Pensión completa - 2 La estaca ardiente

por
género
gay

Al día siguiente entré en la habitación esperando haber dado por zanjado el incidente, pero la nota que encontré dentro de una revista de relatos, que no era mía, acompañada de nuevo por los calzoncillos de color caqui, me desconcertó aun más.

-¡Gracias chavalote por lavarme la prenda! …¡quedo demasiado pringosa la última vez!. La verdad es que se me ocurrió la idea cuando estaba a punto de meterla en el petate. Me he alegrado mucho de que te haya gustado el regalo, a tu edad yo también me mataba a pajas.

Te dejo estos calzoncillos, pero esta vez te los puedes quedar de regalo. Los he llevado puestos toda la semana en el cuartel donde cada noche al notar como el resto de los soldados de mi barracón dormían me he cascado una paja hasta dejártelos bien llenos de leche.

¡Han quedado algo acartonados pero supongo que sabrás apreciar el cariño con el que te los he preparado! …¡Esta mañana me he cascado una última paja con ellos puestos y toda la leche que he echado en ellos y que estará aun húmeda es para que me recuerdes con cariño!

¡No te enfades por tener que quitar mi semen reseco de las sábanas y te confieso que también alguna vez la he terminado echando en las toallas, mi estaca ardiente se pone dura al más leve estímulo y hacerme un buen pajote es la única forma que tengo para poder aliviarme!

PD: Te presto también esta revista que me ha acompañado las noches en las que tuve que hacer guardias en la garita.Encontrarás alguna página imposible de despegar pero es debido a las numerosas pajas que me he cascado leyéndola, me gustaría que leyeras alguna de estas historias y ya me contaras algún día si es que nos volvemos a encontrar cuál te ha gustado más.

Al despegar la prenda de la revista parte de la misma se arrancó al estar totalmente pegada al pringoso calzoncillo. Por tanto uno de los relatos no pudo ser leído completamente por mi mente calenturienta.

Pero el que si leí y releí, no sé si inducido por el hecho de que hubiera llamado a su polla de esa forma fue uno llamado "La estaca ardiente" en la que un tío se follaba a sus dos primos gemelos una noche en la que se quedaba a dormir en su casa.

Ese fue mi primer contacto con el sexo homosexual y aunque solo fuera por escrito me calentó tanto que me tiré toda la semana cascándomela una y otra vez mientras leía y releía esa historia.

La última vez que vi al soldado por mi casa fue ese viernes y al cruzarme con él por el pasillo me devolvió una sonrisa cómplice. Debía haber encontrado ya bajo su cama otra revista que contenía los calzoncillos limpios y planchados y una nueva nota dentro de ellos:

-Gracias por la revista, la añadiré a mi colección. He de confesarte que no he comprado nunca ninguna ya que me da corte acercarme al quiosco por si el hombre que lo atiende me pregunta por mi edad y eso. Sé que si se lo termina diciendo a mi madre me moriría de la vergüenza, así que solo tengo esta pequeña colección que un cliente se dejó olvidada bajo su cama hace tiempo.

En cuanto a los calzoncillos,… no entiendo porque me los has regalado ya que me los probé y me están grandísimos. Tampoco creo que fueran para limpiarme después de hacerme una paja ya que estaban tan pringosos y acartonados que no creo que fueran capaces de seguir almacenando más semen.

Con esto di por zanjado para siempre el incidente de los calzoncillos y me termine olvidando de aquel militar y de su estaca ardiente.
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2015-10-28
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