La dependiente de farmacia
por
Shiryu
género
exhibicionismo
Más o menos por el 2002 entro a trabajar como dependienta de la farmacia contigua al consultorio de mi mujer, una chavita en ese entonces como de 18 años. Estaba guapilla y sobresalía sobre todo un par de piernas de campeonato, así como un trasero respingón que ya en conjunto era de voltear a ver a cada rato. Era chaparrita y delgada, más o menos tipo la actriz Ana Brenda Contreras, solo que la nariz no tan respingada y los senos más bien chicos. Acababa de entrar a la Universidad a estudiar ciencias políticas. La chica vivía a una cuadra de la farmacia, así que esa fue el principal motivo para que la contrataran. Me fije que eran más los hombres que se daban cita a comprar medicamentos quien sabe por qué. Ella duro ahí sólo como año y medio, ya que recibió mejor propuesta económica de un local de la misma cuadra que el doble de lo que ganaba acá, era una rosticería, y el dueño un chavo como de 25 que me imagino quiso aprovechar la oportunidad, pues luego se hicieron novios y la embarazó. Tuvo a su hija pero por celoso lo mando a la goma. Se metió de edecán, la mandaron como animadora de un equipo deportivo local, comenzó a ganar lana y lo primero que hizo fue operarse las bubis y la nariz, así que ahora si la vista era completamente espectacular. Terminó su carrera y consiguió trabajo en la alcaldía, creo que hasta se casó y llegó a entrar al cabildo, sólo que hace poco la secuestraron y desde entonces ha mantenido un perfil bajo. Por obvias razones cambio su nombre.
Una vez contada la historia de la chica contaré el motivo de la historia. Siendo honestos era más el tiempo que trataba de perder con mi esposa en la consulta para ver a ésta niña. En aquel entonces aún no manejaba ni cámara digital ni celular con cámara, así es que no le tome ninguna foto. Ella como que era muy manejable y a los consejos que le dabas los seguía al pie de la letra. Así es que por las constantes visitas, así como la plática digamos que dejamos de ser simples conocidos y ya me pedía consejos hasta para cómo llevarse con su entonces novio. Dos o tres veces me cacho viéndole las piernas o el trasero, pero nunca dijo nada, así que seguí haciéndolo. Para esas fechas mi esposa aún trabajaba también los sábados. Un sábado que fui a dejar a mi mujer ya estaba “Gloria” en la farmacia, lo cual se nos hizo raro ya que siempre hacia confianza en que vivía cerca y llegaba tarde. Llevaba puesto para variar una blusa escotada, lo cual dejaba ver sin esfuerzo el nacimiento de sus senos, así como una mini falda tableada Nos dijo que era porque le había llegado medicamento y tenía que acomodarlo y hacer inventario. Trató de mover las cajas que le dejaron en la entrada pero se veía que eran pesadas. Entonces mi esposa me volteo a ver con cara de ayúdale y le dije, quieres que te ayude a acomodar, ella dijo que si y entonces mi esposa me dio un beso en la mejilla y me dijo, mi vida yo me voy al consultorio, ayúdale a Gloria y nada que flojeas.
Resignada por la chinga que me esperaba, pero aliviado por la oportunidad de verle el trasero a Gloria toda la mañana. Comenzamos a abrir las cajas y sacar los medicamentos, que casi me lo avente solo porque casualmente ella tenía que salir a mostrador. Ya como a eso de las 10:30 am, con el sol ya en camino al punto más alto, al estar encerrados y sin ningún tipo de ventilación, ambos comenzamos a sudar bastante, y lo curioso es que ella de repente movía muy raro las piernas. Llegó un momento en que ya era hasta molesto y le dije, pues que tienes, se me quedo viendo y me dijo, híjole, que pena, es que hace tanto calor que hasta se me escurren gotas de sudor por las piernas y siento muy curioso (después supe que lo curioso emparentaba con lo excitado). Le dije pues agarra una toallita húmeda de esas de bebe y límpiate, una vez dicho esto, continúe con el trabajo, pero me fijaba de reojo que era lo iba a hacer, y hasta en dos ocasiones se retiró al baño. Y pues siguió el consejo, abrió un paquete de toallitas y comenzó a recorrer sus piernas de abajo hacia arriba quitándose el calor, y fue algo que hizo de manera repetitiva hasta que de plano le valió madre mi presciencia en el cuarto y lo hacía sin miramientos, lógicamente ya estaba yo como agua para chocolate. Cómo es de imaginarse varias veces me cacho viéndole las piernas, pero como anteriormente no decía nada y al contrario esbozaba una sonrisa. Estábamos tan metidos en lo que hacíamos que no nos dimos cuenta cuando entro mi esposa al cuartito, mi vida, me das las llaves del carro, voy a una consulta a domicilio aquí cerca, no me tardo, Gloria soltó los frascos que traía en la mano, y rodaron debajo del mueble que se encontraba en la esquina interna del cuarto. Cuando mi mujer se fue, Gloria se puso a buscar los frascos pues no vio donde cayeron, así que literalmente se puso en 4 para hacerlo hasta que los localizó.
