Me penetran sin piedad
por
K Guadalupe
género
trans
Amaneció. Era la mañana del 5 de enero del 2005 y oficialmente tenia 13, aunque parezca extraño nací el 1 de enero, este mundo se ilumino con una resplandeciente luz en 1992 (jajá ok no). Hace solo unos días me habían festejado mi cumpleaños, pero aun así yo sentía que tenia 12. El sol entraba por la ventana eso me despertó, el ventilador aun soplaba, tenia una sabana bastante ligera con la que ve había tapado. Cuando desperté un pensamiento llego a mi mente, un extraño sueño. En el tenia sexo con mi tío José, un hombre moreno, no muy alto pero que era bastante dominante, y más con mi tía, tal vez por eso su relación ya no funcionaba bien. Salí de la cama, a un costado estaba la ropa que había usado el día anterior, camine a la puerta y me asome, no había actividad en la casa, salí del cuarto y camine por un pasillo, casi de puntitas y rápido.
Traía puesto solo un brassier y unas pantis rosas. Pase por otra puerta para llegar al cuarto de lavado, donde tenia algunas cosas mi tía, entre ellas ropa sucia y la lavadora (obviamente). También había un ropero, no muy grande. Ya lo había revisado el día anterior, había ropa al parecer algo vieja, que mi tía ya no usaba. De él saque una blusa rosa, con cuello redondo, tenia un escote no muy grande, y una falda blanca que tenia figuras con forma de pétalos rosas y rojos, se veía bonita. En la cintura tenia un resorte, la falda me quedo algo larga, pero yo la doble y el dobles lo hice en la cintura, así con el resorte que tenia se podía ajustar. Volví a mi habitación, me puse las mismas zapatillas rojas, fui al baño y me moje el cabello, me lo peine y puse un poco de fijador, después me maquille poco, la verdad no sabia como hacerlo pero quería agradar a mi hombre. Recuerdo que me pinte de rosa los labios.
Camine por un pasillo que da a la sala, tenia una duda en mente ¿fue real lo ocurrido la noche anterior?, ¿no solo era un sueño? ¡Que tal y mi tío salía y me veía así, que pensaría! Nada de eso podía ser cierto, pero esa duda no me dejaba. Comencé a arreglar los muebles, estaban desordenados, en eso sonó una puerta, gire y ahí estaba, José, mirándome, las piernas me temblaban, por un momento creí que iba a reaccionar en contra mía, hasta que dijo:
-Buenos días, preciosa. -B..buenos días… -Mad**gaste.. ¿porque? -P.. pensé en hacer limpieza… ¿es parte del trato o no? -Si esta bien. -¿Se le ofrece algo? ¿Quiere que le prepare algo de desayunar? - Sinceramente no sabia cocinar. -Solo un café, ya voy de salida. -¿Va a trabajar? -Uhhh… no. Voy a arreglar unos asuntos. Me cambiaron los días de trabajo, comienzo mañana. -Ah ok.. es que el tío Omar me comento que usted y el tío Beto estarían trabajando lejos. -Si pero decidieron cambiarnos de zona, ahora estaremos a media hora. -Por cierto.. ¿en donde esta mi tío Beto? -Fue a ver a Lucas.
Le prepare el café, el lo bebía mientras veía noticias en la TV, yo solo me quede paradita a un lado, como si fuera su sirvienta. Cuando termino, se levanto y se dirigió a su cuarto, tome la taza y la lleve a lavar. En eso regreso con una mochila en la espalda, y me dijo: -Voy a salir, si vas a limpiar en las demás casas quiero que regreses como a las 6, después de todo eres mi mujer.
Eso me excito demasiado. -Ah… otra cosa, no quiero que comas, si te da hambre come solo un poco de fruta, cómprate algo de yogur y jugo. -¿Que no c***? ¿Por qué? -Tú solo has caso y ya. Al rato te explico ok. Te dejo 100 pesos para que compres lo que te dije. -Esta bien… Adiós.
