Mi mujer y Parras
por
Shiryu
género
exhibicionismo
El hecho es que la semana trascurrió muy rápido, (si le agregamos que me tocó salir de domingo en la noche a viernes a mediodía). Ya en la noche del viernes le pregunte a qué hora se quería ir y me dijo que muy temprano, que tan temprano respingue, me dijo a las 9 am está bien, le dije como quieras.
La verdad el único pero que ponía para ese viaje es que no me gustaba deberle ningún tipo de favores a la jefa de mi esposa, pero se veía que en verdad mi mujer deseaba pasarse tranquila estos días. Al día siguiente me desperté como a las 8 y para mi sorpresa mi mujer ya estaba bañada, arreglada y con la maleta empacada, así que tuve que hacer lo propio, era julio así que por acá en la laguna el calor estaba insoportable. Mi mujer vestía pantalón de mezclilla y playera blanca. Cargamos el carro y salimos a Parras.
El camino transcurrió sin novedad, y una vez entrando al poblado nos dedicamos a dar con la dirección de la casa. La fachada de la misma no prometía mucho pues era una barda con un portón grande que no dejaba ver hacia el interior. Antes de bajarnos mi mujer me dijo que su jefa le había comentado que un día antes los encargados habían aseado y que no se pararían por ahí hasta el lunes así que estaríamos tranquilos. Me dio el llavero en el que venían tres llaves, Una larga que era la del portón y otras dos que eran de la puerta principal de la casa. Al abrir el portón la cosa cambió porque tenía jardín grande, que coronaba al final con la casa de dos plantas y a un lado una alberca también grande. Una vez cerrado el portón nada podía verse de la casa hacia la calle o viceversa. Metí el carro y comencé a descargar mientras mi mujer inspeccionaba la casa. La cocina, una sala, un comedor, un medio baño y un cuarto que era como estudio pero algo polvoso estaban en la primer planta, en la segunda 4 cuartos cada uno con su baño completo estaban en la parte superior, mi esposa escogió precisamente el más grande y con cama King size. Tardamos como una hora en acomodarnos, y cuando acorde solo escuche el ruido del agua chapoteando, signo de que mi mujer ya estaba en la alberca.
Me encamine y para mi sorpresa en la puerta corrediza que dividía la sala con el área de la piscina, estaba algo tirado, acercándome me di cuenta que no era otra cosa que el traje de baño de mi mujer, voltee instantáneamente a la alberca y comprobé que mi esposa nadaba desnuda, aun sabiendo que nadie podía verla de afuera le dije, oye que te piensas, alguien puede verte, me contesto, nadie lo va a hacer, ándale metete esta rica el agua, así que siguiendo su ejemplo me desvestí y me metí con ella. Ella comenzó a nadar de un extremo al otro, lo cual me dificultaba el alcanzarla pues debo confesar que no sé nadar, le tengo fobia al agua. Pero si se trata de cogerme a mi vieja no hay pero que valga, me fui acercando poco a poco, en cuanto la tuve a tiro de cañón, me lance sobre ella tomándola de la cintura, entonces ella volteo y se colgó de mi cuello, ahora si ya necesitábamos algo para relajarnos, no mi vida no había que venir hasta acá, yo siempre me relajo después de coger, lo sé a veces soy un pendejo, acerté en las palabras exactas para cortarle lo romántico a la situación, se soltó de mí y dijo de vez en cuando sígueme la corriente, y volvió a su rutina de nadar. Después de un rato nos metimos a la casa y a mí me dio curiosidad por ver el estudio así que entre, básicamente había enciclopedias de esas que uno consultaba para tareas de primaria o secundaria, pero nada fuera de lo común excepto que en un extremo había unas cortinas azules deshilachadas de la parte superior, donde debían colgarse, así que intuimos que ya no servían. Como mi mujer estaba desatada y en esos instantes se paseaba desnuda por la casa me dijo, se me ocurrió una idea, agarró las cortinas y se fue al cuarto. Yo seguí inspeccionando y preferí meterme a otro de los cuartos y encender la tv.
