Campo de beisbol

por
género
exhibicionismo

Hola, esto que les voy a contar sucedió en el 2003. Casi se podría decir que mi mujer y yo estábamos recién casados. Ella mide como 1.58 mts., tiene pelo negro y rizado, delgada, pesa 51 kg., senos medianos y piernas torneadas por practicar durante mucho tiempo basquetbol, así como un culito respingón. Era un viernes y yo acababa de llegar de un viaje como a las 2 am, así que muchas ganas de levantarme no tenía, (tengo como un convenio tácito en la empresa de que no importa la duración del viaje, el siguiente día a mi llegada no voy a trabajar), así que me disponía a seguir en la cama cuando me despertó mi esposa para desayunar, le dije que no deberías estar en el consultorio?, me dijo pedí el día, dije mira qué bonita mi mujer pidió el día para estar conmigo, en parte, entonces?, te acuerdas de José, mi ahijado de primera comunión, le dije sí que tiene, es que hoy va a jugar a las 9:00 su primer juego de futbol con su escuela en una de las canchas de la deportiva y me pidió que lo fuera a ver. Ya sabía que era mucha belleza, la verdad no me apasiona mucho la idea, ya que entre el calor, el sol y la tierra como que no es precisamente donde quiero pasar el tiempo. Ándale, ya le dije que sí, y de ahí ya nos vamos a hacer mandado y tenemos lo que resta del día y el fin de semana para ver que hacemos, que otro remedio.

Mi esposa en ese tiempo aún no tenía tanta malicia, no iniciaba nada por ella en sí sino que más bien me seguía el juego a mí y hacía lo que lo le decía. Nos bañamos y al estar vistiéndonos nada más escuche que chisteaba, le digo que te pasó, me dice es que ayer lave la ropa blanca, se me olvido quitarla hasta ahorita y huele a carbón (por mi casa hay muchos puestos de hamburguesas y tacos de carne asada que se ponen a vender casi todos los días), además de que mi ropa interior se manchó del suavitel. Le dije y no tienes más, me dijo sólo las tangas de hilo y dos sostenes uno negro que no me voy a poner porque no tengo limpia ropa oscura, no la alcance a lavar ayer, y otro blanco que me queda apretado. Yo sabía perfectamente que ese sostén por lo mismo apretado le juntaba sus pechos riquísimo y se veían espectaculares, ayudado por que era de media copa lo cual llamaba mucho la atención, razón por la que no se lo ponía casi, pero tenía otra peculiaridad que por lo mismo que mi esposa casi no se lo ponía no se había dado cuenta y yo no se lo había dicho, cuando por alguna razón sus pezones se ponían duros (por frío o por que estuviera excitada), se marcaban perfectamente en la prenda que llevara puesta. Como ya he dicho y ya se habrán dado cuenta pero me encanta exhibir a mis parejas y no desaprovecho cualquier oportunidad para hacerlo, así que le fingí interés en el asunto y le dije pues entonces no batalles, ponte el blanco, pero ya sabes que suele ser muy escandaloso, le dije pues no te pongas una blusa escotada y ya, y así lo hizo.

Ese día se vistió con un short de mezclilla, calcetones tipo teens, tenis y , una blusa blanca sin mangas tapada hasta el cuello, que sin embargo denotaba perfectamente los contornos del sujetador, por lo que de todas maneras se veía bastante bien, en cuanto salimos ella sintió los efectos de la brisa matinal y le dio frío, así que pude constatar de primera mano los efectos que eso producía en sus pezones y se le marcaba riquísimo, pero mi suerte no fue tanta ya que se regresó por una sudadera y ya puesta se acabó el show.

Llegamos a la deportiva y está distribuida más o menos así, del lado izquierdo estaban al fondo estaba los campos de béisbol (de muchos recuerdos para mí porque jugaba mucho en ellos en la preparatoria), y ya más al centro al fondo estaban los campos de futbol. Tuvimos que buscar el campo donde estaba jugando el niño. Por la hora y el día casi exclusivamente los salones del otro extremo donde impartían clases de yoga y dos campos de futbol tenían gente. Generalmente es hasta como las 11 am cuando ya hay programación de futbol y béisbol. Una vez ahí nos sentamos en una de las gradas. El niño no estaba jugando por lo que al vernos se subió a saludar, traía un lata de refresco en la mano sin abrir, mi mujer le pregunto por su mamá y nos dijo que se les había descompuesto el carro y lo llevo en taxi y se regresó para esperar al mecánico. Se acabó el primer tiempo y el entrenador llamó a José voy a entrar, le dio la lata en la mano y le dijo te la regalo, y bajo para hacer el calentamiento. Comenzó el segundo tiempo y la verdad yo estaba muy aburrido hasta que voltee como para ver el panorama general y me topé con la mirada de dos señores que estaban parados a un costado de las gradas que son de esas de madera de quita y pon, que no acababan de comerse a mi mujer con los ojos (en éste caso porque el short que traía lógicamente dejaba al descubierto sus bellas piernas, esto me excito bastante, pero no se lo dije a mi esposa.

