El hijo de mi vecino mi nuevo amante
por
Mariana S
género
hetero
Ayer cuando llegaba caminando a casa luego de hacer unas compras en la tienda que está cerca de casa para el almuerzo, no encontraba la llave para entrar, las busqué en el bolsillo del jean y no las encontré, regresé caminando a la tienda para buscarlas y tampoco estaban ahí, miré en la calle en caso de que se hayan caído y tampoco estaban.
Cómo la tienda es tan cerca de casa, no llevé ni el celular, desesperada sin saber que hacer, timbré a la casa de al lado para que me prestaran una llamada y saber si mi esposo o alguno de mis hijos me podían ayudar a entrar a casa ya que ellos tienen la copia de la llave.
Cuando timbré a la casa de al lado salió un joven que debo decir, muy apuesto, me preguntó que necesitaba y le expliqué quién era y lo que me había sucedido. Me invitó a entrar a su casa y me prestó su celular. Mis hijos no contestaron la llamada, seguramente porque vieron que era de un número desconocido, mi esposo si contestó y le conté lo que me pasó y de donde lo estaba llamando pero no podía salir de la oficina para ayudarme y me dijo que justamente ese día iba a salir más tarde del trabajo y me dijo que le pusiera al teléfono al hijo del vecino.
El hijo del vecino le decía a mi esposo “no se preocupe, yo no voy a salir de casa y su esposa se puede quedar aquí sin problema, si no se preocupe y no es molestia”.
Cuando cerró la llamada me dijo que mi esposo le había pedido de favor que si yo pudiera quedarme aquí hasta que él regrese en la tarde o noche del trabajo y que si me pudiera invitar a almorzar. Yo le dije que me daba mucha vergüenza y que no quería molestar. Me dijo que no había problema, que él no iba a salir de casa porque estaba de vacaciones de la universidad y que buscaría en una app algo que pudiéramos pedir para el almuerzo.
Yo no quería abusar y le dije que estaba muy agradecida con él pero que por lo menos me deje cocinar el almuerzo con las compras que había hecho en la tienda, pero que el único problema es que lo que ella compró es solamente para dos personas y que no alcanzaría para sus padres. Él me dijo que aceptaba la propuesta de que le cocine y que no me preocupe por sus padres porque ellos estaban de viaje hasta el fin de semana y que recién estamos lunes, así que él tenía programado comer sólo en casa pidiendo comida a domicilio para toda la semana.
Entonces le dije que me lleve a la cocina para preparar el almuerzo, se rió y me dijo que antes nos deberíamos presentar, yo me reí y le dije que me disculpara porque por la situación se me había olvidado decirle mi nombre, le dije yo soy Mariana y él me dijo yo soy Andrés. Se me acercó y me dió un beso en la mejilla y me dijo, ahora si nos hemos presentado y saludado.
Yo me reí y saqué de la bolsa las cosas que había comprado en la tienda, mientras yo le de ía lo que iba a necesitar para cocinar y él me indicaba donde estaban las cosas.
Me dijo que me sienta como en casa y que pudiera tomar cualquier cosa de la refrigeradora porque el día estaba muy caluroso. Le agradecí y comencé a cocinar. Mientras yo cocinaba, él estaba mirando tv en la sala. De pronto caí en cuenta de cómo estaba vestida, pues como solamente había salido para la tienda para volver a estar en casa, tenía puesto un jean bien viejo y una blusa de tiras bien escotada, me comenzó a dar un poco de vergüenza porque no es algo que visto para estar en la casa con un desconocido, pero al mismo tiempo me dio una sensación de excitación y mis pezones se pusieron duros.
Finalmente terminé de cocinar, la cocina estaba bastante caliente y había sudado un poco la parte de abajo de mis tetas y eso hizo que se transparente un poco la blusa.
Serví la mesa y me llamé a Andrés, no me contestaba así que fui a verlo a la sala, no lo encontré y lo comencé a buscar en la casa, fui a las habitaciones y lo encontré masturbándose. Me quedé asombrada sin saber que hacer pero me excité inmediatamente, no solo porque me encanta el sexo sino porque su verga era realmente enorme, su mano se veía pequeña sujetando semejante verga. Su. Yerno también era hermoso, ya que lo pude ver porque se había sacado la camiseta.
No se cómo me aguanté las ganas de ir a mamarle, seguramente fue porque me sentía extraña en su casa, así que fui a la cocina para llamarlo con un fuerte grito. Andrés llegó de inmediato, yo me reía en mi interior porque él estaba nervioso y su verga estaba media parada porque seguramente se le durmió un poco del susto. Él estaba vestido con un pantalón deportivo y se había puesto nuevamente una camiseta blanca. Su pantalón era de color gris y se le notaba cómo sus flujos masculinos estaban mojando su pantalón. Yo no podía más de la excitación y tenía los pezones parados y mi vagina mojada.