Cerca de una hora después me habló mi esposa al cuarto, cuando entre quede sorprendido, mi esposa llevaba puesta una minifalda (si es que se podía llamar así por lo corta), y un top precisamente en esa tela azul de la cortina, me preguntó ¿Cómo me veo?, le dije quieres la verdad, si por favor, como la puta más buena que haya visto. Esto además de que en el top se podían vislumbrar entre la tela sus pezones erectos.
En eso se acercó lentamente y me dio un beso muy cachondo, luego se retiró de conmigo y comenzó a caminar por la casa moviendo su cadera de un lado al otro, y yo de tras de ella babeando como el lobo de las caricaturas saboreándomela. Para esto ya nos había transcurrido el día y el ocaso estaba pasando lista de presente. Una vez que se cansó se sentó en la sala cruzando las piernas intentando no mostrar su apreciado triangulito (recuerden que no traía nada aparte de los trapos que corto. La verdad se veía putísima. Fue entonces que se me ocurrió decirle, se me antoja…. Metérmela vestida así…. No, una cerveza bien fría, eres un cabrón, estaba a punto de ser una puta para tí, pero por sangrón te vas a quedar con las ganas. Pasó como media hora sin que me dirigiera la palabra, sin embargo y de manera sorpresiva se acercó para decirme de veras quieres esa cerveza, le dije si pero si va a ser un motivo para que estés distante prefiero dejarlo por la paz. Bueno, no hay en el refri así que hay que comprarlas, solté una carcajada, dirás que voy a comprarlas digo no me imagino que salgas así a la calle, me estas retando?, si te cae el saco. Otra vez, vengo rendida contigo y vuelves a cagarla, solo por eso te voy a demostrar lo que puedo hacer.
Se encaminó a la sala, tomo su monedero y las llaves y salió a la cochera se subió al carro y luego espero a que yo saliera detrás de ella y dijo, ándale, abre el portón, no tenemos toda la noche. Lo hice y para cuando regrese al carro ella ya se había pasado al lugar del copiloto, guau, la vista desde la puerta del carro de sus piernas estiradas por completo, pegadas una a la otra cuidando de no abrirse para no enseñar nada, y lo poco que le cubría esa trapo a manera de falda, que digo falda, taparrabos. Me dispuse a manejar pensando en que no pasaríamos la primera cuadra sin que me pidiera que regresáramos.
Maneje buscando un expendio o una tienda de conveniencia para comprar la cerveza, finalmente encontré primero un expendio, abrí la puerta del carro y escuche no mi vida, yo la voy a comprar, me quedé estupefacto, no reaccione, no pude moverme cuando advertí que afuera del expendio había tres muchachos que inmediatamente que vieron abrirse la puerta de mi mujer no le despegaron la vista de encima, mi mujer bajo con una seguridad impresionante, sin embargo caminaba lo más apretada posible porque si habría de más las piernas al dar los pasos seguramente se le vería su vagina y el inicio de sus nalgas, por otro lado como ya había señalado, fijando bien la vista en su top cuya tela no era tan gruesa, además de la excitación que tenía, era posible distinguir sus pezones.
Bueno el hecho es que con todo el aplomo del mundo entro en el expendio, y detrás de ella los tres muchachos que estaban afuera, les calcule no más de 20 años. Pasaron fácil entre 6 u 8 minutos y mi mujer no salía así que temiendo lo peor, me baje del carro para entrar en la tienda cuando salía ella con una sonrisa de oreja a oreja en la cara y detrás de ella los tres muchachos, dos de ellos con un six de cerveza cada uno, detrás de ellos salieron dos hombres, esos si como de unos 50 o 60 años que se quedaron a un lado de la puerta viendo el espectáculo que era ver caminar a mi mujer. Al llegar al carro, uno de ellos el que tenía las manos libres y el más corpulento de los tres se apresuró a abrirle la puerta, le dio la mano y le ayudo a meterse al carro, le cerró la puerta, mi esposa correspondió con su sonrisa y un gracias, en lo que los otros dos se dirigieron a mí y con una mirada de pobre pendejo, me entregaron las cervezas. Las puse en el asiento de atrás y arranque el auto.
