¡Las Bolas no! ... - Segunda Parte.
por
Juan Alberto
género
zoophilia
En los días siguientes mi pensamiento primario era continuar adiestrando a Scotty, debía salvar sus bolas a toda costa, si era necesario llegaría hasta a follar con él, pero mi educación cristiana severa me impedía hacerlo así de buenas a primeras, decidí que era hora de informarme un poco más al respecto y que mejor que la red. Una semana entera me la pase dedeándome con videos y escritos sobre sexo con perritos, también masturbaba a mi perro para mantenerlo tranquilo y sumiso.
Me enteré en la internet que esta particular aberración no es nada nuevo en la humanidad. Desde tiempos pretéritos el ser humano ha interactuado sexualmente con los animales. Hay gobiernos, religiones y costumbre generales de la gente que han relativizado la bestialidad y en muchas ocasiones la han hecho parte de sus acciones. Por ejemplo, los romanos no solo mandaban a los cristianos a ser devorados por los leones, también había esclavas que venían obligadas a tener sexo con animales, generalmente perros, como espectáculo en la arena del Coliseo, así demostraban que las mujeres bárbaras eran depravadas e inmorales, por lo que se meritaban la esclavitud.
Heródoto, antiguo orador y escritor griego, en sus escritos de historia señaló la costumbre egipcia de algunas mujeres de relacionarse sexualmente con animales como chivos para favorecer ciertas magias rituales. Las deidades griegas eran super poderosas, pero esclavos de sus pasiones. La mitología griega está llena de relatos que narran la relación de humanos con deidades que se convertían en diferentes animales. Leda, reina de Esparta, fue seducida por Zeus que adopto la forma de un cisne. Europa, reina de creta, conoció carnalmente al padre de los dioses cuando este se convirtió en un mansueto toro blanco. Ganímedes, príncipe e hijo del rey Tros, fue raptado en la actual Turquía por Zeus cuando este se convirtió en un águila y se lo llevo al Olimpo para convertirlo en su amante en una relación homosexual. Como estas, existen miles de historias más sobre la relación zoofílica en la antigüedad.
Solo en el 2015 Dinamarca estableció la bestialidad como un delito. En Alemania es delito desde el 2013 y se aplica una multa de 25.000 euros a los trasgresores de la ley. Todavía en algunos países europeos es considerada solo una falta menor. En Sudamérica hay leyes que protegen a los animales y la zoofilia tiene penas diferentes que van desde los tres meses hasta los cuatro años de reclusión, también hay multas alternativas a las penas de cárcel.
Después de haberme informado de todos los pormenores afectos a la bestialidad, más me convencía de que si la humanidad entera se había solazado sexualmente con animales, no podía ser una cosa demasiado aberrante y de seguro tenía sus satisfacciones. El problema era manejar la gigantesca polla de Scotty dentro de mi diminuto coño sin qué me destruya ni me arruine mi panochita.
Continué a enseñarle obediencia, quería tener un completo control sobre él, para eso usaba mi concha como premio, cada vez que él ejecutaba mis ordenes en forma correcta, yo me sentaba y le dejaba lengüetear mi chocho por uno o dos minutos. Esto era un premio para él, pero una tortura para mí que terminaba con mi coño empapado de baba de perro y fluidos que emanaban de mi vulva agitada y caliente.
—¡Mami! … ¡Mami! … ¿Te acuerdas del chico que te hable? …
—¿El de la novia celosa? …
—Bueno … Sí … quiero decir, ¡No! … se trata de su mejor amigo … se llama Andrés … me pidió una cita … él quiere salir conmigo …
Mi madre frunció el ceño, al parecer no le gustaba que yo tuviera una cita con un chico, me sentí un poco defraudada cuando la escuche decir:
—¡Uhmmmmm! … no sé … eres demasiado joven para una cita …
—¡Pero mami! … ¿Qué quieres decir? … ¡él es muy lindo, mamá! … y solo le quiero conocer … no te metas en tú cabeza cosas imaginarias que no sucederán jamás …
—¡Hija! … yo no imagino nada … conozco varías de tus amiguitas que se han dejado embarazar por “lindos chicos” que unos segundos después desaparecen de la faz de la tierra y te dejan un regalito que puede arruinar toda tú vida …
—¡Pero mami! …
—¡Nada de peros … lo hablaré con tú padre! …
Se giró y desapareció en búsqueda de papá, realmente no pensé en que mamá se opusiera a que yo conociera un chico. Pero en mi yo interior pensé que ella tenía razón, pues yo me imaginaba a tener un novio para follar, quería un chico que tirara fuera mis tetas y chupara mis pezones, al parecer no iba a ser según mis planes. Justo cuando comenzaba a desanimarme, mamá volvió para decirme:
—Está bien … no hagas caso a lo que dije … Eres ya lo suficientemente grande … tienes buenas calificaciones en el colegio … nunca nos causas ningún problema a tu padre ni a mí … y solo Dios sabe como has hecho para enseñar modos a ese perro cachondo … Puedes ir … pero a la brevedad deberemos tener una charla madre-hija … debes aprender a defenderte de algún muchacho con las hormonas enloquecidas …
—Gracias, mamá … ¿Podemos ir de compras antes del sábado? … necesito algo nuevo y bonito para mi primera cita, mami …
El sábado llego rápidamente, pero para mí el tiempo no pasaba y desesperaba por el momento de la cita, había soñado con ello los últimos tres días. Incluso Scotty parecía haber presentido mí emoción y excitación, en la clase de adiestramiento canino trató de olfatear mi coño más de una vez, tuve que regañarlo, pero no tenía el coraje de censurarlo totalmente, estos últimos días lo había descuidado. Le prometí que lo compensaría en algún modo a la brevedad, antes de que recomenzara a tratar de follar las piernas de mamá.
Cuando regresé a casa me tenía que preparar para mi primera cita, me acerqué a él y rasqueteé sus orejas diciéndole:
—Espero lo entiendas, cariño … no tengo tiempo de jugar contigo … tengo una cita …
Scotty me miraba con su cabeza media ladeada y su ojos brillantes y expectantes, me encantaba hablarle, él era el único con el cual podía compartir hasta mis más íntimos secretos. Me sentía un poco culpable de tener un novio, pensaba de jugar tantos juegos sexys con él en lugar de hacerlo con Scotty, esto me disturbaba y me angustiaba un poco.
Andrés fue puntual, me recogió a las ocho en su coche. Me decepcionó verlo vestido en forma desordenada, yo tenía una bonita blusa nueva, una falda a la moda y estaba maquillada perfecta. Me di cuenta de que también mamá miró a Andrés desencantada, tanto por su aspecto desaliñado como por su típica actitud arrogante de adolescente. Minimicé el todo pensando en que todo saldría bien, una vez en que todos nos conociéramos mejor.
Otra decepción para mi fue cuando al cine, él compró solo una entrada para él, por lo que tuve que ocupar el dinero que me había dado mamá para algún caso de emergencia y comprar mi propia entrada, también tuve que comprar mi propia bebida y mis palomitas de maíz.
Después durante la película, Andrés trato de sobrepasarse y me hizo sentir incomoda cuando pasó su brazo sobre mi hombro y luego rozó descuidadamente mi seno, para después coparlo con su mano y agarrar mi teta sin importarle mis reclamos. Al cabo de un rato su mano se apoyó en mi pierna y esto hizo encender todas mis alarmas, como si nada la deslizó hacía arriba hasta tocar mis bragas, rápidamente aparté su mano y cerré mis piernas de golpe.
Pero eso no fue todo, una vez finalizada la película, pensé me llevaría a casa e intentaría besarme para despedirse, este sería mi primer beso, hasta ahí todo estaba bien, incluso esperaba este momento. Quizás algún día podría hasta tener sexo con este muchacho, lógicamente no en la primera cita. Ensimismada en mis pensamiento no me di cuenta de que había conducido su coche hasta un sitio llamado “El barranco del amor”, un sitio apartado y escondido en medio a los árboles, allí se detuvo y apagó el motor del auto.
Miré a mi alrededor y vi que había otros carros con sus vidrios empañados. Andrés se inclinó hacia adelante y jalo de la palanca para echar su asiento hacia atrás:
—Ven cariño acércate más hacia mí …
Nerviosa le contesté:
—Está bien … pero atento a donde pones tus manos …
—Juro que no intentaré nada …
Respondió Andrés con una sonrisa y una mueca en su cara.
—Bien … pero recuerda que debo estar en casa temprano …
—No temas … no nos demoraremos mucho …
Me acerqué hacia él con la garganta apretada, enseguida me atrapó en un fuerte abrazo y trato de besarme a la fuerza, reaccioné con la misma fuerza y me separé de él.
—¡Hey! … ¿Qué haces, idiota? …
—¿Qué? … pero si se trata solo de un pequeño besito, tesoro … te invité a salir … lo menos que puedes hacer es darme un besito … ¿No crees? …
Sonaba dolido y arrepentido, pensé que, si esta noche iba a recibir mi primer beso, bien podría ser ahora.
—Bien … pero no te sobrepases …
Los blancos dientes de Andrés me sonrieron, luego me tomó con premura y presionó sus labios sobre los míos. Era un buen besador, se notaba experiencia en él, cerré mis ojos y me dejé transportar por el momento único de ese primer beso, sentí como aumentaba la presión en mis labios y su lengua comenzó a separar mis labios y a adentrarse en mi boca. Abrí mi boca y respondí apasionadamente sintiendo como las manos de él comenzaban a deslizarse sobre mí, me sentí excitada, también mi coño sintió el momento y comencé a humedecerme ahí abajo, me hizo gemir.
—¡Uhmm! … ¡Ooohhh! …
Andrés percibió mi excitación y se hizo más osado, rozó mi seno con su mano un par de veces, sintiendo que no oponía resistencia, tomó firmemente una de mis tetas, luego me estaba masajeando ambos senos, justo cuando pensaba en detenerlo lo escuché decir:
—¡Tus tetas son fabulosas! …
Me hizo sentir orgullosa de mis senos y decidí dejarlo que jugara con ellos por un rato, además, se sentían bien sus manos sobre mis pechos. Él comenzó a desabrochar mi blusa y deslizó sus dedos por debajo de mi sujetador, cuando lo sentí a contacto con mi carne tierna, esponjosa y desnuda traté de detenerlo, pero él no me dejó hablar, me beso con más fuerza y apretó mis pezones.
