LA DAMA DE BLANCO - LA DIOSA GATA

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LA DAMA DE BLANCO - LA DIOSA GATA

Se inspira en parte en la vida y obra de mi Maestro Cándido Víctor D. Prado quien tuvo una Guía mujer que lo trasladó y lo hizo vivir en mundos paralelos y le transmitió enseñanzas maravillosas.

Quien puede decir si estamos vivos o estamos muertos, si éste mundo es real o es solo un sueño (Maya), una ilusión del que despertaremos algún día. Cada uno tendrá su opinión, pero cuando narre lo que pasó, sabrán mi opinión al respecto

La sexualidad es sin dudas la fuerza más poderosa que existe en la Naturaleza, y permite la reproducción de los individuos de una especie. Tanto que muchas veces supera e inhibe al instinto de conservación que es la fuerza básica que está presente en todos los seres vivos y es responsable los infinitos modos de adaptación que han desarrollado los seres vivos a lo largo me miles de millones de años. Así a medida se van haciendo más complejos, su estrategia reproductiva se va haciendo también más complicada, por ejemplo en el ser humano, el instinto sexual está activo todo el año y no solo en época de celo además de la reproducción, la sexualidad sirve para estimular el placer y otras funciones como ser ayudar y apoyar al instinto de conservación. Pero en el hombre hay otra fuerza terrible que es su instinto guerrero de posesión de bienes, de esclavizar a sus congéneres, que hoy está tan fuerte como hace miles y miles de años. Y ha destruido familias, amistades, sentimientos, amores, tronchado vidas, dejado novias llorando desconsoladas, y en los Archivos Akásicos, hay historias inconclusas que es necesario se neutralicen para que los protagonistas lleguen al descanso eterno.

Yo soy Roberto y ese día, como todos los hábiles de semana me dirigí caminando a mi trabajo en una agradable y fresca tarde de octubre (primavera en el hemisferio sur) El sol había bajado, una neblina extraña cubría la calle iluminada solamente por la luz artificial de alumbrado y los pocos autos o carros y transeúntes que aparecían eran fantasmas que cruzaban silenciosos a mi lado. Ya estaba acostumbrado, ganaba buen dinero, y el esfuerzo de ir y venir a mi trabajo no era mucho (10 15 minutos caminando) y yo disfrutaba andar esas cuadras, tenía que pasar unos largos minutos al lado de la reja del camposanto o cementerio, que a esa hora estaba cerrado, silencioso y solitario. Siempre he sido y soy algo fantasioso, y ahora a mi veintena hacia la treintena, era como si había aumentado mi percepción de los mundos extraños, algunos increíblemente bellos, praderas verdes, flores de todos los colores, pajaritos que trinaban, y cuyo canto es el sonido musical de una orquesta mágica.

Y otros mundos demoníacos donde animales y demonios tenían y tendían sus tentáculos listos para atrapar y enviar a los infiernos a los ingenuos desventurados que caían en sus garras fascinados por su canto de sirena, especialmente los pecados que derivados de hundirse en la sexualidad desenfrenada, que como caballos desbocados destruye reputaciones, familias y sociedades. Pero realmente no tenía miedo ni me interesaba conocerlos ni platicar con ellos, pues ellos y yo estábamos donde Dios nos puso y cuando Él lo decidiera me iría cantado bajito, haciendo mutis por el foro.

Estaba solo sin pareja, no me consideraba atractivo, alto 1 70 con 70 kilos, piel blanca, pelo algo rojizo y lo destacado son ojos verdes que vienen de mis ancestros maternos, de mi amada madre, soy algo musculoso por el gym, pero nada especial para las mujeres. Quizás mi personalidad las ahuyentaba, pero a lo mejor alguna vez, una se sienta atraída por mí y por supuesto yo me sienta atraído por ella. Lo cierto es que venía de una experiencia amarga, Hacía un año una mujer joven se acercó a mí, Yo era soltero, buen sueldo y casa propia. Y Áster una ex compañera de escuela que reencontré en una fiesta de ex compañeros de colegio, seguramente vio la oportunidad de echarme redes y yo por mi inexperiencia e ingenuidad acepté salir con ella.

La verdad me sentía muy bien con Áster, era no muy alta, delgada, blanca, cabello rojizo, tetas chicas (como a mí me gustan), culo redondeado, buenas piernas, buenas caderas, sonrisa simpática y linda figura. Cuando ella llegaba salía el sol, siempre alegre, simpática y dispuesta a ayudar y en fin, irradiaba tanta aureola dorada que me deslumbró. Estaba llegando el verano y me propuso ir juntos a la costa del mar, haciendo coincidir las vacaciones de ambos, lo que me pareció bien, reservé quince días de hotel, dos pasajes en avión y todo eso me salió una pequeña fortuna sin que Áster amagara siquiera compartir algo del total. Pero yo como dicen, el amor es ciego, por lo que no reproché ni hice comentarios desagradables. Lo cierto es llegamos al hotel nos asignaron habitación y fuimos a cambiarnos. Ya dentro de ella Áster me dijo estaba cansada del viaje e iría a dormir después de pedir en el cuarto una pequeña merienda. Yo fui al baño y tuve que masturbarme y correrme o acabar dos veces, cosa que no hago nunca, para bajar mi deseo y poder dormir. Lo cierto y para hacerla corta no tuvimos relaciones sexuales durante la estadía y al volver nos despedimos, ella me abrazó efusivamente y yo esperando nunca más volver a verla.

Aún estaba maldiciendo ser tan ingenuo, y por ello la única persona que visitaba era Consuelo una mujer mayor, de edad indefinida algo gruesa, morena, de pelo blanco que tenía una hija o sobrina no sé, de 20 a treinta años que vivía a pocas cuadras de casa. Con Consuelo solía tomar el té en su casa, y me regalaba con algunos pasteles que horneaba, En algún momento quise darle dinero pero se negó terminantemente. La hija o sobrina se ocupaba de los quehaceres de la casa, con diligencia y amabilidad y era respetada por los vecinos.

Las conocía hacía poco tiempo. Fue una época del fin del invierno que aunque me sentía bien físicamente tenía terribles dolores de cabeza y pesadillas continuas, despertaba a la noche y en la oscuridad recordando un sueño recurrente, detrás de un velo espeso veía un dormitorio iluminado tenuemente por la luz de unas velas, con una gran cama matrimonial y una mujer hermosa cuyo rostro estaba borroso, desnuda con su ropa tirada al costado teniendo sexo, yo intuía la expresión del rostro de la mujer era muy triste, casi sollozante, como sabiendo de antemano su amante no retornaría de la campaña guerrera que debía participa acariciándose y besándose furiosamente con un hombre joven que la abrazaba, acariciaba y se besaban desesperadamente, muy cerca se veía la ropa del hombre como si fuera un uniforme antiguo, y de pronto el velo se ponía opaco y la escena se oscurecía y despertaba aterrado. Aunque debo reconocer en una pareja sin placer no existe un amor verdadero e integral sin sexo, en la Edad Media el amor caballeresco, platónico a la distancia tuvo muchísima popularidad, caso de Eloísa y Abelardo y la devoción de parejas que no pudieron o interrumpieron su amor físico por muchas razones, entre ellas las guerras de las Cruzadas que dejaron viudas inconsolables por todas partes.