Cuando llegamos a la casa le dije, que paso en el expendio, de veras quieres saber, le dije que sí, entonces ok, nada más para hacerte sufrir, pensé ya valió madre, ésta enojada conmigo y con tal de darme en la madre de seguro hizo algo riesgoso, desde que abrí la puerta del carro, me di cuenta de la mirada de los chavos que estaban afuera del expendio, pero como ya estaba decidida dije total, nadie me conoce, y nadie me vera de nuevo, así que baje lo más cuidadosamente posible y me dirigí al expendio, camine lo más apretado que pude y no porque no quisiera enseñar algo, sino porque estaba tan excitada siendo el centro de atención, que la verdad me estaba chorreando y no quería que alguien lo notara.
Al entrar me di cuenta de que estaba el que atendía y otro hombre que después por cómo se hablaban supe que eran hermanos, lógicamente los ojos de ambos se abrieron como platos, camine hasta llegar al aparador y dije buenas tardes, el dependiente contestó son buenas hasta que llegaste lindura, gracias que galante, que te podemos servir, mi esposo quiere cerveza me puede vender un six, ¿cómo?,¿ tienes dueño?, claro, a poco cree que alguien como yo estaría sola, en eso me di cuenta de que detrás de mí estaban los chavos que estaban afuera, así que estaba rodeada. Me imagino que no, el hermano del dependiente fue al refrigerador y saco la cerveza, se acercó a mí y deposito las latas en el suelo pero tan cerca de mis piernas que cuando se estaba irguiendo por un instante rozó una de ellas, ese contacto aunado al olor del tipo me llevaron a las nubes imaginando que cualquiera de los presentes podía tomarme de la cintura y comenzar a tocarme lascivamente y sin contemplación, estaba en ese pensamiento cuando el dependiente dijo lindura son 40 pesos, pero estaría dispuesto a regalártelo y hasta darte otro si levantas ese six del piso tu sola. Pensé por 40 pesos este tipo quiere ver que enseño de más, alcanzo a ver una hielera grande y le dije, no seas así, sabes que no puedo, sin embargo….
Camine a la hielera, agarre un hielo, gire a donde estaban todos, me lleve el hielo a la boca aunque solo lo lamí, después lo cambie de mano y me lo pase por mi pecho exactamente en la línea superior del top, todos tenían una mirada lujuriosa que no podían contener, lo cual reavivo mis pensamientos de ser tomada salvajemente por ellos, por lo que con los ojos cerrados y sin pensarlo me baje el top mostrando mis pechos y pasando el hielo por mis pezones, la sensación fue riquísima, aunado a que mi imaginación voló con escenas en las que me tomaban entre todos, me hacían girones la ropa y luego me poseían uno tras otro, me perdí, y baje la otra mano para levantarme la falda, dejan también mi vagina al descubierto. El aviso de mi cuerpo de que me iba a chorrear me hizo reaccionar, abrí los ojos y pude ver que el dependiente estaba caminando hacia mí, me acomode el top y la falda y le dije, hasta ahí cariño, es todo lo que veras de mí, creo que me he ganado esa cerveza, el hermano dijo claro que sí mamacita, fue al refrigerador y saco el otro six e hizo exactamente lo mismo que la otra vez, dejarlo en el piso, solo que ahora si se atrevió a pasar un dedo desde mi tobillo subiendo hasta debajo de mi falda, alcanzando a rozar en medio de mis nalgas, me volvió la excitación, tanto que solté el monedero, dijo el dependiente ahora si vas a tener que tomar algo del suelo, en ese momento el hombre que me tocaba tomo el extremo de mi falda con el dedo y la comenzó a jalar hacia arriba, pero no con la intención de subírmela, si no de como jalarme con todo y ella para que perdiera el equilibrio hacia adelante y cayera, le detuve la mano, se la aparte y me acomode la falda, el chavo más alto (y guapo) se apresuró a levantar mi monedero por mí y me lo dió, inmediatamente después los amigos tomaron la cerveza y me siguieron hasta el auto, voltee hacia los hombres y les mande un beso en señal de despedida, eso fue lo que paso.