—¡Ay!, Andrés … ¿Qué haces? … ¡Por favor no! …
Pero él no se detuvo, rápidamente deslizó su mano bajo mi falda y tocó mis bragas, sus labios se apoderaron de uno de mis pezones, su mano apartó la delgada tela de mi tanga y sintió la humedad de mi coño.
—¡Uhmm!, Andrés … ¡Mmmm! … ¡No! … ¡Detente! …
—¡Eres una puta caliente! … ¡Estas toda mojada! …
Uno de sus dedos se deslizó dentro de mi coño, me desesperé, pero la sensación fue tan abrumadora que me hizo callar. Él se volvió más agresivo, mordisqueaba mis tetas con tanta fuerza que hizo saltar uno de los botones de mi blusa.
—¡Oh!, no … ¡Idiota! … ¡Mira lo que hiciste! … ¡Mi blusa nueva! …
—¿Qué pasa ahora, bebé? … ¡No es momento para detenerse! …
—¡Basta! … ¡Llévame a casa por favor! …
—¡No!, bebé … espera … ¡No puedes dejarme así! …
Tomó mi mano con fuerza y la colocó en el bulto que se había hecho en su entrepierna, el relieve de su polla endurecida era evidente.
—¡Tú me hiciste esto! … ¡Tienes que tomarlo y cuidarlo! …
La sensación que me transmitió su dura pija me impidió de retirar mi mano de inmediato. Estaba caliente con mi chocho empapado y no lograba pensar con la suficiente claridad, mi dedo se desplazó instintivamente por todo el largo de su pene engrosado.
—Así se hace, bebé … tócalo … siéntelo … es todo tuyo, bebé … ahora lo saco para ti …
Escuché el ruido cuando bajaba la cremallera, un poco aturdida miré por la ventana para cerciorarme de que estábamos solos, los vidrios estaban empañados. Hacía mucho calor en el coche y mi coño no cesaba de producir fluidos.
—Mira como me tienes, bebé …
Me dijo él sacando su verga y mostrándome cuan dura era. Me quedé hipnotizada a la vista de mi primera polla. Andrés tomó mi mano y la colocó sobre su pene, estaba muy caliente, casi automáticamente mi dedos se enrollaron alrededor de ese pedazo de carne candente, me pareció que sonreía.
—¡Oh!, bebé ... ssiii ... tómalo ... mueve tú manito …
Estaba muy excitada, era mi primera cita, mi primer beso y ahora mi primera polla verdadera. Cierto había jugado con la pija de Scotty, pero no era lo mismo. Acaricié su verga de arriba abajo, tal como lo hice con mi perro y me di cuenta inmediatamente que mi perro ganaba en tamaño. En eso Andrés volvió a hablarme:
—Pasémonos al asiento trasero, bebé …
—¿Y para qué? …
—Hay más espacio para follar, bebé …
—¡Tú estás loco! … ¡Por ningún motivo voy a follar contigo! …
—Bueno … Está bien … Pero al menos chúpamelo …
—¡Ni lo pienses! … Al máximo podría hacerte una paja … ¡Te das cuenta de que es nuestra primera cita, estúpido! …
—¡Touché! … Esta bien … pero déjame ver tus tetas …
—Ok, pero no me toques …
No quería que él destrozara mi blusa nueva, así que comencé a desabotonar los botones y levanté mi sujetador exponiendo mis senos para él.
—¡Oh si!, bebé … mira que bellas tetas …
El elogio a mis pechos tuvo su efecto y decidí continuar el juego de la seducción. Los adolescentes como Andrés con sus hormonas a mil no actúan coherentemente, son estúpidos e insensibles, piensan con su pene. Continué a mover mi mano en el plano vertical y pronto aparecieron algunas gotitas de líquido preseminal sobre su glande que comenzaron a bañar mis dedos, debo agradecer a Scotty por haberme brindado una experiencia similar con anterioridad, no me asustaba el acto de pajearlo.
Andrés estiró sus manos y atrapó mis senos, comenzando a pellizcar mis erectos pezones, luego me atrajo hacia él y sus labios comenzaron a chuparlos suavemente y con delicadez.
—¡Uhmm!, Andrés … eso se siente bien …
Improvisamente él volvió a poner la mano bajo mí falda y apartando mis húmedas bragas, jugó con mí coño resbaladizo y candente. No pude resistirlo y gimiendo follé sus dedos.
—¿Qué tal se siente esto, bebé? …
—¡Ooohhh! … ¡Mmmmmm-mmmm! …
—¡Chúpame la polla, bebé! ... ¡Hazlo, por favor! ... ¡Envuélveme con esos bonitos labios alrededor y chúpamela! …
—¡Nooo! … Andrés … ¡Nooo! …
Apreté su pija un poco más fuerte y aceleré el movimiento de mi mano, me preguntaba cómo se sentiría esa verga en mi boca, pero me resistí, solo moví mucho más rápido mi mano.
—¡Un poquito! … ¡Solo lámelo un poquito, bebé! ...
Sabía que, si accedía, él terminaría follando mi cara violentamente. La cara de Andrés estaba iluminada por las luces de la radio del auto, lucía retorcida y con una mueca de dolor y agonía, ¿Quizás lo apretaba con demasiada fuerza? Entonces comenzó a gruñir y a quejarse guturalmente, sentí una salpicadura en mi mano y miré hacia abajo, su polla pulsaba en mi mano y comenzaron a brotar chorros de semen caliente sobre el volante, mi blusa nueva y algo sobre mis tetas. Lo masturbé hasta que dejo de contorsionarse, yo sabía que a Scotty le encantaba que se lo hiciera así.
—¡Ooohhh!, bebé … eso fue genial … estupendo … ahora vayamos al asiento trasero para que termines de chuparme y podamos follar cómodamente …
—¡No!, Andrés … ¡No lo haré! … ¡Llévame a casa, ahora mismo! …
Algo me decía que, si no salíamos de aquí ahora mismo, terminaría en el asiento trasero chupándole su polla esplendorosa y él me follaría. Me había hecho calentarme demasiado y me resultaba muy difícil razonar correctamente. No quería arruinar mi reputación por chupar y follar en la primera cita, además, Andrés se había calmado un poco y se había vuelto menos insistente, casi no parecía tan interesado en besar mis pechos y excitarme con sus dedos. Esto no me había sucedido con Scotty, él no cesaba de perseguirme y tratar de enfilar su lengua en mi coño.
Andrés se recompuso un poco y arranco el motor, luego aceleró con rabia haciendo rechinar las llantas del auto.
—¡Puta! … ¡Eres una puta! … ¡Todos en el colegio saben que eres una zorra! …
—¿Qué soy qué? … Pero ¿qué estás diciendo? …
—¡Oh!, bebé … ¡Vamos! … ¡Siempre coqueteas con todos y vistes como una ramera! …
—¡Solo porque uso ropa vanguardista, no significa que soy lo que dices! …
—¡Lo que sea! … ¡Pero eres diestra a manejar una polla! … ¡Quizás cuantas has tenido! … ¡Maldita perra puta! …
Me quedé en silencio, no podía creer que los chicos pensaran así de mí. Estaba enojada con Andrés, sus comentarios eran crueles. Llegamos a casa, abrí la puerta para descender y él tomó mi mano, después como si nada me dijo:
—¡Oye, bebé! … te daré otra oportunidad … me hiciste una rica paja … la próxima me harás sentir esos ricos labios tuyos …
—¡De ninguna manera! … ¡Eres un idiota! … ¡Y mi nombre es carolina, no bebé! …
Cerré la puerta con fuerza y creí sentir algunas reclamaciones injuriosas e insultantes, pero no hice caso. Entré a casa y en la sala estaba mamá esperándome.
—Entonces, cariño … ¿Cómo estuvo esa cita? …
—¡Uhm!, bien … pero prefiero no hablar de eso ahora …
—Está bien, cariño … como quieras …
Me arrimé a mamá y le di un beso en la mejilla antes de irme a mi cuarto, sentí las uñas de Scotty en el piso que me seguía a corta distancia. Entré a mi dormitorio e hice subir a Scotty a mi cama, luego me acurruque sobre su suave pelaje y escondí mi rostro para llorar y mamá no me escuchara.
Al día siguiente evité a mi madre, pero por la tarde del domingo no aguanté más mi tribulación y sollozando me acerqué a ella.
—¿Qué te sucede, Carolina? … ¿Quieres que hablemos? …
Entre sollozos tuve que admitir que la cita no había andado del todo bien,
—¡Andrés, mami! … ¡Nuestra cita de anoche! …
—¿Te hizo algo? … ¿Te causó algún daño? …
Preguntó mi madre alarmada.
—¡No! … bueno … ¡Sí! … ¡Oh!, mami … mi amiga me acaba de avisar que él ha subido un mensaje a las redes diciendo que ha tenido sexo conmigo …
—¡Uhmm! … ¿Y es eso verdad? …
—¡No! … bueno … ¡Sí! … ¡Un poquito! …
Le conté a mamá lo sucedido en el cine y que luego me había llevado a un lugar desolado, pero lo único que habíamos hecho era besarnos y algunas cosas más. Mi madre a sabiendas de que quería decir con eso de “Algunas cosas más”, ya que ella también conocía el lugar donde me llevo Andrés y sabía lo que se hacía en esos lugares.