El médico me dijo él no podía curar esas jaquecas. Y me sugirió consultar a la señora Consuelo que era algo curandera, psicóloga, médium y otras yerbas y por lo menos iba a tener otro enfoque, me dio la dirección y el teléfono nos despedimos y me fui.

Dudé algo, hoy siglo XXI un médico me indique una médium era algo extraño pero no perdía nada y una tarde que no tenía que trabajar llamé por teléfono para consultarla. No era lejos de casa y a la hora convenida llamé a la puerta, me recibió una joven piel blanca, cabello negro corto, buena figura, tetas pequeñas, buenas piernas y caderas poco desarrolladas, zapatos sencillos, vestido gris discreto a media pierna, que sonrió amable y me invitó a pasar, El perfume dulzón de incienso y similares me invadió y comenzó a impregnar mi nariz, la sala estaba pintada de verde claro con una luz difusa en la pared daba al conjunto un aspecto irreal y fantasmagórico. La habitación era lujosa, lo que contrastaba con el modesto aspecto exterior de la vivienda. Había repisas con objetos de porcelana de primera calidad, una mesa de madera con un florero con flores frescas en el centro y cuatro sillas. La niña me invitó a sentarme, me pidió permiso para irse y me dijo al despedirse -- La señora Consuelo ya viene y podrá consultarla -- Levantó una cortina gris y salió.

Quedé solo en la sala y aproveché para mirar alrededor había un cuadro con la pintura de una mujer vestida a lo egipcio, con cabeza de gato cuyos ojos parecían seguirme, tenía una repisa en la pared con dos varas de incienso prendidas, cuyas brasas volcaban el humo aromático al ambiente. La cortina se levantó y apareció la señora Consuelo, me extendió la mano para saludarme, se sentó frente mío y me miró fijamente con ojos magnéticos que me intranquilizaron un poco, y me preguntó el por qué de la visita. Le respondí me enviaba el médico pues tenía frecuente dolor que me partía cabeza. Ella sonrió y dijo -- Ya sé por qué está aquí, su aura está oscurecida a nivel de su cabeza, hay un bloqueo inconsciente que viene desde hace mucho tiempo, puede ser desde encarnaciones anteriores, o en otros universos paralelos al nuestro, yo no lo sé.

Y agregó -- Tendría que tratar de focalizarlo, quizás sea una deuda familiar o sentimental, algún amor frustrado y doloroso o que quedó trunco por alguna causa. -- Le contesté un poco extrañado --- No soy tan vanidoso para creer que puedo enamorar a una mujer -- A lo que Consuelo respondió -- Usted no sabe quién fue ni en qué año vivió, no se menosprecie, los Dioses conocen y dictan nuestro pasado y nuestro futuro, Le recomiendo trate de visualizar, mentalizar e imaginar su pasado. Si el dolor no cesa o se magnifica llámeme a cualquier hora por favor --

En eso reapareció la joven con una bandeja, dos tazas, una tetera y un plato todos de porcelana fina, con bizcochos dulces y salados que nos sirvió diligentemente. Hecho esto se retiró y volvimos a quedar solos, El té y los bizcochos estaban deliciosos, Consuelo dijo -- Los horneé yo misma, espero le gusten -- Los probé al igual que el té y los encontré riquísimos, tenían algo singular e indefinido pero muy grato al olfato y al paladar. Le dije que estaba sorprendido por las exquisiteces que me obsequiaba, a lo que me contestó -- Es una prueba de mi aprecio por usted -- Fue algo que no entendí ese momento. Y al terminar el té se levantó, se despidió y me dijo – Isthar lo acompañará a la salida -- Reapareció la joven y la observé mejor, era casi de mi estatura, tetas pequeñas erguidas (como me gustan a mí) piernas gruesas, manos medianas cintura delgada y la rodeaba un aura dorada que a veces chispeaba y enceguecía al que la miraba.
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En la calle se notaba el fresco del atardecer y comencé a caminar hacia mi casa, el dolor de cabeza había desaparecido como por arte de magia. En eso a lo lejos, cruzó la calle iluminada por el farol, vi caminando a una mujer joven vestida de blanco que se perdió en la oscuridad, cosa que me extrañó bastante pues la zona es solitaria a esa hora, pero no le di importancia.

Al otro día al atardecer salí de casa y comencé a caminar hacia mi trabajo y cuando iba pasando al lado de la reja que bordeaba el cementerio, de pronto una niebla intensa me invadió lo mismo que a la calle, en ese momento frente mío apareció una joven rubia piel blanca, ojos marrones, caderas delgadas pero sensuales, vestida con un vestido de verano escote en V a media pierna, zapatos también blancos tacón bajo que hacía un conjunto agradable. Me dijo -- Me llamo Ella por favor si me puedes acompañar a mi casa que está cerca, pero está oscuro y tengo miedo de andar sola.-- Me di vuelta a mirar alrededor, iba a decirle algo. Pero la niebla se hizo espesa y aunque la busqué a mi alrededor no la pude encontrar.

Dos días después, la tarde era algo cálida por la cercanía del verano y yo tuve la intuición que otra vez se iba a repetir una situación extraña para mí, o sea me iba a encontrar con una mujer desconocida que me pediría un favor. Cuando apareció compungida no tuve a fuerzas para negarme aunque todo era insólito, le dije iba al trabajo y contestó -- Por favor son pocas cuadras -- Fuimos caminando por una trasversal del cementerio cruzando la plaza, ya era de noche casi sombría, a lo lejos se oían las campanadas del reloj de la iglesia, sabía eran siete pero, Sólo conté tres y no más. Llegamos, ella abrió la puerta y me invitó a entrar, prendió la luz que iluminó difusamente una pequeña sala con un sofá cerca de la pared. Entramos cerró la puerta y pegó su cuerpo al mío, sentí sus pezones de sus tetas pinchando mi pecho, subió sus labios, me besó intensamente con lengua, primero quedé perplejo y luego le devolví furiosamente la caricia. Su vehemencia me sorprendió pero no pude reaccionar.