El puso el dinero sobre la mesa, dio la vuelta y se me acerco, estaba demasiado cerca, se agacho un poco, dirigió su miraba a mis ojos. Yo, solamente subí mis manos, las pegue a mi pecho cerrando mis puños. Sus labios se pusieron sobre los míos, fue un besos rápido, mi corazón palpitaba a mil, sentía mi cara roja. El beso termino, se alejo y se fue de casa, seguía parada, completamente quieta, ese beso me gusto y excito demasiado. Era mi primer beso. Mi día siguió normal, cuando me dio hambre salí a comprar algo de fruta, también yogur y un litro de jugo. Eso comí en muy poca cantidad. Cuando volví de la tienda me quite las horribles ropas de chico para que nadie se enterara de mi secreto. Lave la ropa que use el día anterior, después limpie un poco, no fui a ninguna casa a limpiar, tan solo pasaron las horas. Después vi TV, ya había atardecido y hacia calor, estaba sentada en un sillón cuando tocaron a la puerta, me sorprendí, ¿quien seria?, me levante y mire por la ventana, era José, abrí la puerta para que pasara, me saludo y dejo unas bolsas en la mesa.
-¿Que es eso tío? -Te traje unos regalitos, chécalos quiero que los uses estos días. Yo abrí la primer bolsa, dentro estaba una caja algo grandecita, no lo podía creer. Eran unos pechos de silicona. Revise la otra bolsa y era un calzón que simulaba ser una vagina. Me trajo eso para que parezca más una chica. Mi cara de gusto y asombro no la podía ocultar. -¡Gracias! -Anda pruébatelo, a ver si le atine al tono de tu piel, primero báñate y luego me muestras como te ves.
Yo solamente tome las bolsas y me fui a mi cuarto, los abrí y leí como se ponían. Traían letras chinas, en ingles y un poco en español. Los pechos se ponían como un brassier, solamente tenían un tirante que rodeaba el cuello, en la espalda no tenia nada. Se ponían con un tipo de pegamento que se colocaba en el contorno de los pechos y el único tirante que cruzaba por el cuello. Después se le ponían maquillaje al tirante y a los pechos para disimular el contorno que quedaba de estos. La vagina se colocaba igual, se sostenía solo de la cintura, como si fuera un cinturón delgado, al igual que los pechos se pegaba y se maquillaba. Para disimular el pene, se tenían que acomodar en una zona del calzón y el pene se mete en un tipo de manguera que sirve para orinar sin necesidad de quitarlo. Lo interesante es que no tenia nada que cubriera las nalgas ya que en la entre pierna terminaba con una forma delgada y dura para que no se desajustara. Pensé que eso era incomodo pero cuando lo use no fue así. Después de leerlo me fui a bañar, cuando salí me los puse y me mire al espejo, tenia pechos y vagina. Camine para verme al espejo, lo que mis ojos veían era maravilloso. Me puse un brassier blanco, este se ajusto muy bien. ¡Por fin no había que rellenarlo! Pegue unos pequeños brincos, los pechos rebotaban, se sostenían bien con ese pegamento. Me puse unas pantis, al fin no había algo que estorbara en ellas, cerré las piernas y logre sentir mis muslos como rosaron. Me peine, me maquille un poco, tome unas zapatillas blancas, saque una toalla seca y me la enrolle. Me dirigí hacia la sala, el miraba el televisor. Cuando noto mi presencia giro su cabeza.
-Vaya.. te vez hermosa. -¿Le gusta como me veo? -Me encanta… a ver date una vuelta - Gire en frente de él. -Te vez bien. Date otra pero quítate esa toalla. Me quite la toalla. Solo la afloje y deje que cayera al piso. -Increíble. Pega unos brinquitos. Brinque, los pechos rebotaban y yo sonreía. -Ahora si. Casi eres una mujer, solo te falta algo. -¿Que falta? -Pues que dejes de ser virgen. Pero de eso yo me encargo. Te voy a rellenar de carne esta noche. Tienes que desquitar lo que gaste en tus regalitos.
A pesar de ser tan chica, entendía muy bien a que se refería, pero la verdad estaba bastante cachonda. Me quite el brassier, el aprecio los pechos, después me quite las pantis, le enseñe mi culito, el se me acerco y puso su mano en mi entre pierna, y me comenzó a tallar, aunque tenia ese calzón, pude sentir claramente en mi pene el rose de su mano áspera, lo hiso mas fuerte en verdad estaba excitada sentía como me erectaba. Tuve un pequeño orgasmo, fue en ese momento que me aleje de él. -Te gusta verdad perra. – Sus palabras rudas me prendían aun más. -Vamos al baño te voy a lavar el culo. -Pero ya me bañe. -No pendeja, ven y veras… obedece. Yo dije que si moviendo mi cabeza, pase delante de él, me tomo por la cintura y avanzamos rumbo al baño. -¿No comiste verdad? -Solo lo que usted me dijo, fruta y jugo, pero poco. -Esta bien.
