Diana en Nuevo Laredo

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género
exhibicionismo

El relato de hoy es el cómo por caliente perdí a mi mejor amigo. Pablo (que no es su nombre), estuvo conmigo en la Universidad y nos hicimos grandes amigos, pasamos bastantes aventuras casi de todo tipo y eso fortaleció bastante la amistad. Cuando terminamos la carrera todavía litigamos juntos los primeros años, hasta que él se fue de Ministerio Público y yo conseguí el trabajo que actualmente tengo, pero seguimos frecuentándonos, yo me case primero, pasaron 2 años y lo hizo él, salíamos en parejas, llegamos a realizar algunos viajes juntos, inclusive en una ocasión que estábamos en San Miguel de Allende llegamos casi de madrugada y como es de esperarse no nos respetaron la reservación, así que solo conseguimos un cuarto doble en esos moteles de paso para pasar lo que faltaba de la noche, y ya una vez en los cuartos aquellos en vez de dormir se pusieron a coger y con los gemidos de su mujer la mía se prendió y también lo hicimos, al día siguiente que las damas estaban turisteando aquel se me acerco y me propuso un intercambio de parejas, a lo cual la verdad yo no me negué, pero si mi mujer, diciendo que no quería que se arruinara mi única amistad.

Pablo y Diana (una morena como entre 1.75 y 1.80 de estatura, con unos senos fenomenales, unas piernas largas acorde con su figura, pelo castaño y ojos miel, lo único que le faltaba eran nalgas), tenían un matrimonio algo raro, ya que no terminaban por cuajar y era frecuente que o él se saliera de la casa un tiempo o ella. Diana era originaria de Nuevo Laredo Tamaulipas, y también frecuentemente se iba para allá, hasta que los dos se hartaban de estar solos y se buscaban. El hecho es que en un viaje en julio de 2007 que precisamente hice a Nuevo Laredo, tenía dos audiencias en días cercanos, es decir una un día y la siguiente dos días después por lo que no valía la pena irme de la ciudad, así que el abogado con el que tengo contacto allá me invitó el primer día a un evento que les organizaba el PRI a la barra de abogados a la que él pertenecía, yo con tal de no aburrirme y desahogarme de un mal rato en la audiencia (un testigo se equivocó en su declaración), le dije que sí.

En la noche cuando llegamos nos sentamos en una mesa al final del salón, desde donde se tenía perspectiva de todo el lugar, y además de bebidas y comida bufet de antojitos mexicanos, había edecanes (que eran casi tomadas por todos como damas de compañía), para mi suerte ya se había acabado la averiguata así que prácticamente llegando y arrasando con la cheve y la comida. Con más calma conté 8 edecanes de todos gustos y sabores, lógico unas más atractivas que otras. Al final del evento, Saúl me llevo a presentar al presidente de la barra y que casualmente acababa de anunciar su pre-candidatura a la alcaldía de la ciudad. El hombre ya se iba y se estaba despidiendo acompañado de dos edecanes, una agarrada de cada brazo, la del lado derecho más acorde a mis gustos, chaparrita, delgada, cara de niña, pelo negro con cintura marcada, regular de sus senos y cadera, pero por el vestuario que llevaban ambas, con un traje de látex en color como tinto seguido de tobillos a cuello anunciando a un periódico local, se denotaba perfectamente el que ésta nomás traía eso puesto encima, se dilucidaban perfectamente sus nalgas, sus senos, sus pezones y un a camel toe formidable que a todos dejaba perplejos, a la otra más alta si se notaba que traía sujetador (muy chiquito por cierto, lo suficiente para ayudarle a levantar las tetas que se cargaba) y tanga de hilo que se marcaban en el traje, cuando lo salude al candidato me quede anonadado, una de las chicas era Diana, ambos nos quedamos sin habla y no cruzamos palabras.

