveros se pregunta el por qué no puede Arturo follarle el culo, porque ya está bien dilatada por la mamá, aunque tú no la has usado demasiado ¿qué pasará si Arturo quiere follarle el culo… vas a dejar que se la folle o no?
Mi esposa, que al oír a nuestra hija había entrado, me miró y dijo:
– La culpa es tuya Jordi. Las niñas están ya muy bien dilatadas y eres tú quien no las folla satisfactoriamente. Las niñas quieren polla y yo las dilato, pero tú siempre con el miedo que son niñas ¿es que acaso no ves sus cuerpos de putas y sus ganas de sexo? ¿vas a dejar que Arturo la folle si lo desea? Porque si Arturo quiere follar su culo ¿por qué no puede hacerlo con cuidado? Las niñas quieren pollas y a Cielo Riveros, aún no le has penetrado el coño. Yo tampoco lo entiendo.
– Bien, vamos a hacer una cosa. Esta tarde haremos lo acordado. Tú, Cielo Riveros, solo mamarás las pollas y te dejarás hacer sin penetración anal, y mañana domingo por la tarde, te follaré el culo como nunca, te abriré el coño, me derramaré dentro de ti y esta semana lo haré varias veces en los dos sitios, y a partir del próximo sábado, podrás follar por el culo siempre que quieras. Y en pocas semanas, por el coño, como tu hermana, y así celebraremos tu sexto cumpleaños.
Las niñas saltaron de alegría y yo pensé que lo mejor que podía hacer era comprarme una vaca lechera con enormes ubres y mucha leche, porque si tenía que follarme cada día a tres mujeres… iba a necesitar raciones extra de leche de vaca sin desnatar.
Al llegar al chalet de Lorena y Arturo, nuestras hijas estaban frenéticas. Nos abrieron desde dentro la verja del jardín, y ya dentro aparcamos el coche. Y por la puerta de la casa vimos salir a Lorena completamente desnuda, encima de unos taconazos increíbles. Absolutamente depilada y con varios y gruesos piercings en los labios vaginales, pezones y otros sitios, y varios tatuajes, alguno indiscreto como el situado en el Monte de Venus, una gruesa flecha señalando el coño. Detrás apareció Pablo, el hijo de 5 años, también desnudo, con su pollita dura y con un tapón en el culo, que su madre nos dijo que era para dilatarle, por si yo le quería penetrar ese culo tan inocente y ya usado.
Nos dimos besos y abrazos que también compartimos con Arturo (me besó en la boca) y Esther, que con su madre, y a pocos días de cumplir los 9 años, compartía sus gustos por los piercings, uno en el labio vaginal derecho y otro en el ombligo, y tatuajes, ya que tenía dos. Y nos dirigieron hacia el sótano y nos dejó impresionados el tamaño y las instalaciones que disponía ¡hasta dos duchas y unos pequeños armarios para ropa! Varios sofás de polipiel negra y cinco camillas-camastros para follar. Pero también unas vitrinas en las que se veían arneses de grandes pollas y látigos de varios estilos.
Al ver Arturo nuestra cara de extrañeza, solo señaló con su dedo el techo donde habían varias argollas y nos dijo:
– Los adultos tenemos muchas formas de vivir la sexualidad y el bdsm es una de ellas. En nuestro grupo de matrimonios incestuosos todos somos bisexuales, todos amamos el sexo sin limitaciones y es cada uno el que tiene que marcar las suyas. Aquí y en otras dos casas de amigos, tenemos orgías extraordinarias e incluso duras. Y a partir de cierta experiencia, nuestros hijos participan en ellas. Y deseamos que vosotros cuatro participéis también. A mi esposa le gusta mucho la tuya, y te aseguro que es una bisexual depravada y sin limitaciones.
Pero sin darle tiempo para terminar de hablar, su hija Esther dijo en voz alta:
– Mis padres ya me están enseñando ser masoquista. Mis muslos y glúteos ya han sido castigados muchas veces para que aprenda a disfrutar del dolor. Y cuando dentro de pocos días cumpla 9 años, ya me buscarán clientes para ser puta y poder follar por dinero. No una putita del dogging, sino puta de verdad.
Y al oír eso, la que gritó fue mi hija Katherine Riveros:
– ¡Tú ves papá!, Esther va a ser puta con 9 años y vosotros me habéis dicho que yo no lo seré hasta que no cumpla, por lo menos, los 10 años ¿por qué ella puede ser puta con 9 años y yo no, que los hago este verano…? Eso no es justo.
Y como nunca hay sueltos demasiados locos, Lorena se metió por el medio:
– Katherine Riveros tiene razón. Si os vais a meter como compañeros de nuestra pandilla de familias incestuosas y vamos a vivir una vida completamente sexual, las niñas deben entregarse al tipo de sexo que elijan, ser putas, o quedarse preñadas, tal y como ellas lo deseen. Su cuerpo es de ellas. Nosotros solo tenemos que dilatarlas, enseñarles, disfrutar de ellas y hacerlas disfrutar ¿o es que acaso nosotras no hemos sido nunca putas? -dijo mientras empezaba a acariciar y besarse con Maribel-
Y si, mi esposa Maribel había sido puta desde muy joven ¡y muy buena además! Pero mientras todo esto sucedía y nos hablábamos, nos habíamos ido desnudando y mi polla y la de Arturo, estaban extraordinariamente duras, y la primera en darse cuenta con una maravillosa sonrisa, fue la pequeña Esther que se acercó a mí, me cogió la polla y se la metió en la boca. Al ver esto mi pequeña Katherine Riveros (las dos eran altas, medían casi 140 cm de altura), hizo lo mismo con Arturo. Los dos padres nos miramos y sonreíamos ¡nuestras hijas nos estaban haciendo una mamada fantástica!