Nos acariciamos suavemente, cuando me di cuenta, ella se había desnudado, veía toda su blanca figura con su vagina y vello vaginal rubio muy tenue, ofrecidos para mí, me acarició el pene con sus manos, mi leche comenzó a caer en gotas al suelo, se arrodilló y me chupó con fuerza tanto que le dije -- Por favor más despacio que me duele -- Me pidió perdón y siguió así hasta que acabé o corrí en su boca y su cara. Lamió la leche y me dijo -- Qué rica es tu leche, tú eres todo un hombre -- Y acto seguido siguió susurrando -- Ahora necesito me entres primero por atrás y después por adelante -- Me senté en el sofá, abrí las piernas y ella puso la punta de mi pene en su ano y fue bajando lentamente hasta que entró todo y sentí sus glúteos en mi vientre, la sensación fue maravillosa, cuando movió su cadera en forma circular creí alcanzar el cielo, fue algo mágico, amor, deseo, sexo, fantasía... Y en eso me susurró vehemente, ¡¡Me corro, yo acabo!! Y lo mismo hice yo, el chorro de leche en su intestino la hizo saltar para arriba y gritó de pasión y placer. Y en la misma posición sin dejarme descansar comenzó a pajear mi pene hasta que quedó erecto de nuevo, entonces lo introduje en su vagina o coño y escuché un gemido de placer cuando entró, luego ella comenzó a subir y bajar mientras yo le apretaba las tetas, y acabé o me corrí solo unas pocas gotas, nunca fui muy sexual y estas fueron tres o cuatro acabadas o corridas en poco tiempo, por lo que quedé agotado despatarrado desnudo en el sillón, ella salió, volvió con una toalla y me limpió prolijamente, me dijo -- tenemos poco tiempo, apura a vestirte o llegarás tarde al trabajo –- ella también se vistió, fuimos a la puerta me despidió con un beso en los labios y la mejilla y me susurró al oído -- Adiós amor mío --

Ya en la calle en la atmósfera húmeda y fresca de la noche primaveral, las estrellas brillando en el cielo, seguí contando las campanadas, cuatro, cinco, seis y siete -- Estaba confundido había tenido una sesión interminable de sexo con una hermosa mujer -- Y no pasó más de un segundo entre que comenzamos y terminamos. Era incomprensible pero no me tomó desprevenido, más después de ver a Consuelo entendí en este universo lo imposible puede hacerse posible y real, Seguí caminando hasta mi trabajo y me negué a seguir pensando en lo que me pasó, así que fui rápido para no llegar tarde.

Y al otro día llamé por teléfono a Consuelo, me saludó, le conté lo sucedido y me pidió vaya a la mañana, pero me atendería en vez de ella la joven Isthar. Me pareció muy bien, casi al despedirse me dijo -- Esta tarde cuando vayas al trabajo lleva unas flores blancas -- Y cortó la comunicación. Confuso y sin entender nada salí a comprar las flores pero iba pensando, esto era cada vez más incomprensible y absurdo.

A la tarde me dirigí a trabajar y como el día anterior una niebla espesa empezó a envolver la calle, la vereda y todo a mi alrededor, distinguí la reja del cementerio y seguí caminando sin temor, quizás sentía una Fuerza Superior me estaba guiando, de pronto de la nada brotó Ella con su figura hermosa, delgada, espigada vestida toda de blanco, me dio un largo beso en los labios, nuestras lenguas se soldaron frenéticas, se apretó a mí y me preguntó cómo estaba y si me gustó nuestro encuentro sexual. Le dije fue maravilloso y le agregué me gustaría repetirlo. En la semi oscuridad vi a sus ojos brillar con sonrisa pícara, pero me contestó con tristeza -- A mí también me encantaría pero dentro de muy poco tendré que irme -- dijo sollozando -- Y no sé si pasará un tiempo antes que volvamos a vernos o si nunca más nos veremos --

El dolor en mi pecho se hizo insoportable, le contesté muy dolido con el corazón roto -- Te extrañaré muchísimo, mi destino es siempre perder el amor de mi vida -- Me dio un beso apasionado en los labios mientras me rodeaba el cuello con sus brazos y empujó sus tetas sobre mi pecho. Con tristeza me separé de ella, le entregué el ramo de flores blancas que hicieron juego con su vestido, me agradeció emocionada, dio media vuelta y se perdió en la oscuridad de la noche -- Volví a mi mundo a escuchar las cuatro campanadas que faltaban y apuré el paso para llegar a tiempo a mi trabajo, me di cuenta que salté desde la dimensión extraña donde estuve con Ella y caí en esta terrenal, en mi realidad cotidiana.

Al otro día la verdad no estaba para nadie, sentía mi corazón iba siendo desgarrado milímetro a milímetro, con una navaja filosa y ardiente, y me juré no volver a mirar y a huir de las mujeres, a mí me era imposible no sentir amor en un acto sexual y por ello no más mujeres en mi vida. Recordando uno a uno los detalles de lo sucedido con la dama de blanco llegué a la conclusión yo estaba fuera de época y lo mejor era seguir solo mi camino. La verdad soy un romántico empedernido y el solo hecho de pensar alguien perdió sus esperanzas, su juventud y dejó una mujer, madre novia o esposa, viuda y llorando sin consuelo por haber caído en una guerra, me ponía muy triste, era como si yo fuera una parte infinitesimal de ese dolor universal que había vivido quizás algún antepasado mío, aunque no tuviera relación personal con ellos.

Estaba desayunando temprano sintiendo el aroma del café y las tostadas, cuando sonó el teléfono, la pantalla se iluminó, y leo “Isthar” Me pareció extraño me llamara y me preguntó si a las diez horas podíamos vernos en la vereda de la puerta del cementerio a lo que contesté -- Estoy de acuerdo por favor se puntual pues tengo que terminar cosas del trabajo --

La mañana era soleada, pocas nubes y una brisa agradable nos refrescaba y acariciaba, Isthar llegó puntual, joven piel blanca, cabello negro corto peinado suelto, con un vestido gris azulado, mangas cortas, poco escote, pocas tetas erguidas pezones en punta, caderas angostas, largo a medio muslo, dejando ver sus piernas gruesas, zapatos sencillos. El conjunto era agradable, simpático, sensual y me di cuenta la muchacha irradiaba un halo dorado aunque para captarlo había que tener sensibilidad especial. Nos saludamos me dio un beso en la mejilla, se colgó de mi brazo, era algo más baja que yo, y comenzamos a recorrer el camino que hago todos los días, yo disfrutaba su cercanía, de su suave perfume envolvente, delicado pero embriagador, al llegar a la plazoleta que está frente a la puerta del cementerio se detuvo muy seria y apretó mi brazo, yo la miré con mirada interrogante, ella con la vista guió mi mirada. Allí en la punta del cantero entre las plantas y las flores ¡¡Estaba el ramo de flores blancas que la noche anterior obsequié a Ella!! Y mirando a lo lejos donde estaba la casa ¡¡Realmente había un baldío lleno de yuyos!!