Serví el almuerzo y comimos juntos, había un silencio cómplice en la mesa hasta que comencé a conversar con Andrés y le dije que me parecía raro que un joven tan guapo pase sus vacaciones en casa y le dije que me cuente de sus novias que deben ser muchas. Él se rió y me dijo que había sido un año bien cansado en la universidad y que prefería descansar en casa y que no tenía novia, que no quería estar en una relación seria, que prefiere divertirse solo un rato sin nada formal.
Me dijo que ahora era su turno de preguntarme, entonces me preguntó que cómo es posible que mi esposo no me haya venido a rescatar y dejarla sola en casa de con un extraño, siendo una mujer tan guapa y con tremendo cuerpo. Yo me reí y le dije que como sabía si yo tenía un tremendo cuerpo y él me dijo “Mira tus tetas Mariana o a caso crees que esa pequeña blusa que con las justas cubren tus pezones parados, no dejan claro que tienes un cuerpazo?”
Yo me reí y le dije, tampoco es que tú pantalón oculte la tremenda verga que tienes y me reí. Andrés se levantó de la mesa y sin pensar dos veces me besó mientras me sacaba la blusa, mis tetas quedaron al aire y sin dejar de besarnos fuimos a la sala, él se quitó toda la ropa, dejando a mi vista su hermoso cuerpo y esa verga enorme, era la más grande que había visto. Le dije que le quiero mamar la verga pero que antes le iba a pedir algo raro, le dije que traiga una regla porque quería medirle la verga, el fue corriendo y regresó con la regla, le comencé a mamar hasta que estuvo a punto de terminar, entonces le medí la verga, medía 24 cm, no le podía medir el grosor con la regla pero era bien proporcionado con el largo de la verga. Me quité el jean y me puse en cuatro para que me meta la verga en mi vagina que ya chorreaba de lo empapada que estaba.
Yo tengo la vagina bien amplia, pero su verga entraba un poco apretada de lo grande que era, cuando me la metió, se quedó un rato sin sacarla y la comenzó a mover adentro de mi vagina, era increíble lo que me hizo sentir que tuve el primer orgasmo, él sintió mis flujos y me comenzó a meter y a sacar la verga con tanta fuerza que soñaban sus huevos pegando en mi cuerpo, no tuvo qué culparme por largo rato para volver a tener otro orgasmo.
No podía creer lo rico que me culiaba, mis gemidos eran gritos de placer, luego él se acostó en el piso y yo me senté en su verga, mis tetas saltaban con mis movimientos hasta que Andrés las sujetó duro de los pezones, que rico orgasmo que tuve cuando sentía lo duro que ajustaba mis pezones.
Me volvió a poner en cuatro, para entonces ya iba culiando un buen rato y mi vagina estaba inflamada y tenía los labios vaginales un poco irritados, porque a pesar de lo excitada que estaba, su verga era muy grande y gruesa y me estaba inflamando, le pedí que me deje mamarle para descansar un poco, él se dio cuenta que mi vagina estaba inflamada y lo único que hizo fue traer aceite de la cocina y me comenzó a poner por todo el cuerpo, incluida mi vagina, me acostó boca arriba y me abrió las piernas oara mentermenla verga en la vagina aceitosa, lo volví a gozar nuevamente y su verga se deslizaba sin problema hasta el fondo de mi vagina mientras me manoseaba las tareas y me decía “ eres toda una Vaca con esas tetas y culeas como una puta, dime que te encanta mi verga”
No me había hablado así de sucio y yo tuve otro orgasmo solo con lo que me dijo y yo gritaba entre gemidos “ me encanta tu verga, me encanta”.
Finalmente me llenó la vagina de tanto semen que se comenzó a salir a chorros de mi vagina. Él tomaba el semen con sus manos y me lo esparcía en las tetas. Nos quedamos acostados un rato y me dijo “Mariana es bien rica, te quiero culiar todos los días” yo le dije que si lo podemos hacer. Me dijo bueno putita mejor vamos a bañarnos porque estamos llenos de aceite.
Me excitó como me comenzó a tratar con sus palabras groseras, cuando entramos a la ducha, culiamos nuevamente y me pedía que le diga que soy su puta, yo le gritaba con gemidos “soy tu puta y hazme lo que quieras”.
Al final culiamos otra vez afuera de la ducha, nos sécanos el semen del cuerpo con la toalla y nos vestimos justo a tiempo porque no nos habíamos dado cuenta de la hora y mi esposo tocó el timbre de la casa de Andrés, eran casi las 18:00, no nos dimos cuenta que culiamos casi cuatro horas desde que comenzamos.
Desde ese día hemos culiado todos los días y todavía no le cuento a mi hijo menor que le cuento de todos mis amantes.