Durante más de 10 minutos, dejé que Esther me la mamase a su gusto. Se la metía en la boca, la ladeaba, jugaba su lengua con mi glande, la sacaba un poco para con sus labios replegar mi piel sobre el mismo glande, y así, poco a poco mi piel iba de delante atrás y de atrás adelante. Ya que mi grosor le impedía meterla mucho, jugaba con ella. Su mano derecha y a veces también usaba su izquierda, no solo jugaban con mis huevos, los doblaban y los retorcían, sino que algunas veces, sus dedos se metían en mi culo y era un placer extraordinario notar dos y tres dedos suyos jugando en mi dilatado culo.
Desde luego, la chiquilla estaba muy bien entrenada, y se notaba perfectamente que no tenía ningún complejo sexual. En este aspecto, estaba muy adelantada a mi hijita Katherine Riveros. Me miraba a los ojos y sonreía y una de las veces, se sacó la polla de su boca y con gran sorpresa mía me dijo:
– ¿Verdad Jordi que dejarás que Katherine Riveros sea puta cuando cumpla los 9 años? Me gusta tu hija, me la quiero follar y ser su amante y amiga. Pero también quiero compartir con ella nuestros amantes y clientes. Porque te guste o no, tu hija ya es una verdadera perra sexual, ¡mira el placer que le está dando a mi padre!
Giré la cabeza mientras la chiquilla se metía de nuevo mi polla en su boca y efectivamente, vi un espectáculo inimaginable. Mi hija de 8 largos años y solamente penetrada por mí hasta ese momento, estaba tumbada en una de las camillas, abrazada como una loca con Arturo, comiéndoselo a besos y totalmente penetrada por él, que debía tener un placer salvaje por la forma dura que la estaba follando. Porque se la estaba follando como si el cuerpo de mi hijita fuese el de una adulta experta y mientras, su madre, con una cara de satisfacción enorme, lo estaba grabando todo.
Un grito salió de la garganta de mi hija ¡se había corrido por primera vez siendo follada por otro hombre! Conmigo se había corrido muchas veces como con su madre, pero era su primera corrida con otro hombre. Su primer gran paso sexual. Ya no era solo nuestra.
Ese grito me excitó sobremanera y no me lo pensé dos veces. Saqué mi polla de la boca de Esther, cogí a la niña en brazos que gritaba de excitación y alegría, la llevé hasta otra camilla, se acercó su madre que me dio un beso en la boca y otro en la boca de su hija, y mientras nos acariciaba me dijo:
– Fóllatela duro Jordi, a la niña le gusta el sexo duro y ya verás como está preparada para ser puta. Y juntas tu mujer y yo, podemos hacer que en pocas semanas tu hija pueda serlo también. Y si te has puesto tan caliente al ver como Arturo folla a tu hija, imagina como te pondrás cuando veas a tu niña ser follada una y otra vez por gente que les paga. Y lo orgulloso que te sentirás cuando tu hijita te invite a un refresco o a comer, con el dinero ganado por sus juveniles agujeros. Ya ves lo que son las cosas, nuestras dos hijitas serán putas, antes de tomar la primera comunión.
Pero lo último casi no lo oí. Mi cabeza era un caos de pasiones y mi polla pedía guerra inmediata. La tumbé de misionero en la camilla y sin pensarlo dos veces me tumbé sobre ella y la penetré hasta el fondo. Naturalmente parte de mi polla se quedó fuera, pero la niña se ría y me decía:
– Fuerte, fuerte Jordi, ya sabes que me gusta el dolor y el placer. Dame los dos.
Y se lo di.
Ya había notado que mi polla entraba muy profundo en su boca, para su edad y para el grosor de la misma. Las dos niñas eran más altas de lo normal de su edad, sus pezones eran preciosos y muy sensibles al orgasmo, los inicios de sus tetas muy prometedores y muy abiertas, lo que denotaban que tendría unas amplias y poderosas tetas, y aunque su vagina era aún estrecha y yo disfrutaba de ella, veía en su cara que la cría era una viciosa. Me sonreía desafiante y yo me prometí arrancarle esa sonrisa.
Esther ya se había corrido al menos dos veces desde que nos vimos esa tarde, y mi polla entraba y salía de su agujero con una gran potencia y rapidez. Con tanta potencia, que tuve que agarrarla de las caderas para que su cuerpo estuviese un poco más quieto y cada vez que se la metía, la penetraba de golpe hasta casi atravesar la Trompa de Falopio y sacar mi polla por su estómago.
Si amig@s. Mi mente estaba nublada y el solo ver, tocar y contemplar esa belleza infantil que me estaba follando, endurecía mi polla como jamás hubiese imaginado. Y poco a poco, fui consiguiendo que la sonrisa burlona de Esther se fuese apagando y mi placer aumentase considerablemente. Y de repente oímos la voz de Lorena que le decía en alta voz a mi esposa:
– Mira Maribel, mira como nuestras niñas son ya auténticas putas. Mira como están siendo penetradas duramente por nuestros hombres, y como se corren una y otra vez y no se han quejado nada, al revés, gritan de placer. En pocas semanas mi hija follará por dinero y sus folladas subirán a internet ¿serás capaz de no permitir que tu hija haga lo mismo y no vayan a follar las dos juntas y se hagan famosas? Mira como Arturo se la está follando por los dos agujeros y como disfruta esa putita de hija que tienes.
– Si mamá si -gritó mi hija- quiero ser puta con Esther y quiero hacer porno ¡ya lo sabéis!
– De acuerdo cariño, te iremos entrenando ya para ser puta. Las dos seguiréis haciendo dogging para promocionaros y para que perdáis los pocos prejuicios que podáis tener. Y en cuanto a hacer porno, si podemos esta misma noche, subiremos Lorena y yo los videos que estamos grabando de vosotras siendo folladas por vuestros padres intercambiados.
Y terminando de hablar mi mujer, que no solo como Lorena estaba grabándolo todo, Esther lanzo un berrido impresionante y su cuerpo se estremecía como si una descarga eléctrica la hubiese atravesado ¡había tenido su enésima corrida y había sido extraordinariamente placentera para ella! Yo, al ver que la niña ya no podía más y estaba muy agotada y sudada, aceleré mis penetraciones y me corrí por primera vez dentro de su infantil coñito que desbordó de semen.
