Celeste
por
nereo
género
masturbación
Recuerdo que enfrente de mi casa vivía desde que tengo uso de razón una pareja la cual tenía por única hija a una chica que se llamaba Celeste; aunque yo apenas le llevaba unos tres años recuerdo que nunca cruce palabra con ella. Celeste tenia reputación de ser una niña buena, recatada y excelente hija y por el vecindario era conocida porque en la escuela siempre sacaba buenas notas, este cumulo de cualidades hubiera generado mucha envidia a su alrededor pero esto no era así pues la chica era bastante agradable y simpática por lo que los vecinos tenían en alta estima a la muchacha.
Paso el tiempo, yo por aquel entonces cursaba la universidad y recuerdo que en mi mente apenas si había espacio para otra cosa que no fueran mis deberes de la escuela y para alguno que otro rato de diversión. Un día de esos acompañe a mi madre a hacer unas compras y cuando veníamos llegando a casa nos topamos de frente con mi vecina, Celeste, al mirarla pude notar que había cambiado; ahora lucia mucho más atractiva que cuando era adolescente, había crecido bastante de estatura, debía de medir unos 178 cm de estatura, era muy delgada, de piernas largas y torneadas, su cintura era breve y su rostro risueño lucia ligeramente bronceado y muy atractivo. Sus ojos azules y vivarachos le daban un atractivo especial y su cabellera larga, lacia y sedosa lucia un color castaño oscuro que combinaba perfectamente con su piel morena clara. Pero sin duda lo que más me atraía de ella era su trasero el cual lucia bastante atractivo con los jeans ajustados que traía en esa ocasión.
Mi madre la saludo y ella correspondió cortésmente con una sonrisa, yo no me anime a mirarla más que de forma rápida. Ella se metió a su casa de forma despreocupada y mientras entrabamos a nuestro hogar mi madre me comento: “La Celes está bien bonita, ¿no hijo? Y ya ves, de niña estaba medio feíta, ¿te acuerdas?” Yo solo conteste con monosílabos; lo de Celes era una suerte de apodo con el cual conocían en el vecindario a Celeste. Los días siguientes no pude sacar de mi mente la imagen de la bella Celeste de mi mente, me parecía increíble que tuviera una vecina tan guapa y que yo apenas me viniera dando cuenta hasta ese entonces.
Pasaron unas semanas, por mis ocupaciones no volví a toparme con mi vecina y el paso del tiempo fue quitando de mi mente esa imagen de mi vecina de mi cabeza pero llego aquel día…Recuerdo que esa mañana desperté de forma tranquila, el sol entraba a mi habitación y me fui desperezando poco a poco, la casa estaba sola porque mi madre había ido a trabajar, recuerdo que tras bostezar y estirarme me levante al fin de la cama y al hacerlo note que tenía una gran erección algo que para mi edad era del todo normal. Tras ir al baño a orinar note que no se me bajaba la erección, la verdad es que me sentía bastante excitado, no sabía la razón, quizás fuera que había tenido algún sueño erótico que ahora no recordaba…lamente el no tener novia, aquel hubiera sido el momento perfecto para llamarla y que viniera a casa a pasar una mañana de sexo apasionado pues mi madre no volvería hasta muy tarde…Pero todo eso eran fantasías, no tenia novia y quizás debía de conformarme con masturbarme, la idea en ese momento no me desagrado, todo era cuestión de sacar alguno de los dvd que tenia debajo de la cama y poner uno en el reproductor y masturbarme viendo alguna de mis escenas favoritas…Pero por alguna razón desconocida no lo hice, sin más fui a la habitación de mi madre y al notar que por la ventana entraba la luz del sol me dieron ganas de tomar un poco de aire, quizás así se me bajaba la calentura…Me acerque a la ventana, la abrí y me asome, la ventana daba a la calle y al frente de la casa y nada mas asomarme vi que en la puerta de la casa de enfrente estaba parada en el umbral de la puerta nada menos que mi vecina, la hermosa Celes.