—Y … entre esas cosas más … ¿Tuvieron relaciones sexuales? …
—¡No! … Él quería, pero no le dejé …
—Se lo chupaste …
—¡Nooo! …
—¿Te toqueteo en algunas partes? …
—Bueno … ¡Sí! …
—¿Las piernas? …
—¡Sí! …
—¿Tus pechos? …
—¡Sí! …
—¿Tu sexo? …
—¡Sí! … sus dedos se sentían bien …
—Entonces … sin relaciones sexuales … y … ¿Qué pasó luego? …
—Bueno … Él puso mi mano en su cosa dura y caliente … y me hizo … bueno … moví mi mano …
—¿Lo masturbaste? …
—¡Sí!, mami … y creo que me equivoqué … lo siento … pero se sentía tan lindo … me besaba muy bien … traté de detenerlo, pero el deseaba tanto tener sexo conmigo … que continué a mover mi mano hasta que él explotó sobre mí … lo siento, mamá …
—Lo sé, tesoro … siempre sucede así …
—Pero mami, él le está diciendo a todos que hicimos más cosas … todos me llamarán “Puta” y “Zorra” …
—¡Uhmmm! … ¿Y tú, dijiste la palabra “no”? …
—¡Sí!, mami … y más de una vez … pero siguió intentándolo … estábamos demasiado lejos de casa como para haberme bajado del automóvil … pero no me hizo nada más … solo nos besábamos y las cosas se salieron de control …
—¿Y esas manchas en tu blusa? … ¡Uhmmm! … ¿De semen? …
Mamá me sorprendió cuando dijo eso, bajé mis ojos al piso arrepentida y derrotada, ella agregó:
—La encontré en el cesto de la ropa sucia … también te volví a coser el botón que te faltaba …
—¡Sí!, mamá … era su esperma …
—Entonces está decidido … lo denunciaremos a la PDI por violación … él te obligó a hacer cosas que tú no querías y luego te penetro con sus dedos … claramente estamos hablando de una violación … al menos diez años de cárcel para él …
—¡Oh!, mami … ¿Pero que tú dices? …
Me imaginé en el podio del tribunal declarando todas las cosas que me había hecho, lo que me habría procurado un acoso y la vergüenza de la escuela. Quizás era lo que debía hacerse, pero … Mi madre viéndome vacilar y titubear me dijo:
—¡Hay otra opción! … ¡Pero tienes que ser fuerte si decides tomarla! … En el colegio dirás que él está enojado contigo y que por eso inventa cosas que no son verdad … debes decir que te causó risa su pequeño pene y que ni siquiera logró una erección …
—¡Pero mami! …
—Debes decirlo a todos los que te pregunten … para comenzar harás un mensaje de texto contando tú versión a todos tus amigos … agregarás al final que si él intenta eso con cualquier otra chica ira a la cárcel por violación … pídele a tu amiga que te apoye y refuerce tu versión … además, agrega que contaste todo a tú madre y que estamos barajando la opción de denunciarlo a la policía …
—¡Ay!, mami … ¡Qué maquiavélica que eres! … ¿Y tú crees que funcionará? …
—Estoy completamente segura … ni lo dudes …
El lunes por la tarde regresé a casa de muy bien humor, mamá tenía razón, todos se burlaban de Andrés, le hacía señas con los dedos índice y pulgar separados, cómo “Pequeñito”. Andrés no soportó las burlas y trató de confrontarme en el patio del colegio, se acercó amenazante, yo grite de que era un hombre enano con un pene diminuto, cuando trató de agredirme, un alto y buen mozo joven de último año lo tomó por el cuello y lo arrinconó contra una torre metálica, chasconeó sus cabellos violentamente y luego se volteó hacia mí:
—¡Si este enano diminuto y pedazo de mierda te vuelve a molestar … solo avísame … le meteré su pequeño pene por la nariz …
Me acerqué a Andrés que temblaba de miedo y le dije:
—Si no te retractas y le dices a todo el mundo que inventaste una mentira … mamá te acusara a la policía de violación … acuérdate también, que ese lindo chico podría patear tu trasero …
—¡Lo haré! … ¡Lo prometo! … ¡Lo haré! …
Cuando volví a casa estaba mucho más tranquila y relajada, en el colegio todo había ido bien y había logrado recomponer todos los daños, además, el estúpido de Andrés había sido aniquilado por sus propios amigos. No paraban de burlarse de él y las chicas no paraban de felicitarme por haberlo hecho pedazos. Apenas entré me recibió mi fiel mascota.
—¡Oh!, Scotty … mi querido Scotty …
Me agaché y lo abracé con fuerza, él era mi sola y única pareja.
—Gracias por escuchar mis tontos problemas y hacerme sentir mejor … eres un amor …
Scotty me dio un húmedo lengüetazo y yo le recompensé con un beso en su fría nariz.
—Lo siento querido si te he descuidado … pensé que necesitaba un chico, cuando todo lo que necesito me lo puedes brindar tú …
Mi mano se desplazó bajo su vientre y mis dedos hicieron contacto con su vaina peluda, su polla comenzó a despertarse, iniciando a hincharse.
—¡Ay!, mi niño … estás tan caliente cómo yo … ¿Verdad? … ¡Mmmm! … ¿Quieres Jugar? …
Un animoso ladrido fue su única respuesta, Scotty ladeo su cabeza y pareció entender la palabra “jugar”, pues empezó a hacer piruetas y menear briosamente su cola. Me levanté y enseguida me quité mis bragas.
—Ven Scotty … ¡Huéleme! … ¡Huele Scotty! … ¡Huele! - ¡Huele! - ¡Huele! … ¡Huele mi coño! …
El largo y hermoso hocico de él se hizo hacia adelante y solo su fría nariz rozó mi vulva rubia y húmeda hasta comenzar una ligera presión sobre mi estrecha ranura. Me encantaba sentir su fría nariz sobre mi conchita candente, además, yo sabía que prontamente él la reemplazaría por su cálida lengua.
—¡Ooohhh!, Scotty … jamás nadie se enterará de nuestro secreto, ¿verdad? …
Comencé a retroceder hacia mi cama, él se mantenía a pocos centímetros de mi coño, pero obedientemente solo olisqueaba mi entrepierna siguiéndome a cada paso que retrocedía, me complacía ver su férrea fuerza de voluntad para retenerse de sacar su lengua áspera y saborear mi chocho, venía detrás de mí sumisamente esperando mí orden para comenzar a lamerme. Choqué con el borde de la cama, rápidamente me quité la blusa blanca y también solté mi sostén para dejar mis senos en completa libertad, después hice correr la cremallera de mi falda plisada y la dejé deslizarse hasta el piso, me quedé solamente con mis grises medias de lana del colegio, Scotty mansamente se sentó con su voluminosa pija de afuera y esperaba pacientemente que terminara de desvestirme. Apenas acomodé mis medias hasta mis muslos, empujé su hocico con mi pierna e inicié una danza para él, Scotty se agitó y me saltó encima, pero agarré sus zampas y lo desvié a un lado. Me ladró contrariado, pero me di vuelta y arranque de él que intentaba vanamente tumbarme al piso, por más de diez minutos continué a girar y saltar en mí habitación, Scotty jadeaba blandiendo su pija lustrosa de lado a lado, pensé de haberlo excitado bastante, también mi coño comenzaba a rezumar fluidos, me detuve y el se detuvo expectante, entonces le ordené:
—¡Lame!, Scotty … ¡Lame a tu puta perra! ... Lame -Lame -Lame ...
Su lengua salió de su hocico medio enrollada y se estiró como un látigo golpeando mi coño y comenzando a mojarlo con baba de perro.
—¡Uhmmm! … ¡Ssiii! … ¡Mmmmmm! … ¡Se siente tan jodidamente rico! …
La lengua de Scotty continuó azotando mis labios mayores, trataba de separarlos para penetrar mi coño y recoger la dulce miel de mis jugos vaginales. Sintiendo esa maravilla hecha lengua, me di cuenta de que enamorarme de un chico era una perdida de tiempo, nadie podría lamer mi chocho tan bien como Scotty. Además, el no podrá jamás publicar en las redes lo caliente, lujuriosa y puta que soy. Tener a Scotty como amante tiene un sinfín de ventajas, comenzando por la enorme polla que tiene entre sus patas y la larga, gruesa y rugosa lengua incansable. Creo que no voy a necesitar novio si lo tengo a él. Pero …
—¡Ssssiiii! … ¡Mi dulce amante peludo! ... ¡Uhmmm! ... ¡Oooohhhh! ...
Me alejé un poco de él, estaba a punto de correrme y quería solo qué el momento se hiciese más prolongado, también la verga rojiza de él parecía más dura y grande que antes, quizás también esté a punto de correrse, pensé.
—¡Qué noble que eres, Scotty! … ¡Siempre me complaces y satisfaces! … ¡No como ese estúpido de Andrés! … ¡Pensar que estuve casi lista a chuparle la pija! …
Mis piernas comenzaron a temblar, necesitaba recostarme y abrir un poco más mis muslos para él. Presentía que me iba a correr de un momento a otro, lo necesitaba. De prisa me subí a la cama y me acosté sobre mi espalda, por un momento Scotty me miró con cierta perplejidad, así que le di unos golpecitos al edredón para invitarlo a subir a mi cama.
—¡Rápido, chico! … ¡Arriba! … ¡Vamos súbete! …
Mí amado perro dio un salto con su verga goteando y se colocó a mi lado mostrándome su potente erección. Como que quería decirme algo con esa posición, inmediatamente me di cuenta.
—¡Oh!, bribonzuelo … no he dicho “Paja” … no te pases de listo … primero “Lame -Lame -Lame” … lo otro vendrá después …
Me asombró cuando se sentó con su verga roja bien parada y me ladró, su polla lucía alucinantemente más larga, gorda y apetecible, reclamaba que lo atendiera.
—¡Ups! … ¡Lo siento Scotty! … dije “Paja” antes de “Lame” … tienes razón …
Inmediatamente el hizo un gruñido juguetón y me dio un lengüetazo en la mejilla.
—¡Está bien, tesoro! … Yo puedo esperar … Ahora acuéstate y déjame jugar con tu pene de perrito …
Increíblemente Scotty se echó de espalda con sus cuatro patas en el aire y su verga que se balanceaba obscenamente en el aire para que yo se la magreara a mi propia voluntad.
—¡Qué bonita polla de perrito que tienes, Scotty! … ¡Es mucho más bella que la de Andrés! … ¡También mucho más grande! …
Me causaba cierta hilaridad estar hablando a Scotty de lo hermosa qué era su pija, pero dada la situación, me parecía atinado y mi coño pulsaba casi tanto como esta hermosa pija de perro que tenía en mis manos. Lo acaricié como lo había hecho tantas veces antes, su verga estaba dura, amoratada y húmeda, se veían las venas azulinas llenas, sus cojones se contrajeron, su bola creció hinchándose desmesuradamente.
