Burro 2

por
género
gay

Me encuentro con Burro para la que promete ser una noche inolvidable.
Después de la partida de Rocco (lo llamaré Burro) a su trabajo, solo en mi apartamento me puse a pensar sobre lo sucedido en las últimas horas.

Apenas esta mañana había conversado con él en el restaurante, admirado su cuerpo, disfrutado el tenerlo cerca a mí, y atrevido a invitarlo a mi piso. El resultado era más que previsible, pues nuestro encuentro terminó en una ardiente sesión de sexo oral. Ambos habíamos gozado: yo dado, él recibido, una mamada de polla de locura en el sofá.

Me dijo que pensaba volver esa noche al su trabajo. Yo acepté, pero ahora tenía dudas sobre si seguir adelante o no. El motivo de mi temor era el enorme grosor de su verga, el pensar en lo doloroso que sería ser penetrado por algo tan grande.

Me atraía el llevarme a la cama a tan hermoso negro, el ser poseído por semejante macho. La curiosidad y el deseo carnal me decidieron: me prepararía para nuestro encuentro nocturno.

Me afeité con cuidado brazos, piernas, axilas y pubis como Burro deseaba y apliqué un enema para limpiarme bien. Me bañé y perfumé con agua de jazmín: todo un marica listo para recibir a su amante.

El intercomunicador sonó a un poco más de las diez.

- "Hola, soy yo."

- "Te esperaba, pasa."

Me saludó con un beso en la mejilla. Traía consigo raciones de jamón serrano, manchego y pan.

- "Prefieres cerveza o vino?"

- "Vino.,Tienes una botella de cava? Me encanta."

- "Nunca me falta."

Nos sentamos a comer en la mesa de la cocina, copa llena de espumante en mano.

- "Cómo te fue hoy en el trabajo?"

- "Bien, pues hubo mucha gente hoy. Ese bar anda bastante bien."

Le tomé una mano y lo miré a los ojos.

- "Además, los camareros son muy majos. A propósito, te gustó lo de esta tarde?"

- "Por qué crees que he vuelto?"

Terminamos de comer y con una segunda copa de cava pasamos a la sala a seguir conversando. Me senté a su lado.

- "Ya te he hablado de mí, ahora cuéntame de tu vida."

- "Me llamo Ángel. Tengo 20 años, nacido y criado en Albacete, con una hermana de 18. Me mudé a Madrid hace dos años a estudiar arquitectura en la universidad. No es una carrera nada fácil, pero voy saliendo adelante."

- "Cuándo y cómo tuviste tu primera experiencia gay?"

- "Desde la adolescencia supe que lo era. No me interesaban las mujeres y, sin embargo, me atraían los hombres."

- "Lo saben tus padres?"

- "Si, ellos me comprenden y aceptan. Es algo difícil, imposible de ocultar."

- "Con quién lo hiciste por primera vez?

- "Con Mario, un hombre mayor amigo de la familia. Te cuento la historia en detalle, si quieres."

- "Claro que si."

Comencé a relatar...

Los tíos Mario y Elsa, visitaban siempre nuestra casa. El último año, en varias ocasiones, noté cómo él se fijaba en mí, casi comiéndome con la mirada. Me excitaba y daba una sensación de morbo y repulsión a la vez.

En una oportunidad, estaban todos en la sala, mientras yo me preparaba un café en la cocina, cuando Mario entró. Se acercó, puso la mano en e

mi hombro y me dijo que tía Elsa debía viajar a Oviedo esa misma noche a ayudar a su hija con el nacimiento de su segundo nieto. Él iba a estar solo en casa dos semanas, y que podía visitarlo después de la escuela.

Me acarició las nalgas con las manos. Me dejé tocar y no dije una palabra. Tenía una mirada de lujuria, digna del viejo mañoso de 66 años que era.

Al día siguiente fui a la escuela. En la tarde, al terminar las clases entré al baño y me puse una pequeña tanga blanca, una de las muchas bragas que tengo escondidas en mi habitación junto con mi colección de revistas porno. Tomé el bus hacia su casa. Toqué la puerta.