Es extraño y hasta cómico recordarlo pero debo decirlo tal como ocurrió; nada mas asomarme por la ventana y al mirar a Celes esta volteo a verme y sus hermosos ojos azules pasaron de ver mi rostro a clavarse en mi entrepierna, yo me quede de piedra pues aun mi erección no se bajaba, al contrario, al notar que mi hermosa vecina estaba mirándome mi erección creció de tamaño marcando un más que evidente bulto en mi short. Celes me miro sorprendida y lo que paso a continuación es algo que jamás olvidare. Quien sabe porque maldito impulso o por cual malsano sentimiento reprimido hice aquello que pudo costarme muy caro pero el caso es que movido por aquel impulso y sin dudarlo un instante me baje ligeramente mi short y mi pene salto literalmente hacia afuera quedando al fin libre. Mi vecina abrió aun mas los ojos ante lo que estaba pasando, sus ojos parecían platos de tan abiertos que los tenia, abrió la boca y se la tapo con una mano de la sorpresa que sentía. Yo estaba sudoroso, la lógica me gritaba que debía de meterme cuanto antes, lo que estaba haciendo además de ser muy indecente era peligroso y hasta ilegal, si alguien se daba cuenta podían hasta llamar a la policía o peor aún, a los padres de Celes...Pero aquel extraño sentimiento de lujuria me poseía por completo, lejos de esconderme comencé a masturbarme ante la mirada atónita de mi vecina, pensé que iba a meterse a su casa a acusarme con sus padres totalmente indignada pero en vez de eso no apartaba su vista de mi duro y largo pene. Celes miraba de cuando en cuando a ver si nadie pasaba por la angosta calle y se recargo en el dosel de la puerta sin dejar de mirarme, yo no podía creerlo ¿Le gustaba que estuviera masturbándome frente a ella? Nunca supe cuanto tiempo estuve así frente a ella, quizás fueron segundos, minutos...El caso es que de pronto ella se dio la vuelta y se metió a su casa, yo hice lo mismo y una vez que caí en cuenta de lo que había hecho sentí miedo ¡De seguro iba a acusarme con mi madre, si eso pasaba era mi fin! Por varios minutos sentí un profundo arrepentimiento mezclado con un terrible miedo, apenas si desayune algo y sin más me fui a la universidad, aquel día fue bastante feo para mi pues temía volver a casa y encontrarme a mi madre reclamándome por la infamia que había hecho. Volví a casa hasta muy noche pero al llegar mi madre me recibió preocupada pero no enojada, no sabía nada de lo que había pasado y yo me sentí aliviado por el momento.
Los siguientes días fueron infernales para mi, viví con el miedo a que en cualquier momento tocaran a la puerta y que al abrir los padres de Celes entraran gritando a mi casa reclamándome por mi comportamiento pero por suerte los días pasaban y nada ocurrió. Pronto tome la determinación de no volver a asomarme por aquella maldita ventana nunca más, quizás Celes no me había acusado por que se lo había tomado de buena manera, quizás pensó que aquello había pasado por la calentura del momento y por lo tanto yo decidí que nunca mas volvería a hacer aquello. Una tarde estaba en mi habitación haciendo tarea cuando el calor me obligo a abrir las ventanas de la casa, estaba abstraído pensando en mi tarea y por el calor que no me di cuenta que iba a abrir la dichosa ventana “maldita” al abrirla note que se escuchaba música a todo volumen, mis ojos se clavaron en la casa de enfrente y en la segunda planta y por una de las ventanas estaba asomada Celes supongo yo que buscando igual algo de aire fresco. Ella vestía con ropa bastante ligera por el calor que hacía y en su rostro se reflejaba tranquilidad, rápidamente noto mi presencia pues ni siquiera tuve tiempo material de hacer nada, ni siquiera de esconderme, ella me miro y en su cara se dibujo una sonrisa maliciosa y fingió mirar para otro lado, pero lo que me dejo atónito fue el gesto que hizo con una de sus manos, la movió de arriba abajo haciendo el gesto que universalmente se asocia con la masturbación.