Casi sufro un ataque al corazón las piernas se me aflojaron, me apoyé en ella pero fue solo un instante, seguimos caminando, doblamos por la trasversal hacia la casa de Ella. Y nos topamos con el baldío, yo no lo podía creer, lo sucedido fue vívido y real podía jurarlo. Isthar me apretó el brazo y me sostuvo mientras yo trastabillaba y casi caía, y le pregunté aterrado -- ¿Entonces lo sucedido fue un sueño? – Me contestó sonriendo y mirándome con sus profundos y magnéticos ojos marrones -- Ella es una mujer con la cual tuviste una relación muy intensa fue un amor pasional al máximo, que se truncó porque fuiste a la guerra, una guerra feroz y despiadada. Aquella noche fue vuestra despedida. Y nunca más volvieron a verse. Vuestro amor fue tan fuerte que necesitó consumarse y apagarse totalmente venciendo el tiempo y los universos y ahora ambos deshicieron el vínculo y se han despedido en paz. Así tú podrás elegir y encontrar si los Dioses quieren, una mujer que te acompañe por la vida y lo mismo será para ella.

Así termina mi aventura con la Dama de Blanco y narraré la que viví y vivo con una mujer perteneciente a la Cofradía de Seguidoras de la Diosa Gata

Digamos a modo de introducción, en las antiguas ciudades Nínive y Babilonia adoraron a la Diosa Mujer Gato Isthar cuando las sociedades eran matriarcales o sea gobernada por mujeres y en esa época las remotas tierras más allá de las hoy Grecia y Turquía vivió el pueblo de mujeres guerreras, Amazonas cuyos restos y reliquias están en varios museos.

Me dio muchísima tristeza por Ella y su destino cruel pero me alegró pues pudo equilibrar la balanza de su vida en ésta o en otras dimensiones donde quizás encontraría el amor y alguien que la merezca. Isthar no dijo nada como respetando mi silencio y mi dolor, un momento después dimos media vuelta, y debido que era casi mediodía decidimos comer algo en algún bar, paré un taxi llegamos al centro comercial, Isthar estaba prendida a mi brazo y no parecía querer soltarme, llegamos, pagué el viaje, salimos y comenzamos a caminar, ella siempre colgada de mi brazo, la observé sin disimulo, el nacimiento de sus senos muy atractivo, lo mismo que cintura fina que continuaba en sus caderas suaves. Para asegurarme era real continuamente a cada momento la miraba de reojo.

En un momento me preguntó -- ¿Qué pasa me miras tanto? -- Yo siempre ingenuo contesté -- Me fascina tu mirada, la expresión de tu rostro, es magnético, es un imán y me animé a seguir -- Te agarraría tus senos diminutos y los estaría acariciando hasta cansarme y cansarte

Entramos en bar bastante elegante, las mesas dispuestas estratégicamente, música suave, algunas plantas con flores y la gente parecía contenta. Nos sentamos alrededor de una mesa en el fondo el mozo llegó en seguida y trajo la carta con el menú.

Isthar sonriente y me dijo -- ¿Te parezco rara o extraña? -- Y le dije la verdad -– Eres la mujer más dulce y apetecible que he conocido. No entiendo como todavía estás soltera y sin novio -- Y ella contestó sonriendo pero firme -- No ha llegado todavía el indicado -- Llegó el mozo, pidió ensalada vegetariana y flan de postre y yo fideos con aceite de oliva y flan, dos gaseosas y café para dos.

El mozo trajo los platos y comenzamos a comer -- Está bueno tal vez sea por la compañía -- dijo con picardía levantando los ojos hacia mí, y muy animada comenzó a hablar -- Vivo con mi tía, ambas tenemos podres psíquicos y físicos y tratamos de ayudar a los que necesitan y tienen dolencias de diagnóstico difícil, explicar circunstancias extrañas como el caso tuyo. Todo ello sin estridencias ni publicidad, no queremos nos tilden de curanderas o brujas. Aunque lo somos --

Lo último lo agregó susurrando e inclinándose hacia adelante.-- Fuera de eso soy una mujer completamente normal con mis ansias, necesidades y defectos como cualquiera otra, frecuento algunas amigas de infancia y algunas otras que después te explicaré -- No dijo nada más y por respeto y cortesía no insistí.

Pagué la cuenta, nos levantamos y salimos, ella siempre colgada de mi brazo y yo mirando sus senos desde arriba, lo que parecía agradarle, caminamos mirando vidrieras y finalmente paré un taxi y la llevé a su casa, se despidió con un beso en mis labios. Y juro fue la sensación más hermosa que tuve nunca.

Por una semana no la vi ni la llamé, la vida siguió su curso y seguí en las tardes yendo a trabajar pensando alternativamente en Ella y en Isthar, todo era tan extraño y confuso que evalué pedir traslado a alguna sucursal en otro pueblo. Y como corolario, cartón lleno, hablando de Roma, cuando iba a trabajar se iluminó la pantalla y el celular sonó pues me llamó por teléfono Áster para disculparse de su mal comportamiento y ver si podíamos vernos de nuevo, pero recordando lo sucedido en nuestro anterior encuentro no me hice muchas ilusiones. Le dije esta semana estoy ocupado pero te llamo el viernes y quizás podamos ir a tomar algo. Quedamos así, todo acordado y pensé tener alguna distracción ya que el recuerdo amargo de Ella había quedado definitivamente atrás y sabía no podía engancharme con Isthar que parecía era una mujer complicada y muy fuera de mi alcance.

Esa tarde decidí ir a escuchar un concierto de música de cámara en el teatro de la ciudad, el espectáculo fue muy agradable, el teatro lleno, al salir tenía en mis oídos todavía los conciertos de Listz y fue tan agradable que entré en un bar y pedí un café doble con algún bizcocho, me preparé para degustar, bebí un sorbo y entonces el bullicio del ambiente y la conversación dejaron de oírse, una niebla espesa cubrió el lugar. Sin comprender miré a mi alrededor, y vi que la niebla se disipó, el lugar y el café eran los mismos, pero los parroquianos y el ir y venir eran muy distintos por lo que me levanté rápido y busqué la salida.