Sólo que para alcanzarlos necesitaba prácticamente recostarse en el suelo y meterse debajo del pueble, por lo menos hasta el hombro, así que mientras todo esto sucedía yo me daba mi taco de ojo sin necesidad de ocultarlo. Mientras Gloria hizo malabares para alcanzar los dos frascos, yo me senté en una silla y me coloque como a un metro de la acción, pero mi sorpresa fue que de repente me dijo sin voltear a verme, ya terminaste de repasarme, perdón, si no te hagas me imagino que ya me viste hasta las anginas, reaccioné y le dije no se ha podido, pero si te estiras un poco más a lo mejor lo hago, soltó la carcajada, que cínico eres, le dije no es pecado observar a una mujer bonita en apuros, pues te estoy esperando, que, si se supone que según cuenta tu esposa eres bastante rápido de manos, nada más que yo no veo de donde, que te ha contado mi mujer, pues una que otra aventura que han tenido y la verdad es que de acordarme ya siento que me tiemblan las piernas. Aprovechando que estábamos en el rincón opuesto a la entrada del cuarto y que no se veía desde el mostrador afuera, me acerque y le puse las manos en los muslos, a lo que ella dijo perate, si para eso son pero se piden, me las permites? Y entonces sin decir agua va levante la falda dejando al descubierto sus nalgas, ya que no traía ropa interior, que sorpresota dije, ella mencionó desde la primera ida al baño me quite el bikini que traía, ya estaba mojado entre sudor y las ganas al acordarme de lo que me platica tu esposa que le haces, yo la verdad ya ni le hacía caso perdido en sus glúteos firmes, me arme de valor y comencé tomarlos con las manos hasta que ella sola de volteo boca arriba y abriendo las piernas tomo una de mis manos y la llevo a su entrepierna, yo no perdí el tiempo y al localizar la entrada a su vagina y constatar que estaba mojadísima metí uno de mis dedos, ella emitió un ligero pujido, pero nada más, entonces comencé a meter y sacar primero uno, después dos dedos rítmicamente, llegó un momento en que la niña estaba tan excitada que se abalanzo a mi bermuda saco la verga de ella y comenzó a sobarla de arriba hacia abajo, luego hizo que me sentara en el suelo se levantó, fue a uno de los estantes y regreso, se arrodillo y pude ver que traía en la mano un condón, lo abrió, me lo puso y sin pedir permiso siquiera se sentó arriba de mí y se ensartó solita. Al estar ella arriba controlaba el ritmo de los sentones, me abrazó y me decía al oído, que rico se siente, y lo repetía una y otra vez, hasta que le dije que se siente rico, me dijo aparte de que tener una verga dentro de una es lo máximo, el hacerlo así, de rapidito porque te pueden descubrir, luego oímos que tocaban en el vidrio del mostrador, señorita, señorita, no hay nadie que atienda, ella me apretó muy fuerte, y aumento el ritmo de los sentones, luego se quedó quiete pero apretándome la cabeza contra su pecho, me fije en su cara y estaba apretando los ojos, luego como se sentó se levantó y así, sin limpiarse o algo se dirigió al mostrador, atendió a la señora y regresó conmigo, se limpió y fue a donde estaba su bolsa, saco su bikini y se lo puso. Yo me levante y me quite el condón, cuando lo iba a tirar en el bote de basura ella con una toallita en mano me dijo dámelo, lo puse en la toallita y la cerró, metiéndola en una bolsita de plástico, que luego metió a su bolsa, yo tome otra toallita y me limpie el pene, lo acomode dentro de la trusa y ya me retiraba cuando sentí un jalón en el brazo que me hizo voltear, y sentí como Gloria se me acerco y me planto un beso en la boca el cual correspondí, fueron segundos donde pude urgar con mi lengua el interior de su boca y ella también lo hizo, luego me dijo la doctora no decía mentiras cuando me contó que besas riquísimo, y de lo otro estuve en el cielo, a ver si se repite pero con más tiempo y en otro lugar, (lo cual ya no ocurrió). Yo dije está bien.