Hace algunas semanas, todo se había iniciado para salvarlo de que le extirparan su bolas. El adiestramiento para mantenerlo lejos de las piernas de mamá y evitar que tratara de follar cada cosa que se le presentaba. Mirándolo ahora extendido con su verga hinchada y dura, con esa facha juguetona en su rostro, llena de deseos y esperando mis toqueteos, también a mí me hacía sentir cachonda y con ganas de correrme. Pero ahora la prioridad era él, lo hice levantarse y me metí bajo su vientre con mis senos a centímetros de su verga candente, me encantaba sentirlo eyacular sobre mi piel desnuda y que sus interminables chorros me bañaran toda.
Estaba pasando la aguzada punta de la verga por mis pezones, cuando me recordé que debía evitar que ensuciara mi cama y busque la toalla que siempre tengo cerca, pero esta vez me olvide de prepararla. Que dirá mamá si se da cuenta de que mi cama está empapada de esperma, casi entro en pánico cuando un primer chorro caliente baño mi pecho izquierdo, debo reaccionar rápido, ¿Qué hago, mi Dios? Sin titubear, me lo llevé a mi boca y el segundo chorro baño mi lengua, entonces cerré mis labios alrededor de esta pija de perrito y la chupé hasta la última gota, ¡Mi cama estaba a salvo! Esta era mi primera mamada a sorpresa y me pareció del todo agradable, pero estaba más caliente que antes, necesitaba una buena lamida.
—¡Te has salido con la tuya, Scotty! … ¡Pero ahora es mi turno! … ¡Lame -Lame -Lame! … ¡Lame a tu puta perra caliente! …
Rápidamente me acomodé sobre mi espalda y puse un cojín bajo mis glúteos, luego abrí ampliamente mis muslos, plegando mis rodillas hacia arriba. Él no me hizo esperar, sabía exactamente lo que yo quería de él. Se coló entre mis piernas abiertas y comenzó a lamer deliciosamente mi coño encharcado, empujando su hocico y hozando profundamente en mi chocho para libar todo mi cremoso néctar. El estúpido de Andrés jamás intento siquiera lamer mi coño.
—¡Mmmmmm! … ¡Sí!, cariño … ¡Dale tu lengua a mami! ... ¡Lámeme rico! … ¡Mmmmmm! … Jamás nadie sabrá nuestro secreto, ¿verdad? … ¡Nunca dirás como te he enseñado a olisquear y lamer mi jugoso chocho, ¿verdad?! … Tampoco dirás que te chupé la polla y me bebí tu lechita, ¿verdad? …
En respuesta Scotty se hizo más adelante y comenzó a lamer mi botoncito haciéndome estremecer, mis labios vaginales se ensancharon con su lengua y a momentos mi ano también fue favorecido por sus largos lengüetazos.
—¡Oooohhhh! … ¡Ssiii! … ¡Qué bien que me haces sentir! …
Mis gemidos se hacían cada vez más audibles, comencé a pellizcar mis pezones, arqueando mi espalda y mover mi ingle para frotar mi coño en su adorable hocico. Me estaba convenciendo cada vez más que no iba a necesitar un novio humano, los chicos son demasiado estúpidos, si coqueteas un poco con ellos y te ven vestida en un cierto modo, inmediatamente te llaman puta. Luego riegan mentiras por las redes y cuentan todo lo que te hacen. Creo haber tenido suficiente con chicos, además, jamás ninguno podría lamer mi coño como Scotty.
La gruesa y larga lengua de Scotty se introducía dentro de mi vagina y escarbaba mi sensible labia hinchada de placer, me tenía toda empapada, lo sentí cuando se concentró a lamer mi apretado ojete anal y me provocó escalofríos alucinantes, en mi corta vida, jamás nadie había tocado ni menos lamido mi culo, solo Scotty y lo hacía maravillosamente bien.
—Veo qué también te gusta mi culo, cariño …
Me hacía sentir muy caliente su lengua, abrí mi nalgas y levanté mis rodillas hasta tocar mis tetas, de ese modo mi culo y mi coño quedaban completamente expuestos para él y él no perdió tiempo:
—¡Eso, cariño! … ¡Lame -Lame -Lame! ... ¡Lame el culo de tu perra caliente! … ¡Lámeme! …
Scotty resoplo y babeo mi ano, su lengua trataba de penetrar mi estrecho orificio causándome algunas cosquillas y tiritones que atravesaban mi espina, su insistente nariz empujaba entre mi glúteos y mi ojete anal pulsaba con placenteras contracciones. No sé si era solo por el olor o también por el sabor de mi dulce culo, pero él continuaba a empujar su lengua en mi engurruñada ranura, hasta que uno o dos centímetros esforzaron mi esfínter penetrándome y haciéndome chillar. Nunca nada había entrado por ese hoyito, ni siquiera mis dedos, no se me había ocurrido que pudiese ser tan placentero.
—¡Oooohhhh! … ¡Ssssiiii! … Scooottyyy … ¡Lame mi culo! ... ¡Lame el culo de tu perra cachonda! …
Era increíble la sensación que me estaba provocando, una sensación nueva e intensa, cada nervio de mi esfínter hormigueaba gozosamente, ¡Quería correrme con los apasionados lengüetazos que su lengua propinaba deliciosamente a mi culo! Sin poder contenerme, me arrodillé sobre la cama quedando de espalda a él, incliné mi torso apoyando mi rostro sobre el edredón, luego con ambas manos abrí mis nalgas:
—¡Lámeme, Scotty! … ¡Lame mi culo, chico! ...
Lo había entrenado bien y el hizo justamente lo que le pedía. Su lengua se deslizó con largos movimientos en el surco de mi trasero, recorriendo mis posaderas y la rajita de mi coño. Empujé vehementemente hacia atrás y pasando una mano entre mis piernas plegadas, alcancé mi clítoris y comencé a frotarlo, jugando deliciosamente con él. Scotty prácticamente devoraba mi culo y mi coño, ahora me tenía totalmente expuesta para él, volteé mi cabeza y miré su bajo vientre, había la punta de un proyectil de miembro canino que se escondía y asomaba desde su funda peluda, estaba poniéndose cachondo mi perrito caliente. Impulsiva y persistentemente su lengua sondeaba mis agujeros, lo que me hacía estremecer y chillar en forma espasmódica.
—¡Aaaahhhh! … ¡Umpf! … ¡Umpf! …
Mis espalda se arqueaba y se movía por propia voluntad, me aferré con ambas manos del edredón, mi cuerpo entero comenzaba a hormiguear, especialmente mi coño y mi clítoris. Mientras Scotty atacaba mi culo fervorosamente, mis dedos se movían a vertiginosa velocidad sobre mi pequeño botoncito, sentí las primeras descargas eléctricas que hacían vibrar mi cuerpo entero. Las enérgicas vibraciones comenzaron en mi baboseado y abierto culo y se expandieron en ondas hasta mi firme e hinchado clítoris. En tanto, Scotty no hacía ninguna diferencia entre mi culo y mi coño, me lamía ambos orificios, pero luego se centró en mi culo otra vez y la metió dentro, entonces exploté.
—¡Nnnnnnngggghhhh! … ¡Aaarrrgghh! … Scooottyyy … ¡Ssiii! … ¡Ssiii! … ¡Ssiii! … ¡Oooohhhh! … ¡Miieerrdaaa! …
Empujé dos de mis dedos profundamente en mi coño, convulsionando con corcoveos en un paroxismo frenético y fabuloso. Mi culo hormigueaba, mi chocho chorreaba y mi cuerpo temblaba, aplasté mi clítoris para calmar mi orgasmo, pero fue imposible, los estallidos convulsivos continuaban, mis lagrimas afloraron en mis ojos, pensé que enloquecería de placer. Pero no estaba en condiciones de detener mi orgasmo infinito, mi vientre se movía espasmódicamente tratando de ayudar a mis pulmones a absorber un poco de oxígeno, tampoco quería que Scotty dejara de lamer mi culo y mi conchita que se contraía apretando mis dedos. La lengua de Scotty era simplemente excepcional.
Disfruté mi orgasmo con luces multicolores. Traté de respirar profundamente, el único sonido eran los incesantes lengüetazos de Scotty. Mi trasero no estaba tan sensible como mi clítoris, así que le permití de seguir lamiendo mi ano, con una mano cubrí mi coño punzante, él entendió que estaba rendida y satisfecha y se apartó. Deslicé mi mano sobre el orificio de mi trasero y lo encontré húmedo, suave y ligeramente abierto. Empujé mi dedo, notando asombrada que se deslizó fácilmente dentro.
—¡Wow!, Scotty … al parecer te encanta lamer culos … a mí también me gustó …
Moví mi dedo dentro de mi ano, se sentía muy agradable, pensé que era indudablemente un nuevo lugar para estimular mi cachondez.
Me quedé inerte con mi culo en el aire, para mí fue una sorpresa, pero Scotty supo instintivamente que hacer. Me había olfateado a mí que era su perra, había lamido mí culo y mí coño, en su cerebro había una etapa sucesiva y él sabía cómo hacerlo, no necesitada más entrenamiento. Se acercó a mi trasero, me dio unas cuantas lamidas, mi coño ya no era tan sensitivo así que quité mi mano.
Scotty saltó sobre mi trasero expuesto y bien levantado.