Estaba yo tan caliente por el relato de mi mujer que estaba a punto de abalanzarme como depredador por su presa pero en eso sonó el timbre de la casa, dije chingao quien es, no esperamos a nadie, entonces me dijo mi mujer, tu no, pero yo si………
La verdad el único pero que ponía para ese viaje es que no me gustaba deberle ningún tipo de favores a la jefa de mi esposa, pero se veía que en verdad mi mujer deseaba pasarse tranquila estos días. Al día siguiente me desperté como a las 8 y para mi sorpresa mi mujer ya estaba bañada, arreglada y con la maleta empacada, así que tuve que hacer lo propio, era julio así que por acá en la laguna el calor estaba insoportable. Mi mujer vestía pantalón de mezclilla y playera blanca. Cargamos el carro y salimos a Parras.
El camino transcurrió sin novedad, y una vez entrando al poblado nos dedicamos a dar con la dirección de la casa. La fachada de la misma no prometía mucho pues era una barda con un portón grande que no dejaba ver hacia el interior. Antes de bajarnos mi mujer me dijo que su jefa le había comentado que un día antes los encargados habían aseado y que no se pararían por ahí hasta el lunes así que estaríamos tranquilos. Me dio el llavero en el que venían tres llaves, Una larga que era la del portón y otras dos que eran de la puerta principal de la casa. Al abrir el portón la cosa cambió porque tenía jardín grande, que coronaba al final con la casa de dos plantas y a un lado una alberca también grande. Una vez cerrado el portón nada podía verse de la casa hacia la calle o viceversa. Metí el carro y comencé a descargar mientras mi mujer inspeccionaba la casa. La cocina, una sala, un comedor, un medio baño y un cuarto que era como estudio pero algo polvoso estaban en la primer planta, en la segunda 4 cuartos cada uno con su baño completo estaban en la parte superior, mi esposa escogió precisamente el más grande y con cama King size. Tardamos como una hora en acomodarnos, y cuando acorde solo escuche el ruido del agua chapoteando, signo de que mi mujer ya estaba en la alberca.
Me encamine y para mi sorpresa en la puerta corrediza que dividía la sala con el área de la piscina, estaba algo tirado, acercándome me di cuenta que no era otra cosa que el traje de baño de mi mujer, voltee instantáneamente a la alberca y comprobé que mi esposa nadaba desnuda, aun sabiendo que nadie podía verla de afuera le dije, oye que te piensas, alguien puede verte, me contesto, nadie lo va a hacer, ándale metete esta rica el agua, así que siguiendo su ejemplo me desvestí y me metí con ella. Ella comenzó a nadar de un extremo al otro, lo cual me dificultaba el alcanzarla pues debo confesar que no sé nadar, le tengo fobia al agua. Pero si se trata de cogerme a mi vieja no hay pero que valga, me fui acercando poco a poco, en cuanto la tuve a tiro de cañón, me lance sobre ella tomándola de la cintura, entonces ella volteo y se colgó de mi cuello, ahora si ya necesitábamos algo para relajarnos, no mi vida no había que venir hasta acá, yo siempre me relajo después de coger, lo sé a veces soy un pendejo, acerté en las palabras exactas para cortarle lo romántico a la situación, se soltó de mí y dijo de vez en cuando sígueme la corriente, y volvió a su rutina de nadar. Después de un rato nos metimos a la casa y a mí me dio curiosidad por ver el estudio así que entre, básicamente había enciclopedias de esas que uno consultaba para tareas de primaria o secundaria, pero nada fuera de lo común excepto que en un extremo había unas cortinas azules deshilachadas de la parte superior, donde debían colgarse, así que intuimos que ya no servían. Como mi mujer estaba desatada y en esos instantes se paseaba desnuda por la casa me dijo, se me ocurrió una idea, agarró las cortinas y se fue al cuarto. Yo seguí inspeccionando y preferí meterme a otro de los cuartos y encender la tv.
Cerca de una hora después me habló mi esposa al cuarto, cuando entre quede sorprendido, mi esposa llevaba puesta una minifalda (si es que se podía llamar así por lo corta), y un top precisamente en esa tela azul de la cortina, me preguntó ¿Cómo me veo?, le dije quieres la verdad, si por favor, como la puta más buena que haya visto. Esto además de que en el top se podían vislumbrar entre la tela sus pezones erectos.