Por ansias o que se yo tome la lata de refresco que estaba depositada en la grada entre los dos y comencé a jugar con ella cuando hubo una jugada de esas de película en la que van todos los niños de ambos equipos detrás del balón y se enfrascan en una batalla de patadas para ver quién se queda con él y levantaron una polvareda impresionante, entonces deje la lata donde estaba y me dispuse a reír a carcajada abierta, como eres malo me dijo mi esposa, le dije es que no es para menos mira como terminaron, parecen polvorones y me volvía reír, en eso escuche el clásico sonido de las latas cuando se abren y otro sonido como de algún tipo de aire o gas saliendo a presión, aunado al chingado que pronunció mi mujer, voltee a verla y si, la fortuna me estaba sonriendo, ella no se percató de que yo había estado jugando con la lata y la abrió así agitada, así que le “exploto” manchándola. Mira nada más, tome la lata y la puse a un lado y luego vi que se le había manchado la sudadera y las piernas, mi esposa de inmediato se quitó la sudadera, pero como era de esperarse, por la aún brisita que corría tenía los pezones erectos, así que se marcaban perfectamente. Después de eso fue más insistente la mirada penetrante de los dos señores pues lógicamente se percataron del show que estaba dando mi esposa.

Mi mujer me comento siento las piernas pegajosas voy a tener que buscar una llave o algo para ponerme algo de agua, pues solamente que sea en los bebederos, porque de no ser así habría que estar buscando las llaves de los campos donde conectan las mangueras para regarlos, y donde están los bebederos, le dije al termino del campo, a un lado de aquella reja, quieres que te acompañe, no, mejor quédate viendo a José, no la perdí de vista ni un solo instante, y me percate que como a 8 metros de distancia la se encaminaron los señores para seguirla. Eso me puso más alerta hasta que pensé no le vayan a hacer algo y me encamine yo también. Me preocupe bastante cuando vi que mi esposa llego a los bebederos y ellos también y luego como que cruzaron palabras, me di prisa cuando me percate que ya venía mi esposa de regreso, que paso? Es que no hay agua, que la mayoría de las tomas están cerradas por que están reparando una fuga en los baños de la alberca, pero me dijeron que sólo dos llaves de los campos de béisbol que están conectadas a otra red deben de tener agua. Recordé mis tiempos de prepa que jugaba béisbol que una de las llaves se encontraba en el primer campo a las afueras de una de las casetas, y la otra en el último campo, el que estaba pegado a la pared que limitaba a la deportiva con un centro comercial, pero ésta dentro del dog out, cavilé entonces que posiblemente los admiradores de mi mujer serían trabajadores de aquí. Me dijo me acompañas a buscar el agua, si yo sé dónde están las llaves.
Durante todo el camino fui volteando a ver entre el camino, los pezones marcados de mi mujer y atrás de nosotros para percatarme si venían los dos señores, que se quedaron en los bebederos y nos seguían con la mirada. Como era de esperarse los campos de béisbol estaban vacíos. Llegamos al primer campo y buscamos la llave afuera de la caseta, pero para nuestra mala suerte no tenía la “mariposa”, así que no pudimos abrirla, entonces nos encaminamos al último campo, mi esposa buscaba la llave cuando le dije no está aquí, está adentro de la caseta. Las casetas no estaban a la altura normal, sino que estaban a desnivel, así que para accesar a ellas había que bajar unos escalones (como 7 chiquitos), y una vez dentro a la altura de tu vista se encontraban lo que sería como ventanas o más bien miradores para ver el campo. Como era de esperarse olían a miados.