—¡¡¡Scotty!!! … ¿Qué estás haciendo? … ¡¡Quítate de encima maldito idiota!! …
Me vinieron ganas de reír ignara de lo que estaba intentando, sentí que me envolvía con sus patas alrededor de mi cintura, luego su polla comenzó a azotar mis muslos y nalgas, después su resbaladizo pene rozo los labios de mi coño abierto y mojado. Me mantenía firmemente sujeta con sus patas y tironeaba mi trasero sobre su polla enloquecida. ¡¡Estaba tan cerca de mi sexo!! ¡¡Bastaba que hiciera centro solo una vez!! Improvisa e increíblemente mis ojos se abrieron con sorpresa, sentí la punta de su pene inundar mi coño y luego salir, después nuevamente un intenso dolor:
—¡Ouch! … ¡Aaarrrggghhh! … ¡Umh! … ¡Mmmmmm! … ¡Argh! … ¡Umpf! … ¡¡¡Scooottyyy!!! …
CONTINUARA …
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Los comentarios vuestros son un incentivo para seguir contando historias y relatos, vuestra opinión es siempre invaluable, negativa o positiva, es valiosa y relevante, todo nos ayuda a crecer como escritores y narradores de hechos vividos o imaginados, comenten y voten, por favor.
luisa_luisa4634@yahoo.com
Me enteré en la internet que esta particular aberración no es nada nuevo en la humanidad. Desde tiempos pretéritos el ser humano ha interactuado sexualmente con los animales. Hay gobiernos, religiones y costumbre generales de la gente que han relativizado la bestialidad y en muchas ocasiones la han hecho parte de sus acciones. Por ejemplo, los romanos no solo mandaban a los cristianos a ser devorados por los leones, también había esclavas que venían obligadas a tener sexo con animales, generalmente perros, como espectáculo en la arena del Coliseo, así demostraban que las mujeres bárbaras eran depravadas e inmorales, por lo que se meritaban la esclavitud.
Heródoto, antiguo orador y escritor griego, en sus escritos de historia señaló la costumbre egipcia de algunas mujeres de relacionarse sexualmente con animales como chivos para favorecer ciertas magias rituales. Las deidades griegas eran super poderosas, pero esclavos de sus pasiones. La mitología griega está llena de relatos que narran la relación de humanos con deidades que se convertían en diferentes animales. Leda, reina de Esparta, fue seducida por Zeus que adopto la forma de un cisne. Europa, reina de creta, conoció carnalmente al padre de los dioses cuando este se convirtió en un mansueto toro blanco. Ganímedes, príncipe e hijo del rey Tros, fue raptado en la actual Turquía por Zeus cuando este se convirtió en un águila y se lo llevo al Olimpo para convertirlo en su amante en una relación homosexual. Como estas, existen miles de historias más sobre la relación zoofílica en la antigüedad.
Solo en el 2015 Dinamarca estableció la bestialidad como un delito. En Alemania es delito desde el 2013 y se aplica una multa de 25.000 euros a los trasgresores de la ley. Todavía en algunos países europeos es considerada solo una falta menor. En Sudamérica hay leyes que protegen a los animales y la zoofilia tiene penas diferentes que van desde los tres meses hasta los cuatro años de reclusión, también hay multas alternativas a las penas de cárcel.
Después de haberme informado de todos los pormenores afectos a la bestialidad, más me convencía de que si la humanidad entera se había solazado sexualmente con animales, no podía ser una cosa demasiado aberrante y de seguro tenía sus satisfacciones. El problema era manejar la gigantesca polla de Scotty dentro de mi diminuto coño sin qué me destruya ni me arruine mi panochita.
Continué a enseñarle obediencia, quería tener un completo control sobre él, para eso usaba mi concha como premio, cada vez que él ejecutaba mis ordenes en forma correcta, yo me sentaba y le dejaba lengüetear mi chocho por uno o dos minutos. Esto era un premio para él, pero una tortura para mí que terminaba con mi coño empapado de baba de perro y fluidos que emanaban de mi vulva agitada y caliente.
—¡Mami! … ¡Mami! … ¿Te acuerdas del chico que te hable? …
—¿El de la novia celosa? …
—Bueno … Sí … quiero decir, ¡No! … se trata de su mejor amigo … se llama Andrés … me pidió una cita … él quiere salir conmigo …
Mi madre frunció el ceño, al parecer no le gustaba que yo tuviera una cita con un chico, me sentí un poco defraudada cuando la escuche decir:
—¡Uhmmmmm! … no sé … eres demasiado joven para una cita …
—¡Pero mami! … ¿Qué quieres decir? … ¡él es muy lindo, mamá! … y solo le quiero conocer … no te metas en tú cabeza cosas imaginarias que no sucederán jamás …
—¡Hija! … yo no imagino nada … conozco varías de tus amiguitas que se han dejado embarazar por “lindos chicos” que unos segundos después desaparecen de la faz de la tierra y te dejan un regalito que puede arruinar toda tú vida …
—¡Pero mami! …
—¡Nada de peros … lo hablaré con tú padre! …
Se giró y desapareció en búsqueda de papá, realmente no pensé en que mamá se opusiera a que yo conociera un chico. Pero en mi yo interior pensé que ella tenía razón, pues yo me imaginaba a tener un novio para follar, quería un chico que tirara fuera mis tetas y chupara mis pezones, al parecer no iba a ser según mis planes. Justo cuando comenzaba a desanimarme, mamá volvió para decirme:
—Está bien … no hagas caso a lo que dije … Eres ya lo suficientemente grande … tienes buenas calificaciones en el colegio … nunca nos causas ningún problema a tu padre ni a mí … y solo Dios sabe como has hecho para enseñar modos a ese perro cachondo … Puedes ir … pero a la brevedad deberemos tener una charla madre-hija … debes aprender a defenderte de algún muchacho con las hormonas enloquecidas …
—Gracias, mamá … ¿Podemos ir de compras antes del sábado? … necesito algo nuevo y bonito para mi primera cita, mami …
El sábado llego rápidamente, pero para mí el tiempo no pasaba y desesperaba por el momento de la cita, había soñado con ello los últimos tres días. Incluso Scotty parecía haber presentido mí emoción y excitación, en la clase de adiestramiento canino trató de olfatear mi coño más de una vez, tuve que regañarlo, pero no tenía el coraje de censurarlo totalmente, estos últimos días lo había descuidado. Le prometí que lo compensaría en algún modo a la brevedad, antes de que recomenzara a tratar de follar las piernas de mamá.
Cuando regresé a casa me tenía que preparar para mi primera cita, me acerqué a él y rasqueteé sus orejas diciéndole:
—Espero lo entiendas, cariño … no tengo tiempo de jugar contigo … tengo una cita …
Scotty me miraba con su cabeza media ladeada y su ojos brillantes y expectantes, me encantaba hablarle, él era el único con el cual podía compartir hasta mis más íntimos secretos. Me sentía un poco culpable de tener un novio, pensaba de jugar tantos juegos sexys con él en lugar de hacerlo con Scotty, esto me disturbaba y me angustiaba un poco.
Andrés fue puntual, me recogió a las ocho en su coche. Me decepcionó verlo vestido en forma desordenada, yo tenía una bonita blusa nueva, una falda a la moda y estaba maquillada perfecta. Me di cuenta de que también mamá miró a Andrés desencantada, tanto por su aspecto desaliñado como por su típica actitud arrogante de adolescente. Minimicé el todo pensando en que todo saldría bien, una vez en que todos nos conociéramos mejor.
Otra decepción para mi fue cuando al cine, él compró solo una entrada para él, por lo que tuve que ocupar el dinero que me había dado mamá para algún caso de emergencia y comprar mi propia entrada, también tuve que comprar mi propia bebida y mis palomitas de maíz.
Después durante la película, Andrés trato de sobrepasarse y me hizo sentir incomoda cuando pasó su brazo sobre mi hombro y luego rozó descuidadamente mi seno, para después coparlo con su mano y agarrar mi teta sin importarle mis reclamos. Al cabo de un rato su mano se apoyó en mi pierna y esto hizo encender todas mis alarmas, como si nada la deslizó hacía arriba hasta tocar mis bragas, rápidamente aparté su mano y cerré mis piernas de golpe.
Pero eso no fue todo, una vez finalizada la película, pensé me llevaría a casa e intentaría besarme para despedirse, este sería mi primer beso, hasta ahí todo estaba bien, incluso esperaba este momento. Quizás algún día podría hasta tener sexo con este muchacho, lógicamente no en la primera cita. Ensimismada en mis pensamiento no me di cuenta de que había conducido su coche hasta un sitio llamado “El barranco del amor”, un sitio apartado y escondido en medio a los árboles, allí se detuvo y apagó el motor del auto.
Miré a mi alrededor y vi que había otros carros con sus vidrios empañados. Andrés se inclinó hacia adelante y jalo de la palanca para echar su asiento hacia atrás:
—Ven cariño acércate más hacia mí …
Nerviosa le contesté:
—Está bien … pero atento a donde pones tus manos …
—Juro que no intentaré nada …
Respondió Andrés con una sonrisa y una mueca en su cara.
—Bien … pero recuerda que debo estar en casa temprano …
—No temas … no nos demoraremos mucho …
Me acerqué hacia él con la garganta apretada, enseguida me atrapó en un fuerte abrazo y trato de besarme a la fuerza, reaccioné con la misma fuerza y me separé de él.
—¡Hey! … ¿Qué haces, idiota? …
—¿Qué? … pero si se trata solo de un pequeño besito, tesoro … te invité a salir … lo menos que puedes hacer es darme un besito … ¿No crees? …
Sonaba dolido y arrepentido, pensé que, si esta noche iba a recibir mi primer beso, bien podría ser ahora.
—Bien … pero no te sobrepases …
Los blancos dientes de Andrés me sonrieron, luego me tomó con premura y presionó sus labios sobre los míos. Era un buen besador, se notaba experiencia en él, cerré mis ojos y me dejé transportar por el momento único de ese primer beso, sentí como aumentaba la presión en mis labios y su lengua comenzó a separar mis labios y a adentrarse en mi boca. Abrí mi boca y respondí apasionadamente sintiendo como las manos de él comenzaban a deslizarse sobre mí, me sentí excitada, también mi coño sintió el momento y comencé a humedecerme ahí abajo, me hizo gemir.
—¡Uhmm! … ¡Ooohhh! …
Andrés percibió mi excitación y se hizo más osado, rozó mi seno con su mano un par de veces, sintiendo que no oponía resistencia, tomó firmemente una de mis tetas, luego me estaba masajeando ambos senos, justo cuando pensaba en detenerlo lo escuché decir:
—¡Tus tetas son fabulosas! …
Me hizo sentir orgullosa de mis senos y decidí dejarlo que jugara con ellos por un rato, además, se sentían bien sus manos sobre mis pechos. Él comenzó a desabrochar mi blusa y deslizó sus dedos por debajo de mi sujetador, cuando lo sentí a contacto con mi carne tierna, esponjosa y desnuda traté de detenerlo, pero él no me dejó hablar, me beso con más fuerza y apretó mis pezones.