Me di cuenta y supe estaba en otra dimensión o en otro tiempo y en consecuencia mi dinero no servía y no quería el mozo o un policía me detuvieran por no pagar. Respiré aliviado al salir abriendo la puerta de entrada de cristal y ya en la calle miré a mi izquierda y mi derecha sin que pareciera haber algo de interés, los que cruzaba no sabía si entenderían mi idioma así que decidí caminar solo, a cincuenta metros vi una construcción grande blanca como si fuera una iglesia o algo así, me dio curiosidad, era enorme muy lujosa de mármol blanco con detalles de mosaicos verde y amarillo oro principalmente. Estaba abierta y escuché a alguien que me dijo -- Es el templo de la Diosa Isthar, puedes entrar si quieres, es muy visitada por los devotos --

Quedé frío, era la Diosa que en la Tierra fue venerada ya hace muchos siglos en la antigua Babilonia y en el Egipto, en cambio en ese mundo era quien regía en este momento. Me incorporé a un grupo que parecían turistas, y entré con ellos, quedando atrás para admirar la arquitectura, las blancas columnas, los altares, los candelabros con velas encendidas, el penetrante olor del incienso, y el altar principal en el cual se destacaba una enorme estatua de mármol, de una mujer con cabeza de gata. A sus pies un hornillo con incienso y madera aromática encendida y varios ramos de flores y canteros con plantas de todo tipo le daban aspecto irreal al lugar.

En el frente en el altar una mujer madura alta de figura imponente con capa color verde recitaba una letanía, levantó ambos brazos y anunció a los presentes --¡¡Hoy es el festival de la Luna Llena y se realizará en jardín que está detrás. Comenzará a 20 horas cuando la Luna vaya saliendo y durará hasta las 23 horas!! Gracias por su atención --

Salió por una puerta lateral, miré mi reloj y eran las 19 horas, tuve curiosidad por saber que era y ver el festival. Entre la multitud vi a mi lado a una mujer joven y bonita vestida con una túnica blanca sobre sus ropa, la miré de reojo y reconocí a ¡Áster! Quien me tomó del brazo y me comentó:

--Hoy es el festival de la Luna Llena y se reúnen las parejas desde 20 a 50 años en el jardín sagrado, las que no tenemos pareja podemos participar igual, solas o con alguien que nos interese ¿Te gustaría acompañarme? – Me dijo y yo por supuesto acepté gustoso. Salimos y enfilamos hacia el jardín donde habían varias parejas vestidas con túnica blanca que charlaban animadamente, al llegar nos sentamos en un banco de plaza algo apartado y en penumbras.

Áster estaba realmente muy linda, igual a la terrenal, La verdad me sentía muy bien con ella, era algo más alta que yo, delgada, blanca, perfumada con esencia exótica, cabello negro lacio peinada hacia atrás tipo cola de caballo, tetas pequeñas, buenas caderas, piernas gruesas sonrisa simpática y linda figura, lucía pantalón jean azul y camisa gris, zapatillas también azules llevaba una cadenita al cuello con la silueta de la diosa gata. Me explicó que al comenzar el festival debía desnudarse y vestirse solo con la túnica blanca.

-- Pareces extranjero así que te comento. Aquí en este país gobiernan las mujeres, tanto en el hogar como en todas las ramas de la sociedad, las solteras y sin hijas son mantenidas por el Estado. Las hijas reciben la fortuna familiar, en cambio los hijos hombres deben contentarse con tareas secundarias --

Cuando llegaron las 20 horas apareció la mujer de la capa verde, miró al oriente a la Luna que ascendía, pidió protección para todos y declaró abierto el festival. -- Un alarido de júbilo se elevó de la multitud, Áster me explicó la Diosa bendecía a las que procreaban ese día y en ese lugar, mientras alguna parejas estaban ya en el suelo desnudas sobre grandes lonetas, abrazadas, besándose y copulando, teniendo sexo o lo que sea. Áster comenzó también a desnudarse mostrándome su intimidad, sus pechos con pezones marrones en punta ideales para ser besados sin tiempo, sus axilas y su vagina depiladas con muy poco de suave vello negro.

Y en ese momento comenzó a soplar viento muy fuerte, la miré aterrado igual lo hizo ella y me tendió sus brazos para que la sujete. Me dijo -- ¡¡Agárrame que el viento me lleva!! -- Y la niebla gris espesa volvió inundar el lugar y cerré los ojos desesperado llamándola. Cuando los abrí escuché el murmullo de la gente del bar y los automóviles de la calle, yo estaba de nuevo en mi mundo, respiré aliviado y triste a la vez, comprendí mi ligazón Kármica con Áster la joven simpática y atractiva que fue mi compañera de escuela y había reaparecido recientemente.

Comencé a caminar, me olvidé del concierto, por mi mente pasaban las difusas escenas de los últimos días, Consuelo, Isthar, Ella y ahora se agregaba Áster, la frutilla del postre, cartón lleno, vi claro la inexorabilidad de mi destino, soy astrólogo y tengo percepción aguzada y por lo que un relámpago de comprensión me invadió. Me gustara o no, yo fui elegido por las Diosas para acompañar a una de sus hijas y comprendí, si me negaba a esta función podía estar en juego mi salud y quizás mi destino futuro en los sucesivos universos. El resultado era ambivalente, me sentía honrado por ser elegido pero por otra parte estaba furioso por tener que obedecer a mujeres y además obligado a engancharme con una que ni siquiera elegí, la cual pariría una niña o un niño mío .

Pero la pregunta era ¿alguna vez concretaría con Áster? Recordé lo que pasó con Ella y con la misma Áster en aquel universo paralelo, allí siempre quedé a media agua y en éste ¿Quién garantizaba no pasaría lo mismo? O quizás para seguir con el tormento de Tántalo aquí también debía perderla. Entonces no estaría siendo objeto de una bendición sino de una maldición, y volví a recordar al infortunado Tántalo sin poder avizorar cómo podía cambiar mi destino.

Decidí consultar a Consuelo. Le pedí una cita para comentarle mis experiencias – Y quedamos la vería al otro día en su consultorio, mientras tanto repasé los acontecimientos y finalmente con la mente agotada traté de distraerme pensando en la música de Listz, pero sólo lo conseguí a medias. Todo era muy complicado y confuso.

Al otro día llegué puntual a la Casa de la Sra. Consuelo, me recibió una joven que no conocía que me hizo pasar a la sala y esperé de pie apareciera la Sra. Cuando llegó nos saludamos y sentamos, ella me miró con actitud de complicidad, evidentemente yo sabía de ella y sus actividades mucho más que la mayoría de los mortales. Me preguntó como estaba, me dijo me notaba robusto y saludable pero algo nervioso, si bien mi aura dorada se estaba volviendo rojiza en mi zona ventral. Esto quería decir yo estaba madurando sexualmente y sería bueno buscara una mujer.

