Secuestrad, Violada y Torturada III
por
goloza1941
género
sadomasoquismo
Después de la gran borrachera los degenerados fueron despertando y conforme lo hacían era penetrada por mi boca , ano y vagina, por esos seis enormes penes de nueva cuenta.No conformes con eso me pusieron sobre la mesa de la sala boca arriba. Dos de ellos me detuvieron de los brazos y otros dos de las piernas abriéndolas y el otro par metieron un burro al cual acercaron a mi vagina, yo rogando que no hicieran eso, pero sin hacer caso de mis suplicas, obligaron a burro que me penetrara mi vagina con su gigantesco pene.Yo sólo sentía morir al ser embestida por ese ser y los seis degenerados sólo disfrutaban y me decían.....ahora si Doña Margarita atasquece con la de burro, ya nos dimos cuenta que su panocha se puede tragar cualquier cosa. En esa posición estuve hasta que el burro lleno mi vagina de su semen.
Me obligaron a limpiar todo la leche de macho que se derramo y la que quedo sobre mi cuerpo. Me ataron de los pies dejándome boca abajo con la piernas separadas y mis manos esposadas hacía atrás suspendida más o menos como un 1.50 mts. del piso. Hicieron a un lado las copas de mi brasier y llenaron de pinzas de la ropa mis senos y pezones, luego abrieron la tira de encaje de mi tanga y pusieron pinzas en mis labios, pu vaginales, pubis y clítoris así como en mi ano y nalgas. Todo eso me causaba un gran dolor. De nuevo comentaron..... Ya ve Doña Margarita ya no llore, ya tiene de nuevo su pelambre, trataba de disimular para que no se ensañaran más. pero no pude ya que comenzaron a darme azotes en todas las parte que pusieron las pinzas y me doble pidiendo y llorando piedad a causa del gran dolor provocado por lo que hacían. Así estuvieron hasta que tiraron la última pinza.
Dejándome en la misma posición, pasaron una soga entre los cachetes de mis nalgas y los pliegue de mis labios vaginales, sintiendo que partían mis partes junto con mi clítoris, pusieron una trampa ratonera en cada un de mis labios vaginales y con cinta las pegaron a mis piernas con lo que el lazo rosaba mas fácil mi sexo al igual pusieron otras en mis pezones y comenzaron a azotar todo mi cuerpo. lo que me obligaba a moverme y sintiera que el lazo que pasaba entre mis piernas rosara con más violencia mis partes intimas.
Terminaba otro día más de castigo para mi cuerpo. Esperar otro día para saber que otros tormentos me aplicarían las torcidas, perversas y degeneradas mentes de esos individuos.
Otro día más de castigo. De nuevo con lencería limpia, un brasier, unas pequeñas braguitas de encaje rojo, así como un liguero y medias de red rojas con sus zapatos de tacón, su intención siempre, hacerme lucir como una puta.
Ahora me llevaron a una silla de ginecológica, ataron mis piernas a la piesera y esposaron mis manos por la parte de atrás sacaron mis senos de las copas de mi brasier y con un lazo dieron dos vueltas jalando y atándolos hasta que se pusieron morados, quedaron como dos pelotas. Enseguida pusieron en mis pezones unas copas de succión, los succionaron hasta quedar bien erectos. Yo lloraba del dolor que los malditos ignoraban mis suplicas, después pusieron en mis senos otras copas más grandes y lo mismo hicieron que con mis pezones, succionaron hasta que ambos parecían dos salchichas. Luego cortaron una parte del puente de algodón de mi pequeña braguita, pasaron a mi clítoris y lo mismo pusieron una copa de succión hasta dejarlo pareciendo un pene en miniatura, abrieron mi vagina con un speculum vaginal. Tomaron unos frascos con varias cucarachas de criadero y las introdujeron en mi vagina, quitaron el speculum y suturaron mis labios vaginales. Sentía como esos bichos se movían en el interior de mi útero. Sentía como si un pene vibrara en mi mi interior. Así me dejaron por un buen rato, parecía que las cucarachas me causaban placer ya que mis pezones y clítoris se pusieron más erectos. Yo pedía que pararan todo pero sólo había risas e insultos. Goce este momento Doña Margarita.
Quitaron las suturas de mis labios vaginales, sacaron las cucarachas e introdujeron una bala vibradora en mi vagina y otra en mi ano. Quitaron las copas de succión de mis senos y pezones y la del clítoris, pero aprovechando lo erecto que estaban pusieron unas pinzas chinas en ambos pezones y otra en mi clítoris y la de los pezones la ataron a la de el clítoris quedando todas eses partes tensas, así que cuando me movía me causaba dolor. Así pase el resto del día atendiendo de nuevo su borrachera y cada que suplicaba no más, mi premio eran azotes en todas las partes de mi cuerpo, los cueles hacían que se jalaran mis pezones y clítoris lo cual me provocaba un gran dolor en esas partes. Denos un buen servicio Doña Margarita y pronto se va ir a su casa. Para que goce masturbándose pensando en todo lo que le hicimos.