En eso se acercó lentamente y me dio un beso muy cachondo, luego se retiró de conmigo y comenzó a caminar por la casa moviendo su cadera de un lado al otro, y yo de tras de ella babeando como el lobo de las caricaturas saboreándomela. Para esto ya nos había transcurrido el día y el ocaso estaba pasando lista de presente. Una vez que se cansó se sentó en la sala cruzando las piernas intentando no mostrar su apreciado triangulito (recuerden que no traía nada aparte de los trapos que corto. La verdad se veía putísima. Fue entonces que se me ocurrió decirle, se me antoja…. Metérmela vestida así…. No, una cerveza bien fría, eres un cabrón, estaba a punto de ser una puta para tí, pero por sangrón te vas a quedar con las ganas. Pasó como media hora sin que me dirigiera la palabra, sin embargo y de manera sorpresiva se acercó para decirme de veras quieres esa cerveza, le dije si pero si va a ser un motivo para que estés distante prefiero dejarlo por la paz. Bueno, no hay en el refri así que hay que comprarlas, solté una carcajada, dirás que voy a comprarlas digo no me imagino que salgas así a la calle, me estas retando?, si te cae el saco. Otra vez, vengo rendida contigo y vuelves a cagarla, solo por eso te voy a demostrar lo que puedo hacer.
Se encaminó a la sala, tomo su monedero y las llaves y salió a la cochera se subió al carro y luego espero a que yo saliera detrás de ella y dijo, ándale, abre el portón, no tenemos toda la noche. Lo hice y para cuando regrese al carro ella ya se había pasado al lugar del copiloto, guau, la vista desde la puerta del carro de sus piernas estiradas por completo, pegadas una a la otra cuidando de no abrirse para no enseñar nada, y lo poco que le cubría esa trapo a manera de falda, que digo falda, taparrabos. Me dispuse a manejar pensando en que no pasaríamos la primera cuadra sin que me pidiera que regresáramos.
Maneje buscando un expendio o una tienda de conveniencia para comprar la cerveza, finalmente encontré primero un expendio, abrí la puerta del carro y escuche no mi vida, yo la voy a comprar, me quedé estupefacto, no reaccione, no pude moverme cuando advertí que afuera del expendio había tres muchachos que inmediatamente que vieron abrirse la puerta de mi mujer no le despegaron la vista de encima, mi mujer bajo con una seguridad impresionante, sin embargo caminaba lo más apretada posible porque si habría de más las piernas al dar los pasos seguramente se le vería su vagina y el inicio de sus nalgas, por otro lado como ya había señalado, fijando bien la vista en su top cuya tela no era tan gruesa, además de la excitación que tenía, era posible distinguir sus pezones.
Bueno el hecho es que con todo el aplomo del mundo entro en el expendio, y detrás de ella los tres muchachos que estaban afuera, les calcule no más de 20 años. Pasaron fácil entre 6 u 8 minutos y mi mujer no salía así que temiendo lo peor, me baje del carro para entrar en la tienda cuando salía ella con una sonrisa de oreja a oreja en la cara y detrás de ella los tres muchachos, dos de ellos con un six de cerveza cada uno, detrás de ellos salieron dos hombres, esos si como de unos 50 o 60 años que se quedaron a un lado de la puerta viendo el espectáculo que era ver caminar a mi mujer. Al llegar al carro, uno de ellos el que tenía las manos libres y el más corpulento de los tres se apresuró a abrirle la puerta, le dio la mano y le ayudo a meterse al carro, le cerró la puerta, mi esposa correspondió con su sonrisa y un gracias, en lo que los otros dos se dirigieron a mí y con una mirada de pobre pendejo, me entregaron las cervezas. Las puse en el asiento de atrás y arranque el auto.