Pero en unos pocos segundos, ocurrió algo maravilloso para todos. Esther, que tenía más experiencia sexual que mi hijita, vio como su padre había terminado de follar a mi niña, se levantó de la camilla/camastro y se fue a la de mi hija, la besó apasionadamente en la boca, las dos se abrazaron estrechamente mientras no dejaban de besarse y luego, se subió al camastro y su cuerpo se puso invertido con el de mi hija con un clásico 69. De esta manera, mi hija fue chupando el coñito de Esther lleno de mi esperma, y Esther chupaba el de Katherine Riveros, lleno del esperma de su padre.
En ese momento, me di cuenta que realmente, habíamos fabricado dos auténticas putas infantiles y me sentí orgulloso de ello, mientras contemplaba entusiasmado como nuestras dos hijas se estaban haciendo amantes y se entregaban a toda clase de placeres sexuales. Verdaderamente ¡eran dos putas pervertidas! Y yo me encargaría de buscarle clientes que deseasen ser complacidos, muy complacidos en sus vicios.
Y si mis hijitas querían quedarse preñadas en cuanto pudiesen ¡yo sería el más feliz de los padres, viendo crecer sus barrigas y llenarse de leche sus tetitas!
Perritas viciosas del dogging – III
Mi abuela materna, aún más puta que mi madre, me decía: «Juanma, los niños buenos van al cielo y los niños malos van al infierno. En el cielo se pasan el día rezando y en el infierno follando ¿donde prefieres ir?» Y claro, nunca fui un niño bueno..
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“Juanma, creo que me he enamorado de ti. Sé que ya no te podré olvidar jamás. Sé que te necesito. Tómame, fóllame, préñame, mátame a palos… pero ven a vivir con nosotras y sé nuestro Amo, nuestro MACHO. Además, tú estás solo en la ciudad, no tienes a nadie a tu lado. Te ofrezco una familia de tres mujeres muy putas, extraordinariamente viciosas. Tres esclavas sexuales para que te diviertas con nosotras sin limitaciones”…
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Cuando volvía a mi casa después de dejar a Karina en la suya, en mi cabeza bailaban una y otra vez, esas palabras que he puesto unas líneas más arriba y que Karina me soltó llorando. Eran una confesión, más que de amor, ya que apenas nos conocíamos, de fe en mí. De su necesidad de ser las tres, la madre y las dos hijas, propiedad de un Amo, de un Macho Alfa, que las mantuviese y las usase a su gusto, incluso prostituyéndolas.
Como sabéis del relato anterior, después de follarla salvajemente durante horas, acompañé a Karina hasta su casa. Nos dejamos de coche, de buses, nos cogimos simplemente de las manos, y nos fuimos andando durante unos 30 minutos porque no teníamos prisa ni hacía frio a pesar de las fechas. Yo con mis flexibles mocasines y ella con sus taconazos de 10 cm de finísimo tacón. Casi no nos hablamos. Solo nos dimos un beso al dejarla en el portal de su casa. Ella entró sin darse la vuelta y yo me volví a mi casa. Pero hasta que me acosté tarde esa noche, no dejé de pensar en ella. Ni en sus malditas propuestas. Descabelladas, pero terriblemente lujuriosas y muy atrayentes.
Esta preciosa y madura cría de aún no 16 años, perrita y puta, pretendía ser mi pareja-esposa-multimadre de mis hijos (o de quienes fuesen esos hijos). Quería que me fuese a vivir a su casa con ella, su madre, y su hermanita. Quería que las mantuviese con mi trabajo a todas, y al mismo tiempo, ellas se prostituirían, harían porno, y ese dinero iría a mi bolsillo para contribuir al mantenimiento familiar… o a lo que yo desease Además, las podía preñar a todas cuantas veces quisiese.
Y sobre todo y por encima de todo, que desvirgase ¡urgente! a su hermanita pequeña, a Cielo Riveros de solo 11 recién cumplidos años, y que según Karina, era una perfecta mamona desde hacía unos dos años, y le enseñase todos los secretos del dogging para hacerla una buena cancaneadora y luego puta. Su madre se preocuparía de la casa, y de cuidar a los hijos que ella y sus hijas tuviesen, míos o de sus clientes ¡menuda familia!
Si he de ser sincero, esas posibilidades me la ponían tan dura, que no paraba de pajearme porque eso sería para mí, una familia perfecta. Solo me haría falta traerme a mi aún joven abuela, que fue mi maestra porno infantil, para que nuestra familia fuese excelente. Las dos abuelas educando a sus nietas para ser niñas putas putísimas. Y yo el puto Amo de ese harén infantil.
Además, en muy pocos meses me harían entrega de un chalet-adosado, todavía en construcción, que me había comprado para vivir yo, ya que el pisito que ahora habitaba solo era alquilado, muy cerca del instituto donde daba mis clases de educación física. Y pensaba que en el adosado que me compré, con un jardín individual y otro colectivo con piscina y tenis. Esta familia y las hijas de la misma, seríamos casi sobrenaturales ¡y lo digo de cachondeo, porque… menuda familia más puta! ¡Pobres hijas de los vecinos!
Pero… yo no sabía nada de Karina y de su familia. Necesitaba saber mejor quienes eran, y como con quien me llevé muy bien el día anterior fue con Katherine Riverossa, la madura del centro comercial que ligaba con los niños y niñas perritos para follárselos. La telefoneé un poco tarde y menos mal que lo hice a esas horas, porque acababa de follar con su hija y con un niño. No me dijo más. Quedamos en vernos dos días más tarde en su casa. Me dio la dirección, y me dijo que yo le había gustado en la cafetería y que pensaba follarme hasta quedar agotada… y que eso podría pasar un mes o dos meses después de empezar y sin bajarnos de la cama. Nos reímos los dos y colgué.
El instituto de Karina y el mío no eran los mismos ¡ni siquiera estaban cerca…gracias a Dios! El lunes y el martes estuve en las diversas clases deportivas y en los entrenamientos del baloncesto. Y el martes tarde, después de una buena ducha y algo de perfume, fui a hablar con Katherine Riverossa.