Yo le dije conocía su secreto, la Cofradía de Mujeres devotas de la Diosa Isthar, y sabía ella seguramente era una de las sacerdotisas. Además yo sabía mis relaciones frustradas con Ella y Áster eran Kármicas y que quizás yo tuviera que fecundar a una cófrade cosa que me alegraba y me aterraba a la vez. Lo que me extrañaba era no haber descubierto antes mi percepción de mundos diferentes, aunque era una cualidad que no parecía servirme para nada y solo me perjudicaba y confundía.

Me contestó con cierta seriedad, -- En general las jóvenes se van formando con las maduras y cuando están listas son enviadas a diócesis que las necesiten, como Isthar que hoy está en el extranjero, y la ha reemplazado una novicia, Ana que lo recibió. En cuanto a su pregunta, usted es libre de aceptar o renunciar a la paternidad, no somos Dios para obligar destinos, pero si acepta se obligará a cuidar del niño o la niña hasta que cumpla 18 años de edad.

Además su madre o sea la mujer que usted libremente acepte será la mejor, más inteligente, apasionada y discreta compañía que jamás podría pedir, un verdadero regalo de las Diosas que deberá cuidar como la niña de sus ojos. Tenga muy en cuenta será su elección libre pero si acepta deberá cumplir, ya vio lo que le pasó en el pasado cuando quiso torcer su destino.

Finalmente me dijo -- Aunque eso no era secreto, no era bueno andar pregonándolo, Usted sabe, somos un núcleo de mujeres casadas y solteras, algunas con gran poder político o económico y otras como yo que guiamos a la gente que necesita consejo, o padece algún mal o busca medicinas alternativas. Todas tenemos buen pasar, no nos podemos quejar ni sufrimos necesidades -- Y añadió -- Recuerde que la Diosa Isthar rige el vivir bien, el placer, la lujuria y en general lo que sería “La buena vida” tanto espiritual como material pero en las relaciones no aceptamos la homosexualidad, ni la infidelidad ni la promiscuidad. Odiamos la miseria y las enseñanzas de miseria, que son lo contrario de nuestros valores -- Y terminó diciendo -– Por favor espéreme y traigo el té.--

Cuando volvió con la bandeja, depositó sobre la mesa la tetera, las tazas y platos de porcelana finísima con cubiertos de plata, y las deliciosas golosinas hechas por ella, que tenían esencias exóticas imposibles de conseguir en el mercado. Degustamos el té que comprendí era de máxima calidad, y como quien no quiere la cosa, le pregunté -- ¿Dónde y cuando sería el próximo festival de la Luna? -- Me sonrió con picardía y me contestó -- Ya lo sabrá, seguro recibirá invitación especial con anticipación -- y nos echamos a reír.

Yo sabía en ese festival “alguien” me tomaría del brazo, se tendería en el pasto desnuda, se abriría de piernas y me ofrecería su coño o vagina para que la fecunde (Yo pensé, si acepto, ojalá además de una vagina circunstancial consiga el Amor, pero no dije nada) Seguimos departiendo un rato hasta que finalmente me levanté, la saludé y me despedí. Y salí caminando para ir hacia casa pues estaba cansado de pensar y de mis circunstancias personales.

Y casi enseguida apareció en la pantalla del teléfono un mensaje “Áster” que decía “Me gustaría verte, quisiera disculparme, me porté muy mal, te valoré muy erróneo, quisiera saber si me acompañarías el próximo domingo a un evento particular. Por favor contesta. Quiero antes proponerte algo” -- La verdad no era lo que más me entusiasmaba y no había previsto ir ni acompañar a alguien y menos a Áster, a algo que ni sabía si me gustaría. Áster me contestó que quería hablar personalmente conmigo, no le gustaba eso de andar con mensajes, podíamos encontrarnos en algún bar cercano a su casa por ejemplo el bar “Las Rosas”, en el que aunque siempre había turistas, era amplio y cómodo y podíamos hablar tranquilos. Así que la cité el día sábado a 18 00 horas que era de sol todavía y algo fresco, aunque el verano se acercaba a pasos agigantados en Buenos Aires y la temperatura comenzaba a subir.

Pero de pronto se me hizo la luz ¡¡Me estaba invitando al Festival de la Luna Llena!! O sea que en principio si no pasaba algo raro sería Áster la mujer que las Diosas destinaron para mí -- ¡Dios mío entonces nuestra experiencia anterior fallida fue debido a nuestra inexperiencia y desconocimiento y se esperaba en esta vida finalice nuestra historia! --

Como siempre y como era de esperar la cabeza terminó doliéndome horriblemente.-- Ahora sabía que las Diosas me habían elegido hacía mucho tiempo, quizá miles de años, pero no pudimos concretar por alguna causa Kármica desconocida para mí pero me estaban proponiendo una nueva oportunidad, y quedaba en mí aceptar o no. Si aceptaba equilibraría mi Karma y como bono extra recibiría una mujer singular, que tenía todas las virtudes femeninas para hacerme feliz. Quizás para siempre y por siempre en éste y otros mundos. O rechazarla y seguir peregrinando, haciendo mi camino solitario, como hasta ahora. Pero no quise prejuzgar, ni siquiera conocía a Áster íntimamente, así que creí lógico verla y ver qué ofrecía y así tomaría la decisión más importante de mi vida.

El sábado a la hora convenida yo estaba sentado en una mesa algo apartada de la entrada, cuando vi a “la nueva” Áster que abría la puerta de entrada de cristal y entraba al local. Estaba vestida con una camisa gris algo suelta, sin corpiño, los botones superiores desprendidos que mostraban bastante las tetas pequeñas de pezones parados en punta, pantalón azul de jean de tiro corto que marcaba sus caderas y su lindo culo, zapatos cerrados tacón medio, negros. Su figura era elegante, no muy sensual pero con el “algo” que tienen las mujeres especiales. Sus rasgos eran regulares y sus ojos marrones transmitían mucha dulzura algo así como una niña mujer, pelo rubio estaba estirado con cola, (igual que la otra) y sus labios tenían toque de rojo y colgando de su cuello una cadenita, con una medalla de la Diosa Isthar – Mujer Gato -- completaba su atuendo un sobre donde llevaba sus adminículos.

Me levanté, nos hicimos señas y encontré era algo (no mucho) más alta que yo. Vi claro su aura dorada con chispitas color oro, algo que había notado en otras cófrades. Al llegar me dio un beso en la mejilla y me apretó el brazo, nos saludamos y nos sentamos. Pedimos café, nos pusimos a conversar, pensé para mis adentros ¡Dios que bien se está con ella! Pero me mantuve serio y amigable. Más serio que perro en bote.