—¡Ay!, Andrés … ¿Qué haces? … ¡Por favor no! …
Pero él no se detuvo, rápidamente deslizó su mano bajo mi falda y tocó mis bragas, sus labios se apoderaron de uno de mis pezones, su mano apartó la delgada tela de mi tanga y sintió la humedad de mi coño.
—¡Uhmm!, Andrés … ¡Mmmm! … ¡No! … ¡Detente! …
—¡Eres una puta caliente! … ¡Estas toda mojada! …
Uno de sus dedos se deslizó dentro de mi coño, me desesperé, pero la sensación fue tan abrumadora que me hizo callar. Él se volvió más agresivo, mordisqueaba mis tetas con tanta fuerza que hizo saltar uno de los botones de mi blusa.
—¡Oh!, no … ¡Idiota! … ¡Mira lo que hiciste! … ¡Mi blusa nueva! …
—¿Qué pasa ahora, bebé? … ¡No es momento para detenerse! …
—¡Basta! … ¡Llévame a casa por favor! …
—¡No!, bebé … espera … ¡No puedes dejarme así! …
Tomó mi mano con fuerza y la colocó en el bulto que se había hecho en su entrepierna, el relieve de su polla endurecida era evidente.
—¡Tú me hiciste esto! … ¡Tienes que tomarlo y cuidarlo! …
La sensación que me transmitió su dura pija me impidió de retirar mi mano de inmediato. Estaba caliente con mi chocho empapado y no lograba pensar con la suficiente claridad, mi dedo se desplazó instintivamente por todo el largo de su pene engrosado.
—Así se hace, bebé … tócalo … siéntelo … es todo tuyo, bebé … ahora lo saco para ti …
Escuché el ruido cuando bajaba la cremallera, un poco aturdida miré por la ventana para cerciorarme de que estábamos solos, los vidrios estaban empañados. Hacía mucho calor en el coche y mi coño no cesaba de producir fluidos.
—Mira como me tienes, bebé …
Me dijo él sacando su verga y mostrándome cuan dura era. Me quedé hipnotizada a la vista de mi primera polla. Andrés tomó mi mano y la colocó sobre su pene, estaba muy caliente, casi automáticamente mi dedos se enrollaron alrededor de ese pedazo de carne candente, me pareció que sonreía.
—¡Oh!, bebé ... ssiii ... tómalo ... mueve tú manito …
Estaba muy excitada, era mi primera cita, mi primer beso y ahora mi primera polla verdadera. Cierto había jugado con la pija de Scotty, pero no era lo mismo. Acaricié su verga de arriba abajo, tal como lo hice con mi perro y me di cuenta inmediatamente que mi perro ganaba en tamaño. En eso Andrés volvió a hablarme:
—Pasémonos al asiento trasero, bebé …
—¿Y para qué? …
—Hay más espacio para follar, bebé …
—¡Tú estás loco! … ¡Por ningún motivo voy a follar contigo! …
—Bueno … Está bien … Pero al menos chúpamelo …
—¡Ni lo pienses! … Al máximo podría hacerte una paja … ¡Te das cuenta de que es nuestra primera cita, estúpido! …
—¡Touché! … Esta bien … pero déjame ver tus tetas …
—Ok, pero no me toques …
No quería que él destrozara mi blusa nueva, así que comencé a desabotonar los botones y levanté mi sujetador exponiendo mis senos para él.
—¡Oh si!, bebé … mira que bellas tetas …
El elogio a mis pechos tuvo su efecto y decidí continuar el juego de la seducción. Los adolescentes como Andrés con sus hormonas a mil no actúan coherentemente, son estúpidos e insensibles, piensan con su pene. Continué a mover mi mano en el plano vertical y pronto aparecieron algunas gotitas de líquido preseminal sobre su glande que comenzaron a bañar mis dedos, debo agradecer a Scotty por haberme brindado una experiencia similar con anterioridad, no me asustaba el acto de pajearlo.
Andrés estiró sus manos y atrapó mis senos, comenzando a pellizcar mis erectos pezones, luego me atrajo hacia él y sus labios comenzaron a chuparlos suavemente y con delicadez.
—¡Uhmm!, Andrés … eso se siente bien …
Improvisamente él volvió a poner la mano bajo mí falda y apartando mis húmedas bragas, jugó con mí coño resbaladizo y candente. No pude resistirlo y gimiendo follé sus dedos.
—¿Qué tal se siente esto, bebé? …
—¡Ooohhh! … ¡Mmmmmm-mmmm! …
—¡Chúpame la polla, bebé! ... ¡Hazlo, por favor! ... ¡Envuélveme con esos bonitos labios alrededor y chúpamela! …
—¡Nooo! … Andrés … ¡Nooo! …
Apreté su pija un poco más fuerte y aceleré el movimiento de mi mano, me preguntaba cómo se sentiría esa verga en mi boca, pero me resistí, solo moví mucho más rápido mi mano.
—¡Un poquito! … ¡Solo lámelo un poquito, bebé! ...
Sabía que, si accedía, él terminaría follando mi cara violentamente. La cara de Andrés estaba iluminada por las luces de la radio del auto, lucía retorcida y con una mueca de dolor y agonía, ¿Quizás lo apretaba con demasiada fuerza? Entonces comenzó a gruñir y a quejarse guturalmente, sentí una salpicadura en mi mano y miré hacia abajo, su polla pulsaba en mi mano y comenzaron a brotar chorros de semen caliente sobre el volante, mi blusa nueva y algo sobre mis tetas. Lo masturbé hasta que dejo de contorsionarse, yo sabía que a Scotty le encantaba que se lo hiciera así.
—¡Ooohhh!, bebé … eso fue genial … estupendo … ahora vayamos al asiento trasero para que termines de chuparme y podamos follar cómodamente …
—¡No!, Andrés … ¡No lo haré! … ¡Llévame a casa, ahora mismo! …
Algo me decía que, si no salíamos de aquí ahora mismo, terminaría en el asiento trasero chupándole su polla esplendorosa y él me follaría. Me había hecho calentarme demasiado y me resultaba muy difícil razonar correctamente. No quería arruinar mi reputación por chupar y follar en la primera cita, además, Andrés se había calmado un poco y se había vuelto menos insistente, casi no parecía tan interesado en besar mis pechos y excitarme con sus dedos. Esto no me había sucedido con Scotty, él no cesaba de perseguirme y tratar de enfilar su lengua en mi coño.
Andrés se recompuso un poco y arranco el motor, luego aceleró con rabia haciendo rechinar las llantas del auto.
—¡Puta! … ¡Eres una puta! … ¡Todos en el colegio saben que eres una zorra! …
—¿Qué soy qué? … Pero ¿qué estás diciendo? …
—¡Oh!, bebé … ¡Vamos! … ¡Siempre coqueteas con todos y vistes como una ramera! …
—¡Solo porque uso ropa vanguardista, no significa que soy lo que dices! …
—¡Lo que sea! … ¡Pero eres diestra a manejar una polla! … ¡Quizás cuantas has tenido! … ¡Maldita perra puta! …
Me quedé en silencio, no podía creer que los chicos pensaran así de mí. Estaba enojada con Andrés, sus comentarios eran crueles. Llegamos a casa, abrí la puerta para descender y él tomó mi mano, después como si nada me dijo:
—¡Oye, bebé! … te daré otra oportunidad … me hiciste una rica paja … la próxima me harás sentir esos ricos labios tuyos …
—¡De ninguna manera! … ¡Eres un idiota! … ¡Y mi nombre es carolina, no bebé! …
Cerré la puerta con fuerza y creí sentir algunas reclamaciones injuriosas e insultantes, pero no hice caso. Entré a casa y en la sala estaba mamá esperándome.
—Entonces, cariño … ¿Cómo estuvo esa cita? …
—¡Uhm!, bien … pero prefiero no hablar de eso ahora …
—Está bien, cariño … como quieras …
Me arrimé a mamá y le di un beso en la mejilla antes de irme a mi cuarto, sentí las uñas de Scotty en el piso que me seguía a corta distancia. Entré a mi dormitorio e hice subir a Scotty a mi cama, luego me acurruque sobre su suave pelaje y escondí mi rostro para llorar y mamá no me escuchara.
Al día siguiente evité a mi madre, pero por la tarde del domingo no aguanté más mi tribulación y sollozando me acerqué a ella.
—¿Qué te sucede, Carolina? … ¿Quieres que hablemos? …
Entre sollozos tuve que admitir que la cita no había andado del todo bien,
—¡Andrés, mami! … ¡Nuestra cita de anoche! …
—¿Te hizo algo? … ¿Te causó algún daño? …
Preguntó mi madre alarmada.
—¡No! … bueno … ¡Sí! … ¡Oh!, mami … mi amiga me acaba de avisar que él ha subido un mensaje a las redes diciendo que ha tenido sexo conmigo …
—¡Uhmm! … ¿Y es eso verdad? …
—¡No! … bueno … ¡Sí! … ¡Un poquito! …
Le conté a mamá lo sucedido en el cine y que luego me había llevado a un lugar desolado, pero lo único que habíamos hecho era besarnos y algunas cosas más. Mi madre a sabiendas de que quería decir con eso de “Algunas cosas más”, ya que ella también conocía el lugar donde me llevo Andrés y sabía lo que se hacía en esos lugares.
