La invitada
por
Durtyirene
género
bondage
Era e l sábado por la noche y mi marido había decidido darnos un recital de piano, para amenizar la velada después de cenar. Como de costumbre todos llevábamos los antifaces y nuestra mejor ropa, tanto de interior como de calle. Yo iba ejerciendo el papel que tantas veces había desarrollado desde que estamos juntos mi marido y yo, el papel de puta de lujo para él y sus amigos, digamos especiales, iba besándome con unos y otros, tocaba y me dejaba tocar, siempre se trata de excitar hasta un limite en el que la orgía y la depravación se haga inevitable. Me gusta sacar las pollas de los pantalones a punto de reventar, me gusta empezar a succionar y ver como cambio la cara de hombres grandes y fuerte solamente con pasar mi lengua de puta hambrienta de esperma. Y a estaba lamiendo dos pollas cuando mi marido empezó con el piano, cuanto más se excita más fuerte toca, y yo feliz con mi botín de carne y leche. Tenia una polla negra bien gorda en la boca cuando sentí como me bajaban la minifalda y empezaban a lamerme el ojete, sencillamente delicioso notar el miembro mojado lamiendo mi rincón más oscuro y sucio, para mi deleite la lengua dio pasa a dos dedos que empezaban a escarbar mi ano, dilatándolo por momentos. Irene puta ,¿ estás atendiendo bien a nuestros invitados? Como respuesta solo mis gemidos y los gruñidos de tres hombre follándome como si fuera una profesional que les fuera a dejar sin su dinero. El hombre de la polla negra que por su altura debía ser jugador de Basket, me cogió por la espalada y me llevo encima de la mesa, todavía babeaba mi boca del caldo y saliva de pollas y bocas, la mesa estaba fría lo cual también erizaba mi sexo. Entre los tres me ataron las manos y los pies a algo que parecía llevar una cadena. Empece a mojarlo todo, me pongo muy mojada cuando me atan, ya que se que no tengo salida y que me van a dar hasta en las orejas. Juan el que me había metido la lengua por el culo anunció que pronto llegarían cuatro personas mas a participar de la invitada. La puerta se abrío y entraron, como de costumbre yo no veía ni quien ni como, pero sí eran 4 voces las que podía distinguir, 3 hombres y otra puta. Irene te gusta el béisbol dijo la guarra y yo mentí diciendo sí, acto seguido me separaron las piernas y me golpearon el coño con algo duro, no era uno de mis juguetes era algo mucho más duro y mucho más grande, que hacéis gemí insolente, me vais a romper, eso es lo que te gustaría zorra dijo mi puta compañera, sí conteste yo romperme de gusto, a loq ue siguió otra envestida con el duro objeto, grite al sentir que no podía entrar bien en mi lubricada vagina, mi marido dejo de tocar y bromo putos principiantes esto se hace así, debió utiliza la salsa de mantequilla templada para lubricarlo y me anunció al oído, te van a follar con un enorme palo de béisbol, a lo que yo dije mmmm por qué tardan y él muy cabrón me contesto que ahora lo haría el, sentí dolor, peor esa vez si que pude notar como entrana unos 10 cm en mi interior, el grito se escucho profundo y exagerado, yo soy así como las guarras de las películas pornos y eso le dío ánimos para meter y sacar con fuerza el bate de mi coño cada vez más enorme. Me sujetaban porque no paraba de intentar dar patadas , pero la cadena no me dejaba, puta decían todos, te gusta verdad, me gusta ser follada por todo tipo de pollas y objetos y l odel bate me estaba dejando sin aliento, de vez en cuando intentaban meterlo por mi ano o por mi boca, me lo hacían lamer mojado con sus fluidos corporales y yo me abandonaba al dolor y al placer, a la vejación de mi cuerpo a manos de 8 conocidos y desconocidos. La puta se sentó cerca de mi cara cubierta con una media y empezó a ducharme, me hacían abrir la boca y tragar, pero yo nunca bebo de otras mujeres, después de la ducha empezaron a follarme en la postura del misionero, unos el coño, otros el culo y otros mi boca que no paraba de recibir polla, yo hacía fuerza agarrando el bate que ahora era como mi trofeo de guarra. mi marido volvió a su piano, qué tostón y mientras tocaba anunciaba los pasos a seguir por mis folladores. Ahora sentenció corrida y ducha final y los 7 intercalaron su ducha y su esperma sobre mis medias y cuerpo extendido sobre la mesa de invitados, la de las grandes ocasiones, me sentí mojada, sucia y a la vez gozosa de tanto olor a sexo encima de mi. M i marido se acerco a mi cara y como de costumbre remato la velada con una descarga de esas que me hacen pedir más, l osé y lo confieso, soy una puta adicta al esperma. me levante palpando con intención de darle un beso y me aparto, trágatelo todo guarra, te duchas y luego recoge todo, yo tengo sueño. Hubo risitas, y la gente se marcho, y la puta se quedo como siempre sola pero bien folllada.
Fin?
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