Cómo la tienda es tan cerca de casa, no llevé ni el celular, desesperada sin saber que hacer, timbré a la casa de al lado para que me prestaran una llamada y saber si mi esposo o alguno de mis hijos me podían ayudar a entrar a casa ya que ellos tienen la copia de la llave.
Cuando timbré a la casa de al lado salió un joven que debo decir, muy apuesto, me preguntó que necesitaba y le expliqué quién era y lo que me había sucedido. Me invitó a entrar a su casa y me prestó su celular. Mis hijos no contestaron la llamada, seguramente porque vieron que era de un número desconocido, mi esposo si contestó y le conté lo que me pasó y de donde lo estaba llamando pero no podía salir de la oficina para ayudarme y me dijo que justamente ese día iba a salir más tarde del trabajo y me dijo que le pusiera al teléfono al hijo del vecino.
El hijo del vecino le decía a mi esposo “no se preocupe, yo no voy a salir de casa y su esposa se puede quedar aquí sin problema, si no se preocupe y no es molestia”.
Cuando cerró la llamada me dijo que mi esposo le había pedido de favor que si yo pudiera quedarme aquí hasta que él regrese en la tarde o noche del trabajo y que si me pudiera invitar a almorzar. Yo le dije que me daba mucha vergüenza y que no quería molestar. Me dijo que no había problema, que él no iba a salir de casa porque estaba de vacaciones de la universidad y que buscaría en una app algo que pudiéramos pedir para el almuerzo.
Yo no quería abusar y le dije que estaba muy agradecida con él pero que por lo menos me deje cocinar el almuerzo con las compras que había hecho en la tienda, pero que el único problema es que lo que ella compró es solamente para dos personas y que no alcanzaría para sus padres. Él me dijo que aceptaba la propuesta de que le cocine y que no me preocupe por sus padres porque ellos estaban de viaje hasta el fin de semana y que recién estamos lunes, así que él tenía programado comer sólo en casa pidiendo comida a domicilio para toda la semana.
Entonces le dije que me lleve a la cocina para preparar el almuerzo, se rió y me dijo que antes nos deberíamos presentar, yo me reí y le dije que me disculpara porque por la situación se me había olvidado decirle mi nombre, le dije yo soy Mariana y él me dijo yo soy Andrés. Se me acercó y me dió un beso en la mejilla y me dijo, ahora si nos hemos presentado y saludado.
Yo me reí y saqué de la bolsa las cosas que había comprado en la tienda, mientras yo le de ía lo que iba a necesitar para cocinar y él me indicaba donde estaban las cosas.
Me dijo que me sienta como en casa y que pudiera tomar cualquier cosa de la refrigeradora porque el día estaba muy caluroso. Le agradecí y comencé a cocinar. Mientras yo cocinaba, él estaba mirando tv en la sala. De pronto caí en cuenta de cómo estaba vestida, pues como solamente había salido para la tienda para volver a estar en casa, tenía puesto un jean bien viejo y una blusa de tiras bien escotada, me comenzó a dar un poco de vergüenza porque no es algo que visto para estar en la casa con un desconocido, pero al mismo tiempo me dio una sensación de excitación y mis pezones se pusieron duros.
Finalmente terminé de cocinar, la cocina estaba bastante caliente y había sudado un poco la parte de abajo de mis tetas y eso hizo que se transparente un poco la blusa.
Serví la mesa y me llamé a Andrés, no me contestaba así que fui a verlo a la sala, no lo encontré y lo comencé a buscar en la casa, fui a las habitaciones y lo encontré masturbándose. Me quedé asombrada sin saber que hacer pero me excité inmediatamente, no solo porque me encanta el sexo sino porque su verga era realmente enorme, su mano se veía pequeña sujetando semejante verga. Su. Yerno también era hermoso, ya que lo pude ver porque se había sacado la camiseta.
No se cómo me aguanté las ganas de ir a mamarle, seguramente fue porque me sentía extraña en su casa, así que fui a la cocina para llamarlo con un fuerte grito. Andrés llegó de inmediato, yo me reía en mi interior porque él estaba nervioso y su verga estaba media parada porque seguramente se le durmió un poco del susto. Él estaba vestido con un pantalón deportivo y se había puesto nuevamente una camiseta blanca. Su pantalón era de color gris y se le notaba cómo sus flujos masculinos estaban mojando su pantalón. Yo no podía más de la excitación y tenía los pezones parados y mi vagina mojada.
Serví el almuerzo y comimos juntos, había un silencio cómplice en la mesa hasta que comencé a conversar con Andrés y le dije que me parecía raro que un joven tan guapo pase sus vacaciones en casa y le dije que me cuente de sus novias que deben ser muchas. Él se rió y me dijo que había sido un año bien cansado en la universidad y que prefería descansar en casa y que no tenía novia, que no quería estar en una relación seria, que prefiere divertirse solo un rato sin nada formal.
