VÍCTOR UNA ETAPA SEXUAL DE MI
por
Roberto
género
gay
Hoy estoy recordando a Víctor, de quien ni siquiera sé el apellido. Había decidido no volver a escribir relatos eróticos pero creo Víctor amerita una corta biografía porque fue un capítulo muy especial en mi vida. Lo que cuento es absolutamente real, he cambiado algunos nombres pero es lo siguiente
Cuando yo tuve unos 60 años mi esposa por razones que hasta hoy no conozco me cortó los víveres comenzó un período de abstinencia forzosa para mí sin tener sexo. Yo entrenaba karate y era muy deportista. Para evitar liarme con mujeres que solo traen problemas y dolores de cabeza decidí clavar o penetrar y dejarme penetrar por hombres desde edad unos 25 años en adelante, lo me costó mucho organizar pues tuve que empezar de cero. Después de unos 4 años conocí a Víctor XX del que no conservo el apellido. Víctor de una edad parecida a la mía y congeniamos en seguida. Víctor era (o es) fanático de la pija o pene y especialmente del culo. Toda su vida giraba por meterse una pija o pene en el culo, y me lo demostró desde el primer momento que nos conocimos. Vivía solo en una institución de la que era una especie de portero. Me contó él se dilataba el culo metiéndose los dedos en el culo y evitaba irritarse la piel, por consejo de su abuela, poniéndose trozos de hoja de aloe en el ano. Quería comprar un dildo en un sex shop para excitarse y buscamos un negocio en la zona de Liniers. Realmente lo sexual y el tema de su culo lo obnubilaban y comenzó transmitirme esa pasión anal, así cuando nos veíamos y teníamos sexo lo hacíamos por el culo, me hacía gozar muchísimo y teníamos penetración horas enteras y acabábamos o nos corríamos en su cama sobre una toalla. .
Nos comunicábamos por mail. Cuando comenzó la pandemia del virus la institución donde él vivía cerró y los correos que le mandé no los contestó, después un tiempo mi esposa descubrió mi homosexualidad y decidí dejar de buscar hombres y renunciar a lo sexual, pero a veces leyendo relatos eróticos, ya sean ficticios o reales me pongo a recordar a Víctor y a su extraña y casi irracional obsesión por lograr el goce o el auto goce metiendo dedos pepinos o dildos por el culo ya sea del propio o el de su pareja.
Realmente no quisiera volver a encontrarme o comunicarme con Víctor es una etapa de mi vida que fue y no volverá. Gracias y aludos para los relatores y relatoras de relatos eróticos, algunos son excelentes
Relatado por Roberto
Cuando yo tuve unos 60 años mi esposa por razones que hasta hoy no conozco me cortó los víveres comenzó un período de abstinencia forzosa para mí sin tener sexo. Yo entrenaba karate y era muy deportista. Para evitar liarme con mujeres que solo traen problemas y dolores de cabeza decidí clavar o penetrar y dejarme penetrar por hombres desde edad unos 25 años en adelante, lo me costó mucho organizar pues tuve que empezar de cero. Después de unos 4 años conocí a Víctor XX del que no conservo el apellido. Víctor de una edad parecida a la mía y congeniamos en seguida. Víctor era (o es) fanático de la pija o pene y especialmente del culo. Toda su vida giraba por meterse una pija o pene en el culo, y me lo demostró desde el primer momento que nos conocimos. Vivía solo en una institución de la que era una especie de portero. Me contó él se dilataba el culo metiéndose los dedos en el culo y evitaba irritarse la piel, por consejo de su abuela, poniéndose trozos de hoja de aloe en el ano. Quería comprar un dildo en un sex shop para excitarse y buscamos un negocio en la zona de Liniers. Realmente lo sexual y el tema de su culo lo obnubilaban y comenzó transmitirme esa pasión anal, así cuando nos veíamos y teníamos sexo lo hacíamos por el culo, me hacía gozar muchísimo y teníamos penetración horas enteras y acabábamos o nos corríamos en su cama sobre una toalla. .
Nos comunicábamos por mail. Cuando comenzó la pandemia del virus la institución donde él vivía cerró y los correos que le mandé no los contestó, después un tiempo mi esposa descubrió mi homosexualidad y decidí dejar de buscar hombres y renunciar a lo sexual, pero a veces leyendo relatos eróticos, ya sean ficticios o reales me pongo a recordar a Víctor y a su extraña y casi irracional obsesión por lograr el goce o el auto goce metiendo dedos pepinos o dildos por el culo ya sea del propio o el de su pareja.
Realmente no quisiera volver a encontrarme o comunicarme con Víctor es una etapa de mi vida que fue y no volverá. Gracias y aludos para los relatores y relatoras de relatos eróticos, algunos son excelentes
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