Estaba claro que la chica deseaba que yo me masturbara para ella así que sin pensarlo saque mi pene de mi pantalón y lo comencé a masturbar; ella sonrió y yo aun más motivado comencé a sacarle lustre al pito con aun mas vigor, casi instantáneamente logre una enorme erección que ella agradeció con una picara sonrisa, yo estaba totalmente ebrio de lujuria, no me importaba que alguien más se diera cuenta de mi indecente conducta, yo solo deseaba masturbarme para la hermosa Celes. Yo estaba al punto del orgasmo, ella arreciaba con el movimiento de su mano indicándome que deseaba que terminara pero entonces el ruido de un auto acercándose me puso en alerta, rápidamente me metí y atreves de la cortina de la ventana vi que el auto se detenida enfrente de la casa de Celes; eran sus padres y por suerte no parecía que se hubieran dado cuenta de lo que pasaba apenas unos segundos antes de su llegada. A partir de ahí y durante todo un año y de forma periódica ocurrieron esa suerte de encuentros entre Celes y yo; es extraño y sé que al lector le intrigara porque nunca intente ir mas allá de eso siendo que la hermosa chica vivía solo a unos pasos de mi casa pero el punto aquí es que yo comprendí que lo que a ella le excitaba era justamente el verme masturbándome pero nada más, le gustaba calentarme haciendo aquellos gestos o luciendo su ropa tan entallada que le gustaba usar pero hasta ahí nada mas pues varias veces que me la tope frente a frente ella fingía que no me conocía. Además a mi igual me excitaba mucho el tener esos encuentros atraves de la ventana…Paso el tiempo y Celes empezó a salir con un tipo, pero lo más cachondo del asunto es que aun cuando ella tenía novio ella seguía asomándose por la ventana para verme jalarme el pito, eso me calentaba aun mas hasta que un día ella quedo embarazada de su novio, se caso con él y el gorrón de su nuevo marido se fue a vivir a su casa, esto causo que nuestros encuentros terminaran…Aunque miento, si hubo una segunda parte pero eso paso unos años después pero esta nueva y mas sexosa aventura con Celes la contare en otra ocasión.
Paso el tiempo, yo por aquel entonces cursaba la universidad y recuerdo que en mi mente apenas si había espacio para otra cosa que no fueran mis deberes de la escuela y para alguno que otro rato de diversión. Un día de esos acompañe a mi madre a hacer unas compras y cuando veníamos llegando a casa nos topamos de frente con mi vecina, Celeste, al mirarla pude notar que había cambiado; ahora lucia mucho más atractiva que cuando era adolescente, había crecido bastante de estatura, debía de medir unos 178 cm de estatura, era muy delgada, de piernas largas y torneadas, su cintura era breve y su rostro risueño lucia ligeramente bronceado y muy atractivo. Sus ojos azules y vivarachos le daban un atractivo especial y su cabellera larga, lacia y sedosa lucia un color castaño oscuro que combinaba perfectamente con su piel morena clara. Pero sin duda lo que más me atraía de ella era su trasero el cual lucia bastante atractivo con los jeans ajustados que traía en esa ocasión.
Mi madre la saludo y ella correspondió cortésmente con una sonrisa, yo no me anime a mirarla más que de forma rápida. Ella se metió a su casa de forma despreocupada y mientras entrabamos a nuestro hogar mi madre me comento: “La Celes está bien bonita, ¿no hijo? Y ya ves, de niña estaba medio feíta, ¿te acuerdas?” Yo solo conteste con monosílabos; lo de Celes era una suerte de apodo con el cual conocían en el vecindario a Celeste. Los días siguientes no pude sacar de mi mente la imagen de la bella Celeste de mi mente, me parecía increíble que tuviera una vecina tan guapa y que yo apenas me viniera dando cuenta hasta ese entonces.