Mi esposa encontró la llave, la abrió y Eureka, si había agua así que se tallo primero las manos, luego me pidió que le diera la sudadera, le dije a poco te la vas a poner, me dijo no, con esto me voy a secar, y entonces tomo agua con las manos y empezó a tallarse las piernas, me imagino que por la situación, el lugar en el que estábamos y el olor, pero es una de las escenas que nunca se me han podido olvidar en mi vida, mi esposa con la blusa blanca y marcando pezones, el shortcito de mezclilla, sus piernas al descubierto y el agua corriendo por ellas mientras pasaba sus manos para tallarse, no mames, así que tenía que pasar lo que tenía que pasar, no me resistí las ganas.
Deje que terminara de lavarse las piernas, y en cuanto se agacho para secarse las piernas con la sudadera, me acerqué por atrás y con ambas manos le tome sus senos comenzando a masajearlos, loco, que tienes, que me has puesto a mil, repagándole mi verga entre sus nalgas, claro aún con la ropa puesta ambos, ah caray ya lo sentí, y eso, no chingues vidita tu imagen lavándote las piernas en éste lugar es de lo más cachondo que te puedas imaginar.
Mi mano derecha se encamino de inmediato hacia su entrepierna y comencé a sobar hasta que por un pequeño movimiento de ella supe que había localizado su clítoris, así que ya no me moví de ahí, con ambas manos ocupadas además de los arrimones de verga que le estaba dando comencé a besarle el cuello y la oreja, mi vida pareces pulpo, así me tienes, ella comenzó a gemir y a mover sus nalgas ella sola para restregarlas en mi verga, cuando calcule que estaba lo suficientemente caliente para negarse a algo deje de tocarla, me agache para recoger la sudadera que había quedado en el piso y la puse en el asiento, como si fuera grada de estadio toda continua de cemento, y la recosté ahí, comencé de nuevo a manosearla por todos lados y a besarla salvajemente (lo cual prende a mi mujer casi de inmediato), ella comenzó a responder a las caricias sobándome la espalda, agarrándome las nalgas, ahí es cuando sé que ya está lista para lo que sea, así que me despegue un poco, desabroche el short de mezclilla, alce sus piernas y recorrí el short para sacárselo, entonces me acorde al verla de que se había puesto la una tanguita de hilo color azul marino, así que más caliente de lo de costumbre, me recosté yo también para poner mi cara a la altura de su pubis, hice a un lado su tanga y me puse a chupar su clítoris, ella como que quiso quitarse y me decía no mi amor, aquí no, está sucio, huele mal y alguien nos puede ver, le dije tú estás sobre la sudadera así que no te vas a ensuciar, huele mal si, a baño de hombres así que imagínate que algún cabrón desconocido te está haciendo esto, y falta como una hora para que este lugar tenga gente, mientras tanto nadie vendrá así que despreocúpate y enfócate q disfrutar. Fue como si le apretara un botón de encendido, porque a partir de ahí ya no se preocupó por nada y al contrario no se reprimió en nada, ni en los gemidos.
Regrese a darle lengua e introduje un dedo en su vagina que a estas alturas estaba mojadísima y moví el dedo como si fuera una verga, entrando saliendo, moviéndolo en círculos palpando todo por dentro, hasta que en cuando pase el dedo por un lugar vi que ella se encorvo, así que dije de aquí no me muevo y conjuntamente le succione con más fuerza su clítoris, ella se movía como loca y gemía de placer, ahí papito, que rico, no pares, sigue, sigue, que me voy a orinar, que rico se siente, me encanta como me manoseas y en eso con sus manos me agarro de la nuca y me apretó contra su vagina y comenzaron a salir sus jugos. La deje tendida en la banca y yo me senté a un lado contemplando la escena. Entonces me dijo gracias rey, se levantó y se encaminó hacia los escalones, se asomó y se percató de que no había nadie, así que como si hubiera una bomba en la caseta se puso a correr hasta que llego al home, ahí empezó a moverse tipo bailarina de congal, bailaba dando pasitos de un lado a otro, de adelante hacia atrás, se pasaba las manos por los senos, por sus nalgas, se jalaba de una lado la tango como si la quisiera romper, y al final se dio media vuelta, se empino y con una mano se hizo a un lado la tanga y con la otra se separó sus labios vaginales. Yo ya estaba que explotaba.