Ni me preguntéis como estaba vestida Katherine Riverossa cuando me abrió ella misma la puerta de su enorme dúplex. Simplemente me abrió la puerta, me agarró con su mano mi camisa, se pegó a mí, y mientras me comía a besos, me agarró la mano y me llevó a su dormitorio. Supongo que llevaría poca ropa porque antes de darme cuenta estaba desnuda sobre la enorme cama. Hice lo mismo y entre risas me puse sobre ella, y sin permiso alguno penetré su vagina que abrazó mi polla. Durante más de una hora follamos sin parar. Katherine Riverossa era una auténtica máquina de follar, y su cuerpo enormemente atractivo para ser follado por quienes como yo, desean esos cuerpos macizos y maduros… y al mismo tiempo, los tiernos e infantiles cuerpos de las niñas.
–Vale Juanma, para un rato que yo ya llevo más de 4 orgasmos y no puedo con mi alma. Tu polla es muy gruesa e incansable y además, hace un año me hice una pequeña operación de estrechamiento vaginal y aproveché para retocar mi clítoris, quitarme el piercing que llevaba, y hacerlo así un poco más sensible ¿no has notado con tu polla la estrechez de mi coño y los orgasmos que he tenido?
–Si Katherine Riverossa, lo he notado porque a mi abuela le hice lo mismo hace casi dos años. Y al igual que tú, tiene esa estrechez, orgasma muy satisfactoriamente, y le he levantado las tetas, cosa que también tú has hecho. Solo que ella tiene ya 62 años y no creo que tu pases de los 55. Aunque seguro que las dos sois igual de putas. Por cierto, mi abuela hace aún porno de maduras. Es una gran viciosa.
–Entonces somos igual de putas, yo también hago algo de porno cochino de vez en cuando. Y a mis 54 años sigo trabajando de puta en un burdel de bajísima calidad en un polígono y precisamente, por lo poco que cobro, me sirve para que me follen muchos y se derramen sin parar ¡follar y llenarme de semen me vuelve loca!
–Vamos entonces a hablar de semen y de Karina –le dije yo sonriendo- Necesito tu ayuda para saber quién es ella y su familia.
Katherine Riverossa me hizo una señal con la mano para que empezase a hablar mientras ella se levantaba de la cama, se acercaba a una mesita, depositó en dos enormes vasos tallados una muy generosa ración de licor, encendió dos potentes porros, de los que me dio uno, se tumbó de nuevo a mi lado y empezamos a hablar. Le expliqué con todo lujo de detalles todo lo acontecido con Karina desde que la conocí poco antes que a ella misma(1), y todo lo que ocurrió luego en mi casa. No me interrumpió ni una sola vez. Cuando terminé, me invitó a probar su coca, beber de nuevo, y fumar nuevos y potentes porros. Y siguiendo la conversación, me preguntó:
–¿Y no te dijo Karina nada más?
–No, solo que quería ser mi esclava y que se entregaba ella, su hermanita, y su madre.
–¿Te gusta esa putita?
–Creo que sería mi pareja perfecta a pesar de la diferencia de edad. Podría educarla, entrenarla, y someterla a mis gustos. Te confieso que soy un pervertido sexual.
–Sabes que con ella tendrías muchos cuernos garantizados. Es y será siempre, una puta muy viciosa. Nunca toma anticonceptivos ni los quiere. Ya ha abortado al menos dos veces que yo sepa.
–Es algo que jamás me ha importado. Si eres perra de verdad, eres perra para siempre.
–Pues entonces apúntate el primer cuerno: El pasado martes, hace solo una semana, me dijo muy contenta Karina, que estaba embarazada de mi hijo y que lo pensaba tener, tal y como acordamos.
Al ver la cara que puse, Katherine Riverossa se reía convulsivamente y sus tetas se movían en todas direcciones.
–Juanma, eres un recién llegado a esta ciudad y desconoces sus vicios. Yo llevo alrededor de 30 años, preparando, entrenando, y depravando a decenas de niñas y algunos niños. Soy soltera, vivo muy bien, y a los 17 años me quedé preñada, y como no quería abortar me fui de mis padres y sin darme cuenta, entré en este mundo de la prostitución infantil. Parí un hijo y me entregué a un conocido hombre maduro y rico. Y él me entregó a todos sus amigos, y no solo follaban conmigo pagándome muy bien, sino que yo empecé a ofrecerles carne fresca, muchas niñas para follar y les cobraba una bonita comisión. A los 21 parí una niña, y con una antigua niñera mía monté una organización de prostitución infantil. Lógicamente, mis hijos han sido educados en este mundo loco del sexo incestuoso y forman parte del club, como dueños y como putos.
***De las relaciones entre los dos hermanos, aparte de que mi hija ha abortado varias veces, tengo una nieta de 12 años todavía sin preñar, y otra de 6 que ya no es virgen, Y de las relaciones de mi hijo con las niñas sé que es padre, sin más detalles. Quiero ampliar esta familia de varios modos para que en varios años sea amplia, y por eso convencí a Karina para dejarse preñar por Antonio, mi hijo ¡y quiero ese hijo! Quiero unir su familia con la mía porque son tres hembras sanas que pueden parir las tres.
***Karina me debe dinero, y a cambio de ese dinero me dará su hijo que es del mío. Para mí no será hijo o hija suyo, sino de mi hijo, y como te he dicho antes ¡quiero ese ser engendrado… quiero volver a ser abuela! No te imaginas qué familia podría formar con tantas mujeres pariendo ¡pero me corro solo de pensarlo y de imaginarme tantas niñas preñadas!
Se levantó nuevamente de la cama y miré y admiré ese macizo cuerpo, esculpido a base de bisturí y gimnasio, con esa enorme energía sexual extraordinariamente pervertida que salía de él. Los elegantes tatuajes que la decoraban desde los muslos hasta el cuello… Estad seguros que por primera vez en mi vida, estaba atrapado entre dos cuerpos y dos mujeres totalmente opuestas.