Pasaron unas semanas, por mis ocupaciones no volví a toparme con mi vecina y el paso del tiempo fue quitando de mi mente esa imagen de mi vecina de mi cabeza pero llego aquel día…Recuerdo que esa mañana desperté de forma tranquila, el sol entraba a mi habitación y me fui desperezando poco a poco, la casa estaba sola porque mi madre había ido a trabajar, recuerdo que tras bostezar y estirarme me levante al fin de la cama y al hacerlo note que tenía una gran erección algo que para mi edad era del todo normal. Tras ir al baño a orinar note que no se me bajaba la erección, la verdad es que me sentía bastante excitado, no sabía la razón, quizás fuera que había tenido algún sueño erótico que ahora no recordaba…lamente el no tener novia, aquel hubiera sido el momento perfecto para llamarla y que viniera a casa a pasar una mañana de sexo apasionado pues mi madre no volvería hasta muy tarde…Pero todo eso eran fantasías, no tenia novia y quizás debía de conformarme con masturbarme, la idea en ese momento no me desagrado, todo era cuestión de sacar alguno de los dvd que tenia debajo de la cama y poner uno en el reproductor y masturbarme viendo alguna de mis escenas favoritas…Pero por alguna razón desconocida no lo hice, sin más fui a la habitación de mi madre y al notar que por la ventana entraba la luz del sol me dieron ganas de tomar un poco de aire, quizás así se me bajaba la calentura…Me acerque a la ventana, la abrí y me asome, la ventana daba a la calle y al frente de la casa y nada mas asomarme vi que en la puerta de la casa de enfrente estaba parada en el umbral de la puerta nada menos que mi vecina, la hermosa Celes.
Es extraño y hasta cómico recordarlo pero debo decirlo tal como ocurrió; nada mas asomarme por la ventana y al mirar a Celes esta volteo a verme y sus hermosos ojos azules pasaron de ver mi rostro a clavarse en mi entrepierna, yo me quede de piedra pues aun mi erección no se bajaba, al contrario, al notar que mi hermosa vecina estaba mirándome mi erección creció de tamaño marcando un más que evidente bulto en mi short. Celes me miro sorprendida y lo que paso a continuación es algo que jamás olvidare. Quien sabe porque maldito impulso o por cual malsano sentimiento reprimido hice aquello que pudo costarme muy caro pero el caso es que movido por aquel impulso y sin dudarlo un instante me baje ligeramente mi short y mi pene salto literalmente hacia afuera quedando al fin libre. Mi vecina abrió aun mas los ojos ante lo que estaba pasando, sus ojos parecían platos de tan abiertos que los tenia, abrió la boca y se la tapo con una mano de la sorpresa que sentía. Yo estaba sudoroso, la lógica me gritaba que debía de meterme cuanto antes, lo que estaba haciendo además de ser muy indecente era peligroso y hasta ilegal, si alguien se daba cuenta podían hasta llamar a la policía o peor aún, a los padres de Celes...Pero aquel extraño sentimiento de lujuria me poseía por completo, lejos de esconderme comencé a masturbarme ante la mirada atónita de mi vecina, pensé que iba a meterse a su casa a acusarme con sus padres totalmente indignada pero en vez de eso no apartaba su vista de mi duro y largo pene. Celes miraba de cuando en cuando a ver si nadie pasaba por la angosta calle y se recargo en el dosel de la puerta sin dejar de mirarme, yo no podía creerlo ¿Le gustaba que estuviera masturbándome frente a ella? Nunca supe cuanto tiempo estuve así frente a ella, quizás fueron segundos, minutos...El caso es que de pronto ella se dio la vuelta y se metió a su casa, yo hice lo mismo y una vez que caí en cuenta de lo que había hecho sentí miedo ¡De seguro iba a acusarme con mi madre, si eso pasaba era mi fin! Por varios minutos sentí un profundo arrepentimiento mezclado con un terrible miedo, apenas si desayune algo y sin más me fui a la universidad, aquel día fue bastante feo para mi pues temía volver a casa y encontrarme a mi madre reclamándome por la infamia que había hecho. Volví a casa hasta muy noche pero al llegar mi madre me recibió preocupada pero no enojada, no sabía nada de lo que había pasado y yo me sentí aliviado por el momento.