Me dijo -- ¿Cómo estás? -- Un gusto verte, me avergüenza haberte tratado mal y quiero disculparme -- ¿Cómo estoy? Sé que no tengo apariencia muy sexual, pero trato de ser y parecer femenina, espero te guste --

Y yo le dije la verdad sin ambages -- Tienes un aura dorada que impresiona, no puedo dejar de mirarte y aunque no creas tu figura en general es muy sexual y apetecible, fíjate como te miran los hombres -- Ella bajó la mirada y agradeció los cumplidos, y quizás hubo algo de rubor en su bonito rostro. Me preguntó por mi trabajo, como estaba, si estaba contento, o pensaba ir a un trabajo mejor, y buscar nuevo porvenir en el exterior o en el extranjero pues le parecía yo era competente en mis tareas. Yo le contesté francamente, estoy bien donde trabajo, el dinero me alcanza, puedo darme gustos, no soy ambicioso y no pienso cambiarlo salvo me despidan, así quizás, alguna vez en el futuro, pueda hacer un viaje por la zona de la antigua Babilonia.

Áster me comentó su madre era directiva de la fábrica donde yo trabajaba y quizás ella en el largo futuro también trabajaría allí, pero por ahora no le interesaba iniciar una carrera comercial. Me dijo, este domingo vamos a reunirnos unos amigos a una quinta en la provincia quería saber si yo querría acompañarla -- Dudé un momento y recordando que podía aceptar o rechazar libremente mi destino y decidí acceder y que sea lo que Dios me tenga destinado.

Me dijo -- Magnífico, si te parece mañana te busco con mi automóvil a 11 00 horas, lleva bañador pues si hace calor iremos a la pileta de natación, estaremos toda la tarde o y agregó así podrás apreciarme de cuerpo entero y me dirás si te parezco atractiva y sexual -- Aunque me di cuenta había entre nosotros una inexplicable ligazón muy fuerte, mental, física y espiritual, decidimos despedirnos hasta mañana. Me dijo -- No es necesario me acompañes a casa, tomo un taxi de la empresa que es seguro, mañana te busco a alrededor de 11 horas y llegaremos a medio día, lleva un bolso con bañador y ropa de pileta pues si hace calor disfrutaremos del agua --

A las 11 horas del domingo estaba yo en la puerta de mi casa esperando a Áster, el día era soleado pocas nubes, sin viento, ya tibio y tendiendo a cálido en Buenos Aires en esa época. Yo estaba afeitado, perfumado, vestido con un jean marrón claro, liviano, remera tipo T polo celeste y zapatillas azules de correr. Y llevaba un bolso con accesorios necesarios para pasar el día de campo.

En seguida apareció Áster en su automóvil mediano rojo que calculé era último modelo. Paró, me abrió la puerta, entré, me dio un beso en los labios sonriente y me dijo

-- Buenos días, anoche estuve pensando mucho en ti, creo me gustas mucho, y quizás hoy nuestros destinos se crucen o se aparten para siempre -- Y agregó muy seria y enigmática -- Creo se está acercando el fin de este juego de las escondidas o del Gato y el Ratón -

La miré, estaba muy linda en la mañana primaveral, el pelo rubio rojizo con cola, con poca pintura roja en sus labios, con pantalón corto short mínimo, camisa desabrochada con tetas casi al aire como siempre, anteojos de sol que tapaban sus ojos, sus dos estrellas (como su nombre) y zapatillas de goma, seguras para manejar.

Le dije -- Estás maravillosa, muy sexi y no creo habría hombre que se resistiría. Pero me intriga lo que dices relacionado al fin de un juego, no lo comprendo --Mentí -- Yo sabía perfectamente a que se refería y aún no estaba seguro si mi respuesta sería afirmativa. Tenía hasta la noche para decidir. Realmente la compañía de Áster era encantadora, hacía que uno quedara imantado pegado a ella, sin deseo de separarse, tanto el viaje se hizo corto, fuimos conversando, y en un momento me pareció estaba viviendo algo irreal, me asusté y pensé ¿Estaría en alguna dimensión paralela? ¿La arrebatarían los Dioses en un momento en un abrir y cerrar de ojos como a las otras? Abrí bien los ojos, miré la fina figura de Áster a mi lado y me convencí, estoy en mi aquí y ahora, no en mundos extraños ni en mi pasado.

Llegamos a la finca o quinta, una casa grande, cómoda con parque con césped y árboles y pileta de natación, estacionó el auto, bajamos y tomamos los bolsos y enfilamos a la casa. Al mirar a mi alrededor vi varias parejas de jóvenes en bañador, short los hombres y bikini las mujeres algunas sin corpiño, departiendo en pequeños grupos, algunos cerca de la pileta. El ambiente era casi festivo y dejamos los bolsos con otros allí almacenados.

Fuimos al baño y a los vestidores, Áster volvió con una bikini roja mínima con el ombligo al aire, que me cortó el aliento y fue tanta mi impresión que sonrió, me besó en la mejilla y me dijo -- Que te pasa te has quedado mudo, quizás no te gusto -- Y al salir al parque de césped me dijo -- ¿Vamos a movernos un poco? Te invito a correr hasta los árboles y después si te parece hacemos algo de karate y defensa personal – Yo contesté -- OK vamos a movernos, despacio porque estoy frío --

Ella estaba magnifica, comprendí era puro músculo pero no iguales a los exagerados de mujer levantadora de pesas, sino la grácil y elegante que practica defensa personal, y por ello su musculatura era dura y fuerte, hicimos varias tomas, en algunas me sometió ella y en otras me impuse yo. Después un rato de practicar le dije -- Tienes muy buena técnica, se nota hace mucho que entrenas en cambio yo lo hago hace solo tres años -- Y luego agregué ¿Vamos al bar a tomar una gaseosa y comemos algo? Ya es mediodía --

A lo que respondió -- Buena idea y después, si te parece vamos a la pileta hacemos unos largos y aprovechamos que el agua ya está caliente, supongo también haces natación, y de paso nos ponemos a tomar sol en el borde -- Aunque la pileta ahora estaba muy concurrida y era difícil nadar sin chocar con alguien

Yo la verdad prefería quedarme escuchando la música dulce que se oía desde parlantes como otras parejas, en una reposera resguardado del sol, bajo un árbol o sombrilla, desde allí veía que la mayoría de las parejas estaban o tomando sol o en las mecedoras, muchas estaban desnudas o abrazadas sobre el césped. Distraído miré una pareja joven cercana que estaba sobre el césped, ella quizás de veinte años y él algo más, se besaban y acariciaban con desesperación.