Ya cuando estaba en el hotel, recibí llamada de Diana, quien antes de esperar siquiera a verificar si era yo al teléfono, me preguntó ¿en qué hotel estás?, en el Colón Plaza, voy para allá necesito hablar contigo y colgó. A los 20 minutos recibí llamada de recepción avisándome que una dama preguntaba por mí y que por política del hotel no le podían dar el pase a la habitación. Baje y estaba sentada en uno de los sillones del lobby, aún llevaba el traje solo que también llevaba una gabardina encima, se veía que se había desmaquillado (a lo mejor para no parecer más lo que ya se estarán pensando), hola me dijo, que hacías ahí, más bien que hacías tu ahí, es algo complicado de explicar, pues empieza que tengo todo el día, en otro lugar, le dije son las 2 am, los restaurantes que conozco ya están cerrados, así que no queda más que aquí, ok pero otro lugar donde el de recepción deje de clavarme la mirada, que barbará, hace rato eso no te molestaba, por favor, está bien, en mi cuarto?, ok. Nos enfilamos al elevador cuando el de recepción me habla; señor, puede venir un momento, ok, me dio aviso de la cantaleta de que no podía dejarla pasar, le ofrecí lana y me dijo que no podía aceptarla ya que las cámaras ya habían grabado todo, entonces se me ocurrió, ok, es mi esposa, la registro y cuanto te pago por persona extra, nada señor su habitación es doble, sólo le pido la registre y me presté una identificación de ella, le dije a Diana y la registramos así.

Cuando entramos al cuarto, lo primero que vio fue el kit de café y me preguntó si lo podía hacer, le dije que sí, y no deje pasar más tiempo, que paso, por que estabas ahí? Estoy acá hace una semana, yo creo que ahora si es definitivo que Pablo y Yo nos separemos, no tenía para pagar unas deudas allá y tampoco para venirme, así que para no molestar a mis papás otra vez, ahora le pedía a una prima que tiene un agencia de edecanes, pero el trato sería que le pagaría con trabajo. Diana, pero en éstos eventos, vestida así, no te digo lo que pareces (claro que tenía que hablarle puritanamente, aunque como me conocen yo estuviera a mil por dentro solo de recordar cómo estaba vestida), le dije, que cabrona tu prima que te manda a éstos eventos, me dijo, no, yo lo escogí, son los que más dejan y así más rápido le pago. Y tus papas que dicen, nada, les digo que me voy a dormir con mi prima porque tenemos evento temprano y ya.
Bueno, todo ésta bien y tu vida es tu vida, pero si ya mandaste a la fregada a Pablo que tienes que venir a darme explicaciones, yo no soy nadie de peso en tu vida. Te quiero pedir que por favor aun así no le digas, por qué?, tú lo conoces, si lo sabe después va a poner trabas para el divorcio y estamos casados por régimen mancomunado.
Ya apareció el peine, lana. No lo veas así es solo que mi esfuerzo puse en esa casa para quedarme si nada, no es justo. En eso se dirigió a la cafetera, se quitó la gabardina y mendiga, como les dije aun traía puesto el trajecito ese, sólo que ahora como su compañera se veía que no traía nada abajo todo se le remarcaba, se sirvió una tasa y muy coquetamente volteo y me ofreció, le dije que no que prefería agua, así que en la otra taza sirvió lo que quedaba de la segunda botella de agua,: cuando me la dio, no pude desviar mi mirada a ese par de tetas y ella lo noto, así que se me acerco al oído y me dijo, por hoy te voy a atender como lo iba a ser con ese viejo del evento, pero mi pago será que no le digas nada a Pablo, terminando de decir esto llevo una mano a mi entrepierna y palpo a mi amigo excitado, se bajó el cierre del traje a la altura del ombligo, abriéndose a la mitad, dejando ver el contorno de ese precioso par de tetas, así como el inicio de sus aureolas, lo cual la verdad me dejo hipnotizado.
Después del asombro inicial y recordando que en el evento si pude reconocerle que llevaba ropa interior (si así se le puede decir), y ahora no le dije, donde alcanzaste a quitarte el sujetador y la tanga antes de venir?, me dijo, en el carro, traes automóvil?.. Sí el de mi prima, al cabo ella no lo va a necesitar… la dejaste en su casa?, no en otro hotel con el abogado… se sacrificó para que el viejo me dejara ir y pudiera venir contigo.. Mi prima es el otro edecán. Me lo quite llegando aquí porque no sabía cómo convencerte y pensé que la manera más fácil era con cuerpo mático.
Mientras teníamos esta plática ella no dejaba de sobar a mi amigo por encima del pantalón, diciéndome no lo tienes tan largo como Pablo, pero se nota que lo tienes grueso, puedo jugar con él… cuando estaba a punto de asentir con la cabeza me recordé de todas las veces que Pablo y yo habíamos salido de juerga y de las veces que me hablaba de Diana y como la idolatraba, así que me tuve que negar. Le dije no tienes necesidad de esto, no le voy a decir nada, vete a tu casa y descansa. Ella me vio a los ojos y dijo bastante molesta, a no, ya deje el negocio con el vejete aquel y me late mi entrepierna por verga, así que si no es contigo me voy a buscar otro que me llene. Diciendo esto se encamino a la puerta abriéndola de forma escandalosa (fuerte y dejando que se golpeara con la pared), ya eran como las 3 de la mañana, así que no había otro ruido en el pasillo, temiendo que llamaran a seguridad o algo así le dije que entrara, ella en un tono alto dijo vamos a coger?, le dije Diana ese no ese no es el asunto, entiende que estas casada con mi mejor amigo. Ok, ya entendí dijo, y se encamino por el pasillo, a donde vas, vi una máquina de refrescos y golosinas enfrente del elevador, voy a ver que hay regreso.
Me metí al baño para echarme agua en la cara, me la seque y regrese a la puerta, al asomarme y ver si ya venía Diana, la vi como doblaba la esquina, viniendo de donde estaba el elevador pero no pude más que asombrarme con la escena, ella caminando muy sexy, poniendo cada una de sus largas piernas delante de la otra, despacito, muy despacito, como queriendo recorrer ese pasillo en 10 minutos, con una mano en la cintura y el otro brazo doblado hacia arriba con la mano a la altura de su hombro medio cerrada, con el dedo índice abierto en forma de gancho sujetando su traje de látex que le caía por la espalda…. Iba caminando completamente desnuda... Con una sonrisa casi malévola sin dejar de verme a los ojos.