El de una preciosa y pervertida cría de 15 años ¡y preñada! Y el de una madura voluptuosa de 54 que era una puta de categoría. Que quería ser la abuela de esa “cosa” que llevaba Karina en su vientre ¡y de un buen rebaño de ovejas reproductoras! Y soñaba con rodearse de niñas-nietas que con los años añadirían a la familia más niñas putas y superviciosas. Vi como encendía un buen cigarro con un par de largas cerillas de madera. Y de repente, se giró hacia mí, sentó parte de su culo sobre la mesa, y me preguntó:
–¿Realmente Juanma deseas este tipo de vida polisexual y depravada en el que los cuernos son fijos cada día, nunca sabes quién es el padre de los hijos de tu pareja, y toda clase de perversiones te llaman y las disfrutas? Un mundo loco, pero siempre lleno de placeres y vicios ¿Realmente deseas vivir chapoteaando en esta charca de cerdas?
Asentí con la cabeza, y entonces Katherine Riverossa me hizo la proposición más descabellada de la historia mundial porno:
–Juanma, puesto que presumes de perrito y veo que realmente quieres vivir esta vida, te propongo una locura, pero que estoy en condiciones de ofrecértela. Quédate con Karina y su familia, quédate y colabora conmigo y mi organización sexual, quédate entre nosotras y disfruta de nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestras niñas y nuestros hijos… pero Karina parirá mi nieto y me lo entregará. Será mío, mi nieto/a. Entrena a su hermanita Cielo Riveros como te ha pedido, y en un par de años me la entregas para que mi hijo la preñe y me dé nuevos nietos. Puedes vivir con ellas tres y preñar a las tres… pero a las niñas lo harás después de que le den hijos/as a mi hijo.
***A cambio, tú preñarás en las próximas semanas a mi hija, y en dos años a mi nieta mayor. Incluso podemos compartir la paternidad-maternidad de los hijos y seguir teniendo más cruzándolos entre ellos. Seríamos dos familias, pero entrelazadas para siempre de forma muy estrecha. Yo sería la cabeza de mi familia y tú la cabeza de la otra familia. Y las dos familias se cruzarían constantemente entre nosotras ¡como perritos! Y con quien nosotros decidamos para mejorar las razas.
***Me han propuesto y he aceptado, formar una productora porno para niñas menores de 18 años, y a través de ella, una importante web de pornografía infantil asociada a nuestro club de prostitución infantil y adolescente ¿Quieres formar parte de todo este negocio? Te ofrezco el 50% y labores de dirección y de coordinación.
Y una vez dicho todo esto se calló, mientras me miraba fijamente y seguía fumando su puro.
Como todos sabéis, solo hacía 5 días que había conocido a Katherine Riverossa y a Karina. No conocía a sus hijos Antonio y Julia. Ni tampoco conocía a Mariluz, la madre de Karina, ni a su hermanita Cielo Riveros. Prácticamente no conocía ni la ciudad en la que yo trabajaba y su ambiente, y mucho menos el ambiente nocturno y el porno-infantil. Y en solo esos 5 días, había recibido tal cantidad de sexo y de ofertas sexuales, que a pesar de mi experiencia, de mi amplia experiencia sexual, mi cabeza daba vueltas. Miré ese precioso cuerpo. Admiré nuevamente su voluptuosidad, y el vicio que desprendía envuelto en el humo del cigarro que fumaba, y le contesté:
–Hay una cosa muy importante que te has dejado pendiente de contestar.
–¿Y qué es? –me dijo extrañada-
–No me has pedido que me case contigo. Así estaríamos unidos de verdad.
En ese momento, la fabulosa, la muy puta Katherine Riverossa, apartaba el cigarro de su boca después de inhalar una gran cantidad de aire/humo, y al oír mi propuesta y ver que la hacía de broma, le entró la risa, el humo la ahogó, las lágrimas de la risa asomaron a sus ojos y dejando el puro sobre el cenicero de la mesa, se vino corriendo a la cama, se arrojó sobre mí y creo que nunca me han besado tantas veces y tan profundamente como ahora. Ella me estaba poseyendo totalmente y yo me entregué a ella, y también puse todo lo que pude de mi parte para hacerla feliz ¡os juro que esta madura me volvía loco!
La follé intensamente, con lujuria, con rabia, con deseo de hacerla totalmente mía y de demostrarle que si ella era una gran puta, yo era un semental sin prejuicios. Jamás ninguna mujer, ni siquiera mi madre ni mi abuela, me habían excitado tanto, ni las había follado con tanta fuerza y deseos. No me importaba, ni tampoco a ella, dónde se la metía. Simplemente mi polla penetraba en su coño y en su culo una y otra vez. Se corría dentro de ellos y a cambio, ella me entregaba unos orgasmos salvajes. De tarde en tarde, parábamos, nos íbamos al baño y vaciábamos nuestros depósitos. Las botellas de vino se vaciaron y también las de vodka y coñac, la coca y la keta ¡y luego volvimos a empezar!
La operación de estrechamiento vaginal era perfecta. Mi polla, a pesar de su grosor, se sentía agarrada por sus músculos vaginales como el más precioso guante que pudiese darme. Era un placer deslizarse por un túnel tan estrecho a esas edades y que al mismo tiempo, mi polla se moviese con esa maravillosa delicadeza que tanto me excitaba. Su clítoris, que hacía años había perforado, había sido reconstruido y su casi total sensibilidad devuelta. Y mis penetraciones y el constante roce de mi gruesa polla, la excitaban tanto que no paraba de correrse.
Su cuerpo estaba tumbado boca abajo, boca arriba, de a cuatro, ladeado… Y mi polla entraba y salía del coño al culo y del culo otra vez al coño. Mis manos agarraban fuertemente sus tetas. Me tumbaba sobre ella para penetrar mi pollón lo más profundo dentro de ella. Hasta que bien entrada la madrugada, agotados los licores, las drogas y nosotros, nos abrazamos y besamos, totalmente agotados, rotos, pero muy satisfechos, después de tantas horas de follar, de beber, y de colocarnos… y nos dormimos.
