Las cuñas y los pies de Milena

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género
fetichismo

Las clases teóricas en la autoescuela se imparten los lunes, miércoles y viernes de cada semana (excepto festivos) de 15:30 a 16:30 horas. Es viernes y voy a clase. Prólogo: Soy hijo de la instructora, Milena. Tengo 18 años, soy alto, con un cuerpo tonificado pero no demasiado, cabello y ojos castaños y una señal particular de mí es que me gustan los pies de las mujeres. Mi madre, Milena, (la instructora) es bajita, de pelo oscuro y liso, ojos marrones, copa C, un bonito trasero y en general tiene un bonito cuerpo a pesar de sus 45 años que muchos dicen que le quedan muy bien. Digo según muchos porque mi mamá es una puta y la pillé varias veces chupándole la polla a algún tío pero nunca tuve el valor de decírselo. Dada la época y además que el tiempo todavía lo permite, mamá luce sus piececitos luciendo unas cuñas bastante altas de color beige. Los pies de mi mamá son muy sexys y cachondos, tienen el estilo llamado “romano”, son pequeños (un sexy 36), son delicados, bien cuidados, suaves, lisos y muchas veces con esmalte de uñas rojo. Ya pasó que mamá me dejó masajearle los pies y obviamente me emocioné tanto que cada vez que terminaba de masajearle los pies iba al baño y me corría un montón.
Pero volviendo a nosotros, es viernes y hay clases. Son las 3 de la tarde. Mamá empieza a preparar el material para la clase y sigue rellenando una montaña de formularios y papeles varios hasta que dice: “ay… estos malditos zapatos me están destrozando los pies…”, yo que estaba ahí le digo: “¿quieres que te dé un masaje rápido antes de que lleguen los demás?” y ella: "eres muy amable pero no, gracias" y yo insisto: "mira, tienes que tenerlos por lo menos hasta las 7pm que es cuando cierras. Si yo fuera tú...". Mamá me mira, sonríe y dice: "Está bien, vamos..." Se hizo. Ya me estaba emocionando. Me siento a su lado, mientras tanto ella se quita las cuñas y luego pone sus hermosos piececitos completamente desnudos en mi mano. Comienzo a masajearlos lentamente y de vez en cuando presiono un poco más fuerte... todo le da placer y me excita. Mi polla está muy dura y puedo ver algo de hinchazón en mis pantalones. Mamá se da cuenta y dice: “Sospeché algo…” y yo: “¿Qué quieres decir?” y continúa: "Sospeché que te gustaban mis pies pero no pensé tanto". Golpeado y hundido. Me sentí terriblemente avergonzada pero a la vez muy emocionada y le dije: “perdona mamá, el caso es que tienes unos pies preciosos” ella me dijo: “sí pero yo soy tu mamá, recuérdalo”. Le respondí: "sí, ya sé que eres mi mamá y no debo pensar ciertas cosas, pero no puedo. Estoy loca por tus pies y haría cualquier cosa con tal de..." ella: "¿con tal de qué? ¿con tal de lamerlos? ¿Este es el respeto que te enseñé? Eres asquerosa". No sé qué pasó en mi cerebro, algo hizo clic y dije: "Sí, sé que eres mi mamá, pero también eres una gran zorra. Te he visto tantas veces chupando las pollas de diferentes chicos después de clase. E incluso te vi chupando dos al mismo tiempo". Mamá al principio se sorprendió por lo que le había vomitado en la cara y luego se calmó y dijo: "Mira, la cuestión es que ni siquiera sé por qué chupé esas pollas, pero lo hice y estoy orgullosa de ello". Durante este acalorado debate, los piececitos de mamá todavía estaban en mis manos. Yo, pensando en lo guarra que era mi madre y dándome cuenta que ya tenía la sartén por el mango, le dije: "ya que estás orgullosa de ello, ahora me haces una buena paja con los pies" y ella, intentando quitar sus pies de mis manos, pero la detuve: "ni lo pienses, eres mi hijo y esto no se puede hacer y entonces muéstrame respeto" yo, burlándome: "si no me haces una paja con los pies ahora, esta noche te escupirán delante de papá y luego veremos...". Él empezó a insultarme duramente y finalmente cedió. Dije: "Pero dejemos una cosa clara: puedes hacerme pajas con los pies cuando quiera y ten cuidado, si no me complaces, papá sabrá lo puta que eres" y luego más insultos.Mientras ella continuaba insultándome, comencé a lamerle las plantas de los pies, luego pasé a los talones, luego al cuello, hasta que le chupé todos los dedos. Sus piececitos tenían ese olor increíble: una mezcla entre perfume y frescor y olor a suelas desgastadas... Me emocioné como nunca y hasta mamá después de un rato dejó su enojo a un lado y empezó a sentir placer. Después de un buen rato de lamidas le dije: "ha llegado el momento, sorpréndeme..." y mamá muy delicadamente envolvió mi durísima polla de 8,5 pulgadas entre las plantas de sus pequeños pies y comenzó a acariciarla divinamente. "aaa mamá..eres una puta..sí..mmm..aaa.." y ella: "eres repugnante, vergüenza debería darte.. ¿qué tengo que hacer, hacerle pajas con los pies a mi hijo porque si no me va a deshonrar?. increíble". La hice cambiar de posición: mi polla ahora estaba envuelta entre los arcos de los pequeños pies de mamá Milena. "aaa sí mami.. tienes hermosos pies..aaa..oh sí.. mastúrbate mami, mastúrbate" y ella: "mastúrbate mi culo, mastúrbate.. eres asqueroso.. asqueroso dolor de pies.. solo debes saber que no me gusta