A mitad del pasillo se detuvo, y con la mano libre se tomó su seno derecho, lo levanto y agacho la cabeza alcanzando a darse un lengüetazo en su pezón, entonces levantó la cara otra vez y pronuncio una palabra muy bajito, de hecho le leí la boca, ¿quieres?, la verdad sus senos eran una maravilla, bastante grandes, muy apetecibles, pero alcance de nuevo a reaccionar y le dije no, ya ven para que te vistas, entonces aventó su traje lo más lejos que pudo en dirección a mí, casi quedó en mis pies, se dio media vuelta y se empino, le bardad era más el morbo que su trasero, ya que le faltaba y era lo único que iba disparejo con su cuerpo, pero como leyendo mis pensamientos paso su mano izquierda por debajo suyo y con sus dedos abrió sus labios vaginales y metió uno de sus dedos y con la otra mano la paso por arriba de sus nalgas localizando su ano y metió su dedo medio, comenzando un mete y saca y empezando también a gemir, entonces recordando que la mayoría de los hoteles tienen cámaras en los pasillos, me apresure a donde estaba, la jale de la cintura y la hice caminar rápidamente a la habitación, casi la avente al piso y regrese por el traje, cerrando la puerta de la habitación. Le dije que te pasa, no sabía que te comportaras así, apenas si pronuncie esas palabras, cuando me puso el dedo con el que se masturbaba en los labios en señal de que me callara y lo metió para que lo chupara, sabia riquísimo, haciendo gala de sus experiencia con la otra mano me desabrocho el pantalón y bajo el cierre, para luego en un movimiento rápido con las dos manos bajármelo junto con mis calzones, dejando libre a mi amigo que por como ya dije el morbo de la situación estaba firmes.

Lo tomo con una mano acercándose a mi oído derecho y me dijo, si lo tienes grueso, ahora si vamos a jugar, poniéndose en cunclillas, ya esperaba sentir la humedad de su boca en mi glande, cuando sentí que aprisionaban a mi amigo pero no con la boca o las manos, sino con sus enormes senos, la muy desgraciada me comenzó a hacer una rusa, que delicia sentir la suavidad de sus senos, como me apretaban, como hacían el movimiento de subir y bajar, la gloria. Cuando tuve a bien bajar la vista ella como que lo esperaba y dejo de hacer su movimiento de arriba y abajo y sin dejar de apretarme comenzó a pasear su lengua por mi pene, ahí ya perdí la cordura que me quedaba y la tome de la nuca y le apunte mi verga su boca y sin miramiento se la metí, haciendo que entrara y saliera salvajemente hasta que solté el semen que traía reprimido llenándole toda la boca, a lo cual ella no se quejó y por el contrario pasaba su lengua recorriendo sus labios, papito, hace mucho que no me cojean la boca así, entonces la levante y la avente a la cama, quedando con las piernas colgando en el borde y le dije ahora te toca a ti y comencé a pasarle lengua por su conchita, me concentre en su clítoris haciendo que gimiera (dándome cuenta que es de las que son muy escandalosas), remate metiéndole un dedo sin dejar de lamerle, así que con el masaje que le hice con el dedo en su interior, y mi lengua atacando su clítoris se vino escandalosamente.