Me pareció oír unas voces y me desperté. Y vi sentada en la cama, junto a Katherine Riverossa, una preciosa niña, fumando un porro, con el uniforme escolar y oigo como le dice a Katherine Riverossa:
–Abuela, con esa polla tan gordota de Juanma, no me extraña que hayáis ensuciado tanto la cama ¿Cuándo me lo prestarás para follar yo con él?
–Esta misma semana. Y este hombre, dentro de dos años aproximadamente te preñará y tendrás con él tu primer hijo. Él será quien te haga madre por primera vez, se lo he prometido ¿Te gusta? ¿Crees que podría ser un buen semental para la mamá y para ti?
–Sí, no está mal. Musculitos, guapetón y no es viejo como los demás que me follan ¿de verdad ha sido perrito como yo? Bueno, ahora me voy al cole o llegaré tarde.
Le dio un beso a su abuela y el resto del porro del que su abuela dio pronto cuenta sin compartir conmigo. Y tuve que ducharme rápido para irme yo también a mi cole sin cambiarme la ropa del día anterior ¡y malditas las ganas que yo tenía de hacer gimnasia ese día!
Y encima, ese día se hizo muy largo. Centenares o miles de Whattps de Karina que además, me envió decenas de fotografías porno de algunas de sus amigas y perritas de más confianza, todas ellas desnudas y exhibiéndose a tope. Tres de ellas preñadas y una de las niñas muy barrigona, extraordinariamente preñada. Y me imaginé como estaría de barrigona Karina dentro de unas semanas.
Y también recibí muchos mensajes de Katherine Riverossa después del mediodía… y muchas fotos nudistas de ella, su hija y su nieta, las dos mujeres que yo tenía que preñar y me las enviaba en versión superporno. El cuerpo de la niña era una auténtica maravilla, pero su vulva era digna de una diosa. Una sonrosada colina relativamente grande con una estrecha hendidura ¿y cómo coño se la follaban con ese coñito tan estrecho?
Pero la llamada sorpresa, me la hizo Katherine Riverossa sobre las 7 de la tarde recién llegado a casa del Supermercado (ojo, los hombres también vamos al super). Al responder a la llamada, se hizo un ligero silencio y de repente, Katherine Riverossa, con voz enroquecida y posiblemente bebida, me pregunta:
–¿De verdad te casarías conmigo si yo te doy un hijo?
–Katherine Riverossa, quieres que tu hijo preñe a Karina (que ya está preñada de él) y a su hermanita. Quieres que yo preñe a tu hija y tu nieta, y que todos esos embarazos se culminen y te den nuevos nietos. Y que esto lo podamos hacer otras veces hasta que se puedan preñar entre ellos todos los nietos. Yo te he ofrecido la posibilidad de inseminar un óvulo de tu hija o de Mariluz, la madre de Karina, con mi esperma y de implantártelo para que des ejemplo a todos. Y a cambio, viendo lo muy puta que eres y deseando yo tener una mujer como tú y sin importarme la edad, yo me casaría contigo y te aseguro que entre todos, aumentaríamos la familia más de lo que te imaginas. No tengo complejos y me considero tan pervertido y depravado como tú.
La oí rebufar y de repente me dice gritando:
–¡Que te follen maricón de mierda! Qué te has creído tú que soy ¿tu esclava?
Miré mi teléfono y me reí mientras lo guardaba ¡Katherine Riverossa estaba inKatherine Riverossada en esa loca idea del matrimonio entre los dos! ¡Y de parir hijos míos con óvulos fertilizados! Y aunque no os lo creáis, me la tuve que menear varias veces para descargar la mucha leche que mis huevos estaban produciendo sin parar por mi gran excitación, porque en el fondo, y después de la loca noche pasada con ella, yo deseaba a esa mujer.
Después de mi abuela, era la mejor puta que nunca había conocido. Emanaba un erotismo y una sexualidad brutal. Estaba loca por pervertir, prostituir y emputecer, a las niñas y las adolescentes. Y por supuesto, no tenía ni moral, ni ética, ni vergüenza de ninguna clase ¡era la pareja perfecta para mí!
Llamé a Karina y quedamos que la noche siguiente iría a cenar a su casa, y que esa misma noche, le dejaría dinero en su buzón de correo para que comprase alimentos, bebida y drogas si las deseaba. Quedamos que me follaría a las tres mujeres y así tomaría contacto con las tres, y Angelines dejaría de ser virgen. Después de cenar y antes de irme al bar a tomar unas copichuelas, pasé por su casa, me abrió la puerta y dejé el sobre con el dinero en su buzón de correos.
Al día siguiente compré una caja de vino blanco de Rueda, y otra caja de vodka finlandés. El vino lo dejé a enfriar en mi frigo. A media tarde, me puse unos vaqueros, unos cómodos mocasines ¡me encantan los mocasines para andar!, una camisa manga larga que me remangué y me puse por encima un chaleco abierto de piel suave. Y así me presenté en su casa… aunque antes cogí el coche y cargué con las botellas ¡y tres ramos de claveles blancos! Uno para cada mujer.
Y al darles los ramos la lié. Cielo Riveros no sabía qué hacer con un ramo a sus 11 años. Y Karina y su madre se dedicaron a llorar, a moquear y a abrazarme por ese detalle… que para mí era tan normal. Nunca nadie les había regalado nada en su puta vida, y menos, unas simples flores blancas, de amistad y confianza.
Las tres estaban, más que vestidas, prácticamente desnudas aunque con unos taconazos imponentes ¡incluso la niña! Y no les importó nada mostrarse generosamente a mí ya que carecían de sujetador. La madre, Mariluz, me impresionó. Con sus tacones estaba casi a mi altura, tenía un cuerpazo acojonante aunque algo delgado, con enormes tetas algo caídas. Sus ojos, bien maquillados, no podían ocultar sus vicios y sus borracheras y al igual que en sus hijas, esos ojos grandes, preciosos en todas ellas, carecían de vida propia, su brillo era apagado. Las tres eran guapas y entre ellas, Karina destacaba por su personalidad y su mundología pese a su edad.