Entramos al baño y me llevo a la ducha, ahí me dijo que pusiera las manos en la pared. Quede dándole la espalda a la regadera. El tomo la regadera pequeña que tenia el baño, es una extensión de la regadera que tiene una mas chica con una manguera larga. Le abrió a la llave y desenrosco la regadera de la manguera, y comenzó a mojarme mi culito, la regadera de pared la movió a un lado para no mojarse. El agua estaba un poco calientita, yo no sabia que pretendía. En un momento mientras me mojaba, coloco el orificio de la manguera en mi ano. Un chorro de agua entro en mi, yo me moví para evitarlo. -¡Quédate quieta! -¡Por que hace eso! -No repeles, te tengo que limpiar.
El de nuevo coloco la manguera en mi ano, más agua entro, me sentí llena, podía sentir como mi vientre crecía. Retiro la manguera y me dijo que me sentara en el escusado. Lo hice y no lo soporte más, deje salir todo el liquido, me indico que le bajara. -Ven otra vez. -No tío ya no… -Como que no… ven por eso hicimos el trato. ¡Ahora te aguantas!
Me tomo por la fuerza, prácticamente me azoto en la pared, y puso la manguera en mi culito, el agua tibia entraba en gran medida. Me tenia tomada a la fuerza. Una vez mas regrese al escusado. De nuevo me puse en la pared, y la manguera hiso lo suyo. Me sentía como si fuera un neumático de auto. ¡Esta vez metió más agua! Ya no lo soportaba. -¡Ahhhh!!! …. ¡Es demasiado tío! – Retiro la manguera y un chorro de agua salió de mi culito, yo intentaba soportar todo ese liquido dentro de mi, tal vez era mas de un litro, pero más que doler, ahora me estaba excitando, por un momento me imagine que era semen. Eso me puso muy cachonda, no me dio tiempo llegar al escusado que estaba a unos pasos de la regadera. Solo me puse en cuclillas y saque toda el agua. Me puse de pie, mis manos las puse en la pared, curve mi espalda para levantar mi culito. -Otra vez tío. -¿Ya te gusto verdad perra?- Metió más agua, la soporte por más tiempo hasta que salió. -Con eso es suficiente, ya estas limpia. – El colocaba la manguera a la regadera, yo me puse en la pared levantando el culo de nuevo. -T..Tío… ahora lléname de tu semen… ¿si? – No podía con mi calentura, quería su semen dentro de mi. -Ahora hasta lo pides, no que al principio… te hiciste del rogar.
Me tomo de la cintura y pego su pene a mis nalgas, podía sentir su verga parada por debajo de su pantalón. Comenzó a frotarla, luego puso uno de sus dedos en mi culito y lo metió hasta la mitad. Su dedo era grueso, áspero, de un hombre que trabajaba, yo no paraba de gemir. Saco su dedo y lo volvió a meter, eso hiso por un rato. Mire hacia atrás, y con su otra mano se bajaba los pantalones, saco su miembro, grande y con venas y comenzó a meterlo en lugar de su dedo. -Ahh… ahhhhh… despacio…mmm.. despacio me duele. -Tranquila, que en un rato te va encantar.
Era una sensación contradictoria, mientras me ardía y dolía ser penetrada, también sentía demasiada excitación, tal solo no quería que me la sacara. Metió media verga en mi culito, y la saco, volvió a repetirlo pero ahora entro toda. Sentía como se abría paso, como me estiraba por dentro, era como un tronco. Gemía y gemía, me gustaba, pedía que no me la sacara, comenzó a bombear, con movimientos lentos que luego se volvieron rápido y más fuertes. En esos momentos sentí una sensación que me hiso temblar. Algo cruzaba por mi espalda y hacia que mis piernas temblaran y perdieran fuerza. -Ahhhh…. siii… ahhhh.