Me dijo que ahora era su turno de preguntarme, entonces me preguntó que cómo es posible que mi esposo no me haya venido a rescatar y dejarla sola en casa de con un extraño, siendo una mujer tan guapa y con tremendo cuerpo. Yo me reí y le dije que como sabía si yo tenía un tremendo cuerpo y él me dijo “Mira tus tetas Mariana o a caso crees que esa pequeña blusa que con las justas cubren tus pezones parados, no dejan claro que tienes un cuerpazo?”
Yo me reí y le dije, tampoco es que tú pantalón oculte la tremenda verga que tienes y me reí. Andrés se levantó de la mesa y sin pensar dos veces me besó mientras me sacaba la blusa, mis tetas quedaron al aire y sin dejar de besarnos fuimos a la sala, él se quitó toda la ropa, dejando a mi vista su hermoso cuerpo y esa verga enorme, era la más grande que había visto. Le dije que le quiero mamar la verga pero que antes le iba a pedir algo raro, le dije que traiga una regla porque quería medirle la verga, el fue corriendo y regresó con la regla, le comencé a mamar hasta que estuvo a punto de terminar, entonces le medí la verga, medía 24 cm, no le podía medir el grosor con la regla pero era bien proporcionado con el largo de la verga. Me quité el jean y me puse en cuatro para que me meta la verga en mi vagina que ya chorreaba de lo empapada que estaba.
Yo tengo la vagina bien amplia, pero su verga entraba un poco apretada de lo grande que era, cuando me la metió, se quedó un rato sin sacarla y la comenzó a mover adentro de mi vagina, era increíble lo que me hizo sentir que tuve el primer orgasmo, él sintió mis flujos y me comenzó a meter y a sacar la verga con tanta fuerza que soñaban sus huevos pegando en mi cuerpo, no tuvo qué culparme por largo rato para volver a tener otro orgasmo.
No podía creer lo rico que me culiaba, mis gemidos eran gritos de placer, luego él se acostó en el piso y yo me senté en su verga, mis tetas saltaban con mis movimientos hasta que Andrés las sujetó duro de los pezones, que rico orgasmo que tuve cuando sentía lo duro que ajustaba mis pezones.
Me volvió a poner en cuatro, para entonces ya iba culiando un buen rato y mi vagina estaba inflamada y tenía los labios vaginales un poco irritados, porque a pesar de lo excitada que estaba, su verga era muy grande y gruesa y me estaba inflamando, le pedí que me deje mamarle para descansar un poco, él se dio cuenta que mi vagina estaba inflamada y lo único que hizo fue traer aceite de la cocina y me comenzó a poner por todo el cuerpo, incluida mi vagina, me acostó boca arriba y me abrió las piernas oara mentermenla verga en la vagina aceitosa, lo volví a gozar nuevamente y su verga se deslizaba sin problema hasta el fondo de mi vagina mientras me manoseaba las tareas y me decía “ eres toda una Vaca con esas tetas y culeas como una puta, dime que te encanta mi verga”
No me había hablado así de sucio y yo tuve otro orgasmo solo con lo que me dijo y yo gritaba entre gemidos “ me encanta tu verga, me encanta”.
Finalmente me llenó la vagina de tanto semen que se comenzó a salir a chorros de mi vagina. Él tomaba el semen con sus manos y me lo esparcía en las tetas. Nos quedamos acostados un rato y me dijo “Mariana es bien rica, te quiero culiar todos los días” yo le dije que si lo podemos hacer. Me dijo bueno putita mejor vamos a bañarnos porque estamos llenos de aceite.
Me excitó como me comenzó a tratar con sus palabras groseras, cuando entramos a la ducha, culiamos nuevamente y me pedía que le diga que soy su puta, yo le gritaba con gemidos “soy tu puta y hazme lo que quieras”.
Al final culiamos otra vez afuera de la ducha, nos sécanos el semen del cuerpo con la toalla y nos vestimos justo a tiempo porque no nos habíamos dado cuenta de la hora y mi esposo tocó el timbre de la casa de Andrés, eran casi las 18:00, no nos dimos cuenta que culiamos casi cuatro horas desde que comenzamos.
Desde ese día hemos culiado todos los días y todavía no le cuento a mi hijo menor que le cuento de todos mis amantes.
1
0
votos
votos
evaluación
2.8
2.8
Continuar leyendo cuentos del mismo autor
historia previa
La esposa de mi hijo sospecha de nuestra relaciónsiguiente historia
Llamé a un amigo de mi esposo y le di un espectáculo a mi hijo
Comentarios de los lectores sobre la historia erótica