Cuando dio la 1:30 pm mi mujer salió del consultorio y nos subimos al carro, de camino a comer me dijo te trataron bien?, de que, si me refiero a si lo disfrutaste, de que me hablas, no te hagas, si pude ver como se la estabas metiendo a Gloria, para tu información fue Gloria la que hizo todo pero si, estuvo rico, bueno te la paso pero con la condición de que me lleves a el fin de semana a Parras, le dije a qué, la dueña de la farmacia me prestó la casa que tiene allá con alberca y toda la cosa para pasar el fin, ok dije, no hay problema. Fue ahí donde supe hasta donde podía llegar mi mujer. Espero les guste; saludos.
Una vez contada la historia de la chica contaré el motivo de la historia. Siendo honestos era más el tiempo que trataba de perder con mi esposa en la consulta para ver a ésta niña. En aquel entonces aún no manejaba ni cámara digital ni celular con cámara, así es que no le tome ninguna foto. Ella como que era muy manejable y a los consejos que le dabas los seguía al pie de la letra. Así es que por las constantes visitas, así como la plática digamos que dejamos de ser simples conocidos y ya me pedía consejos hasta para cómo llevarse con su entonces novio. Dos o tres veces me cacho viéndole las piernas o el trasero, pero nunca dijo nada, así que seguí haciéndolo. Para esas fechas mi esposa aún trabajaba también los sábados. Un sábado que fui a dejar a mi mujer ya estaba “Gloria” en la farmacia, lo cual se nos hizo raro ya que siempre hacia confianza en que vivía cerca y llegaba tarde. Llevaba puesto para variar una blusa escotada, lo cual dejaba ver sin esfuerzo el nacimiento de sus senos, así como una mini falda tableada Nos dijo que era porque le había llegado medicamento y tenía que acomodarlo y hacer inventario. Trató de mover las cajas que le dejaron en la entrada pero se veía que eran pesadas. Entonces mi esposa me volteo a ver con cara de ayúdale y le dije, quieres que te ayude a acomodar, ella dijo que si y entonces mi esposa me dio un beso en la mejilla y me dijo, mi vida yo me voy al consultorio, ayúdale a Gloria y nada que flojeas.
Resignada por la chinga que me esperaba, pero aliviado por la oportunidad de verle el trasero a Gloria toda la mañana. Comenzamos a abrir las cajas y sacar los medicamentos, que casi me lo avente solo porque casualmente ella tenía que salir a mostrador. Ya como a eso de las 10:30 am, con el sol ya en camino al punto más alto, al estar encerrados y sin ningún tipo de ventilación, ambos comenzamos a sudar bastante, y lo curioso es que ella de repente movía muy raro las piernas. Llegó un momento en que ya era hasta molesto y le dije, pues que tienes, se me quedo viendo y me dijo, híjole, que pena, es que hace tanto calor que hasta se me escurren gotas de sudor por las piernas y siento muy curioso (después supe que lo curioso emparentaba con lo excitado). Le dije pues agarra una toallita húmeda de esas de bebe y límpiate, una vez dicho esto, continúe con el trabajo, pero me fijaba de reojo que era lo iba a hacer, y hasta en dos ocasiones se retiró al baño. Y pues siguió el consejo, abrió un paquete de toallitas y comenzó a recorrer sus piernas de abajo hacia arriba quitándose el calor, y fue algo que hizo de manera repetitiva hasta que de plano le valió madre mi presciencia en el cuarto y lo hacía sin miramientos, lógicamente ya estaba yo como agua para chocolate. Cómo es de imaginarse varias veces me cacho viéndole las piernas, pero como anteriormente no decía nada y al contrario esbozaba una sonrisa. Estábamos tan metidos en lo que hacíamos que no nos dimos cuenta cuando entro mi esposa al cuartito, mi vida, me das las llaves del carro, voy a una consulta a domicilio aquí cerca, no me tardo, Gloria soltó los frascos que traía en la mano, y rodaron debajo del mueble que se encontraba en la esquina interna del cuarto. Cuando mi mujer se fue, Gloria se puso a buscar los frascos pues no vio donde cayeron, así que literalmente se puso en 4 para hacerlo hasta que los localizó.