El me sostenía con esa flecha que me había clavado. Era imposible que callera al suelo. Me daba duro, estaba pegada a la pared y de repente saco su miembro de mi ya lacerado culo. Prosiguió nalgueándome, puso de nuevo la manguera en mi culo y lo lleno de agua. No solo entro el agua, estaba tan abierta que, con solo un poco más de fuerza, metió la manguera en mi culo. Fue delicioso, tal vez 30 cm estaban dentro de mi, mientras escupía un chorro de agua. También metió su pene y comenzó a darme. Me dolió, pegue un grito, él solo reía, en el baño se escuchaba como pegaban sus huevos contra mi culo. Esa sensación otra vez. -¡Si!... ¡dame más!... ¡ahhhh!....
Mis piernas perdieron fuerza, estaba toda temblorosa, saco su verga, y saco la manguera. Sentir como salía me encanto, goce cada centímetro de esa manguera. Cuando salió me fui de rodillas. El me levanto, me puso contra la pared, el agua que salía de mi culo escurría por mis piernas, me la metió de nuevo. Estaba contra la espada y la pared, literalmente. No podía estar en pie ¡Me iba a desmayar de placer! -¡Ahhhh!! ¡Zorra me vengo!, ¡Que buen culo tienes!
Se vacío dentro de mi, me hiso mujer, era lo que me faltaba para serlo. Terminado el acto, no recuerdo nada más. Cuando desperté estaba en mi cuarto desnuda, acostada en la cama, me dolía el trasero, y sentía ardor dentro de mi, me dio tanto gusto. Agua y semen escurría de mi, la cama estaba húmeda. Se abrió la puerta, entro mi tío. Me dijo que apenas eran las 10 de la noche, me felicito por lo que soporte. Yo le di las gracias. -Mañana vas a gozar más, descansa. Eso hice. A la mañana siguiente me arregle bien, me puse la misma ropa del día anterior, mi cabello lo peine, y salí. Mi vientre me dolía, era una sensación de querer ir al baño, pero entendía que la causa de esa m*****ia era por la follada de la noche. Llegue a la sala y oí otras voces, me detuve de golpe, junto con José, se encontraban Beto y Omar. Omar me vio y sonrió, y Beto solo clavo su mirada en mi. -Ven, les dije que es mi puta.
Eso resonaba en mi mente. Tenia miedo una vez mas, y demasiada pena, no le importo nuestro trato y se lo dijo a los demás. Ahora que haría, tenia que lidiar con ellos, que tal y decían algo a mis padres. En ese momento no tenia ni idea de lo que me iba a pasar en los siguientes días.
Traía puesto solo un brassier y unas pantis rosas. Pase por otra puerta para llegar al cuarto de lavado, donde tenia algunas cosas mi tía, entre ellas ropa sucia y la lavadora (obviamente). También había un ropero, no muy grande. Ya lo había revisado el día anterior, había ropa al parecer algo vieja, que mi tía ya no usaba. De él saque una blusa rosa, con cuello redondo, tenia un escote no muy grande, y una falda blanca que tenia figuras con forma de pétalos rosas y rojos, se veía bonita. En la cintura tenia un resorte, la falda me quedo algo larga, pero yo la doble y el dobles lo hice en la cintura, así con el resorte que tenia se podía ajustar. Volví a mi habitación, me puse las mismas zapatillas rojas, fui al baño y me moje el cabello, me lo peine y puse un poco de fijador, después me maquille poco, la verdad no sabia como hacerlo pero quería agradar a mi hombre. Recuerdo que me pinte de rosa los labios.
Camine por un pasillo que da a la sala, tenia una duda en mente ¿fue real lo ocurrido la noche anterior?, ¿no solo era un sueño? ¡Que tal y mi tío salía y me veía así, que pensaría! Nada de eso podía ser cierto, pero esa duda no me dejaba. Comencé a arreglar los muebles, estaban desordenados, en eso sonó una puerta, gire y ahí estaba, José, mirándome, las piernas me temblaban, por un momento creí que iba a reaccionar en contra mía, hasta que dijo:
-Buenos días, preciosa. -B..buenos días… -Mad**gaste.. ¿porque? -P.. pensé en hacer limpieza… ¿es parte del trato o no? -Si esta bien. -¿Se le ofrece algo? ¿Quiere que le prepare algo de desayunar? - Sinceramente no sabia cocinar. -Solo un café, ya voy de salida. -¿Va a trabajar? -Uhhh… no. Voy a arreglar unos asuntos. Me cambiaron los días de trabajo, comienzo mañana. -Ah ok.. es que el tío Omar me comento que usted y el tío Beto estarían trabajando lejos. -Si pero decidieron cambiarnos de zona, ahora estaremos a media hora. -Por cierto.. ¿en donde esta mi tío Beto? -Fue a ver a Lucas.