Y en las tres, sus cuerpos estaban faltos de peso. No es que me gusten las mujeres gordas (que no me desagradan nada) sino que sus huesos y sus pómulos denotaban “falta de carne”. Con unos pocos kilos de más en cada una (solo unos pocos) y algo menos de alcohol y drogas, en unos meses serian divinas.
Al presentarme a su madre, la abracé y besé intensamente en la boca, y al ver que Mariluz me devolvía los besos sin importarle que estuviesen sus hijas a su lado, yo quise marcar territorio para siempre ¡cosa normal en un perrito!, metí mi mano bajo su camiseta, noté que también carecía de bragas, y la empecé a masturbar mientras mi otro brazo la seguía abrazando y mi boca seguía pegada a la suya. Dejé que su mano se metiese en mi bragueta y cogiese mi polla, y al notar su tamaño y grosor, se hizo un poco para atrás, me miró, sonrió, y aún se pegó más a mi cuerpo y sus labios casi se comen los míos ¡Demostró tener hambre de polla, mucha hambre a sus 34 años!
Pero esa hambre no solo era de polla. En poco tiempo mi masturbación obtuvo sus frutos, su orgasmo fue explosivo, y mi mano se llenó de un intenso chorro de fluidos ¡madre mía como dejaría las camas de mojadas! La aparté de mi lado y vi a las dos hermanas que se estaban masturbando mirándonos. Llamé a la pequeña Cielo Riveros y como Karina me había dicho que era una estupenda mamona pese a sus 11 años, le ordené que me la mamara. No le pidió permiso a su madre, ni a Kari, simplemente se arrodilló frente a mí, me miró sonriente a los ojos, me bajó un poco más los pantalones y se agarró a mi polla, y poco a poco, la fue lamiendo, besando, chupando, metiendo su lengua en mi agujerito espermático, y todo mi capullo en su boca.
Efectivamente, la niña sabía mamar pollas, pero no de mi grosor. La cogía con sus dos manos y lo intentaba todo. Quería hacer demasiadas cosas a la vez, y al verlo y notar que cada minuto que pasaba se ponía más nerviosa por no poder metérsela toda en su boca, me aparté un poco de ella, la miré a los ojos y les dije a las tres:
–Mirad, yo he venido aquí, porque Karina quiere ser mi pareja y quiere que las tres seáis mías, vivir todos juntos y ser una sola familia integrada y poliamorosa. Pero en estos momentos Cielo Riveros, solo quiero que me la pongas dura, todo lo dura que puedas porque voy a follarte antes de cenar y quiero que seas tú misma quien me la ponga dura. Que siempre recuerdes que esta polla que va a romper tu virginidad, fuiste tú misma quien la puso dura para que dejaras de ser virgen ¿lo entiendes y lo apruebas?
Y con la cabeza dijo si.
Pero aún hizo algo más. Se levantó, me cogió de la mano y me llevó a su dormitorio. Ni una sola vez miró a su madre o a su hermana. Era algo entre ella y yo. Algo que hacía tiempo que ella deseaba y que por fin, “alguien” se lo iba a hacer. Se tumbó en la cama, se levantó la camiseta y como al igual que las otras mujeres no llevaba bragas y no le hacía falta el sujetador, expuso su marcada y redondeada vulva a mi vista. Separó sus piernas, me miró, me sonrió y se la acarició con las dos manos.
Terminé de quitarme los pantalones y mocasines, pero también me quité la camisa y el chaleco. Quería que la niña y su madre pudiesen admirar mi cuerpo y sobre todo esa polla que desde ese día y casi con total seguridad, se las iba a follar diariamente a las tres. Y si a Karina la dejé impresionada (en los relatos anteriores lo podéis leer) a la madre, pero sobre todo a la niña, el rostro era de miedo. Sabía que con ese grosor le iba a hacer daño, pero esa tarde-noche, mi abundante semen, iba a llenar su cuevita por primera vez.
Metí dos dedos en su coñito y comprobé lo estrecha que era. Y una mano se posó en mi brazo. Era Karina que me dijo:
–Espera Juanma. Mi hermana es muy estrecha. Déjame que os ayude.
Y yéndose a la cocina, vino con una botella de aceite, derramó un poco sobre su minúscula grieta y empezó a acariciarla, a frotarla, a meter unos dedos dentro… y la niña se corrió. Me dio entonces un beso y me dijo:
–Ahora Juanma ¡rómpela para siempre… hazla tuya!
Y la rompí.
La niña quería verga. Deseaba verga de verdad, no de las que mamaba en el colegio en último de primaria. Y yo tenía esa verga, esa polla que tanto le dolió a su puta y preciosa hermana, en la follada que tuvimos en el interior de mi coche en el parking del centro comercial. Apenas apoyé mi glande sobre su diminuta grieta que apenas se abrió, supe que le iba a hacer daño. Que iba a ser muy difícil penetrarla bien. Pero entonces un maldito y perverso pensamiento vino a mi mente. Katherine Riverossa quería que entrenase a esa niña para que su hijo la preñase y pariese un nieto suyo en un par de años. Y ese mismo hijo de Katherine Riverossa había preñado ya a Karina “para darle más nietos a su madre”. Y eso me calentó.
Yo quería a Karina para mí, disfrutarla y depravarla yo, y también a esa niña que me iba a follar ahora, y lógicamente a su santa madre. Katherine Riverossa era un monstruo sexual, y cuando le pregunté, a pesar de que me doblaba la edad, si se casaría conmigo, lo dije mitad en broma y mitad en serio. Ahora estaba en esta casa, con una madre muy puta y muy joven, una hija mayor putísima, y otra pequeña que lo deseaba ser. Y por primera vez en mi vida, me sentí contento de conocer a esas tres mujeres que se habían ofrecido para ser mis esclavas sexuales y putas de verdad. Y me sentí el puto Amo del harén.