Se regresó caminando lentamente pero sin dejar de verme a los ojos, yo parecía animal esperando a su presa, esa expresión que pongo en esos momentos le encanta, así que parecía disfrutarla al máximo. Cuando llego conmigo yo la agarre con fuerza, tanta que ella no tuvo más remedio que sentarse arriba de mí y comencé a besarla, ella se zafó, agarro la sudadera y la tumbo en el suelo, puso sus rodillas en ella, se acomodó entre mis piernas, me desabrocho el pantalón, me lo bajo y agarro mi verga con una mano y comenzó a moverla de abajo hacia arriba, pero sin dejar de verme a los ojos, luego le dio un lengüetazo a la cabecita, recorrió el pene con ella, con otra mano le daba masaje a mis huevos, la cabrona sabía lo que hacía, pero yo no estaba dispuesto a esperar más, me zafe, la paré y le baje la tanga, cuando cayó al suelo ella solo levanto los pies para zafársela, se montó sobre mí, tomo mi verga con una mano y la acomodo en su entrada y de un solo sentón se le comió toda, solo dijo mmmmmmmm, y comenzó el sube y baja, solo que ella controlaba las estocadas.
Ni tardo ni perezoso le levanté la blusa hasta casi el cuello y la vista de ese sostén blanco a media copa marcando los pezones de mi mujer fue la gloria así que me detuve en besar todo el contorno de sus senos, hasta que dije fue suficiente, tome el sostén por el frente por donde se abrochaba y lo desabroche, abriéndose como si fueran unas puertas de par en par, así que como recién nacido me prendí de sus pezones, ella comenzó a realizar sus movimientos más rápido, como anunciando su segundo orgasmo, solo que entonces me levante y ella no tuvo más remedio que zafarse y poner los pies en el suelo para apoyarse, la voltee, la toma de la cintura con una mano y con la otra hice presión en la espalda, logrando que es empinara, puso sus manos al borde de los miradores y le dije, mamacita acomódate la verga, ella bajo una de sus manos, tomo mi verga por detrás y la puso en su entrada, entonces sin esperar a que acomodara la otra mano se la metí de una vez, ella solo dijo ayyy, hasta el fondo, y comencé a bombear, puse las manos en su cintura y me ayudaba de ella para atraerla hacia mí.
Estaba en la gloria, cuando ella empezó a empujarme con sus nalgas al encuentro de mi verga solo que el movimiento fue inesperado y me caí de sentonazo sobre la banca, ella se percató del movimiento y entonces llego conmigo dando pasitos hacia atrás, se sentó sobre mí, dándome la espalda, se acomodó sobre mí, tomo de nueva cuenta mi verga con una mano, la acomido en su entrada y de nueva cuenta se sentó sobre ella, levantó primero una pierna y la paso sobre la mía, luego la otra y empezó a moverse de arriba hacia abajo, solo que ahora se recargo en mi cuerpo haciendo su espalda hacia atrás. Yo aproveche para de nueva cuanta sobarle uno de sus pechos y con la otra mano el clítoris, ella dijo no pares, no me dejes de tocar, luego como que arqueo su cuerpo pero tratando de mirar hacia abajo, y entonces dijo, que rico, nunca me cansare de ver cómo me metes la verga, en ese momento se vino de nueva cuenta, y el sentir como apretaba mi pene fue suficiente para venirme con ella.

Una vez que nos vestimos y salimos del campo, en dirección a la salida (ya se había acabado el juego de futbol y no quedaba nadie), nos topamos con los señores que tenían una sonrisa maliciosa, al pasar por ahí voltee a verlos y uno de ellos en señal de aprobación levanto su dedo pulgar, la verdad no supe si eso era por la mujer que me acompañaba, porque iba enseñando pezones o que en algún momento lograron espiarnos cuando me la cogía. En fin.

Cuando estábamos dentro del carro me dijo, bueno vamos a la casa, le dije pero íbamos a hacer mandado, me dijo estás loco si crees que voy a ir oliendo así, le dije cuál es el problema, que vergüenza si me topo a alguien conocido, le dije ese es todo el arguende, entonces hacemos esto, vamos a hacer el mandado a Gómez Palacio, te puedo asegurar que allá nadie te conoce, se me quedo viendo y me dijo, tú lo que quieres es traerme enseñando pierna, (yo pensaba, y no nada más las piernas hermosa; tu sostén de media copa y tus pezones marcados son un manjar a la vista), me dijo está bien, vamos, así que todavía mi verga se mantuvo en alto un buen rato, ante el deleite de las miradas lascivas que obtenía mi mujer a su paso. Espero sus comentarios de mis relatos en el correo shiryumota@gmail.com Que tengan buen día.
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2021-05-14
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