—Y … entre esas cosas más … ¿Tuvieron relaciones sexuales? …
—¡No! … Él quería, pero no le dejé …
—Se lo chupaste …
—¡Nooo! …
—¿Te toqueteo en algunas partes? …
—Bueno … ¡Sí! …
—¿Las piernas? …
—¡Sí! …
—¿Tus pechos? …
—¡Sí! …
—¿Tu sexo? …
—¡Sí! … sus dedos se sentían bien …
—Entonces … sin relaciones sexuales … y … ¿Qué pasó luego? …
—Bueno … Él puso mi mano en su cosa dura y caliente … y me hizo … bueno … moví mi mano …
—¿Lo masturbaste? …
—¡Sí!, mami … y creo que me equivoqué … lo siento … pero se sentía tan lindo … me besaba muy bien … traté de detenerlo, pero el deseaba tanto tener sexo conmigo … que continué a mover mi mano hasta que él explotó sobre mí … lo siento, mamá …
—Lo sé, tesoro … siempre sucede así …
—Pero mami, él le está diciendo a todos que hicimos más cosas … todos me llamarán “Puta” y “Zorra” …
—¡Uhmmm! … ¿Y tú, dijiste la palabra “no”? …
—¡Sí!, mami … y más de una vez … pero siguió intentándolo … estábamos demasiado lejos de casa como para haberme bajado del automóvil … pero no me hizo nada más … solo nos besábamos y las cosas se salieron de control …
—¿Y esas manchas en tu blusa? … ¡Uhmmm! … ¿De semen? …
Mamá me sorprendió cuando dijo eso, bajé mis ojos al piso arrepentida y derrotada, ella agregó:
—La encontré en el cesto de la ropa sucia … también te volví a coser el botón que te faltaba …
—¡Sí!, mamá … era su esperma …
—Entonces está decidido … lo denunciaremos a la PDI por violación … él te obligó a hacer cosas que tú no querías y luego te penetro con sus dedos … claramente estamos hablando de una violación … al menos diez años de cárcel para él …
—¡Oh!, mami … ¿Pero que tú dices? …
Me imaginé en el podio del tribunal declarando todas las cosas que me había hecho, lo que me habría procurado un acoso y la vergüenza de la escuela. Quizás era lo que debía hacerse, pero … Mi madre viéndome vacilar y titubear me dijo:
—¡Hay otra opción! … ¡Pero tienes que ser fuerte si decides tomarla! … En el colegio dirás que él está enojado contigo y que por eso inventa cosas que no son verdad … debes decir que te causó risa su pequeño pene y que ni siquiera logró una erección …
—¡Pero mami! …
—Debes decirlo a todos los que te pregunten … para comenzar harás un mensaje de texto contando tú versión a todos tus amigos … agregarás al final que si él intenta eso con cualquier otra chica ira a la cárcel por violación … pídele a tu amiga que te apoye y refuerce tu versión … además, agrega que contaste todo a tú madre y que estamos barajando la opción de denunciarlo a la policía …
—¡Ay!, mami … ¡Qué maquiavélica que eres! … ¿Y tú crees que funcionará? …
—Estoy completamente segura … ni lo dudes …
El lunes por la tarde regresé a casa de muy bien humor, mamá tenía razón, todos se burlaban de Andrés, le hacía señas con los dedos índice y pulgar separados, cómo “Pequeñito”. Andrés no soportó las burlas y trató de confrontarme en el patio del colegio, se acercó amenazante, yo grite de que era un hombre enano con un pene diminuto, cuando trató de agredirme, un alto y buen mozo joven de último año lo tomó por el cuello y lo arrinconó contra una torre metálica, chasconeó sus cabellos violentamente y luego se volteó hacia mí:
—¡Si este enano diminuto y pedazo de mierda te vuelve a molestar … solo avísame … le meteré su pequeño pene por la nariz …
Me acerqué a Andrés que temblaba de miedo y le dije:
—Si no te retractas y le dices a todo el mundo que inventaste una mentira … mamá te acusara a la policía de violación … acuérdate también, que ese lindo chico podría patear tu trasero …
—¡Lo haré! … ¡Lo prometo! … ¡Lo haré! …
Cuando volví a casa estaba mucho más tranquila y relajada, en el colegio todo había ido bien y había logrado recomponer todos los daños, además, el estúpido de Andrés había sido aniquilado por sus propios amigos. No paraban de burlarse de él y las chicas no paraban de felicitarme por haberlo hecho pedazos. Apenas entré me recibió mi fiel mascota.
—¡Oh!, Scotty … mi querido Scotty …
Me agaché y lo abracé con fuerza, él era mi sola y única pareja.
—Gracias por escuchar mis tontos problemas y hacerme sentir mejor … eres un amor …
Scotty me dio un húmedo lengüetazo y yo le recompensé con un beso en su fría nariz.
—Lo siento querido si te he descuidado … pensé que necesitaba un chico, cuando todo lo que necesito me lo puedes brindar tú …
Mi mano se desplazó bajo su vientre y mis dedos hicieron contacto con su vaina peluda, su polla comenzó a despertarse, iniciando a hincharse.
—¡Ay!, mi niño … estás tan caliente cómo yo … ¿Verdad? … ¡Mmmm! … ¿Quieres Jugar? …
Un animoso ladrido fue su única respuesta, Scotty ladeo su cabeza y pareció entender la palabra “jugar”, pues empezó a hacer piruetas y menear briosamente su cola. Me levanté y enseguida me quité mis bragas.
—Ven Scotty … ¡Huéleme! … ¡Huele Scotty! … ¡Huele! - ¡Huele! - ¡Huele! … ¡Huele mi coño! …
El largo y hermoso hocico de él se hizo hacia adelante y solo su fría nariz rozó mi vulva rubia y húmeda hasta comenzar una ligera presión sobre mi estrecha ranura. Me encantaba sentir su fría nariz sobre mi conchita candente, además, yo sabía que prontamente él la reemplazaría por su cálida lengua.
—¡Ooohhh!, Scotty … jamás nadie se enterará de nuestro secreto, ¿verdad? …
Comencé a retroceder hacia mi cama, él se mantenía a pocos centímetros de mi coño, pero obedientemente solo olisqueaba mi entrepierna siguiéndome a cada paso que retrocedía, me complacía ver su férrea fuerza de voluntad para retenerse de sacar su lengua áspera y saborear mi chocho, venía detrás de mí sumisamente esperando mí orden para comenzar a lamerme. Choqué con el borde de la cama, rápidamente me quité la blusa blanca y también solté mi sostén para dejar mis senos en completa libertad, después hice correr la cremallera de mi falda plisada y la dejé deslizarse hasta el piso, me quedé solamente con mis grises medias de lana del colegio, Scotty mansamente se sentó con su voluminosa pija de afuera y esperaba pacientemente que terminara de desvestirme. Apenas acomodé mis medias hasta mis muslos, empujé su hocico con mi pierna e inicié una danza para él, Scotty se agitó y me saltó encima, pero agarré sus zampas y lo desvié a un lado. Me ladró contrariado, pero me di vuelta y arranque de él que intentaba vanamente tumbarme al piso, por más de diez minutos continué a girar y saltar en mí habitación, Scotty jadeaba blandiendo su pija lustrosa de lado a lado, pensé de haberlo excitado bastante, también mi coño comenzaba a rezumar fluidos, me detuve y el se detuvo expectante, entonces le ordené:
—¡Lame!, Scotty … ¡Lame a tu puta perra! ... Lame -Lame -Lame ...
Su lengua salió de su hocico medio enrollada y se estiró como un látigo golpeando mi coño y comenzando a mojarlo con baba de perro.
—¡Uhmmm! … ¡Ssiii! … ¡Mmmmmm! … ¡Se siente tan jodidamente rico! …
La lengua de Scotty continuó azotando mis labios mayores, trataba de separarlos para penetrar mi coño y recoger la dulce miel de mis jugos vaginales. Sintiendo esa maravilla hecha lengua, me di cuenta de que enamorarme de un chico era una perdida de tiempo, nadie podría lamer mi chocho tan bien como Scotty. Además, el no podrá jamás publicar en las redes lo caliente, lujuriosa y puta que soy. Tener a Scotty como amante tiene un sinfín de ventajas, comenzando por la enorme polla que tiene entre sus patas y la larga, gruesa y rugosa lengua incansable. Creo que no voy a necesitar novio si lo tengo a él. Pero …
—¡Ssssiiii! … ¡Mi dulce amante peludo! ... ¡Uhmmm! ... ¡Oooohhhh! ...
Me alejé un poco de él, estaba a punto de correrme y quería solo qué el momento se hiciese más prolongado, también la verga rojiza de él parecía más dura y grande que antes, quizás también esté a punto de correrse, pensé.
—¡Qué noble que eres, Scotty! … ¡Siempre me complaces y satisfaces! … ¡No como ese estúpido de Andrés! … ¡Pensar que estuve casi lista a chuparle la pija! …
Mis piernas comenzaron a temblar, necesitaba recostarme y abrir un poco más mis muslos para él. Presentía que me iba a correr de un momento a otro, lo necesitaba. De prisa me subí a la cama y me acosté sobre mi espalda, por un momento Scotty me miró con cierta perplejidad, así que le di unos golpecitos al edredón para invitarlo a subir a mi cama.
—¡Rápido, chico! … ¡Arriba! … ¡Vamos súbete! …
Mí amado perro dio un salto con su verga goteando y se colocó a mi lado mostrándome su potente erección. Como que quería decirme algo con esa posición, inmediatamente me di cuenta.
—¡Oh!, bribonzuelo … no he dicho “Paja” … no te pases de listo … primero “Lame -Lame -Lame” … lo otro vendrá después …
Me asombró cuando se sentó con su verga roja bien parada y me ladró, su polla lucía alucinantemente más larga, gorda y apetecible, reclamaba que lo atendiera.
—¡Ups! … ¡Lo siento Scotty! … dije “Paja” antes de “Lame” … tienes razón …
Inmediatamente el hizo un gruñido juguetón y me dio un lengüetazo en la mejilla.
—¡Está bien, tesoro! … Yo puedo esperar … Ahora acuéstate y déjame jugar con tu pene de perrito …
Increíblemente Scotty se echó de espalda con sus cuatro patas en el aire y su verga que se balanceaba obscenamente en el aire para que yo se la magreara a mi propia voluntad.
—¡Qué bonita polla de perrito que tienes, Scotty! … ¡Es mucho más bella que la de Andrés! … ¡También mucho más grande! …
Me causaba cierta hilaridad estar hablando a Scotty de lo hermosa qué era su pija, pero dada la situación, me parecía atinado y mi coño pulsaba casi tanto como esta hermosa pija de perro que tenía en mis manos. Lo acaricié como lo había hecho tantas veces antes, su verga estaba dura, amoratada y húmeda, se veían las venas azulinas llenas, sus cojones se contrajeron, su bola creció hinchándose desmesuradamente.