Le prepare el café, el lo bebía mientras veía noticias en la TV, yo solo me quede paradita a un lado, como si fuera su sirvienta. Cuando termino, se levanto y se dirigió a su cuarto, tome la taza y la lleve a lavar. En eso regreso con una mochila en la espalda, y me dijo: -Voy a salir, si vas a limpiar en las demás casas quiero que regreses como a las 6, después de todo eres mi mujer.
Eso me excito demasiado. -Ah… otra cosa, no quiero que comas, si te da hambre come solo un poco de fruta, cómprate algo de yogur y jugo. -¿Que no c***? ¿Por qué? -Tú solo has caso y ya. Al rato te explico ok. Te dejo 100 pesos para que compres lo que te dije. -Esta bien… Adiós.
El puso el dinero sobre la mesa, dio la vuelta y se me acerco, estaba demasiado cerca, se agacho un poco, dirigió su miraba a mis ojos. Yo, solamente subí mis manos, las pegue a mi pecho cerrando mis puños. Sus labios se pusieron sobre los míos, fue un besos rápido, mi corazón palpitaba a mil, sentía mi cara roja. El beso termino, se alejo y se fue de casa, seguía parada, completamente quieta, ese beso me gusto y excito demasiado. Era mi primer beso. Mi día siguió normal, cuando me dio hambre salí a comprar algo de fruta, también yogur y un litro de jugo. Eso comí en muy poca cantidad. Cuando volví de la tienda me quite las horribles ropas de chico para que nadie se enterara de mi secreto. Lave la ropa que use el día anterior, después limpie un poco, no fui a ninguna casa a limpiar, tan solo pasaron las horas. Después vi TV, ya había atardecido y hacia calor, estaba sentada en un sillón cuando tocaron a la puerta, me sorprendí, ¿quien seria?, me levante y mire por la ventana, era José, abrí la puerta para que pasara, me saludo y dejo unas bolsas en la mesa.
-¿Que es eso tío? -Te traje unos regalitos, chécalos quiero que los uses estos días. Yo abrí la primer bolsa, dentro estaba una caja algo grandecita, no lo podía creer. Eran unos pechos de silicona. Revise la otra bolsa y era un calzón que simulaba ser una vagina. Me trajo eso para que parezca más una chica. Mi cara de gusto y asombro no la podía ocultar. -¡Gracias! -Anda pruébatelo, a ver si le atine al tono de tu piel, primero báñate y luego me muestras como te ves.
Yo solamente tome las bolsas y me fui a mi cuarto, los abrí y leí como se ponían. Traían letras chinas, en ingles y un poco en español. Los pechos se ponían como un brassier, solamente tenían un tirante que rodeaba el cuello, en la espalda no tenia nada. Se ponían con un tipo de pegamento que se colocaba en el contorno de los pechos y el único tirante que cruzaba por el cuello. Después se le ponían maquillaje al tirante y a los pechos para disimular el contorno que quedaba de estos. La vagina se colocaba igual, se sostenía solo de la cintura, como si fuera un cinturón delgado, al igual que los pechos se pegaba y se maquillaba. Para disimular el pene, se tenían que acomodar en una zona del calzón y el pene se mete en un tipo de manguera que sirve para orinar sin necesidad de quitarlo. Lo interesante es que no tenia nada que cubriera las nalgas ya que en la entre pierna terminaba con una forma delgada y dura para que no se desajustara. Pensé que eso era incomodo pero cuando lo use no fue así. Después de leerlo me fui a bañar, cuando salí me los puse y me mire al espejo, tenia pechos y vagina. Camine para verme al espejo, lo que mis ojos veían era maravilloso. Me puse un brassier blanco, este se ajusto muy bien. ¡Por fin no había que rellenarlo! Pegue unos pequeños brincos, los pechos rebotaban, se sostenían bien con ese pegamento. Me puse unas pantis, al fin no había algo que estorbara en ellas, cerré las piernas y logre sentir mis muslos como rosaron. Me peine, me maquille un poco, tome unas zapatillas blancas, saque una toalla seca y me la enrolle. Me dirigí hacia la sala, el miraba el televisor. Cuando noto mi presencia giro su cabeza.