Cuando llegamos a la casa le dije, que paso en el expendio, de veras quieres saber, le dije que sí, entonces ok, nada más para hacerte sufrir, pensé ya valió madre, ésta enojada conmigo y con tal de darme en la madre de seguro hizo algo riesgoso, desde que abrí la puerta del carro, me di cuenta de la mirada de los chavos que estaban afuera del expendio, pero como ya estaba decidida dije total, nadie me conoce, y nadie me vera de nuevo, así que baje lo más cuidadosamente posible y me dirigí al expendio, camine lo más apretado que pude y no porque no quisiera enseñar algo, sino porque estaba tan excitada siendo el centro de atención, que la verdad me estaba chorreando y no quería que alguien lo notara.
Al entrar me di cuenta de que estaba el que atendía y otro hombre que después por cómo se hablaban supe que eran hermanos, lógicamente los ojos de ambos se abrieron como platos, camine hasta llegar al aparador y dije buenas tardes, el dependiente contestó son buenas hasta que llegaste lindura, gracias que galante, que te podemos servir, mi esposo quiere cerveza me puede vender un six, ¿cómo?,¿ tienes dueño?, claro, a poco cree que alguien como yo estaría sola, en eso me di cuenta de que detrás de mí estaban los chavos que estaban afuera, así que estaba rodeada. Me imagino que no, el hermano del dependiente fue al refrigerador y saco la cerveza, se acercó a mí y deposito las latas en el suelo pero tan cerca de mis piernas que cuando se estaba irguiendo por un instante rozó una de ellas, ese contacto aunado al olor del tipo me llevaron a las nubes imaginando que cualquiera de los presentes podía tomarme de la cintura y comenzar a tocarme lascivamente y sin contemplación, estaba en ese pensamiento cuando el dependiente dijo lindura son 40 pesos, pero estaría dispuesto a regalártelo y hasta darte otro si levantas ese six del piso tu sola. Pensé por 40 pesos este tipo quiere ver que enseño de más, alcanzo a ver una hielera grande y le dije, no seas así, sabes que no puedo, sin embargo….
Camine a la hielera, agarre un hielo, gire a donde estaban todos, me lleve el hielo a la boca aunque solo lo lamí, después lo cambie de mano y me lo pase por mi pecho exactamente en la línea superior del top, todos tenían una mirada lujuriosa que no podían contener, lo cual reavivo mis pensamientos de ser tomada salvajemente por ellos, por lo que con los ojos cerrados y sin pensarlo me baje el top mostrando mis pechos y pasando el hielo por mis pezones, la sensación fue riquísima, aunado a que mi imaginación voló con escenas en las que me tomaban entre todos, me hacían girones la ropa y luego me poseían uno tras otro, me perdí, y baje la otra mano para levantarme la falda, dejan también mi vagina al descubierto. El aviso de mi cuerpo de que me iba a chorrear me hizo reaccionar, abrí los ojos y pude ver que el dependiente estaba caminando hacia mí, me acomode el top y la falda y le dije, hasta ahí cariño, es todo lo que veras de mí, creo que me he ganado esa cerveza, el hermano dijo claro que sí mamacita, fue al refrigerador y saco el otro six e hizo exactamente lo mismo que la otra vez, dejarlo en el piso, solo que ahora si se atrevió a pasar un dedo desde mi tobillo subiendo hasta debajo de mi falda, alcanzando a rozar en medio de mis nalgas, me volvió la excitación, tanto que solté el monedero, dijo el dependiente ahora si vas a tener que tomar algo del suelo, en ese momento el hombre que me tocaba tomo el extremo de mi falda con el dedo y la comenzó a jalar hacia arriba, pero no con la intención de subírmela, si no de como jalarme con todo y ella para que perdiera el equilibrio hacia adelante y cayera, le detuve la mano, se la aparte y me acomode la falda, el chavo más alto (y guapo) se apresuró a levantar mi monedero por mí y me lo dió, inmediatamente después los amigos tomaron la cerveza y me siguieron hasta el auto, voltee hacia los hombres y les mande un beso en señal de despedida, eso fue lo que paso.
Estaba yo tan caliente por el relato de mi mujer que estaba a punto de abalanzarme como depredador por su presa pero en eso sonó el timbre de la casa, dije chingao quien es, no esperamos a nadie, entonces me dijo mi mujer, tu no, pero yo si………
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Mi mujer y Parras 2
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