Sólo que para alcanzarlos necesitaba prácticamente recostarse en el suelo y meterse debajo del pueble, por lo menos hasta el hombro, así que mientras todo esto sucedía yo me daba mi taco de ojo sin necesidad de ocultarlo. Mientras Gloria hizo malabares para alcanzar los dos frascos, yo me senté en una silla y me coloque como a un metro de la acción, pero mi sorpresa fue que de repente me dijo sin voltear a verme, ya terminaste de repasarme, perdón, si no te hagas me imagino que ya me viste hasta las anginas, reaccioné y le dije no se ha podido, pero si te estiras un poco más a lo mejor lo hago, soltó la carcajada, que cínico eres, le dije no es pecado observar a una mujer bonita en apuros, pues te estoy esperando, que, si se supone que según cuenta tu esposa eres bastante rápido de manos, nada más que yo no veo de donde, que te ha contado mi mujer, pues una que otra aventura que han tenido y la verdad es que de acordarme ya siento que me tiemblan las piernas. Aprovechando que estábamos en el rincón opuesto a la entrada del cuarto y que no se veía desde el mostrador afuera, me acerque y le puse las manos en los muslos, a lo que ella dijo perate, si para eso son pero se piden, me las permites? Y entonces sin decir agua va levante la falda dejando al descubierto sus nalgas, ya que no traía ropa interior, que sorpresota dije, ella mencionó desde la primera ida al baño me quite el bikini que traía, ya estaba mojado entre sudor y las ganas al acordarme de lo que me platica tu esposa que le haces, yo la verdad ya ni le hacía caso perdido en sus glúteos firmes, me arme de valor y comencé tomarlos con las manos hasta que ella sola de volteo boca arriba y abriendo las piernas tomo una de mis manos y la llevo a su entrepierna, yo no perdí el tiempo y al localizar la entrada a su vagina y constatar que estaba mojadísima metí uno de mis dedos, ella emitió un ligero pujido, pero nada más, entonces comencé a meter y sacar primero uno, después dos dedos rítmicamente, llegó un momento en que la niña estaba tan excitada que se abalanzo a mi bermuda saco la verga de ella y comenzó a sobarla de arriba hacia abajo, luego hizo que me sentara en el suelo se levantó, fue a uno de los estantes y regreso, se arrodillo y pude ver que traía en la mano un condón, lo abrió, me lo puso y sin pedir permiso siquiera se sentó arriba de mí y se ensartó solita. Al estar ella arriba controlaba el ritmo de los sentones, me abrazó y me decía al oído, que rico se siente, y lo repetía una y otra vez, hasta que le dije que se siente rico, me dijo aparte de que tener una verga dentro de una es lo máximo, el hacerlo así, de rapidito porque te pueden descubrir, luego oímos que tocaban en el vidrio del mostrador, señorita, señorita, no hay nadie que atienda, ella me apretó muy fuerte, y aumento el ritmo de los sentones, luego se quedó quiete pero apretándome la cabeza contra su pecho, me fije en su cara y estaba apretando los ojos, luego como se sentó se levantó y así, sin limpiarse o algo se dirigió al mostrador, atendió a la señora y regresó conmigo, se limpió y fue a donde estaba su bolsa, saco su bikini y se lo puso. Yo me levante y me quite el condón, cuando lo iba a tirar en el bote de basura ella con una toallita en mano me dijo dámelo, lo puse en la toallita y la cerró, metiéndola en una bolsita de plástico, que luego metió a su bolsa, yo tome otra toallita y me limpie el pene, lo acomode dentro de la trusa y ya me retiraba cuando sentí un jalón en el brazo que me hizo voltear, y sentí como Gloria se me acerco y me planto un beso en la boca el cual correspondí, fueron segundos donde pude urgar con mi lengua el interior de su boca y ella también lo hizo, luego me dijo la doctora no decía mentiras cuando me contó que besas riquísimo, y de lo otro estuve en el cielo, a ver si se repite pero con más tiempo y en otro lugar, (lo cual ya no ocurrió). Yo dije está bien.
Cuando dio la 1:30 pm mi mujer salió del consultorio y nos subimos al carro, de camino a comer me dijo te trataron bien?, de que, si me refiero a si lo disfrutaste, de que me hablas, no te hagas, si pude ver como se la estabas metiendo a Gloria, para tu información fue Gloria la que hizo todo pero si, estuvo rico, bueno te la paso pero con la condición de que me lleves a el fin de semana a Parras, le dije a qué, la dueña de la farmacia me prestó la casa que tiene allá con alberca y toda la cosa para pasar el fin, ok dije, no hay problema. Fue ahí donde supe hasta donde podía llegar mi mujer. Espero les guste; saludos.
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