Nosotros terminamos de comer nuestro refrigerio y fuimos de nuevo a nuestras reposeras, y me recosté a lo largo de ella, al lado estaba la de Áster, pero ella se subió sobre mis piernas en mi regazo y se acurrucó poniendo sus manos y apoyando sus duros pezones sobre mi pecho, me acarició la mejilla, sus ojos y su boca estaban a centímetros de los míos; su mirada era profunda y en sus ojos chispeaba la lluvia dorada que era su característica distintiva mientras yo la rodeaba con mis brazos y le acariciaba, chupaba y besaba muy delicadamente sus duros pezones, escuchando como muy quedamente ronroneaba y gemía de placer.

Volví como en la creación anterior a sentir su cuerpo, sus nalgas, sus caderas, su pecho, sus tetas, su cuello, su perfume embriagador de esencias finísimas y exclusivas, sentí su entrega total, invitándome que la posea y entre en ella hasta lo profundo y recóndito de su ser. Le besé y chupé con desesperación sus maravillosas tetitas, regalo las Diosas y ella levantó la cabeza y me respondió besándome en los labios también con desesperación, llorando quedamente mientras decía en voz baja -- No quiero que me dejes -- Evidentemente también ella conocía nuestra historia anterior de viejos encuentros y desencuentros. Y apretándola fuertemente le dije -- Antes que dejarte prefiero la muerte

Las horas fueron pasando, en un momento, entre las personas de blanco, distinguimos varias personas maduras, a mayoría mujeres, vestidas con capa verde y amarillo dorado. Áster me dio un beso en los labios y me dijo -- Vamos a saludar a mi madre y a la señora Consuelo –

Nos levantamos, me tomó de la mano (para que no me pierda seguramente) y comenzamos a caminar hacia el grupo, al distinguir a su madre le saludó con la mano, se acercó y le dio un beso en la mejilla diciendo -- Hola mamá -- y añadió con una sonrisa pícara -- Voy a presentarte a mi prometido -–

La señora visiblemente emocionada se acercó a mí y me saludó y me dio un beso en la mejilla y me dijo -- Muchas gracias por aceptar a mi hija, por favor cuídela mucho, ella es muy sensible y tierna y les deseo la máxima felicidad -- Me dio la mano y se alejó con los otros mayores, la mayoría mujeres y pocos hombres.

El sol había caído y comenzaba a refrescar. Fui adentro, abrí mi bolso y saqué camiseta y remera T polo más gruesa y jean largo y me vestí con ellos y cuando salí vi a Áster vestida con camisa y jean azul y cubierta con una túnica blanca al igual que las demás mujeres querían concebir esa noche, y de inmediato me acerqué a ella y nos tomamos fuertemente de la mano (Quizás previendo nos querrían apartar en cualquier momento, pero yo esta vez lucharía por nuestro amor, aunque me fuera la vida)

Anocheció, una Luna Llena enorme blanca plateada con cara sonriente, comenzó a subir en el cielo. Una mujer con cabellos blancos, envuelta en una capa verde con vivos dorados alzó sus brazos, invocó a las Diosas y dijo,

¡¡Declaro abierto el Festival de la Fertilidad de la Luna Llena!!

Un alarido de júbilo se alzó entre los presentes, acto seguido las parejas comenzaron a besarse y tenderse en el suelo en el césped o en grandes lonetas, cada pareja estaba en lo suyo independiente de las otras. Algunas más apasionadas, otras más calmas, en algunas las mujeres cabalgaban arriba de los hombres, en otras hacían furiosos 69 y en algunas, eran tríos o cuartetos y se escuchaban gemidos y gritos por doquier, era un frenesí de sexualidad mezclada con sensualidad, y como telón de fondo la necesidad de procrear y si eran niñas, mejor.

Desplegué la colchoneta que habíamos traído, nos desnudamos en silencio y empecé a acariciarle las tetas y los pezones con mucha suavidad con mis dedos y mi lengua, y ella respondió abrazándose a mi cuello y acariciando mi rostro. Y en ese momento recordé la creación en la que el viento comenzó a soplar muy fuerte y me dijo ¡¡Un viento me lleva!! -- (Y la perdí de vista)

Y para evitar que volviera a pasar lo mismo, inconscientemente la estreché en mis brazos, sacudí mi cabeza para ahuyentar malos recuerdos y le dije quedamente por primera vez -- Te quiero, eres maravillosa -- La acosté de espaldas boca arriba y tomé mi pene con una mano y lo puse en la entrada de su vagina y con la otra comencé a tantear su entrada, con gran suavidad y a acariciarla y lamerle el cuello mientras ella gemía quedamente. Le abrí las piernas, la vagina también se abrió, y entonces escuché que me dijo muy quedamente -- despacio Amor, porque soy virgen -- La volví a besar y le dije que si le dolía lo sacaba o no le entraba con el pene, a lo que me contestó firme -- Quería la desflorara pero que lo hiciera con suavidad y ternura.

A medida que subía nuestra excitación su vagina y mi pene comenzaron a latir y exudar líquido seminal, cuando la punta estuvo en la entrada, entonces ella se aferró a mis caderas y me empujó hacia abajo mientras subía con fuerza sus caderas hacia arriba y ambos fuimos sintiendo como el pene iba entrando hasta que nuestros vientres y pelvis chocaron y nos descontrolamos y comenzamos a corrernos o acabar, una, dos y tres veces mínimo -- Y un charco de leche y flujo nos empapó las piernas y mojó la colchoneta, pero no nos importó. Ambos gemimos y gritamos al llegar al clímax, después yo giré y me puse boca arriba a su lado y cortésmente la tapé con mi remera y su camisa, para protegerla del frío nocturno, mientras quedábamos agarrados de la mano.

Giró su cabeza y me besó dulce y apasionadamente diciéndome -- Te quiero, eres maravilloso y te agradezco lo delicado que eres conmigo, en ningún momento sentí dolor, contigo todo es hermoso --

Nos levantamos arriamos la colchoneta y nuestros petates y fuimos al baño a lavarnos. Mientras estuve solo recordé las palabras de la Sra. Consuelo -- “La mujer que usted libremente acepte será la mejor, más inteligente, apasionada y discreta compañía que jamás podría pedir, un verdadero regalo de las Diosas que deberá cuidar como la niña de sus ojos” --

Y estaba decidido a hacerlo. A ella y a su hija /hijo concebida por nosotros bajo el auspicio de las Diosas esta noche mágica. De pronto sentí una vez más la presencia de la niebla oscura que lo invadió todo, que estaba derramando chispitas doradas y me encontré en la noche, solitario en el cielo rodeado de estrellas y agradecí a Dios que me ofreció y entregó a Áster, gracias a quien tuve la oportunidad de equilibrar mi Karma que venía arrastrando desde hacía muchas dolorosas encarnaciones y universos.

FIN

escrito el
2020-09-14
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