- "Hola Angelito, confiaba que vendrías."

- "Estabas seguro?"

- "Si, sobrino. Esperaba tu visita. Pasa."

- "Se fue mi tía anoche?

- "Así es, estoy soltero por dos semanas."

Me ofreció una coca cola y nos sentamos a conversar, uno frente al otro.

- "Este año terminas el colegio, verdad? Cómo van los estudios?"

- "Bien. Me gustan el arte y el diseño. Quiero ser arquitecto."

- "Y con las chicas? Deben perseguirte con lo rubio y majo que eres."

- "No me gustan. Yo prefiero los chicos, en especial un par del colegio, a quienes he echado el ojo."

Mi tío me miró provocativamente.

- "Para qué has venido, sobrino?"

- "No lo sé, tu me invitaste."

- "Tenias curiosidad, ganas de verme a solas, verdad?"

- "Sí. Además quería mostrarte esto."

Me puse de pie, me quité los pantalones y le mostré las nalgas cubiertas con la pequeña tanga.

- "Joder, qué bien se te ve en ropa interior de mujer. Pareces una hermosa hembra joven."

Se acercó y empezó a manosearme el culo. Lo sentí frotar sus genitales contra mí. Di la vuelta y puse la mano en el bulto entre sus piernas.

- "Me dejas verla, tío?"

- "No me digas tío, dime Mario."

Se quitó los pantalones y ropa interior mostrándome una verga oscura y erecta como un mástil. Yo había visto muchas en videos porno, pero nunca tenido una tan cerca en carne y hueso. Lo miré a los ojos.

- "Deseo tocarla. Puedo?"

- "Es toda tuya, Angelito."

- "Quiero probarla. Párate frente a mí."

Se puso de espaldas contra la pared. Me arrodillé delante suyo y empecé a lamerle la polla. La besé cuidadosamente, pero con pasión, como si fuese un tesoro entre los labios, pues lo era para mí: la primera verga de mi vida). Mario gemía de placer mientras me jugaba con mi cabellos y acariciaba la cabeza.

- "Con 64 años a Elsa le interesa muy poco la cama. Lo hacemos apenas una vez al mes, pero yo necesito sexo frecuente."

- "Mi tía te tiene a dieta."

- "Sí, y me mataría si viese esto."

- "Mis padres también."

La escena era tan inverosímil como caliente: un mariquita de 18 años comiéndosela a un degenerado de 66.

- "Sigue, no pares. Me corro."

- "Sì ,vente en mi boca, dame tu leche, tío."

No hubo necesidad de una palabra más. Gozó al correrse y llenarme la boca con trallazos de tibio semen. Me lo bebí todo.

- "Deliciosa mamada. Nadie podría imaginar que mi delicado y angelical sobrino es un demonio."

- "Me alegra te haya gustado, tío, pues ha sido mi primera vez con un hombre."

Mario había recuperado el aliento tras semejante esfuerzo para un macho de su edad.

- "Debo volver a casa. Mañana estoy ocupado con tareas del colegio, pero te gustaría si vengo pasado mañana?

- "Me harías muy feliz, Angelito. Te espero."

Pongo fin a este largo paréntesis. Retomo la conversación con Burro esa noche en mi casa.

- "Me has calentado. Mira cómo me has puesto la verga de dura."

- "Todo eso me voy a comer esta noche?"

- "Vas a gozar de cada centímetro."

- "Así te quiero oír."

- "Tremendamente excitante. Cómo podia tu tío quedarse satisfecho sin darte polla. No te dió por atrás?"

- "Por supuesto que lo hizo: dos días después, el miércoles, me estrenó el culo. Quieres que te cuente cómo lo hizo?"

- "No pensé calentarme tanto escuchándote. Sigue y no se te ocurra detenerte."

Me recliné a manosear y besar su entrepierna. Le ofrecí una tercera copa de cava antes de seguir...

(Continuará...)
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2024-09-30
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