Hace algunas semanas, todo se había iniciado para salvarlo de que le extirparan su bolas. El adiestramiento para mantenerlo lejos de las piernas de mamá y evitar que tratara de follar cada cosa que se le presentaba. Mirándolo ahora extendido con su verga hinchada y dura, con esa facha juguetona en su rostro, llena de deseos y esperando mis toqueteos, también a mí me hacía sentir cachonda y con ganas de correrme. Pero ahora la prioridad era él, lo hice levantarse y me metí bajo su vientre con mis senos a centímetros de su verga candente, me encantaba sentirlo eyacular sobre mi piel desnuda y que sus interminables chorros me bañaran toda.
Estaba pasando la aguzada punta de la verga por mis pezones, cuando me recordé que debía evitar que ensuciara mi cama y busque la toalla que siempre tengo cerca, pero esta vez me olvide de prepararla. Que dirá mamá si se da cuenta de que mi cama está empapada de esperma, casi entro en pánico cuando un primer chorro caliente baño mi pecho izquierdo, debo reaccionar rápido, ¿Qué hago, mi Dios? Sin titubear, me lo llevé a mi boca y el segundo chorro baño mi lengua, entonces cerré mis labios alrededor de esta pija de perrito y la chupé hasta la última gota, ¡Mi cama estaba a salvo! Esta era mi primera mamada a sorpresa y me pareció del todo agradable, pero estaba más caliente que antes, necesitaba una buena lamida.
—¡Te has salido con la tuya, Scotty! … ¡Pero ahora es mi turno! … ¡Lame -Lame -Lame! … ¡Lame a tu puta perra caliente! …
Rápidamente me acomodé sobre mi espalda y puse un cojín bajo mis glúteos, luego abrí ampliamente mis muslos, plegando mis rodillas hacia arriba. Él no me hizo esperar, sabía exactamente lo que yo quería de él. Se coló entre mis piernas abiertas y comenzó a lamer deliciosamente mi coño encharcado, empujando su hocico y hozando profundamente en mi chocho para libar todo mi cremoso néctar. El estúpido de Andrés jamás intento siquiera lamer mi coño.
—¡Mmmmmm! … ¡Sí!, cariño … ¡Dale tu lengua a mami! ... ¡Lámeme rico! … ¡Mmmmmm! … Jamás nadie sabrá nuestro secreto, ¿verdad? … ¡Nunca dirás como te he enseñado a olisquear y lamer mi jugoso chocho, ¿verdad?! … Tampoco dirás que te chupé la polla y me bebí tu lechita, ¿verdad? …
En respuesta Scotty se hizo más adelante y comenzó a lamer mi botoncito haciéndome estremecer, mis labios vaginales se ensancharon con su lengua y a momentos mi ano también fue favorecido por sus largos lengüetazos.
—¡Oooohhhh! … ¡Ssiii! … ¡Qué bien que me haces sentir! …
Mis gemidos se hacían cada vez más audibles, comencé a pellizcar mis pezones, arqueando mi espalda y mover mi ingle para frotar mi coño en su adorable hocico. Me estaba convenciendo cada vez más que no iba a necesitar un novio humano, los chicos son demasiado estúpidos, si coqueteas un poco con ellos y te ven vestida en un cierto modo, inmediatamente te llaman puta. Luego riegan mentiras por las redes y cuentan todo lo que te hacen. Creo haber tenido suficiente con chicos, además, jamás ninguno podría lamer mi coño como Scotty.
La gruesa y larga lengua de Scotty se introducía dentro de mi vagina y escarbaba mi sensible labia hinchada de placer, me tenía toda empapada, lo sentí cuando se concentró a lamer mi apretado ojete anal y me provocó escalofríos alucinantes, en mi corta vida, jamás nadie había tocado ni menos lamido mi culo, solo Scotty y lo hacía maravillosamente bien.
—Veo qué también te gusta mi culo, cariño …
Me hacía sentir muy caliente su lengua, abrí mi nalgas y levanté mis rodillas hasta tocar mis tetas, de ese modo mi culo y mi coño quedaban completamente expuestos para él y él no perdió tiempo:
—¡Eso, cariño! … ¡Lame -Lame -Lame! ... ¡Lame el culo de tu perra caliente! … ¡Lámeme! …
Scotty resoplo y babeo mi ano, su lengua trataba de penetrar mi estrecho orificio causándome algunas cosquillas y tiritones que atravesaban mi espina, su insistente nariz empujaba entre mi glúteos y mi ojete anal pulsaba con placenteras contracciones. No sé si era solo por el olor o también por el sabor de mi dulce culo, pero él continuaba a empujar su lengua en mi engurruñada ranura, hasta que uno o dos centímetros esforzaron mi esfínter penetrándome y haciéndome chillar. Nunca nada había entrado por ese hoyito, ni siquiera mis dedos, no se me había ocurrido que pudiese ser tan placentero.
—¡Oooohhhh! … ¡Ssssiiii! … Scooottyyy … ¡Lame mi culo! ... ¡Lame el culo de tu perra cachonda! …
Era increíble la sensación que me estaba provocando, una sensación nueva e intensa, cada nervio de mi esfínter hormigueaba gozosamente, ¡Quería correrme con los apasionados lengüetazos que su lengua propinaba deliciosamente a mi culo! Sin poder contenerme, me arrodillé sobre la cama quedando de espalda a él, incliné mi torso apoyando mi rostro sobre el edredón, luego con ambas manos abrí mis nalgas:
—¡Lámeme, Scotty! … ¡Lame mi culo, chico! ...
Lo había entrenado bien y el hizo justamente lo que le pedía. Su lengua se deslizó con largos movimientos en el surco de mi trasero, recorriendo mis posaderas y la rajita de mi coño. Empujé vehementemente hacia atrás y pasando una mano entre mis piernas plegadas, alcancé mi clítoris y comencé a frotarlo, jugando deliciosamente con él. Scotty prácticamente devoraba mi culo y mi coño, ahora me tenía totalmente expuesta para él, volteé mi cabeza y miré su bajo vientre, había la punta de un proyectil de miembro canino que se escondía y asomaba desde su funda peluda, estaba poniéndose cachondo mi perrito caliente. Impulsiva y persistentemente su lengua sondeaba mis agujeros, lo que me hacía estremecer y chillar en forma espasmódica.
—¡Aaaahhhh! … ¡Umpf! … ¡Umpf! …
Mis espalda se arqueaba y se movía por propia voluntad, me aferré con ambas manos del edredón, mi cuerpo entero comenzaba a hormiguear, especialmente mi coño y mi clítoris. Mientras Scotty atacaba mi culo fervorosamente, mis dedos se movían a vertiginosa velocidad sobre mi pequeño botoncito, sentí las primeras descargas eléctricas que hacían vibrar mi cuerpo entero. Las enérgicas vibraciones comenzaron en mi baboseado y abierto culo y se expandieron en ondas hasta mi firme e hinchado clítoris. En tanto, Scotty no hacía ninguna diferencia entre mi culo y mi coño, me lamía ambos orificios, pero luego se centró en mi culo otra vez y la metió dentro, entonces exploté.
—¡Nnnnnnngggghhhh! … ¡Aaarrrgghh! … Scooottyyy … ¡Ssiii! … ¡Ssiii! … ¡Ssiii! … ¡Oooohhhh! … ¡Miieerrdaaa! …
Empujé dos de mis dedos profundamente en mi coño, convulsionando con corcoveos en un paroxismo frenético y fabuloso. Mi culo hormigueaba, mi chocho chorreaba y mi cuerpo temblaba, aplasté mi clítoris para calmar mi orgasmo, pero fue imposible, los estallidos convulsivos continuaban, mis lagrimas afloraron en mis ojos, pensé que enloquecería de placer. Pero no estaba en condiciones de detener mi orgasmo infinito, mi vientre se movía espasmódicamente tratando de ayudar a mis pulmones a absorber un poco de oxígeno, tampoco quería que Scotty dejara de lamer mi culo y mi conchita que se contraía apretando mis dedos. La lengua de Scotty era simplemente excepcional.
Disfruté mi orgasmo con luces multicolores. Traté de respirar profundamente, el único sonido eran los incesantes lengüetazos de Scotty. Mi trasero no estaba tan sensible como mi clítoris, así que le permití de seguir lamiendo mi ano, con una mano cubrí mi coño punzante, él entendió que estaba rendida y satisfecha y se apartó. Deslicé mi mano sobre el orificio de mi trasero y lo encontré húmedo, suave y ligeramente abierto. Empujé mi dedo, notando asombrada que se deslizó fácilmente dentro.
—¡Wow!, Scotty … al parecer te encanta lamer culos … a mí también me gustó …
Moví mi dedo dentro de mi ano, se sentía muy agradable, pensé que era indudablemente un nuevo lugar para estimular mi cachondez.
Me quedé inerte con mi culo en el aire, para mí fue una sorpresa, pero Scotty supo instintivamente que hacer. Me había olfateado a mí que era su perra, había lamido mí culo y mí coño, en su cerebro había una etapa sucesiva y él sabía cómo hacerlo, no necesitada más entrenamiento. Se acercó a mi trasero, me dio unas cuantas lamidas, mi coño ya no era tan sensitivo así que quité mi mano.
Scotty saltó sobre mi trasero expuesto y bien levantado.
—¡¡¡Scotty!!! … ¿Qué estás haciendo? … ¡¡Quítate de encima maldito idiota!! …
Me vinieron ganas de reír ignara de lo que estaba intentando, sentí que me envolvía con sus patas alrededor de mi cintura, luego su polla comenzó a azotar mis muslos y nalgas, después su resbaladizo pene rozo los labios de mi coño abierto y mojado. Me mantenía firmemente sujeta con sus patas y tironeaba mi trasero sobre su polla enloquecida. ¡¡Estaba tan cerca de mi sexo!! ¡¡Bastaba que hiciera centro solo una vez!! Improvisa e increíblemente mis ojos se abrieron con sorpresa, sentí la punta de su pene inundar mi coño y luego salir, después nuevamente un intenso dolor:
—¡Ouch! … ¡Aaarrrggghhh! … ¡Umh! … ¡Mmmmmm! … ¡Argh! … ¡Umpf! … ¡¡¡Scooottyyy!!! …
CONTINUARA …
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