Una vez flácida, y con mi amigo repuesto producto de todos sus gemidos, levante sus largas piernas y las puse en mis hombros, apunte mi verga y se la deje ir de un solo golpe, sin miramientos, sin contemplaciones, ella emitió un grito que debieron escuchar hasta recepción, me quede quieto un rato para luego poco a poco comenzar el mete saca, despacio como no queriendo hacerlo, recorriendo ese camino, lentamente, ella se apretaba los labios, diciendo que rico, que forma de coger, me matas. Poco a poco fui aumentando las embestidas, hasta que note que ella misma levantaba su pelvis para encontrarse con la mía, ahí le cambie la postura bajando sus piernas colocándolas de lado sin sacarle la verga y así continúe, ella seguía en su mundo de placer, llegando un momento en el que le llego una orgasmo fenomenal, ella me dijo, todavía me palpita, sigue dándome verga, entonces la coloque en cuatro sobre la cama y de nueva cuenta la clave sin cuidado alguno, lo más salvaje que podía, el ambiente estaba ya muy cálido, los dos sudábamos a chorros, y entonces escuche, hay ya no aguanto, pégame, pégame, pégame para terminar, y comencé a darle nalgadas con ambas manos, tan fuertes que sus nalgas estaban rojísimas, entonces cavile en algo que había visto, que me había mostrado pero que se me había olvidado, su orificio anal, así que mientras le daba nalgadas con la mano izquierda, le saque la verga y le metí a su vagina el dedo pulgar de la mano derecha, para llenarlo de nuestros jugos, lo saque y volví a meterle la verga para continuar el vaivén, deslice mi dedo a su hoyito y lo fui metiendo poco a poco, sin dejar de cogérmela, ella sintió al invasor y quiso levantarse, pero en eso le deje ir mi verga lo más adentro que pude y tuvo que desistir para apoyarse bien y no caerse, comencé a meter y sacar mi dedo al mismo ritmo que mi verga, ella ya lo había asimilado y bufaba, aullaba de placer, cuando sentí que estaba a punto de venirme se deslizo una gota de sudor en mi ojo y comenzó a arderme, repare en que la temperatura de la habitación había aumentado y ya me molestaba, así que me le saque retirándome de Diana, me enfile a la ventana para abrirla, y pude ver que ya se asomaban los primeros rayos del sol, así como que había un pequeño balcón que daba a la parte trasera del hotel, al estacionamiento, y más allá del final del mismo y de la pared que delimitaba la propiedad, de lotes baldíos por donde pasaba la vía del tren.
Esto saco al exhibicionista que había en mí y volteando apara todos lados, comprobando que no había nadie, me regrese a donde estaba Diana aun en cuatro sobre la cama exigiendo que se la volviera a meter, la levante, colocándome detrás de ella, arrimándole mi pene entre la comisura de sus nalgas, con un brazo la tome de la cintura y con la otra la sujete del cuello y la encamine a la ventana, ella se resistió pero le apreté el cuello y cedió, caminamos hasta atravesar la ventana y llegar al barandal del balcón, le solté el cuello y con ese misma mano la puse en su espalda y la empuje hacia abajo apoyando mi otro brazo en su cintura atrayéndola hacia mí, Diana entendió de inmediato y se empino, colocando sus manos en el barandal y separando lo más que podía las piernas, cuando la tuve a mi merced, enfile mi verga hacia su ano y sin avisar se lo metí, solo que llego únicamente hasta la mitad, ella grito y apretó sus manos en el barandal, comprendiendo que no iba a resultar fácil, baje una mano a su clítoris y comencé a masajearlo, y con la otra mano me apropie de uno de sus senos e hice lo mismo, cuando su libido empezó de nuevo a crecer, escuchamos el ruido del tren que anunciaba su paso por los baldíos aledaños, sin embargo poco nos importó, y ya habiéndose acostumbrado a mi verga, de nuevo de un empujón se la metí toda, Diana dijo, ay, ay, me llenas el culo, ay la tengo toda adentro, me llenaste, así déjala, no te muevas… agarre el pezón de su seno y lo apreté un poco, le metí la falange de mi dedo medio en su vagina sin dejar de tocar el clítoris y fue como la