-Vaya.. te vez hermosa. -¿Le gusta como me veo? -Me encanta… a ver date una vuelta - Gire en frente de él. -Te vez bien. Date otra pero quítate esa toalla. Me quite la toalla. Solo la afloje y deje que cayera al piso. -Increíble. Pega unos brinquitos. Brinque, los pechos rebotaban y yo sonreía. -Ahora si. Casi eres una mujer, solo te falta algo. -¿Que falta? -Pues que dejes de ser virgen. Pero de eso yo me encargo. Te voy a rellenar de carne esta noche. Tienes que desquitar lo que gaste en tus regalitos.
A pesar de ser tan chica, entendía muy bien a que se refería, pero la verdad estaba bastante cachonda. Me quite el brassier, el aprecio los pechos, después me quite las pantis, le enseñe mi culito, el se me acerco y puso su mano en mi entre pierna, y me comenzó a tallar, aunque tenia ese calzón, pude sentir claramente en mi pene el rose de su mano áspera, lo hiso mas fuerte en verdad estaba excitada sentía como me erectaba. Tuve un pequeño orgasmo, fue en ese momento que me aleje de él. -Te gusta verdad perra. – Sus palabras rudas me prendían aun más. -Vamos al baño te voy a lavar el culo. -Pero ya me bañe. -No pendeja, ven y veras… obedece. Yo dije que si moviendo mi cabeza, pase delante de él, me tomo por la cintura y avanzamos rumbo al baño. -¿No comiste verdad? -Solo lo que usted me dijo, fruta y jugo, pero poco. -Esta bien.
Entramos al baño y me llevo a la ducha, ahí me dijo que pusiera las manos en la pared. Quede dándole la espalda a la regadera. El tomo la regadera pequeña que tenia el baño, es una extensión de la regadera que tiene una mas chica con una manguera larga. Le abrió a la llave y desenrosco la regadera de la manguera, y comenzó a mojarme mi culito, la regadera de pared la movió a un lado para no mojarse. El agua estaba un poco calientita, yo no sabia que pretendía. En un momento mientras me mojaba, coloco el orificio de la manguera en mi ano. Un chorro de agua entro en mi, yo me moví para evitarlo. -¡Quédate quieta! -¡Por que hace eso! -No repeles, te tengo que limpiar.
El de nuevo coloco la manguera en mi ano, más agua entro, me sentí llena, podía sentir como mi vientre crecía. Retiro la manguera y me dijo que me sentara en el escusado. Lo hice y no lo soporte más, deje salir todo el liquido, me indico que le bajara. -Ven otra vez. -No tío ya no… -Como que no… ven por eso hicimos el trato. ¡Ahora te aguantas!
Me tomo por la fuerza, prácticamente me azoto en la pared, y puso la manguera en mi culito, el agua tibia entraba en gran medida. Me tenia tomada a la fuerza. Una vez mas regrese al escusado. De nuevo me puse en la pared, y la manguera hiso lo suyo. Me sentía como si fuera un neumático de auto. ¡Esta vez metió más agua! Ya no lo soportaba. -¡Ahhhh!!! …. ¡Es demasiado tío! – Retiro la manguera y un chorro de agua salió de mi culito, yo intentaba soportar todo ese liquido dentro de mi, tal vez era mas de un litro, pero más que doler, ahora me estaba excitando, por un momento me imagine que era semen. Eso me puso muy cachonda, no me dio tiempo llegar al escusado que estaba a unos pasos de la regadera. Solo me puse en cuclillas y saque toda el agua. Me puse de pie, mis manos las puse en la pared, curve mi espalda para levantar mi culito. -Otra vez tío. -¿Ya te gusto verdad perra?- Metió más agua, la soporte por más tiempo hasta que salió. -Con eso es suficiente, ya estas limpia. – El colocaba la manguera a la regadera, yo me puse en la pared levantando el culo de nuevo. -T..Tío… ahora lléname de tu semen… ¿si? – No podía con mi calentura, quería su semen dentro de mi. -Ahora hasta lo pides, no que al principio… te hiciste del rogar.