Sí, le iba a hacer daño, pero tanto a ella como a su madre y a su hermana, les iba a enseñar esa tarde y esa noche que me pertenecían, que eran mías para siempre. Mis perritas, y yo el pastor que las amaestraría emputeciéndolas para vigilar mi ganado… las niñas procedentes del dogging y de mi propio instituto, que iríamos aportando para formar mi propio ganado de ovejas complacientes y viciosas. ¡MI GANADO… y no el de Katherine Riverossa!
Al ver ese agujero tan estrecho, le di la vuelta a su cuerpo poniéndolo boca abajo, le metí la almohada bajo el vientre para levantar un poco más su coñito, y Karina comprendió lo que iba a hacer ¡penetrarla desde atrás con fuerza! Se descalzó, subió a la cama, y sus piernas dobladas sustituyeron la almohada para poner la cabeza de su hermanita. Me miró, sonrió pesadamente, y su cabeza me dijo SI, con una ligera inclinación ¡y me dejé caer con todo mi peso sobre la niña metiendo mi polla hasta el fondo de su coño que quedó abierto ya para siempre!
Las manos de Karina taparon la boca de Cielo Riveros, pero aun así, el grito fue violento. Hasta su madre, con los ojos húmedos, dijo algo así como que su hija ya no sería virgen nunca más. Por supuesto que ya nunca lo sería y de eso me preocuparía personalmente yo. Sin perder tiempo y sin delicadeza de ninguna clase, la agarré fuertemente de la cintura y la empecé a follar como si en lugar de una primera vez, la cría fuese una puta profesional, cosa que muy pronto sería. Karina me miraba de forma muy rara. Acariciaba el rostro lloroso de su hermanita, y una de sus manos quitó totalmente la camiseta de Cielo Riveros y empezó a jugar con sus pezones… y en pocos minutos se corrió nuevamente la niña. Sonrió entonces Kari y me dijo:
–Ahora Juanma. Fóllala a tope que con su corrida se ha lubrificado mejor.
Y me la follé a tope. Su madre se sentó a su lado y acariciaba sus glúteos, y de vez en cuando me acariciaba la polla que penetraba a su niña… y mis huevos. Poco más tarde empezó a besarme apasionadamente al mismo tiempo, Y esa estampa tan lujuriosa, el estar follando por primera vez esta niña, mientras su puta hermanita preñada excitaba sus tetas y pezones, y su putísima madre la acariciaba a ella, a mi polla, y me besaba tan apasionadamente, me excitó de tal manera, que me prometí que esa familia sería para siempre mi familia costase lo que me costase. Las preñaría a las tres, y tendría hijas de las tres, y entre mi abuela y yo, las haríamos brutalmente depravadas y profundamente incestuosas.
Con mi mente en estos pensamientos, la seguí follando con fuerza, y posiblemente tuvo ella otro orgasmo, porque a pesar de la enorme estrechez de su coño, mi pollón se movía relativamente bien. Pero de repente, como si se tratara de una mula, su pierna izquierda que estaba encogida, se estiró con fuerza debido a un enorme orgasmo y estremecimiento del cuerpo de la niña. Su pié me dio en el rostro y casi sin darme cuenta me corrí por vez primera en el interior de esa preciosa y estrecha cuevita.
Entre su inesperado estremecimiento y orgasmo y la patada en mi rostro, todo el encanto de esa follada se perdió. Karina y su madre se preocuparon más de mi rostro, que de la niña que se quedó abandonada sobre la cama. Y yo me quedé quieto, atendiendo a las mujeres y notando un fuerte dolor sobre el lateral de la mandíbula y el pómulo ¡menuda patada! Pero Karina empezó a reírse. Todos nos reímos incluyendo a la niña, y como ni se quejaba ni era ya virgen ¡nos fuimos a ducharnos y a cenar!
Y entre las duchas, y la preparación y puesta a punto de la mesa, nos bebimos la mitad de la caja de vino ¡menudas esponjas eran estas tres putas! Posiblemente las tres eran unas espectaculares mamonas de pollas y folladoras incansables, pero os aseguro que eran mejores mamonas de vinos y licores ¡que poco duraban las botellas abiertas! Y ya os contaré lo de las drogas…
La cena fue perfecta, los cuatro íbamos desnudos. Realmente Mariluz cocinaba de cojones y Karina era tan buena o mejor que su madre en la cocina y preparando la mesa. Casi en los postres, la caja de vino se terminó y abrí la primera botella del potente vodka finlandés, y en esos momentos, unos potentes puños golpearon en la puerta de la casa. Nos miramos sorprendidos y sin pensar en su desnudez, fue la pequeña Cielo Riveros a ver quién era, y al abrir la puerta, una potente y conocida voz, inundó la casa:
–¿Qué cojones estáis celebrando aquí sin mí y sin mi permiso?
ERA KATHERINE RIVEROSSA. Penetró hasta el comedor de forma más dañina que un elefante borracho, y en el rostro de las tres mujeres vi miedo. Y como os he dicho antes, al ver esos rostros recordé mi interés de ser yo su Amo y ellas mi familia. Y les demostré que podían confiar en mi protección. Agarré a Katherine Riverossa del brazo, la saqué casi a rastras de la casa ,y cerré la puerta a sus espaldas dando un terrible portazo. Aunque aún se oían sus voces en la escalera:
–¡Os juro que me lo pagaréis… os arrodillareis ante mí… nunca olvidaré esta ofensa…!
Pero no hice caso a sus palabras, aunque era consciente que Katherine Riverossa podría intentar jodernos la vida ¡tenía un fuerte carácter y era vengativa! Miré a las tres y les pregunté:
–Quiero que seáis desde ahora mismo mi familia. Quiero ser yo quien os folle y os vaya preñando a las tres. Quiero ser yo quién os emputezca de por vida. Y quiero ser yo quien cuide de vosotras para siempre ¿lo queréis vosotras así, siendo mis perras de por vida?
Y las tres se lanzaron sobre mí, abrazándose y comiéndome a besos.
Ya tenía mi familia. Ahora solo tenía que preñarlas para fabricar nuevas perritas para ir follándolas y hacer de ellas las más preciosas y pervertidas putas. Una extensa familia de perritas y putitas ¡mi primera familia!
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