señal, ya que comenzó ella misma a empujar sus nalgas hacia mí, así que comencé a clavármela por su culo como lo había hecho ya con su boca y so conchita.. fueron unos minutos deliciosos, su culito me apretaba riquísimo, cuando estaba a punto de venirme y se lo anuncie, putita que rico coges, que culito tan más sabroso, te voy a dar mi lechita, ella de inmediato se zafó y me dijo, no desperdicies en el culo lo que puedes desperdiciar en mu panocha, e hizo que me sentara en el piso del balcón entre las dos silla que había y se colocó sentándose ella en mi verga dándome la espalda y comenzó a darse de sentones, aprovechando para poner mis manos en sus tetas y sobarlas, cuando aumento el ritmo de los sentones, baje una mano y le comencé a tocar su clítoris, eso hizo que explotara en un orgasmo fenomenal.
La coloque en el piso del balcón y le comencé a chupar por cada uno de sus rincones esos preciosos senos a los que no les había prestado atención esperando a que se repusiera y continuar con la faena, cuando sonó un celular en la habitación, ella se levantó y fue a donde estaba colocada su gabardina, saco de una de sus bolsas el celular y contesto, era la prima, reclamándole que no estaba en su casa y que las llaves estaban en el carro, que se diera prisa en llegar porque no tardaban en salir a sus trabajos los vecinos y no quería que la vieran vestida así. Diana colgó y me dijo, lastima aquí se termina el cuento, de inmediato me puse el calzón y mi playera, busque un short y me puse los tenis para acompañarla al carro, ella salió del baño, se había dado un regaderazo rápido sin mojarse el cabello, y cuando pensé que se iba a vestir me dijo, que gansa de andar así por la calle, pero después tiene una problemas, agarro el traje de látex, se encamino hacia mi poniéndolo alrededor de mi cuello y me dijo, un recuerdito para que no me olvides, se regresó y se puso la gabardina, la cerro y se enfilo a la puerta, ya me voy primor, espero no sea la última vez, créeme que me encanto como me reventaste el culo y lo quiero volver a sentir, abrió la puerta y salió del cuarto, yo me quede anonadado, y reaccione lentamente, cuando Salí al pasillo ella estaba a la mitad parada esperando a que yo apareciera, me vio con esa malévola mirada otra vez y se abrió la gabardina enseñándome de nuevo su cuerpo desnudo y ese par de tetas de campeonato, en eso se escuchó una puerta abrirse de la cual salió un señor trajeado a escasos centímetros de donde estaba Diana, quien al verlo en lugar de cerrar la gabardina se volteo a donde estaba y abriendo lo más que podía sus brazos y la gabardina se le quedo viendo, el señor se quedó estupefacto, sin saber cómo reaccionar, ella soltó la gabardina y se apretó los senos humedeciéndose los labios con la lengua, entonces le quiño el ojo, se dio media vuelta, se cerró la gabardina y continuo caminando, tuve que correr para alcanzarla, como te tardas me dijo, apreté el botón del elevador y dijo, nombre que te pasa, hay que orearse y me tomo de la mano dirigiéndome a la escalera, así bajamos y traspaso todo el lobby, hasta el estacionamiento donde estaba el carro, abrió la puerta, y antes de introducirse, me jalo con ella ,de nuevo se abrió la gabardina y me abrazo rodeándome con ella, dándome un beso profundo, lleno de pasión, y me dijo, abrázame por dentro de la gabardina, tócame otra vez, y así lo hice, recorriendo su espalda con una mano y con la otra sus increíbles senos, rematando con mi dedo en su ano otra vez, ella me dijo, con eso tengo para aguantar hasta la noche, se metió al carro si abrocharse la gabardina cerró la puerta, bajo el vidrio, encendió el auto y dijo, pobre de ti, recupérate porque repetimos, me lanzo un beso y se fue. Que rico goce de esa mujer, sin embargo a la hora del divorcio si salió a relucir la aventura y como era de esperarse perdí la amistad que tenía con Pablo. Ni pedo, de las lecciones que hay en la vida.
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2021-05-14
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