Me tomo de la cintura y pego su pene a mis nalgas, podía sentir su verga parada por debajo de su pantalón. Comenzó a frotarla, luego puso uno de sus dedos en mi culito y lo metió hasta la mitad. Su dedo era grueso, áspero, de un hombre que trabajaba, yo no paraba de gemir. Saco su dedo y lo volvió a meter, eso hiso por un rato. Mire hacia atrás, y con su otra mano se bajaba los pantalones, saco su miembro, grande y con venas y comenzó a meterlo en lugar de su dedo. -Ahh… ahhhhh… despacio…mmm.. despacio me duele. -Tranquila, que en un rato te va encantar.
Era una sensación contradictoria, mientras me ardía y dolía ser penetrada, también sentía demasiada excitación, tal solo no quería que me la sacara. Metió media verga en mi culito, y la saco, volvió a repetirlo pero ahora entro toda. Sentía como se abría paso, como me estiraba por dentro, era como un tronco. Gemía y gemía, me gustaba, pedía que no me la sacara, comenzó a bombear, con movimientos lentos que luego se volvieron rápido y más fuertes. En esos momentos sentí una sensación que me hiso temblar. Algo cruzaba por mi espalda y hacia que mis piernas temblaran y perdieran fuerza. -Ahhhh…. siii… ahhhh.
El me sostenía con esa flecha que me había clavado. Era imposible que callera al suelo. Me daba duro, estaba pegada a la pared y de repente saco su miembro de mi ya lacerado culo. Prosiguió nalgueándome, puso de nuevo la manguera en mi culo y lo lleno de agua. No solo entro el agua, estaba tan abierta que, con solo un poco más de fuerza, metió la manguera en mi culo. Fue delicioso, tal vez 30 cm estaban dentro de mi, mientras escupía un chorro de agua. También metió su pene y comenzó a darme. Me dolió, pegue un grito, él solo reía, en el baño se escuchaba como pegaban sus huevos contra mi culo. Esa sensación otra vez. -¡Si!... ¡dame más!... ¡ahhhh!....
Mis piernas perdieron fuerza, estaba toda temblorosa, saco su verga, y saco la manguera. Sentir como salía me encanto, goce cada centímetro de esa manguera. Cuando salió me fui de rodillas. El me levanto, me puso contra la pared, el agua que salía de mi culo escurría por mis piernas, me la metió de nuevo. Estaba contra la espada y la pared, literalmente. No podía estar en pie ¡Me iba a desmayar de placer! -¡Ahhhh!! ¡Zorra me vengo!, ¡Que buen culo tienes!
Se vacío dentro de mi, me hiso mujer, era lo que me faltaba para serlo. Terminado el acto, no recuerdo nada más. Cuando desperté estaba en mi cuarto desnuda, acostada en la cama, me dolía el trasero, y sentía ardor dentro de mi, me dio tanto gusto. Agua y semen escurría de mi, la cama estaba húmeda. Se abrió la puerta, entro mi tío. Me dijo que apenas eran las 10 de la noche, me felicito por lo que soporte. Yo le di las gracias. -Mañana vas a gozar más, descansa. Eso hice. A la mañana siguiente me arregle bien, me puse la misma ropa del día anterior, mi cabello lo peine, y salí. Mi vientre me dolía, era una sensación de querer ir al baño, pero entendía que la causa de esa m*****ia era por la follada de la noche. Llegue a la sala y oí otras voces, me detuve de golpe, junto con José, se encontraban Beto y Omar. Omar me vio y sonrió, y Beto solo clavo su mirada en mi. -Ven, les dije que es mi puta.
Eso resonaba en mi mente. Tenia miedo una vez mas, y demasiada pena, no le importo nuestro trato y se lo dijo a los demás. Ahora que haría, tenia que lidiar con ellos, que tal y decían algo a mis padres. En ese momento no tenia ni idea de lo que me iba a pasar en los siguientes días.
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