Los siguientes días fueron infernales para mi, viví con el miedo a que en cualquier momento tocaran a la puerta y que al abrir los padres de Celes entraran gritando a mi casa reclamándome por mi comportamiento pero por suerte los días pasaban y nada ocurrió. Pronto tome la determinación de no volver a asomarme por aquella maldita ventana nunca más, quizás Celes no me había acusado por que se lo había tomado de buena manera, quizás pensó que aquello había pasado por la calentura del momento y por lo tanto yo decidí que nunca mas volvería a hacer aquello. Una tarde estaba en mi habitación haciendo tarea cuando el calor me obligo a abrir las ventanas de la casa, estaba abstraído pensando en mi tarea y por el calor que no me di cuenta que iba a abrir la dichosa ventana “maldita” al abrirla note que se escuchaba música a todo volumen, mis ojos se clavaron en la casa de enfrente y en la segunda planta y por una de las ventanas estaba asomada Celes supongo yo que buscando igual algo de aire fresco. Ella vestía con ropa bastante ligera por el calor que hacía y en su rostro se reflejaba tranquilidad, rápidamente noto mi presencia pues ni siquiera tuve tiempo material de hacer nada, ni siquiera de esconderme, ella me miro y en su cara se dibujo una sonrisa maliciosa y fingió mirar para otro lado, pero lo que me dejo atónito fue el gesto que hizo con una de sus manos, la movió de arriba abajo haciendo el gesto que universalmente se asocia con la masturbación.
Estaba claro que la chica deseaba que yo me masturbara para ella así que sin pensarlo saque mi pene de mi pantalón y lo comencé a masturbar; ella sonrió y yo aun más motivado comencé a sacarle lustre al pito con aun mas vigor, casi instantáneamente logre una enorme erección que ella agradeció con una picara sonrisa, yo estaba totalmente ebrio de lujuria, no me importaba que alguien más se diera cuenta de mi indecente conducta, yo solo deseaba masturbarme para la hermosa Celes. Yo estaba al punto del orgasmo, ella arreciaba con el movimiento de su mano indicándome que deseaba que terminara pero entonces el ruido de un auto acercándose me puso en alerta, rápidamente me metí y atreves de la cortina de la ventana vi que el auto se detenida enfrente de la casa de Celes; eran sus padres y por suerte no parecía que se hubieran dado cuenta de lo que pasaba apenas unos segundos antes de su llegada. A partir de ahí y durante todo un año y de forma periódica ocurrieron esa suerte de encuentros entre Celes y yo; es extraño y sé que al lector le intrigara porque nunca intente ir mas allá de eso siendo que la hermosa chica vivía solo a unos pasos de mi casa pero el punto aquí es que yo comprendí que lo que a ella le excitaba era justamente el verme masturbándome pero nada más, le gustaba calentarme haciendo aquellos gestos o luciendo su ropa tan entallada que le gustaba usar pero hasta ahí nada mas pues varias veces que me la tope frente a frente ella fingía que no me conocía. Además a mi igual me excitaba mucho el tener esos encuentros atraves de la ventana…Paso el tiempo y Celes empezó a salir con un tipo, pero lo más cachondo del asunto es que aun cuando ella tenía novio ella seguía asomándose por la ventana para verme jalarme el pito, eso me calentaba aun mas hasta que un día ella quedo embarazada de su novio, se caso con él y el gorrón de su nuevo marido se fue a vivir a su casa, esto causo que nuestros encuentros terminaran…Aunque miento, si hubo una segunda parte pero eso paso unos años después pero esta nueva y mas sexosa aventura con Celes la contare en otra ocasión.
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