esta situación..". Cansado de oírla quejarse le dije: "puta, hazme una paja y cállate... a menos que le diga a papi cómo te gusta chupar la polla...". Él no habló más, lo estaba disfrutando tanto. Sentí un poco de pena por tratarla así pero era lo que se merecía y si no lo hubiera hecho así no me hubiera dejado hacerle una paja con los pies. Después de muchos altibajos dije: "buena mami... sí... ya voy... ya voy... aaaaa..." y ella dijo: "oh dios, eso es asqueroso... no hay semen en tus pies... ¿de verdad lo quieres en tus pies?" y mientras terminaba la frase con 7 hermosas y poderosas salpicaduras blanqueé sus pequeños pies. Yo estaba muy satisfecha pero mi madre no y decía: "que asco, tengo el semen de mi hijo en mis pies, que asco".Lo disfruté mucho. Sentí un poco de pena por tratarla así pero era lo que se merecía y si no lo hubiera hecho así no me hubiera dejado hacerle una paja con los pies. Después de muchos altibajos dije: "buena mami... sí... ya voy... ya voy... aaaaa..." y ella dijo: "oh dios, eso es asqueroso... no hay semen en tus pies... ¿de verdad lo quieres en tus pies?" y mientras terminaba la frase con 7 hermosas y poderosas salpicaduras blanqueé sus pequeños pies. Yo estaba muy satisfecha pero mi madre no y decía: "que asco, tengo el semen de mi hijo en mis pies, que asco".Lo disfruté mucho. Sentí un poco de pena por tratarla así pero era lo que se merecía y si no lo hubiera hecho así no me hubiera dejado hacerle una paja con los pies. Después de muchos altibajos dije: "buena mami... sí... ya voy... ya voy... aaaaa..." y ella dijo: "oh dios, eso es asqueroso... no hay semen en tus pies... ¿de verdad lo quieres en tus pies?" y mientras terminaba la frase con 7 hermosas y poderosas salpicaduras blanqueé sus pequeños pies. Yo estaba muy satisfecha pero mi madre no y decía: "que asco, tengo el semen de mi hijo en mis pies, que asco".
Mientras tanto, la gente llegaba para la clase teórica y ella explicaba como si nada hubiera pasado. Después de clase todos salieron y volví con mamá y le dije: "Quiero otra paja", ella me miró y dijo: "Olvídalo, ya no vas a tocar mis pies". Le recordé nuestro pacto: ella me despediría y yo mantendría la boca cerrada. Por supuesto que se sometió a mí y a pesar de sí misma le dije que quería sus piececitos. Ella se quejó y dijo que le disgustaba sentir "algo" entre sus pies. Yo deseaba demasiado esos piececitos y nunca los abandonaría. Le dije: "sigue haciendo lo que estás haciendo, yo me acostaré debajo del escritorio y te lameré los pies" y ella: "sabes que me das asco". Me metí debajo del escritorio, le quité las cuñas y comencé a dedicarme en cuerpo y alma a esos piececitos angelicales: los lamí por todos lados y los besé por todos lados. Después de mucho tiempo me levanté y comencé a desvestirme. Volví a acostarme debajo del escritorio y le dije: "adelante, hazme una paja" y ella dijo: "mamá, eso es asqueroso" y apretó mi polla entre sus hermosas plantas y comenzó a deslizar sus pequeños pies divinamente por mi polla. Él cortó, cortó, cortó... "aaa mami, me corro... sí... me corro" y un montón de semen cayó sobre sus pequeños pies. Continuó con una embestida muy lenta hasta que mi polla perdió fuerza y ​​retiró los pies, todavía corriéndose. Le dije: “¿Qué haces? No has terminado…” Ella, un poco enfadada: “¡Ya basta… ya te he serruchado dos veces hoy, ya basta!”. La miré y ella resopló y reposicionó sus pequeños pies sobre mi polla, insertándola entre sus arcos y reanudando una deliciosa paja. Mamá movía sus pies muy rápido y después de un rato le dije: "quiero correrme en tus cuñas" y ella dijo: "olvídalo, asqueroso lamebotas y pervertido que eres... no te correrás en mis cuñas, si quieres correrte otra vez en mis pies aunque sea realmente asqueroso pero no en mis cuñas". Con un movimiento rápido me levanté y con mi polla muy dura me acerqué a la boca de mamá. Me miró y dijo: "Estás loca, me das asco". Ella sabía que tenía que hacer todo lo que yo le decía y entonces empezó a hacerme una mamada. Fue la primera mamada que me hizo mi mamá, fue hermosa y la chupó como una puta, después de todo es una puta. De repente se lo metí por la garganta y casi se ahogaba y le dije: "o me haces correrme en tus cuñas o te lo meto por la garganta y te hago ahogar". Ella resopló y me insultó de nuevo, agarré sus pequeños pies, metí mi polla entre ellos y comencé a follárselos. "aaa ya voy.. toma la cuña..aaa..mami..me voy a correr", tomó la cuña derecha y me dijo: "aquí, aquí.. córrete en mi cuña sucio.. asqueroso córrete en mi cuña vamos.." y así lo hice: numerosos chorros llenaron la cuña derecha de mamá. Ella me mira y me dice: "¿Estás feliz ahora? ¿Te excita la idea de saber que tu madre tiene tu semen bajo sus pies?"¿Eh, cerdo pervertido que eres?". Se puso de nuevo las cuñas y dijo: "siente qué asco... el semen bajo tus pies... qué asco".
La noche antes de irme a dormir le pedí que me hiciera otra paja y me corrí muchísimo en su empeine.
Milena, mamá, eres una guarra y esto me permitió ser pajeado por tus increíbles y súper sexys piececitos.
escrito el
2025-03-08
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