Y así paso otro día, pero no era el fin. Los castigos incrementaban de intensidad día con día.
Me obligaron a limpiar todo la leche de macho que se derramo y la que quedo sobre mi cuerpo. Me ataron de los pies dejándome boca abajo con la piernas separadas y mis manos esposadas hacía atrás suspendida más o menos como un 1.50 mts. del piso. Hicieron a un lado las copas de mi brasier y llenaron de pinzas de la ropa mis senos y pezones, luego abrieron la tira de encaje de mi tanga y pusieron pinzas en mis labios, pu vaginales, pubis y clítoris así como en mi ano y nalgas. Todo eso me causaba un gran dolor. De nuevo comentaron..... Ya ve Doña Margarita ya no llore, ya tiene de nuevo su pelambre, trataba de disimular para que no se ensañaran más. pero no pude ya que comenzaron a darme azotes en todas las parte que pusieron las pinzas y me doble pidiendo y llorando piedad a causa del gran dolor provocado por lo que hacían. Así estuvieron hasta que tiraron la última pinza.
Dejándome en la misma posición, pasaron una soga entre los cachetes de mis nalgas y los pliegue de mis labios vaginales, sintiendo que partían mis partes junto con mi clítoris, pusieron una trampa ratonera en cada un de mis labios vaginales y con cinta las pegaron a mis piernas con lo que el lazo rosaba mas fácil mi sexo al igual pusieron otras en mis pezones y comenzaron a azotar todo mi cuerpo. lo que me obligaba a moverme y sintiera que el lazo que pasaba entre mis piernas rosara con más violencia mis partes intimas.
Terminaba otro día más de castigo para mi cuerpo. Esperar otro día para saber que otros tormentos me aplicarían las torcidas, perversas y degeneradas mentes de esos individuos.
Otro día más de castigo. De nuevo con lencería limpia, un brasier, unas pequeñas braguitas de encaje rojo, así como un liguero y medias de red rojas con sus zapatos de tacón, su intención siempre, hacerme lucir como una puta.
Ahora me llevaron a una silla de ginecológica, ataron mis piernas a la piesera y esposaron mis manos por la parte de atrás sacaron mis senos de las copas de mi brasier y con un lazo dieron dos vueltas jalando y atándolos hasta que se pusieron morados, quedaron como dos pelotas. Enseguida pusieron en mis pezones unas copas de succión, los succionaron hasta quedar bien erectos. Yo lloraba del dolor que los malditos ignoraban mis suplicas, después pusieron en mis senos otras copas más grandes y lo mismo hicieron que con mis pezones, succionaron hasta que ambos parecían dos salchichas. Luego cortaron una parte del puente de algodón de mi pequeña braguita, pasaron a mi clítoris y lo mismo pusieron una copa de succión hasta dejarlo pareciendo un pene en miniatura, abrieron mi vagina con un speculum vaginal. Tomaron unos frascos con varias cucarachas de criadero y las introdujeron en mi vagina, quitaron el speculum y suturaron mis labios vaginales. Sentía como esos bichos se movían en el interior de mi útero. Sentía como si un pene vibrara en mi mi interior. Así me dejaron por un buen rato, parecía que las cucarachas me causaban placer ya que mis pezones y clítoris se pusieron más erectos. Yo pedía que pararan todo pero sólo había risas e insultos. Goce este momento Doña Margarita.
Quitaron las suturas de mis labios vaginales, sacaron las cucarachas e introdujeron una bala vibradora en mi vagina y otra en mi ano. Quitaron las copas de succión de mis senos y pezones y la del clítoris, pero aprovechando lo erecto que estaban pusieron unas pinzas chinas en ambos pezones y otra en mi clítoris y la de los pezones la ataron a la de el clítoris quedando todas eses partes tensas, así que cuando me movía me causaba dolor. Así pase el resto del día atendiendo de nuevo su borrachera y cada que suplicaba no más, mi premio eran azotes en todas las partes de mi cuerpo, los cueles hacían que se jalaran mis pezones y clítoris lo cual me provocaba un gran dolor en esas partes. Denos un buen servicio Doña Margarita y pronto se va ir a su casa. Para que goce masturbándose pensando en todo lo que le hicimos.
Y así paso otro día, pero no era el fin. Los castigos incrementaban de intensidad día con día.
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